Elon Musk compró Twitter: ¿cómo nos afecta?

Qué implica que haya un nuevo dueño de la plataforma. Qué cambios quiere introducir y, sobre todo, cuál es su postura sobre la libertad de expresión en la red social más moderada.

Hola, ¿cómo estás? 

Elon Musk compró Twitter. En menos de un mes el hombre más rico del mundo, que ya es CEO de SpaceX y Tesla, dijo que iba a adquirir esa red social y lo hizo. Primero compró acciones hasta llegar al 9.2% y ser el mayor accionista individual (Vanguard, un fondo, tiene un porcentaje apenas superior), después pareció que se iba a sumar al board de la empresa, pero al final no pasó. Hubo unos días de ausencia de noticias, luego rumores de que quería comprar la empresa y finalmente su oferta de pagar U$S54.2 por cada acción, por encima del valor de mercado. Más rumores de si los accionistas iban a aceptarlo o no, si iban a intentar defenderse con artimañas legales y financieras, dimes y diretes y finalmente, el lunes de esta semana, se confirmó que iba a comprar la red social por 44 mil millones de dólares. 

¿Por qué importa esta noticia? Porque Twitter es poco y mucho al mismo tiempo. Por un lado, es una empresa pequeña y algo disfuncional. Por el otro, es una enorme fuente de información, está en el centro del debate político y lo que pasa ahí importa mucho. 

¿Cambia tu vida? En un punto, no. Todos usamos redes gigantes manejadas por gente muy lejana a nosotros. Pero en otro punto sí. Vivimos en democracias que suponen la distribución equitativa del poder político. Esto convive con la desigualdad del poder económico y la pregunta permanente: ¿pueden convivir una y otra? En mi opinión, la compra de Twitter por parte de Elon Musk confirma que el poder económico viene con muchísimo poder político y no, no todos los ciudadanos hablamos con la misma voz.  

​Sobre Twitter

En un news anterior te conté sobre el cambio de CEO en Twitter (se fue Jack Dorsey, que era también uno de los fundadores, y quedó Parag Agrawal, de perfil bajísimo) y los problemas de la compañía. Básicamente, está estancada. Mientras las plataformas con las que compite innovan y sacan nuevas características y productos, Twitter sigue siendo igual desde hace mucho. Se perdieron de comprar Instagram hace un tiempo, y dicen los que saben que Dorsey no era un buen CEO, que se dedicaba part-time a la compañía (!) y que ponía palos en la rueda de la innovación. Desde que se apartó primero y se fue después, empezaron a pasar algunas cosas: presentaron Spaces (por cierto: Cenital ya hizo uno con Facu Cruz tras las elecciones de Francia) y también un mayor desarrollo y capacidad de recaudación con las publicidades y servicios premium. Por cierto, a mí me parece bien que Twitter no cambie, no estuve a favor de los fleets cuando aparecieron, no estoy a favor de un “mejores amigos” para Twitter y no sé qué más quieren que haga una red muy simpática que sirve para decir cosas en pocos caracteres, pero supongo que por eso mismo no tengo una startup ni soy millonaria. El punto es que la empresa crecía lento y las ganancias menos de lo esperado, de modo que hacía tiempo que se hablaba de cambios en la plataforma. El cambio que nadie imaginaba era este. 

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Sobre Elon Musk

Su fortuna, de 260 mil millones de dólares, hace que sea el hombre más rico del mundo. Es el fundador y CEO de SpaceX, un fabricante aeroespacial, y es el CEO y arquitecto de Producto de Tesla, fabricante de autos eléctricos, y fue su presidente, pero tuvo que dejar ese puesto en 2018 por sanciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. ¿El problema? Musk había dado información falsa/engañosa a sus accionistas en un… ¡tuit!

Además de esto, Elon es un tipo extraño y muy agresivo. Se mete en problemas de manera innecesaria, muchas veces vía Twitter, donde tiene más de 80 millones de seguidores y, por tanto, una voz muy amplificada. Por ejemplo, en 2018 acusó de “pedo guy”, que vendría a significar pedófilo, al buceador de cuevas Vern Unsworth que estaba participando en el rescate de 12 niños y un adulto atrapados en una cueva en Tailandia. 

Elon escribió: “El nivel del agua en realidad era muy bajo y quieto (sin fluir) – literalmente, podrías haber nadado hasta la cueva 5 sin equipo, que es obviamente cómo entraron los niños. Si no es cierto, desafío a este tipo a que muestre el video de rescate final. Gran crédito para el equipo de bombas y generadores. Héroes anónimos aquí” y luego agrega “Sabes qué, no te molestes en mostrar el video. Haremos que uno de los mini-sub/pod vaya hasta la cueva 5, no hay problema. Lo siento pedo guy, realmente lo pediste”.

