Que siento que hasta el tiempo se me escapa

Un hilo para aprender a chequear noticias, un estudio sobre antisemitismo en el país, consumo de alcohol y un experimento con ratas.

Holis, ¿cómo andás? Yo sigo medio igual que la semana pasada: dispersa. A veces siento que, como este es un newsletter de novedades, yo también tengo que ser novedosa. Pero hay estados de ánimo o de la mente que duran más de una semana. Igual, algo fundamental cambió en mí en estos últimos 7 días: me vacuné. 

Fue re lindo, una de mis mejores amigas que es muy miedosa e hipocondríaca sacó turno en el mismo lugar y a la misma hora y nos dejaron entrar juntas, así que nos vacunamos de la mano. Después fui a almorzar cosas deliciosas a un jardín francés con una amiga elegantísima y a la noche me dormí mirando la nueva Space Jam (malísima) con el muchachito al lado, atento a que no me diera fiebre. 

Me tocó la de Oxford. Sí, ahora le digo así porque vieron cómo somos las personas de izquierdas, ¿no? Hablamos de lo estructural y lo sistémico y lo hacemos carne en las micromilitancias más pelotudas posibles. En este caso, creo que nombrar la vacuna por la Universidad en la que se desarrolló la investigación es más piola que hacerlo usando el nombre del laboratorio que la fabrica. 

Obviamente, cualquier vacuna que me tocara me iba a poner igual de contenta, pero para cada una tenía una excusa. En este caso, fue todo lo que me hizo laburar para bancarla. ¿Te acordás que en un momento habían suspendido los ensayos clínicos? ¿Y que al toque que empezaron a aplicarla en Europa algunos países decidieron suspender su uso? Bueno, en un corte flasheé que poder recibirla era como un premio por todos esos momentos de QUE NO PANDA EL CÚNICO, como si la vacuna me dijera: “Sé que estuviste en todas, ahora te hago la segunda yo”.

Respecto a los efectos secundarios, la verdad es que fueron muy leves: dolor moderado en la zona del pinchazo, contractura leve en cuello y espalda alta y cansancio. Gracias Stephen Hawking por hacerme de Oxford.

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Como la semana pasada recibí muchas respuestas que se identificaban con la sensación errática y, como ya sabés, me considero la medida de todas las cosas, este news está pensado para que puedas leerlo medio dado vuelta de vacuna. La vez pasada seleccioné noticias de acuerdo a la poca atención que les podía prestar. Ésta, las voy a elegir considerando que vos también estás en otra. Así que va una lista de cosas random explicadas con la menor cantidad de palabras posibles y sin decirte lo que pienso, porque la mayoría me desconciertan.

Te lo dije que si no lo intentas no sabrías

Este hilo de Twitter de una fiel lectora de este news está buenísimo para aprender a chequear datos en las noticias. Arranca con un ejemplo, un titular de un diario español que dice: “El 54% de las personas hospitalizadas por COVID en León tienen la vacuna completa”. ¿Qué es lo primero que una piensa? Que las vacunas no previenen las hospitalizaciones, porque la mayoría de quienes están en esa situación están vacunados.

Sin embargo, Cecilia muestra lo tendencioso de este titular con un ejercicio sencillo:

  • Si tuviéramos un grupo de 1000 personas en el que 900 (el 90%) estuvieran vacunadas con un fármaco con eficacia del 95%, tendríamos 145 personas susceptibles a la enfermedad (el 10% no vacunado + el 5% para el que la vacuna no previene)
  • Si ese grupo fuera un pueblo, y en ese pueblo hubiera un brote fuerte y supusiéramos que se enfermarael 20% de las personas susceptibles de forma grave, y que ese 20% se distribuye de igual manera entre vacunados y no vacunados, entonces tendríamos 29 personas internadas (20% de los 100 sin vacunar -20 personas- y 20% de los vacunados que no desarrollaron inmunidad -9 personas-).
  • Un titular podría decir que el “31% de los internados estaban vacunados” y sería estrictamente cierto, ya que 9 es aproximadamente el 31% de 29. Sin embargo, si tomáramos la cantidad total de personas vacunadas la cosa cambia, porque 9 es el 1% de 900, por lo que también podría decir: “Solo el 1% de los vacunados requiere hospitalización”

Fuimos salvajes y animales hasta que nos matamos

Hablando de titulares engañosos, esta semana un miembro del equipo de Cenital mandó esta noticia a nuestro grupo de WhatsApp, me arrobó y puso: “Ayuda”. El artículo se titula “China reportó la primera muerte de un humano por un raro virus que transmiten los monos”, y nos hace pensar que se viene otra pandemia.

