Que florezcan mil tipos de cambio

Analizamos el “dólar soja”, la última medida anunciada por el gobierno. ¿Por qué se implementó? ¿Funcionará? ¿Cuáles son sus costos?

Hola, ¿cómo andás? El domingo a última hora Massa anunció un “dólar soja” para incentivar la liquidación de exportaciones de ese sector. Básicamente, esta medida consiste en mejorar la cotización a la que se pesifican las ventas al exterior del complejo sojero, pasando de 140 a 200 $/USD. Es decir, una mejora automática en su rentabilidad superior al 40%.

Si recuerdan, hace unos meses Batakis había impulsado algo similar, aunque su impacto fue prácticamente nulo dado que la medida era compleja (la liquidación era al dólar oficial, luego el 70% se depositada en un plazo fijo que devengaba una tasa de interés que seguía la evolución del dólar oficial y el 30% restante podía ser utilizado para comprar dólares al tipo de cambio “solidario”) y no tan atractiva en términos de rentabilidad (la mejora era de aproximadamente un 10%).

Massa dijo que con esta medida espera que ingresen USD 5.000 millones durante todo septiembre (el beneficio solo dura por este mes), algo que también fue ratificado por Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA).

¿Por qué se puso?

Eso nos lleva al segundo punto, que es poner en contexto la medida. La situación del BCRA en materia de reservas internacionales es crítica. Como se puede ver en el gráfico a continuación, en los últimos meses hubo dos episodios de fuertes intervenciones donde la autoridad monetaria tuvo que desprenderse de una vasta cantidad de reservas para contener al tipo de cambio, frente al aumento de las expectativas de devaluación. La primera fue tras el desplome de la deuda pública (que lo analizamos acá) y la segunda fue tras la salida de Batakis. Eso provocó que en los últimos dos meses el BCRA perdiera USD 6.000 millones de reservas. Con la llegada de Massa, sus anuncios económicos realizados en ese momento y el fuerte aumento de las tasas de interés lograron frenar la sangría de divisas.

Intervenciones del BCRA en el mercado cambiario (acumulado a 20 días)

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Fuente: BCRA.

No obstante, la compleja situación dista de estar resulta. Las reservas internacionales se encuentran en niveles mínimos, la brecha cambiaria se mantiene en torno al 100% y la inflación sigue en niveles elevadísimos (el dato de agosto sale la semana que viene, pero, según las estimaciones privadas, se ubicaría por encima del 6% mensual).

Además, a fin de mes se viene una nueva revisión de las metas trimestrales con el FMI, donde precisamente el objetivo de acumulación de reservas es el que luce más distante. Para fin de mes, el BCRA debería haber acumulado unos USD 4.000 millones de reservas y actualmente presenta una pérdida de USD 900 millones (con lo cual, debería adquirir casi USD 5.000 millones en lo que resta del mes). Será clave ahí el próximo desembolso del FMI, que todavía falta ver si lo autorizan o no, dado que ya incumplimos la meta de reservas del segundo trimestre (aunque se estima que el organismo aplicará un “waiver” y será otorgado).

¿Es buena la medida?

Como siempre decimos en economía, depende. Si la juzgamos por sus resultados, los primeros datos indican que estaría funcionando, ya que durante el día de ayer el BCRA terminó comprando unos 150 millones, el monto más elevado desde fines de junio. Pero habrá que esperar por lo menos algunos días más a ver si se mantiene esta tendencia o no.

No obstante, es importante destacar que, si la medida es efectiva, su logro principal va a ser que el sector sojero liquide sus divisas, pero no implica un aumento de las exportaciones (más teniendo en cuenta que es una medida temporal). Dicho de otra manera, son dólares que iban a ser liquidados de todas maneras, pero que con este incentivo en lugar de hacerse más adelante se van a producir ahora. Desde ya que es importante porque permitiría que el BCRA refuerce las reservas y eso seguramente brinde cierta tranquilidad en el mercado cambiario, lo cual no es poco en este contexto, pero no cambia demasiado el panorama de mediano plazo.

Por otro lado, como toda medida, tiene costos. En este caso, eso viene dado por el hecho de que el BCRA, al comprar esos dólares, a cambio está entregando una mayor cantidad de pesos que antes ($200 vs $140), lo cual implica una inyección adicional de pesos en la economía (técnicamente, por cada dólar a $200 que compre está emitiendo $60 “sin respaldo”, porque esos dólares están valuados a $140, lo que además implica un deterioro de su balance contable). Si se cumpliera el objetivo anunciado de USD 5.000 millones, eso representaría una inyección de $300.000 millones de pesos.

Pero la cuestión más delicada tiene que ver con su impacto distributivo y la señal política que representa esta medida. Porque se está beneficiando a uno de los sectores más rentables de la Argentina, cuya situación actual, además, era de las mejores de los últimos años (previo a la medida). Como pueden ver, el precio de la soja actual prácticamente duplica al del periodo 2016–2020.

Precio internacional de la soja (USD/tonelada)

Fuente: Puente.

Y, si bien los costos de producción también se incrementaron (por un lado, debido a la apreciación real del dólar y, por otro, debido al aumento del precio internacional de los fertilizantes y los combustibles, también provocados por el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania), aún así los márgenes de ganancia del sector eran los más elevados de los últimos años, como se desprende del monitoreo que realiza mensualmente la Bolsa de Cereales. Insistimos, todo eso fue antes de la medida, que mejoró automáticamente la rentabilidad más de un 40%.

Márgenes brutos a nivel nacional (en USD/ha)

Fuente: Bolsa de Cereales.

Esta mejora de la rentabilidad contribuyó a que la producción de soja de la campaña actual fuera 0,5% superior a la anterior. Pero, a pesar de eso, la liquidación de divisas del sector durante el primer semestre fue la más baja en los últimos 10 años, como destaca este muy buen trabajo de Chequeado. Eso significa que, viendo las dificultades que tenía el BCRA para acumular reservas, retuvieron parte de su producción, lo que obviamente generó más tensiones en el mercado cambiario y, al final, llevó a que el gobierno implementara esta medida.

Si bien, como ya dijimos, la situación de las reservas es crítica y al gobierno no le quedaban muchas alternativas para conseguir dólares, hay que recordar que, en buena medida, el problema fue autogenerado por una crisis política que se desató en marzo con la falta de apoyo del propio kirchnerismo a la aprobación del acuerdo con el FMI en el Congreso, y que terminó de implosionar con la renuncia de Guzmán (quien, al margen de la evaluación que se pueda hacer de su gestión, fue siempre criticado por tratar de llevar a cabo medidas de corte similar a las que se están aplicando ahora, pero con mayor fuerza). Karma le dicen.

Bonus track

Mañana a las 5 de la tarde, el historiador Pablo Gerchunoff expondrá un seminario virtual sobre “El radicalismo y la política económica argentina 1890–1930”, organizado de manera conjunta entre el IIEP-BAIRES y el CEEED. Se registran acá.

El podcast recomendado de esta semana es este episodio de “Conversaciones”, realizado por Abro hilo, donde dialogan con Eli Möhle y Delfina Godfrid sobre las tensiones entre el desarrollo y el cuidado del medioambiente.

Esto fue todo por hoy. Si no aguantás hasta la semana que viene, la seguimos por acá. Y, si te gustó el newsletter, te invito a que colabores con este proyecto que mantenemos a base de esfuerzo y mucho laburo, siempre con el objetivo de brindar un análisis riguroso pero explicado de una manera lo más clara posible para que se entienda.

Te mando un abrazo grande.

Juanma

Me dedico a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Soy magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y estoy haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.