El rescate llevó tiempo y esfuerzo y en el medio Musk dijo que iba a mandar un submarino -que al parecer no servía-. Unsworth dijo que lo de Musk era un truco de relaciones públicas, y él contestó de ese modo, sin ninguna prueba, por supuesto. 

Lo reafirmó en otros tuits (“apuesto un dólar firmado que es verdad”) y luego los borró. Después de eso, Unsworth le hizo juicio por difamación, pero perdió. Hace poco, el CEO de Tesla hizo un comentario grosero sobre Bill Gates y, antes de ayer, fue con todo contra dos ejecutivas mujeres de Twitter -lo cual implica que muchos de los seguidores de Elon vayan a ir a agredirlas-. Esos tuits también los borró. Finalmente, ayer tuiteó esto:

¿Por qué Elon Musk compró Twitter?

Según él fue para defender la libertad de expresión, que él la entiende de una manera particular, que es cómo lo entiende la derecha en Estados Unidos: poder decir cualquier cosa en cualquier lugar. Musk cree que el free speech es el problema clave de la democracia en Estados Unidos -lo viene diciendo y lo reafirmó en una entrevista Ted hace algunas semanas-. Twitter tiene algo de moderación explícita de contenido (reglas de comportamiento más o menos básicas) y, en principio, él está en contra de eso. Digo explícita porque las plataformas siempre tienen moderación implícita, vinculada a cuestiones de diseño que inciden en nuestro comportamiento. Sobre eso, Musk no ha dicho mucho. 

Otra explicación sobre la compra es más clásica: a los millonarios les gusta controlar el discurso público. Antes los millonarios compraban diarios, hoy compran redes sociales porque es lo que más incide en las ideas y preferencias de los ciudadanos. Es una poderosísima herramienta de manipulación. Jeff Bezos compró el Washington Post. Elon, siempre adelantado, fue a por una red social.

Ahora bien, que Musk crea que el principal problema de la democracia de Estados Unidos es la libertad de expresión, es un dato. Recordemos que el ex presidente de Estados Unidos no reconoce su derrota en las urnas, que uno de los dos partidos está dedicado a restringir el voto entre las minorías, que la desigualdad del ingreso no para de subir desde los 70’s y es mucho más alto que en otras democracias desarrolladas, que es un país con problemas de racismo estructural, etc. Pero él cree que el principal problema es que se puedan decir cosas en Twitter. 

¿Por otra parte, es Twitter el lugar dónde se juega la libertad de expresión de un país? Algo a tener en cuenta es que lo que pasa en Twitter y los debates de los tuiteros no es la realidad de la sociedad. Los usuarios en Twitter Estados Unidos son una porción no representativa de la población de ese país: son más jóvenes, más demócratas, tienen más educación y más ingresos, entre otras características. Por lo tanto, Twitter no es la sociedad y lo que pasa ahí no es el discurso público.  

¿Cómo hizo Elon Musk para comprar Twitter?

Es el hombre más rico del mundo, o sea, tiene mucho dinero. 

En este intercambio Elon tuiteó “Amo Twitter”, le contestaron “Entonces deberías comprarlo” y él respondió “Cuánto sale?”. 

¿Cómo hizo Elon su dinero? Trabajando, ¡como todos! No, chiste. Si bien no está claro que haya tenido fortuna familiar (el padre tenía mucho dinero, pero su madre, él y sus hermanos se separaron de ese hombre, al parecer muy manipulador, y por lo tanto su situación financiera no era la de su padre), sí tuvo mucha ayuda posterior del gobierno de Estados Unidos. Esa ayuda vino en dos maneras: subsidios a Tesla y SpaceX, y un Estado incapaz de cobrar impuestos a los que más tienen. 

Respecto a lo primero, desde 2012 viene recibiendo millones en ayuda estatal y nacional para SpaceX. Lo mismo sucede con Tesla, que se benefició de subsidios nacionales y de otras maneras -por ejemplo, Tesla compró Solar City, cuya fábrica fue construida por el Estado y alquilada a los privados-. Además, el gobierno contribuyó directamente a hacer el negocio viable en sus inicios porque daba créditos impositivos a los (ya pudientes) que se compraban un Tesla. En el proyecto legislativo de Joe Biden, Build Back Better (que no puede pasar por oposición de los conservadores demócratas), se prevé un aumento de ese crédito impositivo y que el gobierno invierta en espacios de recarga para autos eléctricos.

Por supuesto casi todos los gobiernos tienen políticas de este tipo y muchas empresas se benefician de ayuda estatal. Ahora bien, resulta que Elon gusta de burlarse de los que reciben dinero gratis. Esto lo llevó a cruzarse con el Senador demócrata Bernie Sanders. Sanders propuso un impuesto de una sola vez a los mega millonarios y él se burló. 

El titular dice: Bernie Sanders quiere que Elon Musk pague un impuesto de 27.5 miles de millones de dólares.

