"Hubo un problema, por favor vuelva a intentarlo
El frío me acompaña en la estación
bajo y subo al bondi antes que salga el sol
hago mi moneda ya
rápido toco de 2 y diagonal
quiero morir y recién son las 10
otro día odiando el mundo, queriendo desaparecer
Fragmento de “2 y diagonal”, Autos Robados
Así empieza Estrés y alucinaciones, el EP que sacó Autos Robados este año, una banda de zona sur que, calladitos, publicando sencillos, tocando por el conurbano, sin prensa, sin disfraz, se convirtió en un fenómeno a la velocidad de un rayo en la ciudad. Son cuatro, vestidos de jean con jean, hacen rock and roll. No son los únicos, hay una nueva escena que remite inmediatamente al barrio, como marca indivisible: suena el primer acorde y ya en la mente aparece la imagen que grafica la tradición del rock nacional que llevan adentro, el DNI de los ídolos, qué tipo de calle transitan, qué mirada tienen, y qué puede pasar en un show de ellos.
Te lo resumo: hay tres momentos, primero está el antes. Unos bondis organizados por los fans traen a los que ya vienen haciendo la previa, los que andan sueltos se toman dos o tres medios de transporte para ir a verlos, ranchean todos en la puerta, llegan como una murga: bombos, hacen quilombo con fuegos artificiales en la calle, se despliegan las banderas, los paraguas que no pueden entrar, aparecen las máscaras de calaveras, de muerte, de fantasma, se pasa la botella, se abrazan, se calienta el pico. Está el durante: Autos Robados hace sonar el rasgueo de esa primera guitarra rolinga y aparece la voz rasposa de Fede Soto contando historias del barrio, de la calle, de laburar, de las pesadillas y los placeres, y abajo del escenario el agite mezcla el humo con el vapor de la transpiración, se sube uno sobre los hombros del amigo, se estiran los brazos hacia el cielo, se canta a boca de jarro, se abrazan, se desconocen, se vuelven a abrazar. Mientras tanto, suena un rock and roll. Parecen los 2000, pero no, son veinticinco años después. Y después, la puerta. La resaca, el aguante, los abrazos de nuevo.
«Sí, definitivamente estamos dentro de la movida barrial», dice Fede del otro lado del teléfono. No es un pibe, esta historia él la vivió, pero ahora pasa otra vez. ¿Es la crisis? ¿La calle, que está difícil? ¿Es la ciudad? ¿Por qué suena de nuevo ese sonido que ya escuchamos? ¿Qué busca encontrar la gente?
Tenía 19 al palo todo el día
sin una moneda
huyendo de la policía
“no me mires la cara”
una bolsa de mentiras
tu ilusión campeón, tus problemas y tus expectativas
una cruz de sal, una mala semana, una buena canción
otro golpe en la cara, papá
casi se nos viene la noche
más más más pide más y empuja
claro que empuja
Fragmento de “Gente Rota”, de Autos Robados
«No acredito lo que pasa», dice el cantante y compositor. Es que Autos Robados creció tan rápido que no logran hacerse la idea. «A principio de año presentamos un EP y vendimos 350 entradas, ahora tocamos el 14 y el 15 de noviembre en Niceto Club y vendimos 1800 en tres horas, la primera fecha se agotó en una, y la segunda en dos horas. Una locura”, insiste. “Nada de lo que hice fue para tratar de conectar, te lo digo en serio, pasó. No sé por qué pero pasó». Habla entre resignado y contento, como si no se decidiera, siente el compromiso: hay gente que no tiene un mango, que viaja para verlos, que necesita descargar.
Y ellos quieren ofrecerle eso, un escape, un refugio: sus canciones y una noche. “La escena era medio reventada, nosotros no somos santos pero sí cargamos con esa responsabilidad. A la hora de tocar tratamos de darle eso que vienen a buscar”. ¿Qué es, para él, lo que la gente va a buscar? “Y… está con muchas ganas de pasarla bien”.
Lo de esta banda de Quilmes no es un caso aislado. En los últimos 5 años (2020-2024) los streams de rock aumentaron un 90%, es decir que la escucha del género casi que se duplicó desde que empezó la pandemia a la fecha, según los datos de Spotify.
El sonido del barrio, ese rasgueo tan característico de la guitarra rolinga, tiene referentes entre los pibes. Lo dicen los números de Spotify (el 64% de la audiencia que escucha, por ejemplo, Viejas Locas o Callejeros tiene menos de 34 años), lo dicen los virales casi cosplay que se ven en redes y también los TikToks de las chicas y los chicos bailando rolinga en la calle, en los cuartos, en el tren.
Okupas es un punto cardinal, por supuesto que también está el Pity Álvarez y Los Redondos en esa constelación. Después está la calle, lo marginal (sea performático o real), el fisura, el perder la cabeza por un rato. En la otra punta, sin dudas, los Rolling Stones.
El kit sigue teniendo las mismas cosas. La frase «¡qué atrevido!», la campera de las tres rayas, el flequillo, el pañuelo enrollado en el cuello, la birra en botella fría o tibia, da igual. El bondi, el laburo horrible, nunca tener un peso, lo trascendental de la amistad, el blues sí pero también Flema, también 2 minutos. La juventud. Y, en algunos casos, el kit incluye tener una discográfica.
Sony fichó a una jovencísima banda de eso que nunca se decidió cómo llamar: rock chabón, rock barrial, rock rolinga, rock nacional argentino o, simplemente, rock and roll.
Gustar y ofender es el disco recién salido de reybruja (así, en minúscula y todo junto), con una tapa que alude a Sticky Fingers de 1971, pero con una iconografía sexual más… fantasiosa. El disco suena afilado, rápido, guaso, prepotente, encantador.
Soy la putita de Sony
superestrella del barrio
de día limpio estaciones
de noche ensucio escenarios.
¡Vértigo al subir vas a sentir!
Estribillo de “RNA” – reybruja
«Hace tiempo venía con la idea de firmar una banda de rock and roll, casi rolinga», cuenta Mauro Tommaso, el A&R de Sony. Uno de los responsables de la artística de la discográfica los descubrió cuando tenían cuatro o cinco canciones, les escribió y los pibes pensaban que era una joda. «Me resultó interesante el código que manejaban, la ironía, lo rebelde. Me empezó a copar cada vez más que haya una banda así en el roster, y los contacté, grabamos un demo, ‘El atrevido’. Se lo mostré a mi jefe y a los 30 segundos de escucharlos me dijo ‘¿quiénes son? tenemos que trabajarlos ya mismo’. Tienen mucho potencial, ellos y la escena», dice Tommaso, que asegura, como una gran noticia, que el objetivo de la industria es que vuelvan las bandas. ¡Vamos las bandas!
Ni bien volvió la vida social en la era del covid surgieron bandas de pibes por todos lados. Mientras el trap llegaba a su techo en la estratósfera del mainstream –para iniciar su descenso a la intrascendencia–, los jóvenes armaron una escena under en CABA, Mar del Plata, el conurbano bonaerense, Córdoba y Santa Fe que tenía mucho de post-punk o post-hardcore. Algo más oscuro, alternativo y con pogo. Esta escena rolinga va por otro lado, invoca al cuerpo a bailar, a chivarse en el show, es alegría en la desdicha, habla de los laburantes, del hedonismo que hay en el exceso, y el rock and roll como fuga a los momentos difíciles de este país, a la crisis que vuelve y arremete.
Para tirar algunos nombres que suenan, que se podrían agrupar bajo una misma etiqueta, aunque se sientan incómodos (¿quién no lo está cuando lo agrupan y etiquetan?) bajo la influencia del legado de Viejas Locas, Los Redondos y sus derivados, podemos mencionar al Nota, La Grecia, Ryan, Los Gladiolos, La Memoria de Funes, Lisandro Skar, El Billy, Vía muerta, e incluso Camionero. Hay una banda que se autodenomina neo-rolinga, es Yony Linyero, liderada por Julián Desbats.
Al Jenni no le alcanza
por portación de cara
y la Bresh está salada
es como la revista Caras
y cae el pibito trapo
con Miami y con sus llantas
canta con acento raro
pero es de Mar del Plata
Fragmento de “Ajá”, de Yony Linyero
“El rock siempre tuvo una mirada crítica y pensante hacia lo que pasa en la sociedad”, dice Julián, exguitarrista de Lxs Rusxs. “Por eso es un género que si bien puede pasar de moda siempre va a ser atemporal, porque el ser humano vive aquejado por problemas económicos y sociales y, a diferencia de muchos otros estilos, el rock siempre está mirando a la calle a través de la ventana de un bondi, mirando al corazón de la gente, y me parece que son tiempos importantes como para mirar para afuera y no mirarse tanto el ombligo y cantar tantas boludeces como las que se cantan hoy en día”. Esperando el rescate, el disco salió en 2024, donde varios temas los toca Felipe Barrozo exguitarrista-niño prodigio de Intoxicados, tiene un clarísimo sonido dosmilero.
Para Julián, hasta hace poco no había una escena de rock actual que hablara sobre el barrio y lo que le pasa a la gente en general, “pero hay una nueva camada de bandas que sí están cantando sobre eso, sobre las derrotas, sobre la situación socioeconómica actual del país y sobre el mundo donde reina un fascismo cruel y descarado”. Esa mirada es indivisible de Yony Linyero, y también del rock barrial, como un enfrentamiento artístico ante lo cheto, lo superficial. “A través de las redes sociales se exacerba toda esta pavada de que hay que mostrarse exitoso, triunfador, que nada pasa, que está todo bien. Y nosotros elegimos encarar para otro lado, porque como individuos estamos viviendo recontra afectados”.
Mucho se estudió a esa movida de fines de los 90 y principio de los 2000. En “Rock chabón e identidad juvenil en la argentina neoliberal”, los sociólogos Pablo Semán y Pablo Vila, escribieron un texto ya clásico en los estudio culturales, incluido en el libro Los Noventa donde dicen: “El rock chabón no es ni el rock de los ganadores, ni el de los dueños de la ciudad, sino el de las víctimas jóvenes de una reestructuración social violenta, abrupta y traumática”. Hablan de que es una de las pocas veces en el rock argentino –no así en el punk o la cumbia– que la música fue compuesta y escuchada por las clases populares. Hasta el momento y después de la era rolinga fueron músicos de clases medias o altas quienes invocaban al laburante desde el rock.
“El barrio es, en las letras de estas canciones (y en la experiencia cotidiana que las canciones reflejan y constituyen), la sede de una vida que tiene valores, emociones y reglas específicas”, dice el texto de Semán y Vila. Para los autores, el rock chabón es un rock “argentinista, suburbial y neocontestario”, una estética de las clases populares, un ser social al que se les narró de tiempos mejores, de ascenso social, pero que vive en una tensión del estancamiento o del retroceso en el confort. El que recibió el mensaje de los manjares del neoliberalismo pero que se quedó afuera de la degustación.
