¿No hay dos sin tres?

La fusión entre Allkem y Livent anunciada el pasado miércoles conforma una empresa de 10.6 billones de dólares. Los efectos positivos y negativos.

“Esperamos desempeñar un papel aún más grande en la aceleración de las políticas de descarbonización al proporcionar el litio necesario para permitir este cambio energético global crítico. Como una empresa combinada, tendremos la escala mejorada, la gama de productos, la cobertura geográfica y las capacidades de ejecución para satisfacer la demanda de rápido crecimiento de nuestros clientes de productos químicos de litio”, señaló el presidente y director ejecutivo de Livent, Paul Graves.

Así se anunció la fusión de dos grandes empresas mineras de litio: Allkem y Livent. De esta manera, la nueva firma quedará entre las cinco más grandes del mercado, pero por si eso fuera poco justo son las únicas dos con plantas operativas en nuestro país. Puntualmente, tienen explotaciones en el Salar de Olaroz en Jujuy y en el Hombre muerto en Catamarca, respectivamente.

El detrás de escena

El pasado viernes se conformó “NewCo”, con un 56% perteneciente de Allkem y el 44% restante de Livent Corporation. Previo a la fusión el valor de mercado de las empresas sumaba unos 10.600 millones de dólares, pero es difícil prever en cuánto quedará una vez que se concrete el cambio.

Uno esperaría que el mayor peso de una de las firmas derive en una mayor presencia en la mesa de decisiones, pero se informó que tanto el CEO como el CFO van a ser de Livent, mientras que el presidente de la nueva compañía será Peter Coleman, de Allkem. El resto de los directivos estará repartido de manera equitativa: serán siete de cada una, por lo que se trata de una fusión de “pares” y no de una adquisición de una por la otra.

La cita del inicio refleja los motivos que llevaron a las empresas a fusionarse: aumentar la escala de producción -que puede redundar en una caída de los costos relativos de las operaciones-, una mayor cobertura geográfica y disponer de productos de diferente calidad destinada a satisfacer la demanda de quienes producen baterías.

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¿Cómo podrían reducir costos? En Argentina ambas tienen plantas de extracción y procesamiento, por lo que los insumos requeridos se compraban por canales distintos. Con la fusión esto se homogeneiza, dando posiblemente lugar a una caída de costos de operación.

Otro punto a considerar es que dentro del mercado del litio las empresas chinas están ganando cada vez más terreno, como por ejemplo Ganfeng y Tianqi. El tema es que la escala de los jugadores es importante en esta industria, más que nada cuando hay una disputa constante entre Estados Unidos -junto a sus aliados de occidente- y el gigante asiático por controlar la provisión de suministros para la fabricación de baterías.

Los efectos sobre Argentina

Una vez que se conforme efectivamente, NewCo va a ser la única empresa en Argentina con operaciones de producción -al menos hasta fin de año-, por lo que estamos insertos en el medio de la trama que se gestó con la fusión. En este sentido, lo relevante es preguntarnos cuáles son los efectos que va a tener sobre nuestro país.

Algo quizás no tan relevante, pero que tendrá seguramente un efecto a la hora de pensar cómo se negocia con esta empresa desde Argentina es que las oficinas centrales Allkem para sus operaciones en Argentina y parte de Australia están en Buenos Aires, mientras que la nueva firma va a tener sus headquarters en Estados Unidos. No tener el lugar de toma de decisiones en nuestro país podría complejizar las negociaciones en los momentos en que haya alguna complicación.

Otro tema clave es la coordinación entre empresas y con los estados provinciales. El litio argentino tiene la particularidad de extraerse desde salmueras que se encuentran en salares compartidos entre provincias -en algunos casos-. Un ejemplo es el caso del Salar del Hombre Muerto, que es compartido por Catamarca y Salta, donde operan tanto Allkem como Livent. Esto lleva a varios problemas de coordinación porque hay diferentes autoridades de aplicación de la ley y se compite por recursos, que si no se extraen de una manera correcta pueden tener impactos severos en el medio ambiente. Por lo tanto, siguiendo con lo planteado por Víctor Delbuono y Victoria Arias Mahiques en esta nota, la fusión de las firmas puede ser una buena oportunidad para lograr una extracción coordinada y más fácil de evaluar.

