La última oportunidad

La semana pasada hablamos sobre la necesidad de tener un plan económico, así que hoy mostramos cuáles podrían ser sus lineamientos.

Hola, ¿cómo estás? Me imagino que igual que yo, mirando todo lo que se pueda de los juegos olímpicos y esperando con ansias la semifinal de vóley. Los pumas primero, las leonas después. Evidentemente tenemos algo con los deportes colectivos. Un mimo para nuestra argentinidad al palo.

Lento, pero sin pausa

La semana pasada hablamos sobre la necesidad de que el gobierno tenga un plan económico. Ayer Iván arrancó su newsletter con una frase de Cristina Fernández de Kirchner que me parece central para pensar lo que se viene. La vicepresidenta dijo que estamos ante «la última oportunidad que vamos a tener como país si no encontramos una solución conjunta». Si a eso le sumamos lo que dijo el sábado anterior acerca de no utilizar los fondos que va a redistribuir el FMI -conocidos como DEG– para reactivar la economía, creo que podemos extraer dos conclusiones. La primera es que la situación actual de la economía, atravesada por años de estancamiento, el default de la deuda y una pandemia, hacen que se encuentre en una situación muy delicada y con escaso margen de acción. La segunda, vinculada con la anterior, es que su arreglo demandará bastante tiempo y eso indefectiblemente requiere de una solución consensuada por todo el arco político.

Ya arriesgando un poco, podríamos decir que terminó primando el enfoque guzmaniano de la economía, es decir, que hoy la inflación es el principal problema a resolver, pero que solucionar eso va a llevar bastante tiempo porque, entre el excesivo endeudamiento en moneda extranjera de la gestión anterior y la pandemia, la economía argentina enfrenta límites muy marcados que operan sobre los dos principales frentes macroeconómicos. Por un lado, el cambiario, reflejado en estrictas regulaciones que llevaron al surgimiento de una brecha cambiaria que es muy difícil de controlar y que además refuerza las expectativas de devaluación; y, por otro, el fiscal, donde se combina el elevado déficit provocado por la pandemia con las dificultades para financiarlo.

¿Y qué va a hacer el gobierno? Honestamente no lo sé, pero si el diagnóstico anterior es correcto, desde allí se pueden esbozar algunos lineamientos que podrían servir como hoja de ruta de un plan para lograr la transición desde la situación actual hacia una economía con inflación baja y estable. Varias de las medidas ya implementadas apuntan hacia esta dirección, otras no tanto.

Mercado cambiario unificado y tipo de cambio estable. Como ya vimos varias veces, resulta claro que el principal foco de tensión se presenta en el tipo de cambio, donde a través de las devaluaciones se inicia el ciclo disruptivo. En función de eso, uno de los objetivos principales de la política cambiaria debería ser la de mantener relativamente estable el tipo de cambio real, de modo de evitar apreciaciones sostenidas, como las observadas en el pasado, que son las que luego dan lugar a los saltos cambiarios. Para lograr eso, uno de los requisitos necesarios es la reunificación del tipo de cambio, de modo de recuperar el manejo total de la política cambiaria (cómo hacerlo es una cuestión bastante compleja, así que le vamos a dedicar un newsletter completo más adelante).

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Manejo contracíclico de la política fiscal. La política fiscal, y en particular el gasto público, es la herramienta por excelencia para asegurar un piso mínimo de bienestar económico a través de medidas como la AUH, el haber mínimo o la reciente tarjeta Alimentar. Además, esta herramienta también resulta clave para impulsar la demanda agregada. Pero, como mostramos acá, la estabilidad cambiaria también se encuentra vinculada con el nivel del déficit fiscal y su financiamiento; por ende, esta herramienta debería llevarse a cabo con un enfoque contracíclico, aumentando el gasto público cuando el nivel de actividad económica se contrae, y viceversa. Esto no solo permite contrarrestar las caídas de la actividad económica, sino también mantener el control sobre el resultado de las cuentas públicas.

Desarrollo del mercado doméstico de capitales. El desmedido endeudamiento en moneda extranjera y su posterior default no solo provocaron secuelas muy duraderas en la economía, sino que además hicieron que sea prácticamente imposible la obtención de financiamiento en los mercados internacionales. Para que de una buena vez por todas no volvamos a tropezar con la misma piedra, hay que desarrollar el mercado doméstico de capitales, de modo de lograr que en un futuro la mayoría del financiamiento que demanda el sector público y el privado sea financiado en nuestra moneda y que a la vez se brinden instrumentos de ahorro en pesos que sean rentables para evitar que el ahorro se vuelva a la compra de dólares.

Recuperación del empleo privado y los ingresos. La creación de puestos de trabajo en el sector privado registrado es esencial para impulsar el mercado interno, reducir la informalidad y elevar el piso de ingresos. Como mencionó Iván en su newsletter, esto requiere meterse con discusiones álgidas como son el tema de los impuestos, el proteccionismo versus la apertura comercial o los cambios que necesita la legislación laboral actual, algo que todavía falta en el debate público. Esto además debe venir sí o sí acompañado de políticas con una perspectiva de género de modo de reducir la brecha salarial y mejorar la tasa de actividad femenina.

La salida es exportadora. La clave del éxito es el impulso a las exportaciones, ya que, como vimos, el proceso de desinflación demanda una buena cantidad de tiempo, por lo que resulta primordial la generación de divisas para poder transitarlo sin volver a caer en devaluaciones abruptas del tipo de cambio. Acá se requieren instrumentos diseñados a medida que apunten a sectores específicos para hacer que puedan exportar.

Como habrá quedado claro, muchas de estas cosas ya las tratamos en su momento. Esta hoja de ruta es una mezcla de análisis de lo hecho hasta ahora por el gobierno y otro poco de opinión personal sobre lo que creo que podría ser el rumbo a seguir. Lo guardo y en un año lo vemos de nuevo, a ver qué cómo salió.

¿Más economía?

Va el resumen del panorama económico a partir de los datos que salieron durante la última semana: el resultado fiscal se mantiene por debajo de lo esperado, impulsado por la recaudación. El salario no registrado y el del sector público volvieron a perder contra la inflación en mayo, mientras que el del sector privado mostró un leve incremento. Se mantiene la holgura en el mercado cambiario, reflejada en la acumulación de reservas por parte del BCRA, aunque fue menor a la del mes pasado. La nota completa la podés leer acá.

Revista Panamá se sube a la ola de los podcasts. Martín Rodríguez y Tomás Di Pietro dialogan por audio de WhatsApp sobre los presidentes, sus personalidades, sus mandatos, el poder y bueyes militantes perdidos. Como Rollover, sale cada miércoles y lo podés escuchar acá.

Desde hoy y hasta el viernes el Centro de Estudios de Historia Económica Argentina y Latinoamericana (CEHEAL) realiza unas jornadas muy interesantes sobre políticas públicas y desarrollo, que calzan justo con lo que charlamos hoy. En particular te recomiendo la del cierre: El desarrollo argentino y latinoamericano. Historia, presente y perspectivas, con Martín Abeles y Fernando Peirano. Acá toda la información.

Mañana también hay otra charla muy relevante para los debates actuales sobre la minería en el marco de los seminarios organizados por Fundar sobre recursos naturales y desarrollo sostenible. Más información acá.

Esto fue todo por hoy. Ojalá te haya servido para que ahora entiendas un poco más de esta cosa tan difícil que parece ser la economía argentina. Si no aguantás hasta la semana que viene, la seguimos por acá.

Espero tu respuesta. Te mando un abrazo grande.

Juanma

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Me dedico a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Soy magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y estoy haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.