Y sobre todas las cosas, era un rock de pibes.
Eso que hacés
cuando me hablás
se parece a morder el tiempo
dando vueltas en la esquina
persiguiendo una birra más
quería darte un beso y olvidé la cabeza
Fragmento de «Eso que hacés» de FLETES RAKEL
“No hacemos rock chabón para nada, somos re minas”. La imagen que tienen las FLETES RAKEL es de un tipo que se sube al escenario, todo roto, que se le ve la raya, que te dice lo que tenés que hacer, que te enseña cómo prender el amplificador cuando apenas puede hacer tres acordes, apenas puede estar en pie. No, ellas no tienen nada que ver con eso, pero cuando las escuchás, cuando suena NO, su último disco, hay algo de la estética barrial que se produce, mezcla de rolinga, de blues y de tango.
Si en los 2000 no había una piba arriba del escenario ni por casualidad, algo hemos aprendido post cuarta ola del feminismo y ya hay músicas tocando en casi todas las bandas mencionadas. En FLETES RAKEL son mayoría: “A nosotras nos interesa generar comunidad, que cierren un poco el orto los varones y escuchen a otras identidades, no como “rock de chicas” sino como lo que es: rock y punto. Nos hubiese encantado en nuestra adolescencia escuchar a pibas mas grandes nombrar nuestros dolores, nuestras ansiedades”.
Melina Zahira –que comparte con Violeta Feder Lestani el rol de voz y guitarra de la banda– dice que los trapos, la fiesta, lo barrial les gusta, pero desde la mirada de RAKEL, y lo describe: “Lo femenino que tiene la calle, el mantel y el vestido floreado, el blanco y negro, la poesía, el olor a lavandina, los grafitis, el fileteado, las drogas, la noche, el tango, los chismes y el drama. La fuerza y el sufrimiento silencioso de las madres y de un amor incondicionalmente violento. Y algo también de lo irreverente, de la seducción, de las putas, desde el lado de todas las pibas muertas y también de la alegría y la fiesta, a pesar de los palos, y de esperanza, a pesar de la desilusión”. Una imagen casi almodovariana. Una Adriana “Gata” Varela haciendo pastas caseras con flequillo y zapatillas de lona.
Lo femenino en el rock parece siempre caricaturizado por la mirada del varón que canta, como si la crisis la pudieran narrar –y soportar– solamente ellos y no, en realidad, en su mayoría las pibas y las mujeres que son las que tienen menos acceso al trabajo formal, las más endeudadas, las jefas de familia que viven el ajuste a flor de piel, las que se hacen cargo de las tareas de cuidado, las que están en riesgo de vida en los barrios, en sus propias casas. ¿Quién canta sobre ellas? ¿Quién de ellas mira por la ventana del bondi y piensa en un rock and roll? ¿Qué “Homero” fue compuesto para la trabajadora?
“Nosotras nacimos en los 90 y 2000, en nuestra adolescencia cantábamos en un fogón Callejeros, Los del fuego, Viejas Locas. Cajeteando cuando asumió (Mauricio) Macri. Tomando vino y escuchando Chavela Vargas. Tomamos la escuela y creíamos en nuestros ideales y en los artistas que escuchábamos. Eran justamente personas que tenían una mirada crítica de la sociedad, de las normas, de los tiempos. Nuestro estilo es inconsciente pero sabemos que venimos de esas raíces argentinas”, dice Melina, un poco enojada y con mucha convicción.
Resta preguntarse si este sonido que vuelve a aparecer en las radios, en los shows, en los parlantes proviene de la repetición de una crisis, de la búsqueda melancólica –porque fue un duelo que no se terminó– de un sosiego en aquel mismo elixir que supo brindar refugio. O es, como plantea Ezequiel Gatto en el prólogo de Porsiemprismo, libro del filósofo Grafton Tanner, vivimos en un presentismo perpetuo “la continuidad con alteraciones que nunca deja de remitir a un núcleo pasado”. Algo así como que el consumo en loop de aquello que ya pasó produce en la cultura una sensación de gif: “No deja el pasado atrás, pero al mismo tiempo se rehúsa a abrazar el futuro”.
Si tanto los amantes de la música como los artistas meten la mano en el baúl del pasado, si hay una actualización permanente de la misma sensación, ¿qué futuro de la música es posible? Aunque tal vez el sosiego del rock and roll no tenga que ver con la originalidad sino con la representación. En 2025, cuando la música urbana que escuchan los pibes habla de marcas, ser millonarios y ser muñecas perfectas, la identificación parece imposible.
Brian Eno, productor mágico, compositor vanguardista y pensador de las cien ideas, lo sintetizó: “Hay mucha música fantástica en estos tiempos, y casi toda proviene de la voz de la clase media. Es la voz de la gente que tiene una expectativa de estabilidad y crecimiento, pero es solo una voz. Quiero escuchar voces con un poco de rabia, voces de gente que viva más cerca del límite. Un poco de lucha. Un poco de deseo de cambiar el mundo. Y eso es lo que la voz de la clase trabajadora tiene para ofrecernos. La voz de la clase media es la de la melancolía. La voz de la clase trabajadora es la ira”.
Tal vez haya llegado su momento, de nuevo.
Buenas, ¿cómo va?
Esto es algo de lo que pasó hoy: trabajadores tomaron la dirección del Garrahan, el Gobierno anunció aumentos en Salud, empezó el juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, la ONU dice que Estados Unidos viola el derecho internacional en el Caribe y el INDEC publicó datos de turismo.
Leer este mail te va a llevar tres minutos.
Haber decidido el desdoblamiento obedece a un error político.
—Cristina Fernández de Kirchner
Garrahan. Trabajadores del Garrahan tomaron la dirección del hospital. Denuncian que, por los días de paro, hubo “fuertes descuentos a los salarios de enfermeras, instrumentadoras y maestras del jardín maternal”. En algunos casos, de hasta 500 mil pesos. El vocero, Manuel Adorni, dijo que “el reclamo no es salarial, es político”. Para el ministro de Salud, Mario Lugones, fue “la casta sindical” quien tomó la decisión: “el que las hace, las paga; el que para, no cobra”, escribió.
Salud. Si bien todavía está suspendida la ejecución de la ley que declara la emergencia en pediatría, el Gobierno nacional dispuso hoy un aumento en el presupuesto para hospitales y centros de salud de alta complejidad, dirigido específicamente a establecimientos pediátricos. Según la resolución, firmada por Guillermo Francos, la medida implica un refuerzo para cubrir gastos operativos, sueldos y recursos en hospitales clave.
Cecilia Strzyzowski. Ya definidos los 12 miembros del jurado popular, empezó el debate del juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, asesinada el 2 de junio de 2023 y posteriormente desaparecida. Declararán, de acá al 20 de noviembre, 53 testigos. Entre los imputados están César Sena y sus padres, los dirigentes sociales Emerenciano Sena y Marcela Acuña. El fiscal Martín Bogado abrió su alegato diciendo que “a Cecilia la mataron, la quemaron y creyeron que su poder los haría impunes”.
Caribe. Naciones Unidas acusó a Estados Unidos de cometer “ejecuciones extrajudiciales” en el Mar Caribe, lo que implica una violación del derecho internacional. “Deben poner fin a los ataques, más allá del presunto comportamiento delictivo que se les atribuya”, dice el comunicado. Donald Trump negó la posibilidad de atacar instalaciones en Venezuela después de que el Wall Street Journal y el Miami Herald dijeran que estaba entre sus planes.
Turismo. Fueron 706 mil los argentinos que viajaron al exterior en septiembre, un 21,8% más que en el mismo mes del año pasado. De ese total, casi el 22% eligió Brasil, el 17% se fue a Chile y el 15% (más de 100 mil personas), a Europa. En cuanto a los ingresos, 375 mil turistas extranjeros llegaron a la Argentina, lo que representa una baja del 18,9% en comparación con septiembre de 2024.
Por si te lo perdiste, salió #UnaCalleMeSepara: Fede Poore escribe sobre la Línea F de subte: se abrió la licitación pero también se abrieron algunos debates. Además, en #UnDíaEnLaVida, Tomi Aguerre nos recuerda el día en que Martín Lutero cambió la historia de la Iglesia Católica y del mundo.
Diego compró su primer auto en 1982. Era un FIAT 128. En 2003 lo encontraron abandonado en un gallinero en Salto. Estuvo en restauración durante un año y medio y así quedó. En 2021 intentaron venderlo en una subasta a un precio inicial de 400 mil dólares. No se vendió.
Cierro esta semana maradoniana con, a mi gusto, el mejor documental sobre Diego: el que hizo Asif Kapadia en 2019. Tiene mucho material inédito. Si te interesa, escribime.
Laura, lectora de estos correos, me dijo que la historia de Doña Tota que les conté ayer está en Diego de Fiorito, un libro de Ediciones Bonaerenses. Acá se puede descargar de manera gratuita.
Buen finde. Nos leemos el lunes 🙂
Lutero, la chispa que encendió la ReformaEl 31 de octubre de 1517, el monje Martin Lutero clavó una hoja de papel en la puerta de la iglesia de Wittenberg y cambió la historia.
Era la víspera del Día de Todos los Santos en Wittenberg, un pueblo alemán alejado de las grandes ciudades de la época, como Estrasburgo, Nuremberg o Augsburgo. Wittenberg, dice Lutero. Renegado y profeta, la biografía de Lyndal Roper sobre Lutero, era “un pueblo remoto de casas enfangadas y sucias, toda senda y escalón rebosaba barro”. Un pequeño pueblo de unos dos mil habitantes, construido en torno al castillo de su Elector (Federico el Sabio), donde se encontraba la iglesia en cuestión, y al monasterio de los agustinos, junto a su universidad.
En la joven Universidad de Wittenberg, que comenzaba a construir su primera reputación, estudiaba y daba clases un monje de 33 años. Había ascendido en la orden de los agustinos después de abandonar el Derecho, influenciado por Johann von Staupitz, un profesor que lo apadrinó y lo guió por el camino de la teología. Lutero avanzaba posiciones en la universidad. Enseñaba la ética y la dialéctica de Aristóteles. Obtuvo allí su doctorado y se convirtió en una figura pública, importante en el pueblo, hasta llegar a ocupar el cargo de su propio mentor como profesor de Teología.
Pero hasta ese 31 de octubre, Lutero casi no había publicado. Elaboraba argumentos para debates teológicos, interpretaba textos bíblicos y colaboraba en la redacción de sermones para monjes menos afectos a la tarea. ¿Qué llevó a ese monje de un pueblo remoto de Alemania a caminar la distancia que lo separaba de su oficina hasta la puerta del castillo para clavar sus opiniones en una puerta sobre la situación de la iglesia católica?
