Los bondis, un problema metropolitano

La gestión de los colectivos que circulan exclusivamente por la ciudad de Buenos Aires podrían pasar a manos del gobierno porteño, lo que abre un debate acerca de cómo gestionar mejor el transporte. Dos notas para debatir la política urbana porteña, una ley holandesa que te obliga a vivir en la casa que comprás y la discusión por posibles modificaciones a la Ley de Alquileres.

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien. Quiero empezar pidiéndote disculpas si me contestaste este correo en el último tiempo y no te respondí. Por alguna razón (¿Google conspirando contra Trama Urbana?) se me desincronizaron las cuentas y no recibí las respuestas a las últimas entregas. Pensé que simplemente ya no te interesaba lo que te escribo. Y cuando me di cuenta de lo que había pasado me dio mucha culpa no haberte contestado. Sí, tengo ascendencia judía, como gran parte de quienes hacemos Cenital.

Vamos a lo nuestro. 

Los bondis, un problema metropolitano

En línea con la reducción del gasto, el gobierno nacional convocó a las autoridades de la ciudad de Buenos Aires a discutir el traspaso de los subsidios destinados a las 32 líneas de colectivos que operan exclusivamente en territorio porteño, de un total de 135 que operan en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Lo que se busca es equilibrar el dinero recibido con el de otras jurisdicciones en las que el boleto de colectivo cuesta hasta más del doble que en el AMBA. 

La medida habilitaría al gobierno porteño a fijar una tarifa diferente para esas líneas y potencialmente introducir mejoras en el servicio, algo que hasta ahora es potestad de Nación. Según diferentes especialistas en transporte con quienes hablé, si bien podría haber algún beneficio, la medida atomizaría aún más la forma en que se gestiona el transporte en el AMBA. 

Si se generan servicios con boletos con diferentes precios, se podría dar una situación de poca eficiencia en el reparto de pasajeros (ya que habría mayor incentivo a tomar los ramales “nacionales”), uno de los problemas fundamentales a atacar de nuestra red de colectivos. El antecedente del traspaso del subte y del premetro en 2012 indica que la Ciudad podría aumentar el boleto luego del traspaso. En ese momento, Mauricio Macri como jefe de Gobierno y Horacio Rodríguez Larreta como su jefe de Gabinete aumentaron un 127% el boleto apenas recibieron la gestión del subte. Decisión, cabe mencionar, que no redundó en mejoras significativas del servicio.

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Más allá del precio del boleto, hay una coincidencia entre quienes se dedican a estudiar el tema. El transporte debería ser gestionado desde un ente metropolitano para poder planificar los recorridos y el precio de los servicios de forma integral y con mayor eficiencia. Lo más llamativo es que ese ente ya existe para el AMBA. La Agencia de Transporte Metropolitano (ATM) fue creada en 2012 pero muy poco utilizada, incluso cuando las tres jurisdicciones que la conforman (Nación, Ciudad y Provincia) estuvieron gobernadas por el mismo partido político entre 2015 y 2019. Acá un artículo interesante sobre el funcionamiento de este organismo.

La baja eficiencia que provoca la falta de coordinación metropolitana se ve, por ejemplo, en el solapamiento de ramales en un mismo territorio. En estos mapas que hizo el especialista en movilidad y datos Felipe González se ve muy claramente. Hay radios censales por los que pasan más de 136 ramales. 

Dos notas para el debate urbano porteño

En las últimas semanas salieron dos notas de Federico Poore, a quien si lees habitualmente estas entregas ya debés conocer porque suelo mostrarte lo que escribe. En la primera de esas notas, para un sitio de chequeo de frases, Federico pone en duda la declaración de Horacio Rodríguez Larreta acerca de que “nunca se construyó tanta vivienda social como en estos años”.  

Más allá de la discusión semántica acerca del término “vivienda social” -¿no toda vivienda es social?- y “estos años” -los últimos ¿4? ¿6? ¿14?- lo que demuestra Federico mediante la recabación de ciertos datos oficiales es que la afirmación no es correcta. Pero lo más interesante, me pareció, es que la gran mayoría de las viviendas construidas responden a complejos que forman parte de procesos de reurbanización de barrios populares, como el barrio Papa Francisco. 

La única iniciativa que responde a la demanda que más presiona sobre el mercado inmobiliario -la de la clase media- fue la Villa Olímpica, viviendas otorgadas luego de la celebración de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Las otras dos urbanizaciones que se mencionan en las fuentes consultadas por Federico son en realidad obras empezadas por el gobierno nacional en 2013 (gestión CFK), prácticamente paralizadas en 2015 durante toda la gestión Macri, y terminadas el año pasado.

En la otra nota, más de opinión y análisis político, Federico sostiene que la oposición porteña carece de propuestas que conformen una agenda urbana y que su estrategia tiene más resistencias que propuestas. Me gustó más por lo que provocó que por su contenido, que es interesante, pero al que creo que le faltan matices. 