Un aspecto positivo es que la fusión puede generar sinergias entre las plantas de producción que quedarán bajo la misma órbita. Pese a tener métodos de extracción distintos, el hecho de que Livent tenga más recorrido en la materia -al menos en Argentina- y que logre cumplir con su cuota de mercado cada año puede llevar a aprendizajes conjuntos que aumenten la producción total en la nueva firma.

Como te comentaba más arriba, la geopolítica influye en el baile del litio. China viene ganando espacio y Estados Unidos respondió con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) -no es solo para este mercado, pero aplica-. En este contexto, el hecho de que las dos firmas que operan en Argentina se fusionen y tengan las oficinas centrales en el país norteamericano puede tener dos efectos: las cosas siguen tal cual están o bien aumenta el interés por extraer litio en nuestro país.

En este contexto, Fernanda Ávila, secretaria de Minería de la Nación, participó en una reunión del Mineral Security Partnership, que nuclea a los principales países de Occidente -participan también Japón y Corea del Sur- involucrados en las estrategias de transición verde, que requieren de minerales con los que contamos para avanzar. No planteo con esto que haya una causalidad entre la fusión y esta reunión, pero hay un interés notable en avanzar con los proyectos de Argentina.

¿El comienzo de un monopolio?

Una de las cuestiones que circuló estos días desde el anuncio fue la idea de que en Argentina ahora vamos a estar en presencia de un monopolio, cabe preguntarnos si efectivamente es así. Si bien es cierto que por el momento solo va a operar una empresa -aunque en la explotación jujeña también intervienen otras firmas- en el ámbito local hablar de un monopolio es complicado.

¿Por qué? Tal como se plantea en esta entrega de Lluvia de Inversiones, actualmente hay varios proyectos que están en etapas avanzadas. Probablemente uno de ellos empiece a producir litio a escala industrial para fin de año, mientras otros más están en construcción. Esto lleva a estimar un crecimiento muy fuerte para fin de la década. Con lo cual, es difícil hablar de un monopolio cuando nuevas empresas van a entrar en el mercado.

De todas maneras, el hecho de tener un jugador de tanto peso en Argentina lleva a que las tareas de coordinación entre los entes nacionales y provinciales tengan que estar mucho más aceitadas, para evitar que predomine la posición de la nueva firma en la toma de decisiones.

Además de eso, casi la totalidad de la demanda de litio es del exterior. En casos de monopolio la mayor preocupación es desde el lado de los consumidores que quedan cautivos de los precios que pone la firma con poder de mercado. En este caso creo que no nos afecta directamente.

En este sentido, resultan relevantes dos cuestiones. En primer lugar, el litio es un bien opaco a la hora de controlar su valor exportado, no cuenta con un precio estándar en el mundo y dependiendo de su composición puede tener diferentes valores. Si bien la AFIP estableció un precio de referencia, el hecho de tener las exportaciones más concentradas puede facilitar la tarea de fiscalización de precios.

En segundo lugar, el proyecto que se está elaborando con la participación del Estado nacional y los provinciales intervinientes para regular mejor las explotaciones litíferas y el mercado contempla que parte de lo producido sea vendido a precios preferenciales en el mercado local, de forma tal de facilitar la estrategia de industrialización. En ese caso, uno solo jugador sí podría establecer sus condiciones con mayor facilidad. Sin embargo, como te comentaba previamente, se espera que en los próximos años la cantidad de actores sea mayor a la actual.

Escribo sobre temas de sectores y desarrollo productivo y trato, todo lo posible, de cruzarlo con datos. Me importa que estos sectores impulsen el bienestar social. Estudié economía en la UBA, estoy terminando una especialización en políticas sociales en UNTREF y arranqué una maestría en desarrollo económico en UNSAM.