Sabemos y no sabemos. Lo primero que no sabemos es si el episodio efectivamente ocurrió. Para los protestantes, el hecho es un artículo de fe que dio comienzo a su reforma. El historiador del catolicismo Erwin Iserloh quiso desmitificarlo, señalando que en realidad nunca ocurrió. Lo que comenzó el cisma más grande de la historia de la Iglesia Católica no fueron las tesis clavadas en la puerta de la Iglesia sino el envío del mismo texto, en sendas cartas dirigidas al arzobispo Alberto de Maguncia y al obispo de Brandenburgo, Hieronymus Scultetus. Quienes se encargaron de relatar el suceso, además del propio Lutero, eran sus dos colaboradores más cercanos, Philipp Melanchton y Georg Roger, de quienes se sospecha que no se encontraban en Wittenberg esos días.

Pero otras evidencias apoyan la versión. La primera es lo que se pudo reconstruir del texto expuesto, que no fue conservado aunque se encontraron versiones de él en diversos formatos. Según esas reconstrucciones, el texto estaba impreso en una sola cara, en una hoja de papel alargada, lo que abona a la hipótesis de que fue impreso con la idea de pegarse en una pared. Un encabezado en letras más grandes, se cree, invitaba a debatir las tesis allí mismo en Wittenberg (lo que también sugiere que había sido diseñado para ver la luz pública de esta forma).
“Controversia sobre el valor de las indulgencias”, se titulaba el texto y consistía en un conjunto de argumentos enumerados pensados para el debate académico. Afirmaciones hipotéticas, concisas –dice el texto de Roper– y a veces difíciles de entender, que no se autoexplicaban sino que debían ser demostradas aportando más argumentos. No eran artículos cerrados ni consagraban verdades.
Pero produjeron un cisma.
“Cuando nuestro Señor y Maestro Jesuscristo dijo ‘haced penitencia’, ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia”, decía la primera de las tesis. Y significaba, en pocas palabras, una crítica demoledora al sistema de indulgencias establecido por la Iglesia Católica. Quería decir allí, el monje Lutero, que no bastaba con cumplir las penitencias, con orar y, fundamentalmente, con comprar indulgencias para estar libres de pecado.
Lutero no era el único crítico de las indulgencias pero fue, indudablemente, el más efectivo. De formación agustiniana, el monje sostenía que las obras de los humanos no alcanzan para garantizar la salvación y que esta dependía exclusivamente de la misericordia divina. La idea, dicha así, podía parecer inofensiva, nada más que un debate teológico sobre la salvación. Pero, en la práctica concreta, significaba un ataque directo a los fundamentos de la Iglesia medieval, a su corazón, a su cabeza (el Papa) y a su estructura social y financiera basada en un sistema de salvación colectiva.
Bajo este sistema, decía Lutero, la Iglesia había pervertido el sacramento de la confesión, que había dejado de ser un ejercicio espiritual para convertirse en una transacción económica. Y una muy sofisticada. Las indulgencias, una práctica que garantizaba el perdón papal de los pecados reduciendo el tiempo en el purgatorio a cambio de oraciones o pagos de dinero, eran una práctica extendida. Los vendedores de indulgencias llegaban a una ciudad, describe el cronista, con las bulas papales envueltas en satén o en una tela dorada. Todo el pueblo se movilizaba hacia la Iglesia, donde se colocaba la bandera de la Santa Sede, para notificar la presencia. Tan bien organizada estaba la cuestión que las indulgencias salían de imprentas locales, con un espacio en blanco para poner el nombre de quien la adquiriera.
El sistema era, para un agustiniano como Lutero, una tercerización de la fe. Que no se limitaba solo al sistema de indulgencias. “Pagaban –afirma el texto de Roper– a todo un ejército de proletariado de sacerdotes dedicados a recitar misas de difuntos y a mujeres laicas y pías para que se ocuparan de los hospicios y rezaran por el alma de los fallecidos con el fin de facilitar su paso por el purgatorio”. La vida religiosa de los cristianos funcionaba alrededor de ese sistema.
No sabemos en qué proporción pero sabemos que parte de la furia de Lutero con las indulgencias se debió a Johannes Tetzel, un fraile domínico que predicaba en la vecina ciudad de Jüterbog. Lutero se había hecho una fama. Era un monje severo que, fiel a su doctrina, cuestionaba la absolución de los pecados de los feligreses si no mostraban un verdadero arrepentimiento. Pero pronto se encontró con un problema. Esos mismos feligreses viajaban hasta Jüterbog y se volvían absueltos por Tetzel. “Aparecían con indulgencias de Tetzel –escribió el cronista protestante Federico Myconius– porque no querían renunciar al adulterio, al puterío, a la usura, a la adquisición injusta de bienes y a otros pecados y maldades”. El monje agustiniano quiso ir a ver por sí mismo y escuchó, cuenta la biografía de Roper, a Tetzel decir que las indulgencias eran tan eficaces que, gracias a ellas, “no pasaría por el purgatorio ni quien hubiera violado a la Virgen María”.
Claro que el motor de la historia no es la personalidad de sus ejecutores. La biografía de Roper sobre Lutero tiene ese mérito: hay tantos libros destinados a explicar la Reforma protestante desde la psicología del monje, su relación con su padre y su deriva posterior, que esta se destaca por no hacerlo. Cuenta el texto un caso revelador de esta sobredeterminación entre agencia y estructura, entre materialidad y el mundo de las ideas. El clérigo más importante de Alemania, el arzobispo Alberto, quería quedarse con la sede de Maguncia, que quedó vacante inesperadamente. Pero tenía un impedimento: el papa León X había decretado que los obispos debían tener al menos 30 años, y Alberto tenía 23. El conflicto tuvo su resolución cuando Alberto se comprometió a donar 21.000 ducados para financiar las obras de la basílica de San Pedro. Claro que el joven Alberto no disponía de esa suma, que debió pedir prestada a la casa de los Fugger, los comerciantes más ricos de la época y banqueros de Augsburgo. Parte del saldo de esa deuda que Alberto tomó con la familia Fugger se pagó con la venta de indulgencias, a cargo del fraile domínico Tetzel, aliado de Alberto. La amenaza de Lutero era sobre algo más grande que el sacramento de la confesión.
Sabemos una última cosa que puede contribuir a crear (y a creer) en la escena de Lutero caminando furioso hacia la puerta de la Iglesia con sus 95 tesis. Es la fecha. El 31 de octubre es la víspera del Día de Todos los Santos, una festividad cristiana que celebra a todos los difuntos que superaron el purgatorio y se santificaron completamente. Pero no es solo su motivo simbólico lo que apoya la escena sino también lo que ocurría entonces. En esa festividad, se exponía en la iglesia del castillo de Wittenberg, donde Lutero había colocado sus tesis, la colección de reliquias de Federico el Sabio, soberano de Sajonia. Miles de peregrinos se acercaban desde lugares lejanos de Alemania para observarlas. A cambio recibían, por supuesto, indulgencias.
No había mejor escenario para lanzar esas tesis al mundo que ese. No importaba si la mayoría de los peregrinos, rurales y urbanos, eran analfabetos. No era a ellos, aún, a quienes estaba dirigido el mensaje. Quienes debían comprenderlo, lo hicieron inmediatamente. Al menos algunos.
Los que recibieron las tesis por carta no comprendieron del todo la dimensión de lo que estaba sucediendo. Es cierto que esas semanas siguientes no hubo mucho revuelo. Las tesis no se discutieron. El obispo de Brandenburgo, que recibió la cuestión por carta personal de Lutero, no la respondió. Tampoco lo hizo el arzobispo Alberto, que en cambio hizo algo peor. Remitió el documento a Roma para que lo estudiaran los teólogos. Y lo que había comenzado como un problema en un pueblo remoto, pronto se convirtió en la posibilidad de una investigación papal por herejía y un problema para la Iglesia en su conjunto.
No sabemos cuánto se imaginaba Lutero de todo lo que ocurrió después. No sabemos si creía que sus páginas iban a terminar en Roma, si clavar sus escritos sobre una puerta lo podrían llevar a la hoguera (aunque esto no era difícil de imaginar). No sabemos si fantaseaba con que su manuscrito iniciara el cisma más grande de la historia de la Iglesia Católica desde su fundación; con que abriera el proceso de secularización de Occidente; o con que, como querrá un señor llamado Max Weber siglos después, su Reforma fuera la antesala del calvinismo, etapa anterior y fundacional de la ética capitalista.
No sabemos siquiera si ocurrió de esta manera. Si fue un papel pegado o clavado en una puerta. Si fueron unas cartas. Pero tal vez no importe. Tal vez solo importe que, a veces, un par de páginas clavadas en el lugar y el momento indicado pueden cambiar lo que hasta entonces parecía eterno.
Foto de portada: las puertas de Wittenberg, depositphotos.
A días de las últimas elecciones, Jorge Macri anunció el lanzamiento de la licitación para construir la línea F del subte, una inversión estimada en 1.350 millones de dólares. “Hoy damos un paso histórico. Es un orgullo que podamos encarar la obra de infraestructura urbana más grande del país”, dijo el jefe de Gobierno porteño.
La nueva línea unirá Barracas con Palermo, pasando por los barrios de Constitución, San Cristóbal, Monserrat, San Nicolás y Recoleta, un eje norte-sur que apenas se había comenzado a explorar con el histórico tramo Retiro-Constitución de la C y con la línea H, de 2007.
“La F será probablemente el legado más importante que le podemos dejar a Buenos Aires en términos de obra pública y movilidad. Vamos a tener una Ciudad mejor conectada, potenciando la intermodalidad y la centralidad de los barrios para el desarrollo urbano”, sostuvo Pablo Bereciartua, ministro de Movilidad e Infraestructura.
De acuerdo con el gobierno porteño, la nueva obra, que tiene fecha estimada de finalización en 2031, “facilitará el desplazamiento norte-sur, descongestionará a la Línea C y potenciará el uso de la red de subtes”. También tendrá combinaciones con otras líneas de subte y trenes, como el Ferrocarril Roca (en Plaza Constitución) y el San Martín (la estación Palermo).

La licitación va un paso más allá del anuncio que se hizo en febrero entre bombos y platillos de que la línea finalmente se iba a construir, algo que tomó por sorpresa a más a uno ya que antes de asumir Jorge Macri no había colocado al subte entre sus prioridades y hasta había sugerido reemplazar la línea F por un tranvía.
Ahora que la decisión política de construirla parece encaminada, el debate permeó en sectores más amplios no solo de la capital sino también del Gran Buenos Aires, en un marco de empeoramiento generalizado del transporte público de pasajeros.
