Evil Daddy Yankee

Se presentó la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable y se abrió un interesante debate urbano. ¿De qué forma el urbanismo y la arquitectura pueden mejorar nuestra salud mental? Empezó la audiencia pública por la construcción de torres en Costanera Sur y se anunció el Índice de Vulnerabilidad Inquilina.

Hola, ¿cómo estás? Yo tranqui, lamentablemente no pude subirme a la ola a la que el país entero se subió estos días. Sin embargo, mi semana mejoró bastante cuando me crucé con este concurso de baile contemporáneo en plena movilización obrera y con esta solución -algo heterodoxa- a la gentrificación. 

Ayer terminé de entender la nueva tendencia en memes, así que aprovecho este, que invoca a un Daddy Yankee maligno que banca las energías renovables, y que muy gentilmente me prestaron las compañeras Elisabeth Mohle y Agostina Mileo para abrir este tema.

Plan de movilidad sustentable

La semana pasada el gobierno nacional presentó un Plan de Movilidad Sustentable en la fábrica de Toyota. Como casi todo en Argentina, la presentación despertó entusiasmo y críticas con la misma intensidad. 

Por el lado del entusiasmo, el plan es descripto como una oportunidad única para colocar al país en un lugar estratégico en la producción de vehículos eléctricos y el camino hacia una movilidad menos contaminante. Por el lado de las críticas, se impugnó fuertemente vincular la palabra “sustentable” a la producción de autos, aunque estos sean alimentados por energía eléctrica y no a través de la quema de combustibles fósiles. De alguna forma, ambas posturas son correctas.

Hace algunos meses te escribí sobre el debate que rodea a la movilidad eléctrica. La conclusión que saqué en ese momento es que la transición hacia este tipo de vehículos es importante porque efectivamente contaminan menos (no solo el aire, sino también a nivel sonoro, un tema que hemos tocado hace poco) pero que lo más importante es que se fortalezca el transporte público. Si, en cambio, se apunta solo al auto individual, sabemos que el efecto en términos ambientales será negativo por un aumento del parque automotor. Y, por el lado de la vida urbana, tendrá impactos en términos de aumento de la congestión y las muertes en contexto de siniestros viales. Si hay algo que aprendimos en este newsletter es que el auto individual es muy poco eficiente, por lo que la política pública debería tender a minimizar su uso. 

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Sin embargo, desde el Ministerio de Producción apuntan que la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable es una política productiva, que tiene que ver con generar una industria incipiente y con la ventaja fundamental de que Argentina tiene una de las mayores reservas de la materia prima necesaria (el litio) en el mundo. Y, además, que el Plan contempla también micro-movilidades y transporte público. El otro paso importante, explican desde el Ministerio, es apuntar al transporte de última milla, como las camionetas que transportan mercadería dentro de la ciudad. 

En resumen, lo que podríamos decir es que si bien el plan no va a solucionar el problema de fondo, no es su objetivo. La generación de espacios urbanos más amigables para caminar, usar la bicicleta o utilizar el transporte público quizás no haya que buscarlos -solamente- en el Ministerio de Producción.

El buque

Hace poco un amigo que tuvo la suerte de irse de vacaciones a Nueva York me mandó una foto de una estructura rarísima en pleno Manhattan. No me sorprendió. La ciudad está llena de edificaciones con diseños particulares. The Vessel -El buque, en inglés- es una estructura de 16 pisos llena de escaleras, bastante fea en mi humilde opinión. Le pedí a mi amigo que subiera hasta el último piso y me mandara una foto pero me dijo que estaba clausurado temporalmente porque varias personas se habían suicidado tirándose al vacío desde la edificación diseñada por Thomas Heatherwick. En menos de dos años, cuatro jóvenes habían decidido terminar con su vida en ese hito urbano.

Casualmente, o no, el domingo 10 de octubre había sido el Día Mundial de la Salud Mental. Unos días después me crucé con este hilo de Alejandro Csome sobre cómo la arquitectura busca adaptarse a lo que ya es, según la OMS, una pandemia: la depresión. En The Vessel no se modificó la estructura pero desde hace tres meses no pueden entrar personas no acompañadas y la entrada tiene impreso el número de atención al suicida.

Pero Alejandro recoge otros ejemplos muy interesantes donde la arquitectura viene a hacer lo que podríamos llamar “reducción de daños”. El Golden Gate en San Francisco tiene una cabina telefónica para llamar a la línea de contención y también se instaló una red para evitar que quienes se arrojan impacten directo contra el agua. En los edificios de alta densidad de Japón instalaron rejas, no por seguridad sino por este mismo motivo. Algo muy similar ocurrió en la biblioteca de la Universidad de Nueva York, de donde saltaron muchos estudiantes.