El meme con el que Elon le contestó dice algo así como: “Competencia de beber marca Bernie Sanders” y “Cada vez que el Bernster menciona un programa gratis del gobierno, tomá de la cerveza de alguien”.

Sanders no dudó en contestar. Su tuit dice: “Cada vez que Elon Musk se burle de la ayuda del gobierno para el 99%, recuerda que él no valdría nada sin 4.9 miles de millones en bienestar corporativo. Oh, Elon simplemente ama el socialismo corporativo para él, el capitalismo duro para todos los demás” y linkea a la investigación del diario Los Angeles Time que yo te linkeé arriba.

Lo segundo que benefició a Musk es pagar impuestos en Estados Unidos. Las publicaciones del sitio de investigación ProPublica siguen confirmando lo que ya se sabía: los mega millonarios de ese país pagan menos impuestos que la gente común. En teoría no hacen nada ilegal, sino que contratan a contadores y abogados que usan todas las artimañas posibles para pagar poco. 

Ayer llamé a la autoridad impositiva de Inglaterra, donde estoy, para pedir una corrección a mi nivel impositivo porque en mi trabajo no me dan beneficios de tipo X y porque pago una “suscripción profesional” por la que hay una devolución y si bien fue una conversación muy rápida y efectiva se siente todo así: 

¿Cómo va a ser el Twitter de Elon Musk?

Elon dijo algunas cosas: que reinará la libertad de expresión, que habrá un botón de editar, que los algoritmos serán públicos, que van a eliminar las publicidades de la versión premium, que van a entregar las oficinas de San Francisco a los sin techo, entre otros. Además, la empresa dejará de ser pública y por tanto se sabrá menos sobre ella. 

Algunos comentarios al respecto. 

¿Será más popular un Twitter sin moderación? Algo que me hace pensar que no: en general los espacios con menos moderación son menos agradables y por tanto menos poblados. Hace algunas ediciones te conté que Truth Social, la red social de Trump donde se supone que se puede decir cualquier cosa, es un fracaso. Lo mismo pasa con otras redes similares. Algo que me hace pensar que sí: ya hay mucha gente en Twitter y esa gente no se va a ir. Es la lógica del winner take all (el ganador se lleva todo) que impera en estos mercados, el primero que llega se queda con todo y todos queremos estar donde están todos los demás. 

Sobre las publicidades en la plataforma, Elon está en contra porque cree que le dan poder a las corporaciones. Su frase textual fue: “El poder de las corporaciones para dictar políticas aumenta enormemente si Twitter depende del dinero de la publicidad para sobrevivir”. Esto me pareció algo gracioso porque da a entender que cree que él no es una corporación -como dice mi amigo Fer Bercovich, tiene disforia de clase-. Pero además esas publicidades son el 90% de los ingresos de la empresa. 

Sobre el comentario de entregar la empresa a los sin techo, no es la primera vez que hace chistes con temas bastante serios como la pobreza. Hace unas semanas le dijo a las Naciones Unidas que si le daban un plan detallado y público de cómo acabar con el hambre en el mundo, él iba a vender acciones de Tesla para pagarlo. La organización le alcanzó el plan, Musk no hizo nada. 

El poder económico y el poder político

En su defensa de la libertad de expresión, Elon tuiteó esto el otro día. 

El tuit dice: “Por ‘libertad de expresión’, me refiero simplemente a lo que se ajusta a la ley. Estoy en contra de la censura que va mucho más allá de la ley. Si la gente quiere menos libertad de expresión, le pedirá al gobierno que apruebe leyes a tal efecto. Por lo tanto, ir más allá de la ley es contrario a la voluntad del pueblo”.

Está todo mal en ese tuit. No hay una sola ley que defina la libertad de expresión, no hay “simplemente” que seguir esa ley y, sobre todo, no existe la unidad entre lo que la gente quiere y las leyes. La literatura en ciencia política señala que el enorme poderío económico de unos pocos en Estados Unidos implica que las leyes siguen sus preferencias y no las de la gran mayoría -que tampoco tienen preferencias homogéneas, obviamente-.

Elon Musk comprando Twitter tiene poco que ver con la voluntad de la gente. Más bien se trata de un señor con mucho poder, que con los recursos de todos solo trabaja para sí mismo, decidiendo qué podemos decir y qué no en pocos caracteres. 

Cosas que pasan

Gracias por llegar hasta acá. 

Un abrazo,

Jimena

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Soy economista (UBA) y Doctora en Ciencia Política (Cornell University). Me interesan las diferentes formas de organización de las economías, la articulación entre lo público y lo privado y la relación entre el capital y el trabajo, entre otros temas. Nací en Perú, crecí en Buenos Aires, estudié en Estados Unidos, y vivo en Londres. La pandemia me llevó a descubrir el amor por las plantas y ahora estoy rodeada de ellas.