Las PASO y el peronismo: de mitos y verdades

¿Cómo le va al Partido Justicialista y sus aliados en las primarias? ¿Cuánto de verdad hay en las frases que se escuchan ante de las presidenciales 2023? Un análisis con datos.

Hola, ¿cómo estás?

Hay un deporte nacional que se practica durante un trimestre entero en Argentina. Siempre cae en el cuarto. Siempre en años pares. Le pelea palo a palo a la Liga Profesional de Fútbol. A cualquiera que se le pare enfrente. Se acaba, abruptamente y sin saber por qué, en diciembre. Nunca hay ganadores. Tampoco perdedores. Es el deporte nacional de pegarle a las PASO, las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, que tenemos vigentes desde 2011. Si estás leyendo sobre el tema por primera vez, acá te dejo algo que sintetiza qué son y de qué van. Fue mi debut en Cenital. La historia se repite, pero ahora no es farsa.

En esta oportunidad no voy a escribir sobre los efectos positivos en términos institucionales, normativos o sistémicos que tienen para la Argentina y para sus coaliciones. Esos puntos los encontrás en la nota que te linkeé en el párrafo anterior. Hoy me voy a enfocar en derribar tres mitos que circulan en estos días sobre la desventaja que implican estas primarias que tenemos para el peronismo en su conjunto.

PASO te quiero.

Los tres mitos pasistas

Mito #1: al peronismo le va mal en las PASO. Este grupo innovador de reglas comenzó a funcionar a partir de las elecciones 2011 y se viene implementando de manera religiosa hasta las últimas legislativas del 2021 pasado. Este año, como al Frente de Todos le toca ser gobierno, entonces duda de su utilidad. Digo esto porque cuando Cambiemos lo fue de 2015 a 2019 ocurrió exactamente lo mismo. Es el oficialismo de turno el que les teme. Pero los datos no le dan sustento a ese frío hedor por la espalda.

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En la tabla a continuación sinteticé qué fuerza política ganó en cada distrito del país desde 2011 a la fecha, discriminando entre PASO y generales en años presidenciales (2011, 2015 y 2019), y entre PASO y legislativas (2013, 2017 y 2021). También incorpora el único ballotage de nuestra historia (2015). En color celeste se muestra la victoria del peronismo en sus diferentes formas (PJ, FPV/PJ, FdT), en rojo las de la UCR cuando compitió sola o en coalición pre-Cambiemos, en amarillo igual para el PRO, en naranja Cambiemos/JxC y en verde distintas fuerzas de corte provincial con sus respectivas siglas.

Fuente: elaboración propia en base a AndyTow.

Un simple paneo por la tabla muestra que el mapa del país está bastante pintado de celeste, con momentos de mayor arcoíris que otros. El peronismo tuvo un mal desempeño en el 2021 (cuando ganó el 25% de los distritos) y en el 2013 (33%). Hasta en el fatídico 2017 de la diáspora dirigencial alcanzó a ganar en la mitad del país. Después de esos cachetazos, siempre salió mejor. Llegando, incluso, a alcanzar casi el 100% en 2011, el 79% en 2015 y el 75% en 2019. Esas fueron elecciones presidenciales. Es en las legislativas donde cae un poco, por causas que ya enfocaré más adelante. Y el año que viene toca de vuelta correr por la Rosada.

Ahora, si te ponés quisquilloso, querrás ver qué pasa entre las PASO y las generales o legislativas, dependiendo qué cargos se ponen en juego. Ahí te puedo armar, solo para vos, esta tablita.

Fuente: elaboración propia en base a AndyTow.

Fuente: elaboración propia en base a AndyTow.

Hay 4 categorías de resultados entre elecciones. Si el peronismo ganó, significa que recuperó el distrito en la elección siguiente luego de haber perdido las PASO. Si el peronismo mantuvo, entonces ganó en ambas. Si el peronismo perdió, quiere decir que a una victoria en la primaria le siguió una derrota en la legislativa o en la general. Si el peronismo no revirtió, quiere decir que perdió en ambas. Las dos primeras categorías son positivas en términos de desempeño electoral porque quiere decir que, al momento de asignar los cargos en juego, las distintas listas compañeras ganaron. Las dos segundas son negativas en términos del desempeño porque o bien al peronismo se la dieron vuelta o bien la marcha no alcanzó para hacerlo. Si volvés a ver la tabla, entonces vas a ver que nunca perdió más del 25% de las provincias, situación que ocurrió en el disperso 2017 de la hegemonía cambiemita. De hecho, en el resto de las elecciones, nunca le ocurrió en más del 20% del territorio nacional.

