Creció el interés en la política post elecciones: el fenómeno de la Argentina de Milei

En Argentina, la atención por la democracia y los debates coyunturales aumentó del 2023 a este año. Pulsar-UBA midió quiénes cambiaron su opinión.

Hace algunas semanas publicamos desde el Observatorio Pulsar UBA, dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas y de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires, el primer informe de Creencias Sociales 2024 (acá para que veas de qué va el programa). Lo publicamos porque oficio actualmente como coordinador general de un equipo variado, talentoso y especializado a muchos niveles en el estudio de la opinión pública.

Lo hicimos a partir de una encuesta nacional de 1.250 casos, con la cual buscamos continuar el estudio originario que hicimos el año pasado antes de que arrancara el huracán electoral del segundo semestre del año. ¿Por qué? Porque quisimos capturar los valores, cosmovisiones y percepciones sociales de los argentinos sobre distintos temas de interés público. Sí, es cierto que analizamos la información cruzando por intención de voto, voto efectivo e identidad política, pero nos queremos correr de los estudios tradicionales sobre imagen pública y escenarios electorales que suelen circular a diario. Paramos la pelota y miramos para los costados. 

Y, al igual que el año pasado, el primer informe que sacamos este 2024 se centró en una batería de preguntas sobre la democracia y el consenso en el país. Acá podés encontrar el publicado en 2023 y acá el nuevito de este año. Hicimos bastante análisis y difusión sobre los hallazgos, pero quedaron dos puntos en el tintero que a mí me interesaron particularmente y me los guardé para esta banda descontrolada que sigue a #LaGenteVota. El primero es sobre el interés en la política en la Argentina: ¿subió o bajó luego del huracán? El segundo es sobre la opinión general en torno al voto: ¿debe ser obligatorio o voluntario? Voy a arrancar por el primer punto.

En una de las preguntas del cuestionario preguntamos “¿usted está muy, bastante, poco o nada interesado en la política?”. Encontramos que, en términos comparativos, el interés general por la cosa pública subió del año pasado a este. Tal como escuchás, medio contraintuitivo. En un año electoral como fue el 2023, donde se renovaron cargos provinciales en 22 de los 24 distritos del país, al igual que en una banda de municipios, sumado a la mitad de la Cámara de Diputados, un tercio del Senado y la Presidencia de la Nación, el año pasado fue menor. Quienes contestaron “poco” o “nada interesado” representaron, el año pasado, el 59% de los encuestados, mientras que el 40% indicó estar “muy” o “bastante interesado” (el 1% marcó “no sabe/no contesta”).

Pero este año los porcentajes se invirtieron. El 47% de los consultados en este 2024 expresó desinterés en política, mientras que el 52% mostró interés. Una reversión de 12 puntos de un bloque al otro. ¿Por dónde pudo haber venido este cambio? 

Viejos, educados, peronistas y de Juntos por el Cambio

No tengo un porqué concreto para dar una respuesta, pero sí me animé a ver algunos cruces para ver en qué segmento social y político pudo darse este giro interesado. El primero que encontré atractivo fue el desagregado por franja etaria. Clasificamos a los encuestados en tres grupos: jóvenes (18 a 29 años), adultos (30 a 49) y adultos mayores (50 a 75). En paralelo, y dado que la pregunta se mantuvo en las dos encuestas realizadas, se puede ver la variación interanual para cada una de las franjas. Queda más o menos algo así (te aclaro que sumando algunos números no te va a dar 100% exacto porque descarté quienes contestaron “no sabe/no contesta”).

Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.

Sumate

Si vos estás viendo lo mismo que yo, el cambio fuerte vino por el lado de los adultos mayores. De un año a otro el aumento del interés en la política pasó del 41% al 66% en este segmento. A eso se sumó también un salto entre los jóvenes, entre quienes subió del 34% al 46%. Este último grupo, igualmente, sigue siendo el más desinteresado de los tres, dado que hay un 54% mayoritario que sigue respondiendo “poco” o “nada interesado” en política. Ay los jóvenes.

En términos educativos aparece otro hallazgo interesante. Para indagar sobre este punto, armamos un cruce por el máximo nivel alcanzado: hasta primaria, hasta secundaria o terciario/universitario. Y salió así.

El bloque mayoritario de interesados en la política sigue siendo de los más educados. Mientras que el año pasado se ubicaba en el 50%, este año saltó hasta el 60%. Los dos grupos sociales con menor nivel educativo también muestran una evolución similar. Quienes solo tienen primaria completa pasaron del 38% al 44% en interés, mientras que quienes alcanzaron hasta la secundaria subieron del 35% al 43%. Es posible que estas alzas expliquen el giro hacia un mayor interés que te explicaba en el apartado anterior. Ambos colectivos, igualmente, son los que menos interés muestran en política (55% entre los primeros, 56% entre los segundos). 

Este último punto es algo para destacar y dedicarle un párrafo al menos. Hay algo compartido entre los segmentos sociales jóvenes, adultos, con educación primaria y secundaria. En los cuatro hay, de un año a otro, un aumento del interés y una caída del desinterés, pero sigue primando esta última opción como mayoritaria. En términos de la evolución, es positiva. En términos de la conexión con, atracción por y consumo de política, se mantiene levemente negativa. Un contraste interesante, que queda para pensar para el mediano y largo plazo. Y, quien te dice, para algún focus group. Estoy, eh.

