Andrés Manuel López Obrador: pasado, presente y legado del hombre que transformó México
El paso por el PRI y el PRD. La fundación del Movimiento de Regeneración Nacional. Los tres intentos presidenciales. El legado económico, político y social de su gobierno. El futuro de Morena y el rol de su hijo.
En su discurso de asunción, que en México se denomina “toma de protesta”, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se refirió a su antecesor con elogiosas palabras. «Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos: la historia y el pueblo lo han juzgado. Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna. El presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas. El que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo y para millones, aunque a él no le gusta que se lo digan, el mejor presidente de México», dijo La Doctora.
El último posteo de AMLO en redes es un video de casi nueve minutos, biográfico. “El pueblo de México es amoroso, el mejor del mundo. Muchas gracias y hasta siempre”, dice en tono de despedida el texto que acompaña el material audiovisual. La canción elegida fue Ese hombre de Silvio Rodríguez, que tiene -además de exuberancia de trompetas- una letra que habla por sí misma:
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Ese hombre que por hechos o por dichos
es respetado tanto,
Ese hombre que por dichos o por hechos
es festejado tanto,
Debiera olvidar que casi iba solo
cuando desnudó aquella emoción
que ahora es de todos,
Debiera olvidar que casi iba solo
cuando conquistó el cetro que hoy
le ciñen a coro.
De Tabasco a la Ciudad de México, del PRI al PRD
Luego de terminar sus estudios en Ciencias Políticas y Administración Pública en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), AMLO regresó a Tabasco para apoyar la candidatura del poeta Carlos Pellicer para senador. “Mi relación con él fue muy estrecha y definitoria, porque conocí al maestro Pellicer en una etapa formativa muy importante para mi vida”, reconocería tiempo después. Con el fallecimiento de su mentor político, meses después de que este sea electo, a AMLO le ofrecieron en 1977 la dirección del Instituto Indigenista de Tabasco. Esto representaba una importante tarea, visto y considerando que el 15% de la población tabasqueña es indígena (principalmente chontales).
Más de un lustro en ese cargo de cercanía le permitió acceder a la conducción local del Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde busca un proceso de democratización, capacitación de dirigentes y renovación, de acuerdo a su propio testimonio. Demasiada ambición para un partido ya burocratizado: duró menos de un año. En 1988 fue a elecciones estaduales contra el PRI y perdió contundentemente, pero no se desanimó. Esa sería una constante en su carrera: la persistencia, incluso ante derrotas categóricas. “Nuestros adversarios pensaron que terminando la elección estatal, yo me iba a regresar a Ciudad de México. Pero nosotros no luchamos por los puestos: la decisión no fue salirme del PRI para ser gobernador. La decisión fue salir para contribuir a un cargo democrático”, le confesaría tiempo después, en una de sus primeras entrevistas televisadas, al periodista argentino Miguel Bonasso.
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SumateEn noviembre de 1991, López Obrador ya era dirigente estadual del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Tabasco y realizó el llamado Éxodo por la democracia, que consiste en una caminata de más de 700 kilómetros hasta la Ciudad de México. Cuestionaban un fraude electoral en los municipios de Cárdenas, Nacajuca y Macuspana. Cincuenta días después, el 11 de enero de 1992, entraron al Zócalo. La historia, circular, lo volvería a poner, más adelante, en ese doble juego: fraude-movilización. En febrero de 1996, AMLO encabezó el bloqueo de medio centenar de pozos petroleros en Nacajuca. Allí fue reprimido: le abrieron la cabeza con un macanazo. La sangre sobre su camisa fue portada de la revista Proceso, que tituló sin anestesia “Tabasco, un estado sin ley”.

En el 2000, AMLO consiguió su gran salto político: ganó la Ciudad de México. Allí implementó un programa de obras de infraestructura -como un viaducto denominado “segundo piso-; la puesta en marcha de la primera línea del Metrobús; pensiones para mayores de 70 años gestionadas desde la propia alcaldías; programas de asistencia a madres solteras, becas estudiantiles y comedores comunitarios. “Es un truco de la derecha llamarle populismo o paternalismo a lo poco que se le da a los pobres”, decía en ese entonces, defendiendo una mayor inversión social.
La tercera es la vencida: sus intentos presidenciales
Con la gestión en la mochila, AMLO planificó su llegada al Palacio Nacional. En 2006 denunció fraude por parte de Felipe Calderón Hinojosa (PAN), que le ganó por apenas 0.5% de diferencia en las elecciones contemporáneas más controvertidas de la historia del país. El 16 de julio, en una movilización que partió del famoso monumento del Ángel de la Independencia, AMLO propuso el recuento voto por voto, casilla por casilla. A fines de noviembre de ese año, se proclamó “presidente legítimo” en un acto multitudinario realizado en El Zócalo: se puso una banda presidencial con escudo juarista y el águila con las alas abiertas, y nominó a doce miembros de su gabinete en las sombras.

“A todas luces fue inequitativa y plagada de irregularidades”, dijo AMLO en julio de 2012, sobre las elecciones presidenciales en las que Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, le sacó 6.51% de diferencia. Apuntaba a una masiva compra venta de votos, documentada por el diario La Jornada, y a inconsistencias en las actas, pero descartaba un escenario de resistencia civil como en la anterior elección. En noviembre de ese mismo año se realizó el primer congreso nacional de Morena, el Movimiento de Regeneración Nacional con el que AMLO dio por cerrada su etapa en el PRD. En julio de 2014, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó por unanimidad el registro de Morena como partido político nacional.
Cuatro años más tarde, AMLO fue electo presidente de los Estados Unidos Mexicanos, sacándole casi 30% de diferencia a Ricardo Anaya, candidato del frente PAN-PRD-Movimiento Ciudadano. Tercero, con apenas 16%, aparecía José Antonio Meade, de la coalición entre el PRI-Partido Verde Ecologista-Nueva Alianza.
Se había reseteado la política mexicana: el tabasqueño obstinado lo había logrado. También quedarían atrás algunos sinsabores personales. Por ejemplo, un infarto de miocardio en 2013, resumido así de forma posterior: “Era tanto el dolor que tenía que llegué a resignarme porque ya no podía, ya no soportaba ese dolor. Los que han tenido infartos saben de lo que estoy hablando”. O la muerte en 2003 de su primera esposa, Rocío Beltrán, con quien tuvo tres hijos en común -José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso-. “Amas de casa, ancianas apoyadas en su bastón, taxistas, empleados de tiendas, gente del pueblo acudieron a dar el pésame al mandatario capitalino”, describió el diario La Jornada la despedida de Beltrán antes de su último viaje a Tabasco. “Unirme a Rocío fue la decisión más importante de mi vida; no sólo fue el amor, sino la compañía de quien me protegió y aconsejó hasta el final”, reflexionó AMLO veinte años después, en el último tramo de su presidencia.
La Cuarta Transformación y lo que viene
AMLO deja el Palacio Nacional con una aceptación de 73%, números solo comparables en la región a los de Lula da Silva en su transición con Dilma Rousseff a fines de 2010. Los mayores logros del tabasqueño, de acuerdo a estos sondeos de opinión pública, tienen que ver con el manejo de la economía y el despliegue de programas sociales para jóvenes y jubilados. Dentro de las críticas, aparece el eje seguridad pública: casi la mitad de la población cree que la violencia relacionada con el narcotráfico ha aumentado.
Sheinbaum se propone continuadora en diversos aspectos, incluyendo las populares Mañaneras, formato con el que AMLO se comunicó durante todo el sexenio con el pueblo mexicano, marcando asimismo la agenda para la superestructura política. La primera presidenta mujer de la historia del país también planteó continuar los lemas obradoristas, en particular el que rige al movimiento político-electoral: por el bien de todos, primero los pobres. Además, defiende la idea de humanismo mexicano, que propone reivindicar las banderas de la honestidad, la libertad (hoy instrumentalizada por la derecha extrema en el Cono Sur) y el amor.
“Lo digo con toda claridad: tengan la certeza de que las inversiones de accionistas de nacionales y extranjeros estarán seguras en nuestro país”, dijo Sheinbaum durante su asunción. En el México de AMLO ganaron los pobres, pero también los más acaudalados. Durante los primeros seis meses de 2024, se recibieron más de 36 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED), logrando un nuevo récord de acuerdo a lo informado por la Secretaría de Economía. Estados Unidos se mantiene como el principal inversor, con 44% del flujo total, seguido por Alemania, Japón, Canadá, Bélgica y Argentina.

Antes de irse a La Chingada, tal como se llama su rancho en el municipio Palenque del estado Chiapas, AMLO propició la incorporación de Andy López Beltrán, uno de sus hijos, al organigrama de Morena: pasó a ocupar el cargo de secretario de Organización del movimiento político-electoral. No sólo comparte con su padre el nombre -se llama Andrés Manuel-, sino que también es politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. “Imagínense, si en la casa siempre escucharon desde niños la palabra justicia, democracia, y la actividad política, siempre”, argumentó AMLO en una de sus últimas Mañaneras el interés de su hijo para involucrarse. Lo propio dijo el exsenador César Raúl Ojeda Zubieta, quien fue varias veces candidato a gobernador de Tabasco por el PRD: “Perdonen la expresión ganadera, pero nació mamando el modelo de transformación con su familia”.
Una vez recluido en su rancho, donde se espera que escriba sobre historia mexicana, AMLO tendrá sus propios ojos dentro del partido del que es fundador: los de su hijo, que se llama como él y cursó su misma carrera. La derecha mediática y política ya especula con el proyecto Andy 2030, visto y considerando la imposibilidad para la reelección de Sheinbaum de acuerdo a la normativa electoral mexicana. Para eso falta muchísimo. Primero será el turno de la sucesora de un presidente tan persistente como popular.