El proyecto de la línea F tiene casi setenta años. Parece increíble, pero es así: comenzó a proyectarse a mediados de siglo XX, momento en el cual Buenos Aires ya había inaugurado sus primeras cinco líneas de subte y confirmaba el avance a paso firme del primer metro bajo tierra del Hemisferio Sur.
La idea de construir una línea que una Palermo con Barracas surgió con fuerza en el Plan Cóndor de Transporte de 1957 y volvió a aparecer en el Estudio Preliminar de Transporte de la Región Metropolitana (EPTRM) de 1973, que además incluía un estudio de la demanda de transporte basado en datos reales de los viajes diarios de la población. Pero las décadas pasaban y nada de esto se materializaba: la capital seguía viviendo de sus primeras cinco líneas.

En 1994, Buenos Aires obtuvo el estatus de ciudad autónoma y retomó el debate sobre su alicaído sistema de transporte. El trazado propuesto para la línea F, con algunos cambios, se plasmó en la Ley 670 de 2001, que determinaba la creación de tres nuevas líneas (F, G y la I), con sus respectivos recorridos y un amplio estudio de ingeniería. Mientras tanto, en plena crisis y con fondos propios, los gobiernos de Aníbal Ibarra y Jorge Telerman construyeron el primer tramo de la línea H, entre Once y Nueva Pompeya.
En junio de 2007, apenas horas después de ganar las elecciones a jefe de Gobierno porteño, el titular del PRO, Mauricio Macri, le dijo al diario La Nación: “En materia de subterráneos, nuestra propuesta es construir 10 kilómetros de líneas por año. Eso incluye (…) la iniciación de las F, G e I, que fueron aprobadas por la Legislatura”. El final de la historia es conocido: entre 2007 y 2015, durante sus dos mandatos como jefe de Gobierno, Macri construyó menos de 1 kilómetro de subte por año. De la F y del resto de las nuevas líneas, ni noticias.
El freno a varias de las nuevas líneas propuestas por la Ley 670 tuvo una justificación teórica parcial en el Plan Estratégico y Técnico para la Expansión de la Red de Subtes de Buenos Aires, que en el ambiente se conoce por su sigla, PETERS.
Publicado en 2015, año en el que asumió Horacio Rodríguez Larreta, el PETERS revisaba la pertinencia de cada una de las futuras líneas, proponía alternativas y terminaba por darle prioridad a unas más que a otras.
Mediante un complejo sistema de modelización, el estudio concluía –por ejemplo– que la Línea I entre Parque Chacabuco y Plaza Italia no era prioritaria y debía incluirse “sólo en etapas posteriores de ampliación de la red”. En paralelo, alentaba la construcción de metrobuses (esta suerte de sistema BRT adaptado a Buenos Aires) en áreas de menor densidad.
“La replicación del Metrobús puede y debe darse en todos los corredores donde sea posible su inserción urbana y donde conduzca a incrementos de velocidad para los colectivos. Cuando la capacidad del Metrobús se vea excedida, deberá darse paso a una tecnología de mayor capacidad como el subte” decía el estudio, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y agregaba: “Teniendo en cuenta que la infraestructura del subte es cara, debe ser utilizada al máximo de su capacidad. Frente a esto, puede entenderse al Metrobús como un modulador de demanda, que permita bajar los riesgos de que las nuevas líneas de subte cuenten con pocos pasajeros”.
De todas maneras, el estudio alentaba la construcción de las líneas F y G (esta última hasta Cid Campeador, en el barrio de Caballito), la ampliación de la línea C en sus dos extremos y la extensión de la Línea E hasta Palermo.

Increíblemente, Rodríguez Larreta vio este gráfico y decidió licitar cero kilómetros de subte a lo largo de su mandato. En una lectura selectiva del PETERS, abrazó la idea de que muchos de los nuevos tramos podían ser reemplazados por metrobuses, cuando el propio informe –prologado por Rodríguez Larreta– decía que “en proyectos de esta naturaleza, dejar de implementar mejoras y ampliaciones es inconveniente” y que dejar de lado los proyectos de ampliación implicaría “el abandono de un enorme capital, mientras en otros países del mundo se crean nuevas líneas de metro o se expanden las existentes”.
El PETERS nunca se aprobó y a la fecha no es un plan oficial, aunque sus 150 páginas conforman un buen material de consulta.
En diciembre pasado, entrevisté al secretario general de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), Mohamed Mezghani, que recordó –por si hiciera falta– que “los BRT no son un sustituto de otros modos, sino una pieza adicional en el espectro del transporte público de alta capacidad” y que para tener alguna chance de éxito debían combinarse con sistemas de metro, metro ligero, autobuses, servicios a demanda y diferentes variedades de movilidad compartida.
Todo indicaba que el abandono de la expansión de la red de subtes iba a continuar con Jorge Macri (de hecho, la única vez que el subte apareció en su página oficial de candidato a jefe de Gobierno fue para decir que iba a “instalar progresivamente una red de cámaras dentro de los vagones”). Pero al año de iniciada su gestión, y días antes del comienzo de la campaña legislativa porteña, la Ciudad amaneció empapelada con renders y afiches de “Subite al futuro” con diagramas de la nueva línea conectando Barracas con Palermo.
Al final, el argumento de que no se podía ampliar la red “sin el estudio de la demanda” y sin entender “cómo fue cambiando la movilidad”, como dijo una exsecretaria de Transporte, no era tan así. O, como sostiene este excelente hilo de X, que no existen criterios uniformes sobre la densidad necesaria que justifique construir transporte guiado masivo y que al final se trata de una decisión política.
Si podemos acordar que Buenos Aires es una ciudad con una red de metro corta para su población, y que tener menos accidentes, menos contaminación y menos congestión vehicular es un bien social deseado, no queda más que ampliar la red de subtes. ¿Y cómo se paga esto? Otro consenso entre especialistas en transporte: en ninguna parte del mundo estas expansiones se financian con el valor del boleto sino mediante fondos públicos directos, préstamos internacionales y mecanismos vinculados al crecimiento urbano que genera la propia expansión de la red.
Bienvenida, entonces, la novedad, y el haber dejado atrás la falsa dicotomía subte-metrobús que le hizo perder a la ciudad casi 20 años de desarrollo. No hay que entusiasmarse con líneas mágicas hechas en Paint ni ignorar el hecho de que cualquier sistema pesado de transporte requiere un mínimo de tráfico origen-destino laboral. Pero hasta Bogotá, Santiago, Quito, Panamá y Santo Domingo están haciendo metro. La experiencia de los últimos lustros tiene que servir para abandonar nuestra falta de ambición.
La afirmación del párrafo anterior corre para el gobierno de la Ciudad. La licitación de la Línea F es un paso adelante, pero ahora que está en marcha habrá que revisar el resto del plan de movilidad metropolitana. Hoy la política de transporte está exclusivamente centrada en la Ciudad Autónoma, sin vasos comunicantes con el resto del AMBA, lo que refuerza una tendencia hacia una mayor balcanización (“estos son mis colectivos, mis tarifas”). Y ya reaparecieron las justificaciones para no hacer más subte que el actual.
La semana pasada, el secretario de Transporte, Guillermo Krantzer, participó de la audiencia pública por el Trambús, el sistema de colectivos eléctricos que comenzarán a circular de manera piloto por el Metrobús de la avenida Juan B. Justo, y le restó importancia a la línea I, que podría unir Parque Chacabuco con Ciudad Universitaria. “Hoy es económicamente inviable la construcción de un subte en esta traza… tal vez dentro de cien años sí”, dijo Krantzer.
Pero como recordó el portal especializado enelSubte, la línea I se funda en estudios técnicos elaborados por Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), que hace más de dos décadas ya habían identificado al corredor como apto para el desarrollo de una línea de metro. Además, explican sus editores, “los barrios atravesados por la traza de la proyectada línea I están muy lejos de ser poco densos: Caballito, Villa Crespo y Palermo se cuentan entre los más densamente poblados de la capital, e incluso en los últimos años han sido protagonistas de un auténtico boom inmobiliario”.
El argumento de la supuesta escasa demanda no tiene en cuenta la demanda oculta, es decir, los usuarios que podrían realizar este tipo de viajes si existiera esta alternativa de conexión: “La propia existencia de la línea I, al incrementar la capilaridad de la red, permitiría generar nuevas opciones para realizar traslados que hoy, por falta de conectividad, directamente no se hacen”.
Lo mismo vale para la línea G, que en su tramo principal está llamada a cubrir un corredor de altísima densidad como la avenida Córdoba, “donde resulta muy difícil aumentar la capacidad del transporte público en el espacio en superficie disponible”, como indicó en su momento Cristian Moleres, especialista en ingeniería territorial de la UBA y actual consultor de movilidad y transporte del BID.
En este contexto, un funcionario con ambición podría encargar ya mismo una encuesta de movilidad pospandemia que ayude a diagnosticar lo existente, pero también a planificar lo deseado, lo que seguramente conduzca a modificaciones que reflejen los cambios ocurridos desde la sanción de la 670. Con ese estudio en mano, y si se consolida la baja del riesgo país, puede ser un buen momento para tomar deuda o concretar un préstamo internacional que nos permita acortar distancia con el nivel de cobertura de las mejores redes de metro. Subite al futuro.
Aumento del transporte en CABA. Milei se reúne con Macri. Se sigue reduciendo la planta de trabajadores estatales. Anuncios posteriores a la reunión con casi todos los gobernadores. Mañana habrá Marcha del Orgullo. Trump decidió que EE. UU. reanude pruebas nucleares. Los muertos del huracán.
La de todos los meses: noviembre llega con aumentos en el transporte público y los peajes en la Ciudad de Buenos Aires. El subte se va a 1.157,59 pesos.
El gobierno porteño viene subiendo la tarifa de sus 29 líneas de colectivos, el subte, premetro y peajes con actualizaciones mensuales de acuerdo a la última inflación que muestra el INDEC sumada a un 2%, así que, desde mañana, subirán un 4,1%.
Javier Milei recibirá al mediodía a Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. No se descarta que el encuentro incluya a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, que estuvo las últimas dos veces.
Esta semana Milei y Macri hablaron por teléfono, poco más de 10 minutos, cuando el titular del PRO lo felicitó por la elección de La Libertad Avanza que, en algunas provincias, fue en alianza con el partido de Macri.
También en esta jornada, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se reúne con intendentes.
La dotación de personal en la administración pública nacional, empresas y sociedades del Estado se redujo 0,7% en septiembre respecto de agosto y 7,6% interanual, según INDEC.
Hay 23.327 trabajadores menos en el Estado desde septiembre de 2024, pero, en ese mes del año pasado ya eran 35.262 laburantes menos que un año antes, así que se trata de una reducción de al menos 58.589 trabajadores.
