Saber hacia dónde vamos

Inundaciones en Alemania. ¿Qué es el Green New Deal? Un recorrido por los programas nacionales de abordaje de la crisis ambiental. Las últimas noticias sobre la transición al desarrollo sostenible en Argentina.

¡Hola! ¿Cómo estás?

A diferencia del correo anterior, éste me encuentra de mejor humor y más optimista. Ya se vacunó casi todo mi entorno y me gusta ver cómo se van alargando los días. Además, esto de que la discusión ambiental vaya tomando cada vez más volumen y se involucren más voces y actores con diversas perspectivas me fascina y me moviliza. 

Subida a esta ola de buen humor aviso que la entrega de hoy puede pecar de optimismo, pero, en el mar de malas noticias en que nos movemos, me parece importante rescatar las cosas buenas que suceden -hacemos suceder-. Ya habrá tiempo para volver a ponernos pesimistas.

De todas formas, sí tengo que contarte sobre las terribles inundaciones en Alemania y otros países del norte de Europa. Hay más de 100 muertos y cientos de personas que aún están buscando. Pregunta obvia: ¿qué tiene que ver el cambio climático? Respuesta corta porque íbamos a hablar de otra cosa: la probabilidad de inundaciones aumenta significativamente debido a los patrones climáticos extremos causados ​​por el cambio climático y los cambios en la geografía como la pérdida de vegetación. Para detalles, te recomiendo esta nota.

Ahora sí, empecemos. 

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¿El mundo se viste de verde?

Venimos hablando mucho de las diferentes problemáticas ambientales y me parece que es hora de preguntarnos, ¿qué están haciendo los países para dar respuesta? En muy resumidas cuentas se dan dos dinámicas. Por un lado las negociaciones internacionales donde se establecen las metas y los compromisos en materia de cambio climático, biodiversidad u otros. Así llegamos al Acuerdo de París y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por ejemplo. 

Luego, cada país decide qué políticas implementa para cumplir con los compromisos planteados. Ahí aparecen diferencias sustanciales entre los diferentes países que tienen que ver con varias características, entre ellas sus estructuras económicas y productivas, el sistema político, la movilización ambiental, el desarrollo tecnológico y demás. 

De todas formas, y a pesar de la diversidad de políticas y avances, en lo discursivo más o menos todos se muestran con intenciones de ir hacia el desarrollo sustentable. Obviamente lo discursivo no alcanza para nada, pero es un paso fundamental para la transformación que necesitamos.

Yendo a lo concreto, luego de muchos años de políticas aisladas, el cambio de milenio trajo la noción de que ya no alcanzaba con lo hecho hasta entonces y que el problema ambiental debía ser abordado de manera estructural. Ahí aparece un término que seguramente ya escuchaste que es el de Green New Deal. El nombre viene del New Deal original, una batería de políticas super ambiciosas y reformistas que se pusieron en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos.  Análogamente, el Green New Deal se piensa como una amplia gama de programas y proyectos para transformar las sociedades y economías hacia modelos más sostenibles e inclusivos.

Si bien el concepto de Green New Deal surgió ahí en Estados Unidos, la narrativa de dejar de abordar lo ambiental de manera sectorial y pensarlo como una gran misión integral (como propone la economista Mariana Mazzucato) se fue convirtiendo en políticas concretas lentamente. Después de la crisis de 2008, Obama usó esta narrativa en la campaña electoral y en 2009 su administración aprobó el paquete de estímulo donde un 15% del monto total se orientó a eficiencia energética y energías renovables. También en el Reino Unido y en la Unión Europea se empezó a discutir la inversión masiva en la descarbonización de las economías y la modernización y un sistema financiero verde para salir de la crisis económica y abordar la transición al desarrollo sostenible simultáneamente. El Secretario General de la ONU de entonces sugirió que los planes de estímulo y las inversiones para enfrentar la crisis financiera de 2008 debían tener dos objetivos: abordar las necesidades económicas y sociales urgentes e inmediatas y la construcción de una nueva economía global verde. También PNUD publicó el informe de política Global Green New Deal en marzo de 2009 para brindar coordinación, dirección y asistencia a los planes nacionales.