Finalmente, la percepción social sobre la agenda política puede analizarse también en términos de los segmentos de votantes. Quiero hacer una aclaración previa, antes de que te metas en los datos. En la encuesta del 2023 que hicimos en mayo, quienes manifestaron intención de votar por La Libertad Avanza (LLA) era un grupo más minoritario que el que efectivamente lo hizo en la primera vuelta de octubre y que aparece reportado en la encuesta que hicimos en junio de este 2024. Esto hace que la comparación año a año sea de bases distintas. Me tomé una licencia metodológica para poder hacerlo porque no había otra manera de elegir dos variables equiparables por cómo hicimos el cuestionario el año pasado. No teníamos, por ejemplo, la opción de responder por LLA al preguntar por la identificación o simpatía política.

Ahora que me atajé, acá va el gráfico.

En términos generales, la izquierda del gráfico muestra un sentimiento de desafección generalizado en todos los espacios políticos el año pasado. Ninguno de los tres principales muestra una predilección mayoritaria por la política en un año electoral. Dato que necesita un relato. De hecho, es llamativo que quienes dieron forma al sistema político argentino en la casi década de bicoalicionismo que nos gobernó no generaron un interés favorable y atractivo en su propia base de votantes, sino todo lo contrario. Un indicador de agotamiento, sin dudas.

Sin embargo, hay un cambio grande de 2023 a 2024. Vino, justamente, por el lado de quienes votaron efectivamente a Sergio Massa (Unión por la Patria) y a Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio). En ambos segmentos políticos el salto fue de unos 20 puntos, pasando a mayoritario el interés por sobre el desinterés en un año no electoral. Más carne para focus. Entre los simpatizantes de La Libertad Avanza y Javier Milei, sin embargo, los valores no cambiaron mucho. Se mantuvieron. De hecho, no cambiaron nada. Esto, incluso, con una base de encuestados identificados con el espacio mayor a la del año pasado. 

Sobre esto tal vez se te ocurra alguna idea interesante. Te leo, porque yo no tengo ninguna.

Votar es una creencia

Y una firme. El segundo punto de análisis que quiero abordar es la discusión voto obligatorio vs. voto voluntario. Vos ya sabes que acá militamos fuertemente la obligatoriedad. No te puedo linkear las entregas donde lo dije porque soy medio disco rayado con el tema. Pero ya tenés presente que los países que otorgan el derecho y la obligación constitucional rondan el 70% para arriba de participación electoral en elecciones nacionales. En cambio, quienes solo garantizan el acceso sin exigirlo, andan por el 50% o menos. Democracias con más participación son democracias más saludables. Es ley.

Por eso el cambio que muestra la encuesta de Creencias Sociales es una buena noticia. En términos generales, el apoyo al voto obligatorio pasó del 54% en 2023 al 62% en este 2024. La opción por el optativo, en cambio, cayó del 45% del año pasado al 37% de este. Esto quiere decir que, hoy en día, casi 2 de cada 3 consultados bancan la obligatoriedad. Hermoso dato.

Tomándome la misma licencia metodológica que te expliqué más arriba, acá podés ver el cruce por segmento político.

Nuevamente aparece una reacción favorable y en sentido de la tendencia general de parte de los votantes del peronismo y de Juntos por el Cambio. Muy parecido a lo ocurrido con el aumento del interés en la política, aunque en una magnitud algo menor. El salto entre los peronistas es de 9 puntos, mientras que entre los simpatizantes de Juntos por el Cambio fue de 7.

Pero la nota viene dada por los votantes de La Libertad Avanza. El año pasado era el único segmento político que manifestaba una predilección mayoritaria por el voto voluntario: el 58% respondió en 2023 que lo prefería por sobre el 42% que valoraba mejor el obligatorio. Este año se invirtió la relación, pasando a ser el 59% quienes apoyan la obligatoriedad, frente al 39% que sigue manteniéndose en un marco legal voluntario. Esto, de vuelta, puede explicarse por el aumento de la base que se identificó como votante de LLA. Sigue igualmente siendo un dato interesante a tener en cuenta porque da sustento social a una discusión que se viene dando en la Argentina hace rato, la de para qué nos hacen ir a votar si cada vez votamos menos. Que no me obliguen a hacerlo.

Bueno, acá hay datos para que, en el próximo asado que te toque con tus tíos apáticos, puedas decirles que no tiren fruta. Que en realidad la gente banca (en esto) el sistema electoral argentino. Y que, si aún le quedan dudas, entren a la web de Pulsar UBA para sacárselas. Que además de encontrar muchos insumos útiles para la toma de decisiones públicas, van a dar con gráficos muy lindos.

Hasta acá por hoy. Acá vas a poder descargar todos los gráficos que están en la entrega. Si todo lo que te conté te gustó y atrapó, te dejo una serie de estudios que sacamos:

  • El segundo informe de Creencias Sociales 2024 se centró en el orden público y la seguridad ciudadana. ¿La policía (no) debe tener más poder? ¿Hay consenso social para aumentar las penas? ¿Los militares deberían intervenir en el combate al narcotráfico? Libre portación de armas, ¿si o no? ¿Y la pena de muerte? ¿Apoyamos la baja de la edad de imputabilidad hasta los 14 años? ¿Somos más punitivistas o más garantistas como sociedad? Acá lo encontrás. En las próximas semanas sale el tercero sobre relaciones público-privadas, y agenda de derechos y libertades.
  • También sacamos este año un balance de las lunas de miel de 9 presidentes americanos. Mirá dónde se ubica Milei en ese grupo.
  • El año pasado analizamos dos debates presidenciales: el segundo previo a la primera vuelta y el del ballotage. Ahí te dejé los links para que veas lo que encontramos como hallazgos preliminares.

Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy lo encuentran dando clases en UBA y UTDT. Le encantan las elecciones y le sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tiene es aprender la historia de los partidos políticos. Cree que la política marida muy bien con un tinto.