El presidente recibió a los gobernadores (al final, fueron 17; en rigor, 16 y el jefe de Gobierno, además de tres vices) y después de eso dio una nota e hizo anuncios: va a viajar dos veces por mes a alguna provincias.
Ayer, además, el ministro del Interior Lisandro Catalán contó que se habló de las economías regionales, uno de los temas de agenda en las provincias. Todas son decisiones que dejan afuera a los mandatarios peronistas-kirchneristas: Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Gildo Insfrán (Formosa).
Mañana se hace la 34ª edición de la Marcha del Orgullo LGBTIQ+ en la Ciudad de Buenos Aires, bajo las consignas “El orgullo vence al odio”, “Reparación histórica para personas travestis y trans adultas mayores” y “Rechazo a los DNU 61 y 62/25”, que limita el acceso de adolescentes trans a tratamientos.
Es parte de la Semana del Orgullo, con propuestas culturales, artísticas y deportivas. En la convocatoria oficial, los organizadores llaman a “frenar la política de odio y la violencia fascista”. Desde las 10, habrá feria en Plaza de Mayo, con música en vivo, discursos y espectáculos. A la tarde, la marcha partirá a las 16 por la Avenida de Mayo rumbo al Congreso.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su país va a empezar a probar armas nucleares “en igualdad de condiciones” con Rusia y China, por primera vez desde 1992 y en medio de crecientes tensiones entre las superpotencias nucleares del mundo.
Hizo el anuncio antes de su reunión con el líder de China, Xi Jinping, en Busan, Corea del Sur, en lo que se había anunciado como unas conversaciones decisivas destinadas a restablecer la estabilidad tras casi un año de turbulencias comerciales y económicas.
El huracán Melissa dejó una devastación nunca antes vista en Jamaica, dijo Dennis Zulu, el coordinador residente de Naciones Unidas para el país insular. Más de un millón de personas, un tercio de la población, fue afectada por el ciclón. Se trata de un huracán que ya dejó 32 muertos en el Caribe.
La destrucción de la que habla es en materia de infraestructura, de propiedades, se perdió la conectividad de la red de rutas, la energía: los efectos del huracán estaban “repartidos por todo el país”, según detalló.
Hoy te quiero traer de Netflix el dato de que el 13 de noviembre se estrena el documental de tres episodios sobre el asesinato al joven Fernando Báez Sosa en 2020 a la salida de un boliche. Ya salió el trailer de esta tristísima historia.
Donald Trump instruyó al Pentágono a retomar las pruebas de armas nuclearesBuenas, ¿cómo va?
Esto es algo de lo que pasó hoy: reunión de gobernadores en la Rosada, desmienten una jornada laboral extendida, la masacre en Río de Janeiro, tres mercenarios argentinos murieron en Ucrania y Estados Unidos retomará las pruebas de armas nucleares.
Leer este mail te va a llevar tres minutos y medio.
Los mercados deberían cubrir con facilidad y entusiasmo las necesidades de financiamiento de Argentina para 2026.
Gobernadores. Desde las 17, un grupo de veinte gobernadores están reunidos con el gabinete en Casa Rosada para buscar consensos sobre el presupuesto del año que viene y las futuras reformas. Además del bonaerense, Axel Kicillof, otros tres mandatarios provinciales no fueron convocados: Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Gildo Insfrán (Formosa) y Ricardo Quintela (La Rioja). El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dijo que para el presidente es una pérdida de tiempo: “¿qué sentido tiene sentar en la mesa a alguien que no tiene vocación de acuerdo sino de confrontación?”.
Jornada laboral. El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, negó que el Gobierno estuviera pensando en extender la jornada laboral. “Nunca lo escuché”, dijo. Quienes aseguran que esto está en los planes de La Libertad Avanza se apoyan tanto en el DNU 70/23, que menciona que se respeten “los mínimos indisponibles de 12 horas de descanso entre jornada y jornada”, y en un proyecto de la diputada libertaria Romina Diez que va en la misma dirección.
Comando Vermelho. Mientras el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, califica el megaoperativo como un éxito, hay especialistas que hablan de una masacre y ponen en duda que todas las personas fallecidas sean miembros de Comando Vermelho. Muchos residentes de Penha se quejaron de que la policía irrumpiera en sus casas, los insultara y amenazara. Dentro de las armas que le incautaron a la organización criminal, las autoridades encontraron un fusil FAL de las Fuerzas Armadas argentinas.
Mercenarios. Tres argentinos que luchaban con el Ejército de Ucrania murieron tras un ataque ruso con drones y bombas aéreas guiadas. Se habían sumado a las tropas hacía solo dos meses en calidad de mercenarios. Ninguno de ellos había integrado las filas del Ejército Argentino y era su primera misión: intentaban recuperar Sumy, una ciudad del noroeste ucraniano tomada por Rusia. Eran José Adrián Gallardo, de 53 años; Mariano Franco, de 47; y Ariel Achor, de 25.
Nuclear. Donald Trump instruyó al Pentágono a retomar las pruebas de armas nucleares, algo que no sucede desde 1992. Su objetivo es estar en igualdad de condiciones con Rusia y China que, según el presidente estadounidense, están haciendo este tipo de testeos. La Asociación de Control de Armas indicó, sin embargo, que el único país en hacer pruebas nucleares en el siglo XXI fue Corea del Norte. Además, Trump se reunió hoy con su par chino, Xi Jinping. En una escala del 1 al 10, calificó el encuentro con un 12.
Por si te lo perdiste, salió #RecetaParaElDesastre y Valentín Muro te explica por qué pasar un buen rato cara a cara es mejor que compartir un buen reel con alguien. Pablo Ibáñez escribió sobre el domingo negro del PJ: ¿qué va a hacer el peronismo ahora?
Y no te olvides de sintonizar, desde las 20, #ElFinDeLaMetáfora. Iván, Manu, Jairo y Déborah y toda la información sobre el Congreso, la economía, el gabinete y las internas en el peronismo.
El 30 de octubre de 1960, a una cuadra del hospital Evita de Lanús, Dalma Salvadora Franco, conocida como Doña Tota, se encontró un prendedor en el piso con forma de estrella. Quince minutos después –cuenta ella misma– nació Diego. “Al ver esa estrella que brillaba supe que mi hijo iba a ser especial”. Le agradezco a Marcos Aramburu por haber recordado esta hermosa historia perdida.
En esta página tenés un montón de jueguitos maradonianos (están al final). Y otra cosa: este video. No son goles ni asistencias, son cincuenta jugadas mágicas de Diego en Napoli. Un artista. Nunca a nadie le pegaron tanto.
Nos leemos mañana 🙂
Por qué el cerebro necesita amigosAbrir Instagram es como ver una fiesta del otro lado de la ventana. Podríamos entrar y probar suerte. Quizá encontremos alguna cara conocida, quizá podamos hablar con un extraño. Pero nos ajustamos la bufanda y seguimos camino.
La paradoja de nuestras vidas tan insoportablemente conectadas no supone novedad alguna. Hace más de una década Sherry Turkle la documentó exhaustivamente en Alone Together (2011), donde exploraba “por qué esperamos más de la tecnología y menos de los demás”. El océano de conexiones virtuales que navegamos a diario nos hace sentir un creciente vacío, un malestar que afrontamos de manera confusa porque todo nos indica, gracias a las palabras que usan las plataformas, que nos rodean “amigos” y “seguidores” a quienes cada tanto les “gusta” que demos señales de vida.
Este es el contradictorio escenario que procura indagar el libro Why Brains Need Friends (Por qué el cerebro necesita amigos, 2025), acerca de la ciencia de las conexiones sociales, del neurocientífico Ben Rein. Pero mientras que Turkle dedica una buena parte de su libro a explorar nuestra relación con las máquinas y otra a la ansiedad y malestar que muchas veces provoca, Rein se dedica no solo a indagar en los fundamentos neurobiológicos de las relaciones sociales humanas sino también a bocetar una suerte de brújula para intentar sentirnos un poquito mejor frente a un mundo que no da señal alguna de cambiar o retroceder en sus modos.
Su tesis es brutalmente directa y no admite matices: la conexión social no es un lujo opcional, un mero capricho de nuestro tiempo libre o una actividad recreativa más, sino un componente indispensable de nuestra salud física y mental, que en vez de ubicarse en el centro de la pirámide de Maslow debería ubicarse en la base, junto con el ejercicio físico, las horas de sueño o una nutrición equilibrada. Cuidar nuestros vínculos, argumenta, no es más que honrar nuestra biología y supone reconocer que la soledad representa la mayor crisis de salud de nuestro tiempo, de la que se habla pero quizá no lo suficiente.
Este libro se ubica cómodamente en el estante de neurociencias barra autoayuda barra comunicación de la ciencia. Ya en la primera página propone una especie de “juramento hipocrático” de no utilizar “grandes palabras” e insta a sus colegas a hacer lo mismo: “La jerga científica ha entorpecido el significado de los artículos académicos, impidiendo que el público los siga”. Algo de razón tiene.
El riesgo que la simplificación de argumentos y conceptos científicos supone es cierta caricaturización si no la deliberada manipulación en favor de cierto relato. Pero ya discutimos sobre eso en otra oportunidad.
Según reconstruye nuestra historia evolutiva, el cerebro humano se forjó en torno a la vida comunitaria, por lo que al percibir el aislamiento prolongado lo interpreta no como un mero bajón anímico o una preferencia personal sino como una amenaza a nuestra supervivencia, tan primordial como el hambre o el dolor físico. Esta es una de sus tres “duras verdades sobre la interacción social”. Las otras dos son que vivimos en un mundo en el que las redes sociales, la polarización política o la pandemia ampliaron nuestra distancia con el prójimo, y que a pesar de ser tan necesario para nuestro bienestar, el cerebro humano posee “deficiencias intrínsecas” que nos dificultan nuestra relación con otros.
El precio que pagamos por la forma negligente en que descuidamos nuestros vínculos no es otro que nuestra calidad de vida, si no la expectativa de vida misma. Entre varios cientos de trabajos, el libro se apoya en un estudio que luego de seguir a más de 300 mil personas durante un promedio de siete años, período en el que algunos participantes fallecieron por causas naturales, encontró que quienes tenían vínculos sociales más débiles presentaban un 50% más de probabilidades de morir durante el estudio.
En comparación, el aislamiento social resulta alrededor de un 60% más perjudicial que la obesidad y un 40% más que vivir en una zona con alta contaminación. Asimismo, los pacientes del hospital separados para el control de infecciones muestran más ansiedad y depresión y suelen tener una peor evolución. Los presos que experimentan aislamiento tienen un 24% más de probabilidades de morir en el año posterior a la liberación, con un marcado aumento en el suicidio.
