El ultimátum de mayo, la picardía de Karina y los tres ñatos del whatsapp de CFK

Milei gambetea foto con gobernadores pero se muestra con empresarios en Bariloche. La extravagante novela del fallido viaje a Dinamarca. Precisiones sobre la interna Axel-Máximo.

Javier Milei quería eyectarse de un caza F16 y caer, en paracaídas, en algún lugar de Dinamarca. Esa fantasía, ficción a lo Top Gun, forma parte de la historia del fallido viaje del presidente a ese país nórdico para asistir a la ceremonia de compra de 24 aviones. Estaba acordado que, en esa actividad, Milei subiría a uno de los cazas y pilotearía, al menos simbólicamente, un Viper.

El libertario, según contó a su entorno, soñaba con la posibilidad –a simple vista impracticable– de terminar el vuelo de bautismo arrojándose en paracaídas. No está claro si alguien llegó a transmitir esa curiosidad o si fue, apenas, un comentario sembrado para anular una hipótesis incómoda: la que indica que de manera unilateral Dinamarca suspendió la cumbre con la primera ministra, Mette Frederiksen.

La extravagancia del paracaídas engordó el equívoco sobre la suspensión de la gira presidencial en su tramo danés y la decisión de regresar a Buenos Aires. El backstage, relatado por Milei y amplificado en el Gobierno, cuenta que no quería hacer un entrenamiento de cuatro horas, requisito obligatorio para quien quiera subirse a un caza. El epílogo de la novela libertaria dice que, como volar el F-16 era –sino lo único– lo que más lo seducía de la visita a Dinamarca (postura que la diplomacia criolla debería tratar de disimular), sin ese vuelo, decidió cortar la gira. La crisis en Medio Oriente, con el acting del comité de crisis, funcionó como excusa perfecta, contaron a Cenital. Simple: una saga exageraciones y fantasías.

Aviones

En charlas que tuvo el miércoles, Milei minimizó lo del atentado contra su figura, versión que había surgido de usinas de primer orden del propio oficialismo. ¿El presidente le bajó el tono a un rumor que él mismo activó? En Casa Rosada se explicó que se trató de una indicación genérica para que mandatarios o autoridades de alto rango redujeran la exposición durante 24 horas por la escalada en Medio Oriente. En el Gobierno, afirmaron que no hubo amenaza ni nada parecido.

Horas después, el argumento fue condimentado por Patricia Bullrich, con su dosis de drama, para que Milei parezca forzado a no tener que volver a usar más vuelos de línea. Lo expuso como un hábito y lo vendió como una pureza anti casta. Ahora, razonablemente, el presidente dejará de utilizar vuelos comerciales. Hoy, de hecho, viajará a Bariloche, junto con el vocero Manuel Adorni, para participar del Foro del Llao Llao en un avión de la Fuerza Aérea.

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Milei rumia una especie de venganza dulce contra ese foro. En 2023, su presencia en el legendario hotel fue accidentada e incómoda. El presidente recuerda, con claridad y quizá algo de bronca, que en la votación interna del puñado de empresarios que comparten la mesa que patrocina Eduardo Elsztain, solo sacó tres votos.

Es posible que lo mencione en su discurso. “Va a ir con dureza”, anuncian a su lado y lo ponen en una cuenta más grande: la decisión del gobierno de haber avanzado sobre las prepagas y forzar que, en teoría, tengan que ajustar sus aumentos al IPC. “Algo teníamos que hacer porque le pega a la clase media”, dijeron en Casa Rosada y le dieron todo el crédito de esa operación a Luis “Toto” Caputo.

Quizá Milei se anime a torear a los asistentes al Llao Llao, pero desde el otoño del 2023 muchas cosas cambiaron y ahora es una tribuna que lo celebra. El foro alberga a empresarios abiertamente alineados con el gobierno libertario. Elsztain aseguró que aumentó sus inversiones, y otros hombres de negocios, como Marcos Galperín, de Mercado Libre, se convirtieron en defensores públicos de Milei y sus decisiones.