Consecuentemente, en los últimos años encontramos que estas recomendaciones empiezan a transformarse en grandes programas de gobierno:

  • 🇺🇸 El Green New Deal fue presentado formalmente en 2019 a través de un proyecto de los movimientos de base y los sectores progresistas del partido Demócrata. Si bien el mismo no fue aprobado, la presión respecto al tema impulsó a Joe Biden a presentar un ambicioso plan “para una revolución de energía limpia y justicia ambiental” como parte fundamental de su plataforma y actualmente es una de las principales discusiones en el Congreso estadounidense.
  • 🇪🇺También en 2019 se lanzó el Pacto Verde Europeo para la transformación de la economía y la integración de la sustentabilidad en todas las políticas de la Unión. Y hace unos días se anunció un paquete de medidas Fit for 55«) para acelerar la transición energética. Esto es relevante para nosotres porque incluye Carbon Border Taxes que ponen cargos sobre productos importados por la UE desde países sin políticas ambientales. 

Siguiendo esta tendencia, varios países y estados presentaron leyes y/o planes nacionales y/o sectoriales de descarbonización, crecimiento verde o desarrollo sostenible. Entre ellos: Alemania, Austria, Canadá, Finlandia, Francia, España, Nueva Zelanda y California. Lo mismo con países como Corea del Sur, Japón y, fundamentalmente, China (el mayor emisor de gases de efecto invernadero en términos absolutos), que se comprometieron a metas de carbono neutralidad para ser alcanzadas entre 2045 y 2060, según el caso.

En nuestros países del Sur Global las responsabilidades en la contribución a la crisis ambiental y las urgencias sociales son diferentes a la de los países desarrollados, pero igual es una agenda que avanza con fuerza tanto por presiones externas como internas.

Frente al desafío de hacer converger de manera virtuosa la transición a la sustentabilidad con el desarrollo económico y social, los países precisan idear y delinear modelos propios que respondan a las necesidades y las posibilidades de su realidad socioeconómica, de manera que la transición a la sustentabilidad no resulte en otro obstáculo para el desarrollo sino una oportunidad para aumentar el bienestar de sus habitantes.

Ya varios países de la región presentaron planes y programas de planificación estratégica de transición hacia economías sostenibles. Entre ellos:

Costa Rica es un caso super interesante para ver cómo un país aún en vías de desarrollo aplica políticas bastante ambiciosas de desarrollo sostenible, así que en este acto me comprometo a profundizar sobre este país en alguna próxima entrega. 

En función de este escenario vemos entonces que hay un consenso relativamente amplio de dar respuesta a la crisis ambiental a través de grandes programas nacionales que combinan diversas herramientas como:

  1. una fuerte presencia estatal
  2. inversión pública, 
  3. políticas industriales 
  4. financiamiento de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), 
  5. integración de las externalidades negativas a los costos de producción, 
  6. fijación de precios del carbono y de los servicios ecosistémicos.

En este sentido, la coordinación y planificación estratégica desde el Estado se vuelve fundamental para llevar adelante este tipo de planes para la transición justa. 

¿Y en Argentina?

Lentamente se está configurando una agenda de transición al desarrollo sostenible. No sin tensiones, no sin contradicciones y sin el amplio acuerdo gubernamental y social que haría falta, pero se empieza a vislumbrar una dirección. Veamos un par de temas de las últimas semanas que giran en torno a estos claroscuros de la transición.

  • YPF creó la empresa YPF Litio S.A. a través de la cual incursionará en el aprovechamiento de este mineral necesario para el proceso de descarbonización global y en particular para su industrialización como materia prima de las baterías de los vehículos eléctricos y las energías renovables.
  • Complementariamente, Jujuy firmó un Memorándum de Entendimiento con la Nación y la empresa Ganfeng para avanzar en la instalación de una fábrica de baterías de litio en la provincia.
  • Volvió el tema del Acuerdo Porcino con China. Al respecto me limito a: i) decir que ya vivimos esto y ii) compartir la nota que escribí el año pasado que resume el conflicto.
  • A principios de junio el gobierno nacional junto a la provincia de Mendoza anunciaron la capitalización de IMPSA, una empresa importantísima para nuestro país por sus capacidades tecnológicas. Y pensando en la transición energética específicamente, porque se dedica a la fabricación de aerogeneradores, de turbinas y equipamiento para centrales hidroeléctricas y participa en el proyecto CAREM (el reactor nuclear argentino). Para profundizar sobre la importancia de esta decisión te recomiendo esta nota de Adriel Magnetti y estas oportunidades y desafíos que plantean académicos especialistas en estos temas.
  • El jueves el Senado dio media sanción al marco regulatorio de producción de cannabis medicinal. Más allá de celebrar el poder ir dejando atrás el punitivismo respecto del cannabis, también es importante para el desarrollo sostenible el fomento a nuevos sectores que permitan diversificar la estructura productiva y las exportaciones a la vez que generan empleo e innovación. A la hora de llevarlo a la práctica, comparto la reflexión de Juani Arroyo respecto de la importancia de incorporar a la planificación de la actividad equipos interdisciplinarios que permitan llevar adelante la actividad cuidando los ecosistemas en los que se inserte. 
  • El miércoles en Diputados logró dictamen de mayoría para finalmente en agosto tratar el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos. Pese a las críticas de la industria, éste es un esquema que ya se viene aplicando en otros países de la región y en todos los casos obtuvo resultados positivos. Así que esperemos que se apruebe e implemente cuanto antes. 