Desarmando el misterio, el aislamiento social deriva en mayor estrés, lo cual supone niveles elevados de la hormona correspondiente, el cortisol, lo que mantiene al cuerpo en un estado de alerta constante e insostenible. Esta sobrecarga hormonal crónica desencadena una inflamación sistémica de bajo grado que puede derivar en daño cerebral a nivel celular y llega incluso a provocar el encogimiento físico de áreas críticas para la cognición, como los centros de la memoria. De ahí a las enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer hay una sola estación.
Un rápido razonamiento nos debería hacer sospechar que aquellas personas que viven muchos, muchos años y mantienen una envidiable salud poseen también vidas sociales suficientemente interesantes. Y esa es precisamente la conclusión de un reciente trabajo acerca de los “superancianos”, personas de 80 años o más que aún conservan el rendimiento cognitivo de una persona de 50: no comparten una dieta mágica, un régimen de ejercicio o algún medicamento milagroso. Lo único que los une es “cómo ven la importancia de las relaciones sociales”, como explica una de las autoras.
Estas personas, de una marcada tendencia a la extroversión, poseen cerebros con una mayor densidad de neuronas de von Economo, células especializadas cruciales para procesar la complejidad de los comportamientos sociales. Esta característica, podemos especular, les permite no subestimar el placer y beneficio propio de la interacción social genuina y así subsanar una de las tres “duras verdades” de Rein: somos pésimos detectando que estamos solos y confundimos con facilidad la corrosiva sensación de soledad con el ruido omnipresente del estrés cotidiano.
Nuestras entretejidas vidas digitales agudizan nuestro aislamiento mucho más de lo que lo subsanan. Nuestra historia evolutiva moldeó al cerebro para priorizar la riqueza informativa del contacto cara a cara — que nos permite descifrar microexpresiones en las cejas y o seguir la dirección de la mirada — , se siente profundamente anacrónico en el entorno digital actual. Para no hacerme cargo de la analogía, el autor sostiene que “el cerebro en las redes sociales es como un carruaje tirado por caballos en una autopista. Está fuera de lugar, es una herramienta arcaica que se abre paso a través de un mundo virtual completamente nuevo, rápido y, a menudo, abrumador”.
Sin controversia alguna, las interacciones mediadas por pantallas, ya sean videollamadas, mensajes de texto o redes sociales, fracasan inevitablemente en replicar la experiencia completa porque eliminan, por diseño, señales sociales cruciales — la calidez del tono de voz, la complejidad de las expresiones faciales, el contacto físico — que el cerebro necesita para sentirse emocionalmente nutrido y establecer vínculos con comodidad. Esto no es una diatriba en contra del trabajo remoto, pero de más está decir que no todo debería ser trabajo en la vida.
No se trata de una mera preferencia subjetiva o nostálgica de tiempos mejores en los que corríamos por el patio y para conectarse a Internet debíamos escuchar una orgía de robotitos en la línea telefónica: las interacciones en persona suelen ser más efectivas para hacernos sentir bien. Incluso momentos cara a cara triviales — un saludo al vecino gruñón, una charla con quien nos sirve un café — importan desproporcionadamente más para nuestra salud cerebral que horas de interacción digital.
Nuestros cerebros, que son más o menos iguales desde hace unos 200 mil años, imponen un límite natural a nuestros universos sociales: las redes estables y significativas que podemos mantener activamente rondan las 150 personas (el famoso número de Dunbar), una cifra que la tecnología no logró expandir sustancialmente, y la preferencia innata por el contacto real persiste con obstinación. En otras palabras, este es un buen momento para revisar cuántas personas seguís en Instagram.
El genuino contacto con otras personas que queremos y nos hacen sentir queridos nos recompensa de manera tal que una descomunal proporción de la literatura universal se dedica tanto al amor como a la amistad. En la raíz misma del desarrollo de la filosofía estuvo cierta obsesión por entender por qué a estos animales racionales nos interesa tanto mezclarnos entre personas que consideramos dignas de nuestra atención. Podríamos incluir a continuación un párrafo entero que torpemente suelte alusiones a la oxitocina, la dopamina y la serotonina — el “brebaje encantador (…) que nos hace sentir excepcionales”, según Rein — pero ya bastante estiramos la ciencia hasta este punto.
La tendencia a la amabilidad y la necesidad de conectar no son meras construcciones sociales sino que están profundamente arraigadas en nuestra herencia evolutiva. Pero esta es la misma que se manifiesta en uno de los mayores defectos de nuestros pobres cerebros: nuestra capacidad para la empatía no se distribuye equitativamente. El cerebro tiende a reservar su mayor simpatía y resonancia emocional para los que son como nosotros, y no para “los otros”. Este mecanismo, quizá adaptativo en pequeñas comunidades de antaño, se vuelve potencialmente destructivo en un mundo diverso, globalizado e intensamente interconectado.
Rein no se limita al diagnóstico pesimista. Lo que propone es una suerte de rediseño consciente y activo de nuestras vidas para que las interacciones sociales no sean una anécdota sino una parte integral e innegociable de nuestra rutina semanal, al mismo nivel que nuestras responsabilidades laborales o el cuidado físico. Un ítem más por el que sentir algo de culpa.
Es un lindo libro, de esos que podemos regalar a modo de indirecta. Puede ir acompañado de una notita, librada a la interpretación: “Si no nos vemos más seguido, puede que mueras antes de tiempo”.
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Esquirlas del domingo negro del PJ: el baile de CFK y las culpas de la derrotaAl rato del triunfo libertario, Martín Llaryora llamó a al menos dos dirigentes libertarios. Uno con despacho en la Casa Rosada y otro con oficina en el Congreso. Su lista, que encabezó Juan Schiaretti, venía de perder por 14 puntos y casi 300 mil votos. “Ya pasó, empecemos de nuevo”, se prosternó. Al principio de la gestión de Javier MiIei, el cordobés toreó al presidente. Retrocedió rápido porque contrarió a sus votantes.
Con volúmenes inferiores a los que proyectaban hace 100 días y, todavía menores que los que estimaban en el verano, La Libertad Avanza (LLA) ganó Córdoba, aceleró la debacle de Schiaretti y le puso a Llaryora un doble límite: la paliza cordobesa pausa, por un lado, la fantasía del gobernador de jugar en la presidencial del 2027 y, por otro, lo obliga a priorizar su reelección con la amenaza de una irrupción libertaria en la provincia.
Entre varias formas de medir el impacto de la victoria de LLA, Barda encontró un téster puntual: no solo la cantidad de diputados que sumó –junto a la de la UCR en 1985 es la que agregó más bancas en un solo turno, 64, pero incluso en aquel momento el radicalismo de Raúl Alfonsín ganó la elección en 20 provincias de 23, porque Tierra del Fuego no eligió diputados– sino el crecimiento respecto a la ejecutiva en la que fue electo, en la que superó a Mauricio Macri.

El mapa a mano alzada del panperonismo, un espacio espectral porque son etnias antagónicas, muestra que la derrota fue casi total. Solo en siete provincias ganó el PJ. La biopsia de esas victorias permite algunos links. Por caso que solo una de las siete tuvo el sello Fuerza Patria, de identidad K, y que en las cinco que el peronismo gobierna, sus jefes locales tienen juego propio e, incluso, algunos coquetearon con Milei y tensaron con Cristina.
“¿Qué hacía Cristina bailando en el balcón el domingo a la noche? ¿Qué festejaba?”, dijo, más shockeado que molesto, un jefe territorial del interior que le puso el cuerpo a la campaña y que leyó que el resultado bonaerense fue un golpe duro, porque agudiza la interna peronista y porque hace tambalear la expectativa que algunos ponían sobre Axel Kicillof como emergente hacia el 2027.
Salvo Gildo Insfrán, casi inasible de esa isla llamada Formosa, atravesó todas las temporadas siendo Insfrán, y esta no fue la excepción. Que tenga, todavía, su propio sello parece un detalle pero no lo es. Insfrán ganó como gana siempre, con casi 60%, y más de 20 puntos sobre el segundo que fue LLA y, esta vez, evitó la dispersión de otras elecciones. Una diagonal similar hay que hacer con Gerardo Zamora que retuvo, sin despeinarse, Santiago del Estero.
La lupa sobre los otros cuatro gobernadores. Osvaldo Jaldo, que renunció a la diputación para que asuma Javier Noguera, fue el peronista más mileísta hasta que a mitad de año entendió que debía ganar la elección de medio término para tener sobreviva. Acertó: con el peronismo dividido, Milei ganaba en Tucumán. Sus tres diputados, del bloque Independencia, que ayudaron a la Casa Rosada ahora valdrán menos porque LLA tendrá una mayor oferta de manos.
Se puede cuantificar el peso legislativo del Pacto de Mayo y, según un relevamiento que hizo el consultor Pablo Salinas, la cantidad de diputados y senadores que aportan los gobernadores dadores de gobernabilidad, se reducirá a partir del recambio legislativo. Algunos, como Alberto Weretilneck de Río Negro, se quedarán sin delegados (ni diputados ni senadores). La cuenta general –incluyendo a Zamora, Jaldo y Jalil– refleja que hay una pérdida de poder legislativo de los gobernadores.

Raúl Jalil, de Catamarca, fue –luego de Jaldo– el gobernador más vidrioso, con empatía conceptual con Milei y adhesión política y legislativa. Llevó, paradójicamente, la marca Fuerza Patria porque convive en la provincia con Lucía Corpacci. “A Jalil y Jaldo les fue mejor porque no puteaban a Milei”, exageró (¿) un operador libertario frente a Cenital. Es extremo pero algo de verdad trafica: los dos gobernadores fueron colaboracionistas.
Ricardo Quintela, que zafó por poco en La Rioja, tiene a Martín Menem pisándole los talones en la provincia y viene, además, de tener cortocircuitos con Cristina Kirchner luego de su avanzada, frustrada, por tener un lugar en la jefatura del PJ nacional. Si hace diez días pensaba cómo pararse en el peronismo nacional, todos ahora tienen como prioridad enfocarse en preservar sus provincias en el 2027.
Sergio Ziliotto, que por ubicación física tenía el peor desafío –rodeado de triunfos violetas– se ancló en una tendencia de La Pampa, provincia que el peronismo gobierna ininterrumpidamente desde 1983, y gana, casi sin excepción, en todos los turnos salvo una ajustadísima victoria en 2017. Quintela y Ziliotto tuvieron un rasgo común: más cercanos a Kicillof que a CFK, no compitieron como Fuerza Patria.
Las victorias en San Juan y Santa Cruz se pueden poner, por las cercanías, en la cuenta de Cristina: Sergio Uñac ordenó casi exclusivamente el armado sanjuanino mientras se montó a Primero La Patria, el espacio peronista federal con terminales en San José 1111, mientras que Juan Carlos Molina, también con vínculo directo con la expresidenta, se recortó como la figura más taquillera en la provincia que en 2023 perdió el peronismo.