Los dos empresarios volaron junto con el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, en una comitiva que integraron también Martín Migoya y Guibert Englebienne, ambos de Globant. Los hermana el sector y un beneficio tributario que ni Milei ni Federico Sturzenegger, en su afán de reducir el gasto, consideraron que era oportuno modificar. Es cierto que no fueron los creadores: data de la presidencia de Alberto Fernández y de la gestión de Matías Kulfas en Producción. Milei estirará la estadía en Bariloche para participar de una actividad de la comunidad judía en esa ciudad.

Cucardas

Su asistencia al Llao Llao, una atmósfera claramente amigable, visibiliza el criterio del presidente a la hora de los encuentros y las fotos. Se resiste, todavía, a mostrarse con gobernadores, incluso los más colaboracionistas, y manda a repetir un ultimátum: si no le votan la Ley Bases, que recién llegaría al recinto de Diputados a principios del mes próximo, y no se frena cualquier intento de rechazar el DNU 70, suspenderá la convocatoria al Pacto de Mayo que pautó, todavía sin logística, para el 25 de mayo en Córdoba.

Milei mandó a reforzar esos dos requisitos, tarea extra para el ministro del Interior, Guillermo Francos, que teje, con pocos recursos, acuerdos volátiles. Viajó hasta Santiago del Estero para una reunión bilateral larga pero inaccesible con Gerardo Zamora. El ecosistema Unión por la Patria no tiene claro, todavía, qué va a hacer: Axel Kicillof insiste con que no supone ningún beneficio, ni económico ni político, participar del Pacto de Mayo. 

El mandatario bonaerense se resiste, quizás, a la medalla que pretende colocarles Milei a los gobernadores que firmen su decálogo de voluntades. La idea la aportó Karina Milei, quien recurriría a la llamada Orden de Mayo, una distinción que se creó en los años 40 como Orden de Mérito y se rebautizó en 1957 como Orden de Mayo. “Es una picardía de Karina”, cuentan en Gobierno y le atribuyen a la hermanísima promover esa acción como una malicia para “marcar” a los mandatarios como si fuesen tropa propia.

Karina -que según la diputada Victoria Tolosa Paz aumentó las partidas de la Secretaría General de Presidencia para, en teoría, incrementar los salarios de funcionarios y trabajadores- se permite esas intromisiones aunque su territorio, la interna de LLA, sigue agitado: la rebelión porteña que volvió a ubicar a Ramiro Marra al frente del bloque y el fracaso de Martín Menem para remover a Marcela Pagano de la Comisión de Juicio Político le suman tropiezos.

En el mundo libertario circula una frase atractiva y, a simple vista, muy descriptiva del momento interno. “El que te dice que Karina y Javier son lo mismo, es porque trabaja con Karina”. La frase puede proyectarse a la otra interna, la del kirchnerismo, que estalló el fin de semana y amenaza con levantar temperatura. “La discusión tiene que ser ahora, ¿o prefieren tres semanas antes de la elección?”, dicen cerca de Andrés “Cuervo” Larroque, el dirigente que prendió la mecha y dejó un interrogante que desveló a dirigentes y militantes: a quién se refirió cuando habló de “tres ñatos” que te mandan un WhatsApp. La respuesta la dan cerca suyo: se refiere al senador provincial Emmanuel González Santalla, el ex diputado Facundo Tignanelli y el ex número dos del PAMI, Martín Rodríguez. Se trata de tres referentes leales a Máximo Kirchner.

*Foto: El ministro Luis Petri, a bordo de un F-16 que Argentina compró a Dinamarca y que Milei no pudo volar.


Otras lecturas:

«Las torpezas de la generala Karina y el fuego amigo que complica a Milei«. Por Pablo Ibáñez

«Las señales de la Corte meten presión a Diputados para voltear el DNU«. Por Noelia Barral Grigera

«Los 20 diputados que definen la ley bases: ¿de quién y de qué depende«. Por Gabriel Sued

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.