Por último, el martes pasado se presentó el Plan de Desarrollo Productivo Verde. En el mismo se plantea un trabajo básicamente en dos dimensiones: 1) fomento a nuevos sectores verdes (electromovilidad, energías renovables, industria del reciclado, etc) y 2) mejorar las formas de producción de los sectores existentes (economía circular, eficiencia energética, servicios ambientales). 

Para lograr esto, el Plan propone una serie de líneas estratégicas en el corto y largo plazo. Las podés ver todas acá, yo solo voy a contarte las que a mí me parecen más interesantes.

En línea de fomentar nuevos sectores se habla de un convenio para  la fabricación nacional de bicicletas eléctricas, el desarrollo de calefones solares y los proveedores de equipamiento para las industrias del reciclaje, el control de efluentes, emisiones y desechos, las energías renovables y la movilidad. 

Un punto de los más relevantes es la creación de un Clúster Renovable Nacional. Es decir, un conglomerado productivo de equipamiento, servicios y tecnología en generación renovable que garantice la participación de actores nacionales en la transición energética.

Después se habla de Movilidad Sustentable, una ley ya mencionada por el presidente Alberto Fernández en la apertura de sesiones, veremos cuándo se termina debatiendo en el Congreso. Asimismo, menciona la producción de Hidrógeno Verde. Tocamos este tema interesantísimo en esta entrega de Infinito Punto Verde.

Si bien entonces vemos que hay muchas señales que nos permiten pensar que, lentamente y con dificultades y contradicciones, vamos enfilando hacia la dirección correcta, no podemos poner el piloto automático. Principalmente porque no alcanza y porque la agenda ambiental requiere cambios estructurales y, si bien no es un juego de suma cero, sería ingenuo pensar que la transición al desarrollo sostenible estará exenta de tensiones: inevitablemente habrá actores que, si no logran adaptarse o reconvertirse, resultarán perdedores. Y ahí pesa la presión social, la autonomía estatal y la capacidad y agencia de los decisores. Ya vimos cómo incluso en tan solo un período presidencial personajes como Bolsonaro y Trump pueden revertir años de acumulación de capacidades y políticas. En esta línea me gustó la idea de una coalición para el “biodesarrollismo” en esta nota de Federico Zapata

Para terminar, quiero compartirte un video de la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortéz sobre imaginar un futuro verde. Imaginar esa Argentina, saber hacia dónde vamos y construir una narrativa que pueda convocar a las mayorías a soñar con un futuro mejor -más justo y más sustentable-, es nuestra tarea.

De despedida te dejo esta postal de Mar del Plata que fui a conocer el finde pasado. Tampoco conozco La Plata, es mi próximo destino a tachar.

Y hablando de viajes, justo me crucé con el perfil de Aniko Villalba. Medio que me había olvidado de su existencia, pero gracias a una nota de ella en una revista donde contaba su experiencia viajando sola por el mundo me inspiró a animarme a hacer lo mismo y terminó siendo determinante en la persona que soy hoy. Va entonces mi agradecimiento hacia ella y esta reflexión random sobre extraños que nos inspiran y la importancia de conocer historias que nos permitan tener nuevos sueños.

Te mando un abrazo, nos leemos en dos semanas.

Eli

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Soy licenciada en Ciencias Ambientales, magíster en Políticas Públicas y becaria doctoral en Ciencia Política en la UNSAM. En todos los ámbitos que puedo me dedico a sumergirme en los dilemas que nos presenta el desarrollo sustentable, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo.