China y el control sobre internet

La política del gobierno de Xi Jinping es de una fuerte presencia en las empresas estatales y privadas, y por ende en las tecnológicas. ¿Significa mayor vigilancia?

Hola, ¿cómo estás?

El otro dia me ghostearon donde más me duele: en una aplicación para compra venta de muebles y objetos de segunda mano. (Nota de la escritora: ghostear significa dejar de responder una conversación de repente y sin aviso, en general sucede en contextos amorosos, pero como indica mi primera línea se trata de un comportamiento que se ha extendido a varios ámbitos de la vida en sociedad). Estoy bastante en contra del ghosteo y a favor del uso del lenguaje, pero entiendo que la gente tiene dificultades y pasan cosas. Ahora bien, cuando ponés algo para vender y no contestás a la gente que te pregunta por tu publicación o PEOR prometés ir un cierto día a una cierta hora a comprar algo y no aparecés y no decis nada, me demuele. A partir del plantón (y el mutismo) de una tal Denise el sábado pasado, refloté un tema que me obsesiona: ¿somos nosotros o las aplicaciones? Ya he hablado de esto porque me pone bastante nerviosa cuando los ejecutivos de algunas aplicaciones dicen “es la sociedad” para explicar cómo se comporta la gente en internet, en vez de aceptar que ellos y el diseño de las aplicaciones tiene mucho que ver con cómo nos comportamos.

Anoto este tema para explorarlo otra vuelta porque el newsletter de hoy va de otro tema, China, aunque al final vas a ver que todo tiene que ver con todo. Aprovechando que están de congreso, voy a contarte un poco de lo que está pasando con las empresas tecnológicas en ese país. Una clave: el Estado chino se debate entre dejarlas crecer y usar sus frutos (sus datos), o coartar su crecimiento pero frenar su poder político.

El Congreso

Tomi te lo contó en #PrimeraMañana: hay Congreso Nacional del Partido Comunista en China. Estos congresos pasan cada cinco años y sirven para elegir líderes. Algunos continúan en su cargo, otros cambian. Se supone que el presidente Xi Jinping va a continuar (por al menos cinco años más) y que las políticas fundamentales de su régimen también. Esas son: mayor poder para él (en 2018 sacó los límites para ser reelegido por segunda vez, lo que lo coloca en posición para quedarse de por vida), un mayor control estatal de la economía y el nacionalismo, y asegurarse territorios (Hong Kong y Taiwán). Un tema más reciente pero también muy importante es la política de cero covid –que tiene consecuencias económicas, además de sobre la vida social de la gente–.

Este Congreso sucede en un contexto particular de crisis económica. Este video de la BBC en español argumenta que hay cuatro factores que hacen que la economía esté parada: la permanencia de restricciones por covid, el derrumbe del sector inmobiliario (que representa un tercio del PBI), la crisis climática (que afecta directa y negativamente a la actividad económica) y la mayor regulación estatal de empresas privadas.

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De esto último, y en particular del mayor control sobre las tecnológicas, vamos a hablar aca.

Una internet distinta

Internet en China es una internet china. Diría que hay dos cosas claves en esa caracterización: lo que es y lo que podemos hacer en internet.

Con lo que es me refiero a por dónde podemos navegar. China no tiene plataformas extranjeras sino todas empresas propias. Al igual que en Estados Unidos, las principales empresas son gigantes: Baidu, Alibaba, Tencent y Xiaomi. Baidu va de motor de búsqueda y servicios de internet, Alibaba de comercio online, Tencent es de mensajería, juegos y redes sociales y Xiaomi hace teléfonos y otros equipos.

Igual que sus contrapartes en Estados Unidos estas son empresas sin competencia relevante. Si alguna empresa se les llega a asomar e intenta competir, hacen lo mismo que las estadounidenses, las compran.

Con lo de que podemos hacer en internet me refiero a algo de lo que te hablé en un newsletter pasado: internet en China funciona “editada”. En ese país existe una gran “pared” que bloquea la internet externa. Los usuarios chinos entonces solo pueden acceder a una versión especial, controlada. Esto obviamente tiene enorme impacto en lo que podemos leer y podemos decir allí.

La evolución de ambos aspectos cambió a partir del liderazgo de Xi Jinping.

El Estado se mete en todo

Sobre cómo Jinping aumentó la vigilancia y la censura sobre la internet ya te hablé en el newsletter que te linkeé arriba, así que ahora voy a hablar de cómo cambió la relación con las grandes empresas tecnológicas. Esto no sucedió en el vacío, sino en un contexto de mayor control estatal sobre la actividad privada en general.

En 2012, cuando Jinping llegó al poder, la actividad privada era responsable del 50% de la inversión y del 75% del producto. Sin embargo, desde entonces el líder aumentó la intervención estatal, borrando de algún modo la separación entre actividad privada y pública. ¿Qué significa aumentar la intervención estatal? Es difícil de saber. En la práctica: obligar a las empresas a incluir en sus reglas internas un rol para el partido o que personas del gobierno se sientan en los comités ejecutivos de las compañías. Pero también que los directivos de empresas privadas no puedan criticar al gobierno sin consecuencias. Según este largo artículo del diario The Guardian hubo un cambio no solo cuantitativo en el poder ejercido, sino también cualitativo: el Partido comenzó a decir públicamente que iba a participar en la actividad privada. Nada de secretos, sino al revés: que todos lo sepan. Según una encuesta citada en ese mismo artículo, casi el 70% de las empresas chinas tenían gente del partido adentro y 70% de las empresas extranjeras. Este es un número alto, pero todavía menor al deseado por el partido: 95%. El resultado es que es muy difícil distinguir entre qué es privado y qué es propiedad estatal.

El punto es que esta tendencia general incluyó a las tecnológicas. Dos cosas a destacar. Por un lado, el aumento en las regulaciones y normas que estas empresas deben cumplir. Por el otro, el cuidado que sus ejecutivos deben tener. Sobre lo primero, un ejemplo que cuentan en el artículo del Guardian es que los reguladores dejaron de aprobar juegos nuevos de Tencent y por tanto Tencent perdió valor en la bolsa (acá podés leer más ejemplos al respecto). Sobre lo segundo, en septiembre de 2018 el cofundador y presidente ejecutivo de Alibaba, Jack Ma, anunció que se retiraba de la empresa para dedicarse a la filantropía. Puede ser eso, o que tenía un perfil muy alto y no tan cercano al partido como debería.

El dilema que enfrenta el Estado chino es el siguiente. Por un lado, estas empresas, aspiradoras de datos, como son, constituyen una fuente muy valiosa de vigilancia y control de la población. Esto indicaría que hay que dejarlas seguir creciendo porque solo seguirán alimentando la maquinaria de control de la gente. Por el otro, y con esto vuelvo a Denise, estas plataformas que moldean comportamiento tienen un enorme poder político y social. Esto indicaría que hay que tenerlas muy cortitas. ¿Se puede hacer las dos cosas al mismo tiempo? Tendremos la respuesta en unos años.

El Congreso

Por cierto, todo lo que sale sobre el Congreso en la internet china está debidamente regulado. Por supuesto, podés poner tu opinión en WeChat, pero más vale que esa opinión sea la correcta.

El del estribo

Gracias por llegar hasta acá.

Un abrazo,

Jimena

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Soy economista (UBA) y Doctora en Ciencia Política (Cornell University). Me interesan las diferentes formas de organización de las economías, la articulación entre lo público y lo privado y la relación entre el capital y el trabajo, entre otros temas. Nací en Perú, crecí en Buenos Aires, estudié en Estados Unidos, y vivo en Londres. La pandemia me llevó a descubrir el amor por las plantas y ahora estoy rodeada de ellas.