En Estados Unidos la tasa de suicidios viene en aumento sostenido desde 2001. En Argentina, si bien las cifras se mantienen más o menos estables (una tasa de 7 cada 100.000 personas), es de las más altas de la región. En nuestro país, los suicidios representan el 18% de las causas externas de muerte, mientras que los homicidios el 9%. Siempre me pareció un dato llamativo, máxime teniendo en cuenta qué lugar ocupa en los medios de comunicación cada una de esas problemáticas. 

Los suicidios son un problema de salud pública ya que la salud mental tiene claros determinantes sociales. Y, como sabemos, casi toda problemática social tiene su correlato en el territorio y en el tipo de ciudades en las que vivimos y que reproducimos. En uno de los primeros correos que te escribí, en julio de 2019 (!), te conté cómo el diseño urbano afecta la salud mental de las personas.  

A propósito de eso, me gustó este informe que armó la organización villera La Garganta Poderosa en el que se pregunta: “¿Es posible gozar de salud mental en un contexto de precariedad?”. Quizás no es imposible, pero es mucho más difícil, y los datos lo demuestran. “En nuestras barriadas, la atención psicológica es casi inaccesible: en el barrio Yapeyú, en Córdoba, tenemos una sola psicóloga para 10 mil habitantes. El panorama está jodido también en CABA, aunque sea la ciudad con más profesionales de salud mental en el mundo, con un promedio de 1 cada 60; en la Villa 21-24 sólo contamos con 12 profesionales de la salud mental, ¡para más de 70 mil personas!”.

Si no te sentís bien, no dudes en pedir ayuda. Podés llamar a estas líneas las 24 horas todos los días: 135 (línea gratuita) / 011 5275-1135 / 0800 345 1435.

Bonus track

  • El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) publicó ayer el Índice de Vulnerabilidad Inquilina, que se basa en datos de una encuesta que hicieron con la Universidad de San Martín. El Índice se compone por doce variables entre las cuales está el nivel de hacinamiento del hogar, el nivel de ingresos y el grado de formalidad del alquiler. El 30% de las personas encuestadas exhiben un alto grado de vulnerabilidad en torno al alquiler de sus viviendas. Pero esa cifra aumenta para los hogares con jefatura de una mujer o de una persona trans (34% y 38%, respectivamente), para quienes viven en una villa o asentamiento (44%), para las personas desocupadas (47%) y para migrantes sin residencia (51%).
  • Empezaron las exposiciones sobre el convenio urbanístico que incluye el cambio de zonificación que le permitirá a IRSA desarrollar un barrio de lujo con torres de 45 pisos en un predio de 70 hectáreas en la Costanera Sur de la ciudad de Buenos Aires. Por la alta cantidad de personas inscriptas las exposiciones se extenderán hasta el lunes 8 de noviembre. Podés ver las que ya sucedieron acá. Si no tenés tanto tiempo te recomiendo que veas la de Guadalupe Granero y la de Federico Poore, que me gustaron mucho. La mía no es muy buena pero si querés la podés mirar acá.
  • En el contexto de la campaña electoral, el gobierno porteño anunció la extensión del metrobús del Bajo hasta el barrio de La Boca. El carril exclusivo para colectivos se superpone con una extensión de la línea D planificada y anunciada por el propio Ejecutivo de la Ciudad, pero que nunca comenzó a ejecutarse. La última vez que se inauguró una estación de subte fue en junio de 2019, cuando el jefe de Gobierno cortó la cinta de la estación Catalinas de la línea E, la finalización de una obra que había sido iniciada cuatro años antes por el gobierno nacional. Desde ese momento no hay nuevas estaciones en construcción, algo que no sucedía desde la década del 70. A mí me gusta el metrobús pero, además de no ser un reemplazo del subte, no constituye una red, como otros sistemas similares en el mundo. ¿Qué quiere decir eso? Lo podés leer acá.

Eso es todo por hoy.

Que tengas un lindo fin de semana.

Abrazos,

Fer

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Escribo sobre temas urbanos. Vivienda, transporte, infraestructura y espacio público son los ejes principales de mi trabajo. Estudié Sociología en la UBA y cursé maestrías en Sociología Económica (UNSAM) y en Ciudades (The New School, Nueva York). Bostero de Román, en mis ratos libres juego a la pelota con amigos. Siempre tengo ganas de hacer un asado.