*El meme dice: esa persona en el grupo de chat que lee todas las peleas pero nunca habla

En la nota se narra el caso de un investigador que trabajaba con primates y se contagió del virus “Mono B”, que se conoce desde 1932, tiene tratamiento, es muy infrecuente (100 infecciones reportadas desde entonces) y no se transmite entre humanos. Esto último, por supuesto, lo aclaran al final de la nota. El virus “Mono B”, entonces, se conoce hace casi 100 años, ya produjo otras muertes (fuera de China, por lo que el titular no sería directamente mentira) y por ahora constituye una amenaza solo para personas que estén en contacto con estos animales.

Llegamos a un punto lejano y oscuro y allí nos perdimos

¿Sabías que en 1919 hubo un pogrom judío en Argentina? Los pogroms son linchamientos multitudinarios hacia un grupo particular por razones de odio. En este caso, entre los sucesos que dieron lugar a la llamada Semana Trágica, se incluyó el asesinato de personas judías que vivían en la Ciudad de Buenos Aires, lo que constituyó la primera matanza de judíos de la que se tenga registro en América Latina.

El mes pasado, investigadores de la UNSAM publicaron un informe -“El antisemitismo en Argentina: tramas e interrogantes”-, que se hace una pregunta fundamental: ¿cómo se mide el antisemitismo? 

En este caso, tal interrogante se exploró con una encuesta telefónica en la que se le pidió a los encuestados que manifestaran su grado de acuerdo con la frase que dice que “detrás de la pandemia del coronavirus hay figuras como Soros y laboratorios de empresarios judíos que buscan baneficiarse económicamente”, buscando relacionar dos prejuicios que pesan sobre el judaísmo: avaricia/usura y conspiración mundial.

¿Los resultados? El 30.3% se mostró muy de acuerdo, aunque la posición mayoritaria fue el rechazo (el 37.6% dijo estar “muy en desacuerdo”). Los habitantes de la Patagonia fueron quienes más estuvieron “muy de acuerdo” (35.8%), y los de la Ciudad de Buenos Aires quienes menos (20.6%). Los jóvenes mostraron más respuestas en el rango del acuerdo (41%) y las personas de más de 75 años los valores más bajos en este segmento (34.1%). Y los hombres (40,3%) lo hicieron más que las mujeres (34,1%).

Solo puedo decirte que no funcionó

Creo que en alguna edición anterior te lo comenté: me preocupa muchísimo la banalización del consumo de alcohol, así como su incentivo y la invisibilización de sus efectos. Vivimos en una sociedad que acusa a las personas que no toman de aburridas y que equipara tomar mucho con festejar. 

Como últimamente no tengo noticias (tan) malas sobre la pandemia, elegí ésta para no perder la costumbre: según un estudio publicado en la revista oncológica de The Lancet, alrededor del 4% de los casos de cáncer detectados a nivel global durante 2020 están asociados con la ingesta de alcohol.

Van algunos puntos destacados de la investigación:

  • Hay varias formas en las que el consumo de alcohol puede contribuir al desarrollo de un cáncer: alteraciones o daños en el ADN, las proteínas y los lípidos por la generación de acetaldehído al metabolizarlo, estrés oxidativo y cambios en la regulación hormonal. También el alcohol podría actuar como disolvente de otros cancerígenos, como las sustancias químicas del tabaco.
  • Casi el 75% de los casos de cáncer relacionados con el consumo de alcohol se dio en hombres y la mayoría fueron de esófago, hígado y mamas (este último en mujeres).
  • Las zonas geográficas con menor incidencia fueron el norte de África y el oeste de Asia para ambos sexos. Las de mayor, el este de Asia y Europa central y del este para varones. Y Europa central, del este y oriental, Nueva Zelanda y Australia para las mujeres.
  • La mayoría de los casos se dieron entre personas con consumos excesivos, pero 1 de cada 7 se dieron entre bebedores moderados.