Así como no todo el oficialismo porteño -aunque no puedan decirlo- ven con buenos ojos la venta sistemática de tierra pública, no toda la oposición ni organizaciones vecinales hacen una defensa del patrimonio histórico edilicio (por mencionar uno de los temas que se mencionan en la nota) a ultranza que atenta contra la producción de viviendas para sectores de ingresos medios o bajos. 

De hecho, como se mencionó varias veces en este espacio, el problema del déficit habitacional en la ciudad de Buenos Aires pareciera estar mucho más vinculado al tipo de vivienda que se produce que a la cantidad. Si se demuele una casa centenaria para hacer un edificio con amenities que no satisface ninguna necesidad real, quizás es mejor dejar ahí la casa centenaria. Alguna vez me lo dijo claramente Jaime Sorín, exdecano de la FADU-UBA: no hace falta matar lo viejo para que aparezca lo nuevo.

Comprar para vivir

Ya que hablamos del acceso a la vivienda, siempre Holanda es un caso para mirar. No porque podamos extrapolar soluciones europeas a nuestro país, pero sí para deshacer cierto sentido común en torno al derecho a la ciudad. El gobierno local de Ámsterdam planea obligar a residir en la vivienda que se compra durante los primeros cuatro años posteriores a su adquisición. La medida regiría para quienes adquieran una propiedad con un valor fiscal de hasta 512.000 euros. Esta medida impediría que esa vivienda se vuelque al mercado de alquileres a un precio más caro que el anterior. 

¿Cuál es el problema que busca solucionar la ciudad con esta medida? En los últimos años, según fuentes oficiales de la capital holandesa, miles de viviendas fueron compradas para luego ser alquiladas, haciendo subir el precio del metro cuadrado en la ciudad y también el de los alquileres, pese a la suba de la oferta. ¿Por qué? En general, en estas transacciones están involucrados grandes inversores que buscan volcar propiedades al sistema de alquiler desregulado o free market rentals para obtener mayores ganancias. En Ámsterdam una parte muy significativa de las viviendas en alquiler tienen regulaciones estrictas que fijan techos de aumentos y precios. Las unidades no sujetas a regulaciones, las más lujosas, se multiplicaron más de 10 veces desde 2019.

El resultado buscado es aumentar la oferta de inmuebles en venta y de alquileres para un segmento de menores ingresos e intentar correr de la escena a los grandes inversores que compran viviendas sin regulaciones de forma masiva para alquiler, fijando indirectamente el precio de las mismas. Veremos qué pasa. 

Una mesa para ¿mejorar? la Ley de Alquileres

Sobre la Ley de Alquileres ya no hablo por recomendación de mi psicólogo y porque lo que tenía para decir lo dije principalmente en esta entrega. Pero quiero contarte que el gobierno nacional convocó a una mesa de diálogo para estudiar posibles modificaciones a la ley aprobada a mediados de 2020, en plena pandemia. 

La mesa contaría con la presencia de representantes de hogares inquilinos y también de cámaras inmobiliarias para poder llegar a un acuerdo respecto de esas potenciales modificaciones. El secretario de Comercio, Roberto Feletti, convocó a la mesa y aprovechó para cuestionar la política urbana del gobierno porteño, territorio donde los alquileres tienen mayor peso: “Larreta fomenta el negocio inmobiliario y después tenés una ciudad vacía y gente durmiendo en la calle”. 

Los dos puntos de debate más álgidos son la duración del contrato y el índice por el que se ajustan los aumentos (ahora es un promedio entre inflación y variación de salarios formales). Especialistas en el tema indican que en el interín, las noticias sobre una posible modificación puede traer más cortocircuitos que los que ya trajeron el contexto en el que la ley fue implementada (inflación, pandemia, congelamiento, etc.) y la falta de controles efectivos de su cumplimiento.     

Bonus tracks

  • Me gustó mucho este hilo sobre la historia de un barrio en Madrid donde se junta la injusticia, la lucha popular y la planificación participativa urbana.
  • Estos mapas tienen un montón de información sobre La Matanza y todas las realidades que encierra un solo partido de la provincia de Buenos Aires.
  • No sé si sabías pero hay una estación de subte fantasma en la ciudad de Buenos Aires. La estación Pasco Sur de la línea A fue clausurada hace más de 70 años. La quieren convertir en un museo. Me gusta.
  • Ayer se cumplieron 148 años de la fundación de Mar del Plata, una de mis ciudades preferidas y sobre la que te escribí el último correo.  

Eso es todo por hoy.

Que tengas un lindo fin de semana.

Abrazos,

Fer

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Escribo sobre temas urbanos. Vivienda, transporte, infraestructura y espacio público son los ejes principales de mi trabajo. Estudié Sociología en la UBA y cursé maestrías en Sociología Económica (UNSAM) y en Ciudades (The New School, Nueva York). Bostero de Román, en mis ratos libres juego a la pelota con amigos. Siempre tengo ganas de hacer un asado.