Consuelos mínimos, el peronismo –por ejemplo el de Córdoba, donde la unidad de Schiaretti con Natalia De la Sota tampoco servía matemáticamente para ganar– vio que el voto libertario adquirió una dinámica muy parecida a lo que fue Juntos por el Cambio, en eso de triunfos muy contundentes en sectores sociales altos y ganó, pero con márgenes reducidos, en los sectores más bajos donde, además, hubo menos concurrencia.
Una foto extrema pero ilustrativa: en el circuito Country del Oeste, Gonzalo Luna de LLA sacó 82,8 y Schiaretti 7,2% y en lugares similares, la boleta libertaria estuvo cerca de los 70 puntos mientras que el ex gobernador estuvo apenas arriba del 10%. El derrape de Schiaretti, y de las variantes peronistas de Provincias Unidas, que incluye a Florencio Randazzo, extiende la crisis peronista más allá de los límites del dispositivo Fuerza Patria.
Que el sostén electoral de Milei se empiece a parecer, cada vez más, al de Macri es un dato que se verificó –mediante la lectura de los micro datos de la elección de mayo– en CABA y pareció confirmarse no solo el 7 de septiembre en PBA, donde LLA se nutrió del voto amarillo, sino que ahora se replica casi sin excepción en las provincias. Es lo que, a simple vista, y quizá con un criterio a analizar, se traduce como voto antiperonista.
Se puede ver que además del voto anti caos o anti estallido –que planteamos el sábado en Cenital, acá– apareció con intensidad el voto antiperonista o, de mínima, el voto no peronista. Milei, tomando la cuantificación que hizo Javier Correa, estuvo más cerca del techo de los 43% que del piso del 37% que el antiperonismo tuvo en la última década en elecciones. Pero también, como dijimos el lunes acá, con 9,3 millones de votos, apenas sumó 1,3 a los 8 que tuvo él solo en la general de octubre 2023 y quedó más de un millón abajo del mejor de JxC que estuvo por encima de los 10 millones.
Hay que volver, siempre, a la lectura nominal porque los porcentajes pueden ser engañosos. Sin ser un espanto, el 26-O votó el 67% del padrón, 4 puntos debajo de la peor concurrencia histórica que se registró, post pandemia, en 2021 y 10 menos que en 2017. Esos votos que no fueron a ningún lado, porque literalmente se quedaron en la casa, no tuvieron el incentivo ni del antiperonismo ni del anti caos y, lo que indican los análisis en proceso, tiene que ver con sectores bajos y posiblemente con más incidencia entre jóvenes.
Ramón Puerta, misionero, peronista y gran contador de anécdotas, hacía una jocosa descripción del peronismo como si fuesen tribus y hablaba de peronista homo bonaerensis, con características más físicas –que no viene al caso mencionar– pero que sugerían un matiz político sobre otros peronismos.
Tras la remontada de LLA en la provincia, que golpeó a Kicillof y generó cierto regodeo en sectores K que cuestionaban el desdoblamiento, el peronismo se entregó a una de sus pasiones: militar la interna. Los pases de facturas son numerosos, por anticipar la elección, sobre la falta de movilización de los intendentes, contra la lista y la campaña, por la falta de estrategia local y nacional.
La matemática es bastante clara: el PJ sacó menos votos que lo que explica que no hayan votado los extranjeros. Asimismo no parece contemplarse la dificultad de la BUP ni, tampoco, que la sola existencia de ese sistema, eliminó el arrastre automático que suponía la boleta partidaria pero, sobre todo, una dimensión que el sistema bonaerense no asume: también, como ocurre en todas las provincias, puede ser que cuando se votó lo local se vote de un modo y cuando se vote lo nacional, se haga de otro.
Ocurre en todos lados. Del mismo modo, la gran elección de LLA, en la que ganó en 15 provincias, no significa que en 2027 habrá gobernadores libertarios en esos distritos. Nada lo descarta pero lo que en Salta, Corrientes, Córdoba, Misiones o Santa Fe –por citar casos notorios- ocurre hace tiempo, ahora tuvo la primera expresión en la provincia de Buenos Aires. Vale, sobre el 7-S, un dato más: quizá se sobreestimó la lectura de esos 13,6 puntos de diferencia al creer que el tiempo de Milei se había terminado.
Del mismo modo, aunque es un golpe, la victoria de LLA –sobre un peronismo que sacó el porcentaje más alto en una intermedia y más votos que nunca– no saca de la cancha nacional, para el 2027, a Kicillof. Lo que puede, además, advertir que en 2025 se estrenó un modelo que quedará instalado: el desdoblamiento electoral en la provincia, incluso cuando se elijan gobernador e intendentes.
Milei, con gobernadores. El Banco Central avisó que comprará reservas. Quejas de sectores de discapacidad por la recomposición anunciada. La FED bajó las tasas de interés. Argentina cambió el voto sobre el embargo a Cuba. Se reunieron los presidentes de China y Estados Unidos. Datos finales del operativo policial en Brasil: 132 muertos.
A las 17, entre 15 y 19 gobernadores irán a Casa Rosada invitados a dialogar con el presidente. Es parte del plan de consenso del Ejecutivo con sectores que no estén vinculados al kirchnerismo para avanzar, primero, en el tratamiento del Presupuesto 2026.
Raúl Jalil (Catamarca), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Claudio Poggi (San Luis) y Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires) son algunos confirmados, según la agencia NA.
Y la idea del Gobierno (con impulso y bajo presión de Estados Unidos) es que ese mismo grupo de mandatarios acompañen los proyectos oficiales de reforma laboral, impositiva y tributaria, que todavía no se conocen aunque algunos funcionarios dieron anticipos.
El Banco Central planea, en los próximos meses, quizás a partir de 2026, comprar y acumular reservas que servirán para remonetizar la economía y pagar vencimientos, como le viene demandando al Gobierno el FMI.
La información llegó ahora y en inglés, pero detalla una exposición que hizo el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, ante inversores semanas atrás. El informe avisa que, tras las elecciones de medio término, se abre una oportunidad para la recuperación de la demanda de dinero.
El Gobierno anunció una suba de entre 29 y 35% en los valores del nomenclador para prestadores de discapacidad. Familias de personas con discapacidad y organizaciones repudiaron que haya sido una decisión unilateral y se siga incumpliendo la Ley de Emergencia votada en el Congreso.
La Agencia Nacional de Discapacidad informó una recomposición «en tres tramos sucesivos, entre los meses de octubre y diciembre», pero no sólo no cumple la ley ya promulgada sino que, sostienen los prestadores, llevan una pérdida real cercana al 70%, así que la suba es insuficiente.
Ante el miedo a una ralentización económica y el riesgo al descontrol de los precios que ya genera desempleo, la Reserva Federal (FED) apostó por los primero: el Banco Central de Estados Unidos decidió reducir las tasas de interés en 25 puntos básicos hasta un rango de entre 3,75% y 4%, el más bajo en tres años.
Es la segunda vez, tras la que ocurrió en septiembre, para tratar de dinamizar la actividad económica. Pero es la primera desde que se creó el comité en la década de 1930 que los funcionarios establecen la política monetaria sin tener un mes completo de datos sobre el empleo público debido al cierre del Gobierno.
Por primera vez en la historia, el Gobierno decidió votar en contra de la resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que pedía el fin del embargo de Estados Unidos sobre Cuba. La medida fue votada a favor por 165 países y sólo fue rechazada por siete, entre ellos la Argentina.
Estados Unidos, Hungría, Israel, Macedonia del Norte, Paraguay y Ucrania fueron los otros votos en contra. Las 12 abstenciones: Albania, Bosnia y Herzegovina, Costa Rica, Chequia, Ecuador, Estonia, Letonia, Lituania, Marruecos, Moldavia, Rumania y Polonia.
Hace unas horas, ocurrió el primer encuentro cara a cara entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping desde el regreso del republicano a la Casa Blanca. Fue en la ciudad de Busán, en Corea del Sur, en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico.
Hay expectativas sobre un posible avance hacia la paz en la guerra comercial que disputan las dos economías más grandes del mundo. Trump está de gira por Asia para sellar nuevos acuerdos comerciales que refuercen la presencia de empresas estadounidenses en la región, pero eso ya lo sabías porque te lo contó Fede Merke en #MundoPropio.
Organismos internacionales de derechos humanos repudiaron el asesinato de 132 personas en el operativo policial del gobierno de Río de Janeiro que se anunció para detener a las autoridades de Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil. Los datos son de la Defensoría Pública regional.
“El presidente quedó horrorizado con el número de víctimas fatales”, le dijo a la prensa Ricardo Lewandowski, ministro de Justicia de Lula da Silva. Te aconsejo no ver las imágenes de cómo eran retirados los cadáveres de las calles. Cuenta el colega Germán de los Santos que muchas de las armas que usan los grupos criminales brasileños fueron robadas de las fuerzas armadas argentinas.
Los muertos son todos hombres y hay personas que todavía buscan a sus familiares. Según el gobierno de Río, las personas fueron abatidas tras “reaccionar” a las acciones de los agentes. El gobernador Claudio Castro sólo lamentó el asesinato de policías. La Corte Suprema de Brasil le pidió explicaciones al gobernador por el cruento operativo policial.
El gobierno argentino anunció un “refuerzo” en la frontera. Se conoció que hace dos semanas hubo condena a ocho personas que lavaban plata de Comando Vermelho en Nordelta.
Diego Maradona hubiera cumplido hoy 65 años. Habrá merecidos homenajes en todas partes y soy de las que va a ver todos los que pueda. Si sos de los míos, acá te dejo todos los goles de Diego en la Selección.
Claves de las elecciones 2025: consolidación sin hegemonía y resistencia sin liderazgoAunque las elecciones legislativas se disputan distrito por distrito, solo una fuerza logró competir en todo el país y triunfar en votos y bancas: La Libertad Avanza (LLA). Finaliza el año electoral fortalecido en términos políticos: consolidación de su partido a nivel nacional, absorción del PRO a sus filas y mayor volumen legislativo.
El desempeño de LLA, al igual que el peronismo en 1993, fue el mayor en cantidad de bancas ganadas en una elección desde la vuelta de la democracia y fue similar al de Cambiemos en 2017. El gobierno de Javier Milei —que comenzó su mandato con su principal flanco débil en la representación parlamentaria— consiguió un escudo legislativo de un tercio para bloquear leyes y sostener vetos y una potencial espada parlamentaria para avanzar con su programa de reformas: LLA pasó de 37 a 80 bancas propias y, de sostener su coalición con el macrismo (24), tendría una primera minoría para impulsar reformas.
¿Fueron sorpresivos los resultados? Si se los pone en perspectiva, no. Desde 1983 hasta 2019, la competencia política argentina estuvo estructurada por un clivaje de clase: el peronismo representaba a los sectores populares y de menor nivel educativo, mientras que la UCR primero, y luego Cambiemos/Juntos por el Cambio, concentraban el voto de las clases medias y altas. Esta sociología electoral se quebró en 2023 con la irrupción de Milei. Su electorado, a diferencia del tradicional, es transversal en términos sociales y geográficos, y se organiza en torno a tres nuevas dimensiones: género (predominio masculino), generación (mayoría de jóvenes) e ideología (adhesión a un programa privatista, promercado y punitivista en materia de seguridad).
Por un lado, las orientaciones ideológicas de la opinión pública —favorables al achicamiento del Estado y a un orden más duro — se mantuvieron estables desde 2023, y explican buena parte de la continuidad del voto oficialista. Por el otro, el rechazo al “antiguo régimen” sigue operando como el principal eje que organiza las preferencias políticas a nivel nacional.
La oposición llega y sale de esta elección en crisis. En apenas 45 días confluyeron todos los condimentos de una tormenta perfecta —problemas económicos, candidatos que se bajaron, escándalos de corrupción y conflictos internos—, y aun así ninguna fuerza logró capitalizar los costos del Gobierno. Falta una oferta política que construya una narrativa coherente, novedosa y convincente, capaz de organizar un nuevo sentido de futuro y generar liderazgos que lo expresen.
El peronismo, que sigue siendo la principal fuerza opositora, continúa debilitándose electoralmente. Solo se impuso en siete provincias y acumula veinte años de derrotas legislativas consecutivas (2005–2025). Su merma en el caudal de votos respecto de las últimas elecciones legislativas se dio especialmente por el deterioro en Córdoba y en varias provincias del noroeste argentino —como Salta, Santiago del Estero y Jujuy—. La pérdida de volumen federal y la falta de una narrativa renovada debilitan su capacidad de representar un proyecto alternativo de país.
En la provincia de Buenos Aires, el desdoblamiento y consecuente municipalización de las elecciones permitió a Axel Kicillof despegarse del resultado nacional y ganar a partir del apoyo de los intendentes. Sin embargo, la elección nacional volvió a mostrar niveles de concentración del voto inéditos desde 1997, consolidando la tendencia de los últimos tres comicios nacionales: mayor concentración y mayor competitividad. La propuesta de LLA alcanzó en territorio bonaerense un 41,5%, comparable a los picos históricos de Cambiemos en 2017 o del radicalismo en 1985.
El resto de la oposición tampoco logra estructurarse. El proyecto de los gobernadores nucleados en “Provincias Unidas” que, una vez más, buscaba construir una opción de centro, se diluyó antes de consolidarse. La fuerza centrífuga de la polarización volvió a interponerse ante cualquier intento de moderación.
Pese al triunfo nacional, seis de cada diez argentinos rechazaron al gobierno nacional. Milei ganó la elección pero no la mayoría social. Su consolidación institucional no elimina los límites de su legitimidad política ni resuelve la fragilidad de un sistema que se configura más por rechazo que por adhesión.
La participación electoral, del 67,9%, fue la segunda más baja desde 1983. Por primera vez se rompió el piso del 70% en dos legislativas consecutivas. No es solo un dato estadístico: refleja una desafección persistente que atraviesa el sistema político y erosiona su legitimidad representativa.
Las elecciones de 2025 profundizan la reconfiguración política iniciada en 2023. Un oficialismo que se expande sin mayoría, una oposición que conserva estructura pero carece de magnetismo y una sociedad que vota más para rechazar que para elegir. En ese equilibrio inestable, entre consolidación sin hegemonía y resistencia sin liderazgo, se juega el futuro inmediato de la política argentina.
Buenas, ¿cómo va?
Esto es algo de lo que pasó hoy: reforma laboral, alegato en el juicio por YPF, aumentos en discapacidad, guerra civil en Sudán, alto el fuego en Gaza.
Leer este mail te va a llevar tres minutos.
Espero que el Gobierno derogue la ley del aborto.
Reforma laboral. El Ejecutivo acelera las conversaciones sobre una reforma laboral. Apuntan a que sea tratada en diciembre, después del recambio en el Congreso, en sesiones extraordinarias. El proyecto se habría consensuado con los integrantes del Consejo de Mayo. Según La Nación, las principales modificaciones son la extensión de la jornada laboral, las vacaciones, indemnizaciones en cuotas, flexibilización de los convenios, incentivos fiscales y salario en especie.
YPF. Argentina presentó hoy su alegato contra el fallo de la jueza Loretta Preska que obliga al Estado a pagar una indemnización de 16 mil millones de dólares por la expropiación de YPF. El argumento es que Estados Unidos “no debe intervenir en casos que corresponden a otras jurisdicciones”. También acusó al fondo Burford Capital de intentar frenar el acceso del país a mercados internacionales. Según Reuters, dos jueces estadounidenses cuestionan que el caso deba juzgarse en el país del norte.
Discapacidad. El Gobierno anunció aumentos en discapacidad de entre 29 y 35%. Según el comunicado, está destinado a profesionales y prestadores de servicios esenciales (internaciones, transporte, apoyo educativo y laboral, atención médica y de rehabilitación). Si bien aún no se reglamentó la ley que declara la emergencia en el sector, la medida llega en medio de presiones y críticas hacia la gestión de la Andis. El incremento será en tres tramos consecutivos en octubre, noviembre y diciembre.
Sudán. La OMS denunció hoy el asesinato de más de 460 personas en un ataque al Hospital Materno Saudí de El Fasher, la capital del Estado de Darfur. Allí se concentra, por estos días, la guerra civil en Sudán: desde abril de 2023, las Fuerzas Armadas sudanesas (FAS) están enfrentadas con las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar. El fin de semana, las FAR conquistaron El Fasher y las FAS denunciaron la ejecución de más de dos mil civiles. La ONG Human Rights Watch calificó las acciones de las FAR como crímenes de lesa humanidad. Más de 16 millones de personas necesitan ayuda humanitaria.
Gaza. Durante la noche de ayer y la madrugada de hoy, el Ejército israelí lanzó una serie de ataques aéreos en Gaza. Horas después, anunció que retomará el alto el fuego. En las últimas 24 horas murieron más de 100 palestinos (entre ellos, 46 niños). Esto sucede como respuesta al asesinato de un soldado israelí en Rafah, del que la organización terrorista Hamas negó haber participado. Donald Trump dijo que nada pondrá en peligro el alto el fuego y que Israel “tenía derecho a responder”.
Por si te lo perdiste, salió #Rollover con la firma de Guido Zack y una pregunta: ¿Milei va a sostener el dólar barato o va construir estabilidad?
La organización Dogs of Chernobyl encontró perros con pelaje azul cerca de la planta nuclear que explotó en 1986 y advirtió que semanas atrás no tenían ese color. Los perros azules podría ser el nombre de una banda indie de La Plata.
Hoy te voy a dejar dos canciones. ¿Sabías que el Diego grabó dos temas con Andrés Calamaro? “El día que me quieras” –una versión preciosa del tango de Carlos Gardel– y “Hacer el tonto”. Lo bien que cantaba, por el amor de d10s.
Nos leemos mañana 🙂
Cómo elegir tu próximo smartphone y mantener tu número sin complicacionesCambiar de celular no es una decisión que se toma de la noche a la mañana. Hoy los teléfonos son una extensión de nosotros: los usamos para trabajar, estudiar, mirar series, sacar fotos y hasta pagar en el supermercado. Por eso, cuando llega el momento de renovarlo o de cambiar de compañía, surgen mil dudas. ¿Es el momento? ¿Puedo mantener el mismo número? ¿Qué modelo elijo entre tanta oferta?
En Argentina, el mercado de los smartphones se mueve constantemente. Cada año aparecen nuevos modelos que prometen mejor cámara, más batería o pantallas más nítidas. Pero antes de dejarse llevar por las novedades, conviene tener en claro cuáles son nuestras verdaderas necesidades y qué uso le damos al teléfono.
A la hora de cambiar el teléfono, no todo pasa por el diseño o la marca. Lo importante es que el equipo se adapte a lo que necesitás. Para eso, hay tres puntos que conviene mirar con atención: el rendimiento, la cámara y la autonomía.
No hay un tiempo exacto ni una regla universal, pero la mayoría de los usuarios en Argentina renueva su celular cada dos o tres años. A veces por pérdida de rendimiento, otras por problemas de batería o por la necesidad de acceder a nuevas funciones como el 5G.
También hay quienes cambian de equipo por una cuestión de actualización de software: los teléfonos más antiguos dejan de recibir soporte y eso puede afectar la compatibilidad con ciertas apps o la seguridad.
Si estás pensando en cambiar, averiguá las promociones de planes y equipos disponibles. Muchas compañías ofrecen cuotas sin interés o programas de canje que ayudan a reducir el costo del nuevo dispositivo.

Hasta hace unos años, cambiar de compañía implicaba perder el número. Hoy eso cambió gracias a la portabilidad numérica, de un proceso regulado por el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) que permite mantener el mismo número de teléfono aunque te mudes a otra empresa.
El trámite es gratuito, se puede hacer en línea y demora menos de 24 horas hábiles. Solo se necesita tener una línea activa y estar al día con los pagos. Una vez aprobada la solicitud, la nueva línea se activa automáticamente y la anterior deja de funcionar.
La portabilidad no solo vino a simplificar la vida de los usuarios, también fomenta la competencia y mejora los servicios, porque las compañías deben esforzarse más por retener a sus clientes.
Antes de cambiarte, tené en cuenta lo siguiente:
Comprar un celular nuevo es una inversión importante, por eso vale la pena cuidarlo desde el primer día. Usar una funda resistente y un vidrio templado puede parecer algo menor, pero evita muchos dolores de cabeza. También podés activar las funciones de localización y bloqueo remoto por si perdés o te roban el teléfono.
Y si querés prolongar la vida útil del equipo, evitá las descargas de fuentes desconocidas y actualizá el sistema operativo cada vez que haya una nueva versión disponible. Las actualizaciones no solo agregan funciones: también corrigen errores y fallos de seguridad.
En definitiva, cambiar de celular o de compañía ya no tiene por qué ser un dolor de cabeza. Con información, un poco de planificación y las herramientas que hoy existen, el proceso puede ser rápido y sin complicaciones.
Elegí un modelo que se adapte a tu ritmo de vida y aprovechá la portabilidad numérica para mantener tu número. Porque al final, más allá de las marcas y los planes, lo importante es que el teléfono se adapte a vos: que te ayude a comunicarte, trabajar, entretenerte y mantenerte conectado.