Nos agarramos tan fuerte

No hay manera delicada de decir esto: un experimento de la Universidad Médica Naval de Shanghai cosió los codos, rodillas y parte de la piel de ratas macho y hembra para que compartieran su suministro sanguíneo en un intento por embarazar al macho.

La parabiosis es una técnica quirúrgica común que permite conectar animales para estudiar los efectos de infundir sangre de uno a otro. Por ejemplo, de un ratón viejo a uno joven para investigar sobre envejecimiento.

En este caso, se trató de conectar dos ratas castradas para hacer un experimento sobre fertilidad. Seis semanas después de la parabiosis, las ratas macho habían disminuido sus niveles de testosterona, mientras que los de estrógeno y progesterona eran similares a los de las hembras. A las 8 semanas, se trasplantaron úteros a las ratas macho y se implantaron embriones en ellos y en las hembras luego de 8 semanas más. Tres semanas después de la implantación, que es el tiempo de gestación ratuna, se obtuvieron crías por cesárea. 

De 842 embriones introducidos en 46 parejas de ratas unidas, un tercio de los de las ratas hembra y una décima parte de los de las ratas macho se convirtieron en fetos viables. Sólo 10 crías gestadas en las ratas macho sobrevivieron hasta la edad adulta, un 4% de los 280 embriones implantados. Posteriormente, se separó a las ratas adultas y todos los machos sobrevivieron otros tres meses, hasta que se les practicó la eutanasia.

Los investigadores sostienen que este estudio muestra que la provisión de sangre de las hembras es imprescindible, porque los machos estaban conectados a ejemplares que estaban preñadas. Otros, dicen que la importancia endocrina de quien gesta ya está lo suficientemente establecida y que este experimento fue de una crueldad innecesaria con los roedores, además de fomentar estereotipos sobre la ciencia china y, en definitiva, no tener ningún tipo de prospecto de aplicación.

Poco a poco, paso a paso

Así como Lauti defiende férreamente la semana laboral de 4 días, este newsletter tiene su propia causa: basta de corpiños.

*El meme dice: cuando finalmente te sacás el corpiño

Como en cualquier campaña, voy a proceder a seleccionar los argumentos que más me convienen y citar los hallazgos de una investigación que no es representativa de la población (se hizo durante 15 años con 330 mujeres de entre 18 y 35 años):

  • Usar corpiño desde temprana edad no generó efectos de tonificación muscular, ni redujo el dolor de espalda o previno que se aflojara el tejido mamario
  • Entre quienes durante el estudio eligieron dejar de usar corpiño se observó que los pezones se levantaron alrededor de 7 milímetros. Los investigadores creen que podría ser porque la falta de soporte estimula los músculos y porque los corpiños podrían cortar un poco la circulación y reducir la tonicidad con el tiempo.

Esta melodía que no acaba

Pasó otra semana, te escribí otra carta. Esta es la número 60. Durante muchas entregas anhelé la posibilidad de hablarte de algo que no sea la pandemia, ahora que un poco se está dando ese lugar, no sé bien cómo hablar de algo en vez de decir cosas. Como no sé, no lo hago, así que en esta colección que es nuestro intercambio epistolar, esta edición aparece como un punto de fuga, una forma de lidiar con el momento sin lidiar con lo que significa. Pero estoy tranquila, si resolvimos juntos algo tan difícil como generar conversaciones sobre una crisis sanitaria mientras sucede, no veo por qué no vamos a poder generarlas sobre otras cosas mientras sigue sucediendo.

Te mando un beso enorme,

Agostina

p/d: las referencias de este news son de este cuartetazo al que si le das play te materializa un ferné en la mano

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.