No, al peronismo no le va mal en las PASO. No siempre.

Mito #2: el peronismo pierde votos. Recién te mostré la foto. Ahora quiero que veas los negativos. Uno puede analizar el desempeño viendo tanto las victorias en cada distrito como también calcular cuántos votos se perdieron, ganaron o mantuvieron entre rondas electorales. Si las etiquetas de las coaliciones y los partidos se mantienen, también lo podemos hacer entre elecciones presidenciales y legislativas. Pero el foco son las PASO. Así que el cálculo que viene a continuación lo hice tomando en cuenta el % de votos alcanzado en las PASO y en la elección pegada inmediata. Los años 2011, 2015 y 2019 considera la categoría presidente en cada provincia. Los años 2013, 2017 y 2021, la categoría diputados nacionales en cada una. Lo hice para el peronismo (FPV/PJ y FdT) y también lo hice para el no peronismo. Esta última es más compleja porque Cambiemos recién tomó forma a partir de 2015. Así que para 2011 y 2013 elegí Unión para el Desarrollo Social (UDeSo) en la primera y la UCR con sus coaliciones (UNEN, FPCyS, FCyS y otras) en la segunda. Es una licencia metodológica, tenés razón. Pero es la única fuerza nacional como para comparar desempeños y sacar conclusiones medianamente generalizables.

Fuente: elaboración propia en base al paquete ggplot en R. Datos tomados de AndyTow. El índice de correlación es estadísticamente significativo al 0.9432266. El total de observaciones es de 144 (24 provincias en 6 rondas electorales).

Como podés ver, el gráfico distingue entre las distintas rondas electorales del 2011 hasta 2021 en intensidad de azules. Cada punto muestra el cruce entre el % de votos logrado en las PASO y el % de votos alcanzado en la elección general inmediata en una provincia determinada. Si el peronismo perdiera votos entre las PASO y generales, entonces la inclinación de los puntos de todas las elecciones analizadas debería ser más horizontal. En cambio, la tendencia en 6 rondas electorales en los 24 distritos es bien marcada y ascendente. No hay una pérdida generalizada de votos. En todo caso, un goteo que derrama en algunas situaciones particulares y bien singulares. No es siempre, no son todas. Es a veces, en unas pocas.

Fuente: elaboración propia en base al paquete ggplot en R. Datos tomados de AndyTow. El índice de correlación es estadísticamente significativo al 0.9326562. El total de observaciones es de 144 (24 provincias en 6 rondas electorales).

En el no peronismo (UDeSo, UCR y aliados, Cambiemos, JxC) la evolución es similar. Esto no quiere decir que al peronismo le impacte negativamente, si no que el efecto de la regla institucional es igual para ambos espacios políticos con identidades bien diferenciadas. De hecho, la única salvedad que se puede hacer al comparar ambos gráficos es que el desempeño electoral de las fuerzas no peronistas arranca desde más atrás en el gráfico (más cerca de 0) y el peronismo desde más arriba (más lejos de 0). Lo cual, nuevamente, indica una potencia electoral diferencial y compañera. La nota negativa en esta comparación es más bien del presente. Los puntos oscuros del no peronismo están más arriba y los más claros más abajo. Esto indica una mejora cronológica sostenida del espacio cuando empezó a tomar forma Cambiemos. Se pueden distinguir claramente los momentos y las elecciones con el correr de los años. En el caso del peronismo, hay un popurrí más mezclado con los más claros más alejados de 0. Esto quiere decir que en el pasado hubo mejor desempeño, y en el presente no tantos.

El peronismo no pierde votos entre las PASO y las generales. Solo que los últimos años han sido más amargos que dulces.

Mito #3: el peronismo no sabe usarlas. El último punto sobre el tema viene por ahondar la manera en que se usan las PASO. Esto me obliga a comparar con alguna elección pasada. Te pido disculpas, politólogo. Tomándome otra licencia metodológica me parece un buen punto de diálogo lo sucedido en las elecciones del año 2017. Sí, el de la diáspora dirigencial y de la hegemonía cambiemita. ¿Por qué? Por dos razones. La primera: en aquel entonces no había una sola lapicera, había 24. Hoy en día hay al menos 3, y todos los off oficialistas del nivel nacional, provincial y local argumentan que por falta de tinta hay una necesidad de bancar las PASO. Porque, si no están, nadie ordena. La segunda: porque es un buen aprendizaje de lo que puede pasar si no se juega por dentro, no se aprovecha la herramienta si hay disputa interna y luego se llora sobre leche derramada.

Hace algunos años escribí esta nota, que es parte de una publicación, donde analicé la estrategia del peronismo en las elecciones legislativas 2017. Quería ver en cuántos distritos las distintas tribus del PJ habían ido juntas, en cuántas separadas y qué impacto habían tenido en el desempeño electoral frente a un oficialismo Cambiemita que tenía fierros, chequera y apoyo. Bueno, el escenario fue entre calamitoso y superviviente, con dos formas de verlo.

La primera es que en 10 provincias sobre 24 (42% del territorio) se presentaron listas identificadas con el kirchnerismo por fuera de la oferta electoral distrital peronista. Solamente en 2 de ellas el movimiento era oposición provincial. Esto quiere decir que en todas las demás, un desprendimiento identificado con Cristina Fernández de Kirchner quiso ir a disputar la marcha oficialista local. Fuego amigo. Motivado porque, en 4 de esas 10, los gobernadores peronistas habilitaron a que se presentaran 2 o más listas en las PASO. En ese momento dije pero…si tienen las PASO, si tienen las herramientas, si tienen los mecanismos. ¿Para qué? ¿Por qué? Lo vuelvo a hacer.

La segunda hace foco en el desempeño de esa estrategia definida por 24 lapiceras. En las PASO 2017, las únicas 2 listas que ganaron en el país identificadas como kirchneristas por fuera del PJ fueron las de provincia de Buenos Aires y Tierra del Fuego. En la elección legislativa, solo Tierra del Fuego quedó en pie: Cristina perdió con Esteban Bullrich y fue uno de los 6 perdidos para el movimiento en la diáspora (volvé a la tabla anterior). Divididos, al PJ le fue mejor que al kirchnerismo en varias provincias. Lo más lindo de todo esto es que, en las 14 provincias donde fueron juntos, en la mitad ganaron el primer lugar y en 6 alcanzaron el segundo. Al ser elecciones legislativas, la unidad permitió que en casi el 60% del país ganaran al menos 1 banca en juego. Solamente en Neuquén la unidad se pagó con el 3° lugar.

El peronismo sí sabe usarlas. Solo tiene que animarse. Hoy, pareciera que 3 lapiceras generan sentimientos similares que 24 hace 5 años. Ir por afuera no fue negocio en ese momento. Cerrar la competencia interna, tampoco. No hay razones para sostener que hoy sí lo fuera.

Elecciones pintorescas

El fin de semana pasado fue de súper acción. Además de Brasil, votaron en varios lugares más porque se activó el calendario electoral europeo. Acá te paso un resumen.

  • El domingo votaron en Bosnia y Herzegovina (BiH). En la primera entrega del año te había contado que era una piola. Por la sencilla razón de que la presidencia tiene 3 cabezas: una serbia, una croata y una bosniaca. Son, además, dos repúblicas en un país. Es un lindo bardo al que le vamos a dedicar la próxima entrega con un panorama balcánico general y un par de especialistas que ya secuestré. Mientras, andá leyendo el informe de IFES.
  • También el domingo, Bulgaria tuvo su cuarta elecciones parlamentarias en 2 años. En esta entrega te había contado un poco sobre las de julio de 2021, las segundas que se celebraron en pandemia después de las de abril. Después vinieron las de noviembre, que se hicieron junto con las presidenciales, y de las que finalmente salió un gobierno menjunje entre PP, los socialistas, DB e ITN (van las siglas porque no me sale el búlgaro). Ese experimento duró medio año hasta junio pasado, cuando ITN se enojó y se fue. Te dije que eran eclécticos. La oposición aprovechó para presentar moción de censura y otra vez a votar. El resultado fue un voto de confianza para GERB, uno de los conservadores populistas que dan vueltas por esos lados y que ya habían gobernado un buen tiempo. Todos los que formaban parte del gobierno hasta junio perdieron bancas, salvo DB (+4). ¿Los que provocaron esto? ITN perdió 25 y se quedó sin representación. Las urnas son bellas. Acá te amplían un poco cómo venía la cosa.
  • Te dije que Europa se activó: el sábado pasado votaron en Letonia. Te acordarás de ellos por ser uno de los tres que repetíamos pegaditos con sus capitales en geografía de 6to. Queda por acá y tiene pinta de bello. Votan desde 1990 de manera libre porque, claro, antes decidía Moscú. Sus gobiernos duran los 4 años de mandato establecidos por ley, salvo en algunas pocas ocasiones (1995, 1998 y 2011). Un país ordenado, de cosas sanas. Como suele pasar con estos países, el sistema de partidos tardó en acomodarse un tiempito después de la caída del Muro. Post 90, la política la dominaba Tautas partija (Partido Popular), conservadores tradicionales que abonaban al Partido Popular Europeo. Enfrente tenían a Jaunais laiks (Partido Nueva Era). Post 2010 se desinflaron y emergió Vienotība (Unidad), que rosqueó en sus inicios una alianza con Nueva Era. Éstos eran más liberales que los populares, pero también algo conservadores. En este esquema llegaron las elecciones que tuvo a todos estos partidos compitiendo. La nota de color fue que casi el 30% del electorado no estará representado porque se repartió entre partidos que sacaron menos del 5% del umbral mínimo para entrar a la Saeima. Jaunā Vienotība (Nueva Unidad) salió bien parado (+18 bancas vs. 2018) y parece que seguirá gobernando. La otra nota de color es que Letonia tiene un partido verde y agrario fuerte. Es algo usual en países escandinavos y bálticos. Siempre andan ahí rompiendo un poco y gobernando cada tanto. Sumaron 5 bancas más vs. 2018, cuando fueron opositores.
  • El último bullet va dedicado a las regionales y municipales de Perú, que coincidieron con las de Brasil y tuvieron casi nula atención mediática por estos lados. Acá podés ver toda la información necesaria y los resultados. Se renovaron 25 gobernaciones regionales, 196 alcaldías provinciales y 1.964 distritales. Las luces se las llevó Lima, con 2 expresidenciales en carrera por la alcaldía. De las 25 gobernadores, solo se definieron 16 en primera vuelta. Esto no es menor: el ganador tiene que sacar al menos 30% de los votos, si no hay ballotage entre los dos primeros. El piso es bastante bajo y que no se definan todas en una sola vuelta es un símbolo del momento de los partidos políticos en Perú. Martín Tanaka alertó antes de las elecciones sobre las falencias de la descentralización peruana iniciada 20 años atrás. Acá profundizó y acá sumó otra cosita. El otro dato es que en este informe muestran que solo 3 partidos llegaron a presentar cerca del 50% de las candidaturas a todos los cargos en juego. No solo no llegan a un piso decente, tampoco tienen extensión territorial. Pero las presidenciales son en 2026. Tienen tiempo para laburar.

Para cerrar, retomo las palabras que escuchaste estos días. Podemos hacer todo esto porque te gustamos y bancás a Cenital. Contale a tus amigos y familiares para que también les gustemos a ellos.

Antes de irte, y si no lo viste aún, te dejo dos cosas lindas que armamos (dijo el mosquito). Juano y Lucía Cholakian hicieron con Congo Podcast y Cenital “La Revancha”, un podcast sobre Brasil. La otra es el dossier especial sobre lo que dejó el domingo pasado, que leés completo acá. Esta entrega iba a tocar algo del tema pero dejé mi bocado acá en el especial. Si le mandan muchos e-mails y DM’s a Iván de acá al 30, por ahí me manda con Juano a cubrir el ballotage. La tiro porsiaca.

As usual, te dejo a cambio y en confianza el Google Electoral Calendar (acá desde tu compu y acá desde tu celu) y la lista de Twitter que nutre a #LaGenteVota.

Un abrazo electoral,

Facu

Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy lo encuentran dando clases en UBA y UTDT. Le encantan las elecciones y le sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tiene es aprender la historia de los partidos políticos. Cree que la política marida muy bien con un tinto.