Venezuela jaqueada: actas sin rastro, guerra con las redes y chavismo crítico
El Centro Carter da como ganador a Edmundo González. Maduro rompe relaciones con WhatsApp y X. Las detenciones por Instagram. ¿En qué se diferencian del gobierno quienes apoyaban a Chávez? El fino equilibrio de Brasil, Colombia y México.

El Centro Carter fue una de las instituciones que validó el Consejo Nacional Electoral (CNE) para hacer una veeduría del proceso electoral del 28J. La institución con sede en Atlanta desplegó una misión técnica en la ciudad de Caracas y los estados Barinas, Carabobo y Zulia. Durante la noche del domingo no pudieron estar en la sala de totalización, donde se suelen emitir los primeros boletines con resultados. Tras la elección, anunciaron su salida de Venezuela y, desde Estados Unidos, denunciaron irregularidades graves en la elección, dando cuenta de que la misma «no cumplió con los estándares internacionales de integridad y no puede considerarse democrática». Uno de los ejes de ese comunicado tiene que ver con la ausencia de resultados desglosados centro por centro, mesa por mesa: esa tradición del CNE se rompió previamente en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente de 2017 y en el referéndum en torno al Esequibo de 2023, relativo a un diferendo territorial con Guyana.
El jueves 8 de agosto, diez días después de los comicios, el Centro Carter avaló las actas presentadas por Edmundo González y María Corina Machado en una página web y desmintió la hipótesis oficialista en torno a un presunto hackeo de la página del CNE. “La transmisión es por línea telefónica y teléfono satelital y no por computadora. No han perdido data”, dijo Jennie Lincoln, jefa de la misión. “Todo el trabajo y prestigio que construyó el presidente Jimmy Carter es lanzado a la basura por esta asalariada del Departamento de Estado”, contestó el canciller de Maduro, Yvan Gil, denunciando que la institución se colocaba “en el plan del golpe de Estado”.
WhatsApp, Musk y Padrino
En medio de los reclamos en torno a las actas y la totalización de los números mesa por mesa de la elección, el oficialismo venezolano acudió a una receta clásica para momentos de crisis: el frente externo como intento aglutinador interno.
Si te gusta Mundo Propio podés suscribirte y recibirlo en tu casilla los lunes.
«Yo voy a romper relaciones con WhatsApp porque la están utilizando para amenazar a Venezuela. Y entonces yo voy a eliminar mi WhatsApp de mi teléfono para siempre», dijo Maduro en la tarde del lunes 5 de agosto, bajo una significativa lluvia –palo de agua para los venezolanos- que caía sobre los presentes en las afueras del Palacio de Miraflores. Cumplió con su promesa: «WhatsApp, imperialismo tecnológico, estás atacando a Venezuela. Te entregaron todas las listas. ¡Te fuiste, WhatsApp! Si te he visto no me acuerdo. Soy libre de WhatsApp, estoy en paz. ¡WhatsApp pa’l carajo», enunció mientras desinstalaba en directo la aplicación, a la vista de todos.
El magnate y dueño de X, Elon Musk, a quien luego de la elección Maduro invitó a pelear -en términos literales, no retóricos-, también fue parte de las acusaciones del mandatario, que denuncia un complot internacional. «Me dijeron exactamente lo que hay que hacer con el diablo, con los símbolos diabólicos que maneja Elon Musk. Miren su perfil, los símbolos diabólicos que tiene en su pecho. Son sectas satánicas del poder estadounidense, que han articulado sectas como la de Milei, o en Venezuela, sectas satánicas como el fascismo, que ha atacado al país. Es una lucha de carácter espiritual entre el bien y el mal”, dijo el jefe de Estado durante un acto de la Guardia Nacional Bolivariana. El jueves 8 de agosto, Maduro anunció la suspensión de X en suelo venezolano por el plazo de diez días. “Es una estupidez eso, pones cualquier VPN y ya”, me dijo un ex votante del chavismo cuando lo consulté. VPN es acrónimo de Virtual Private Network (Red Privada Virtual) y como su propio nombre lo indica, crean canales privados que redirigen el tráfico y eluden restricciones.
En un pronunciamiento televisado, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, ratificó su “absoluta lealtad” a Maduro, a quien llamó presidente reelecto. La declaración ocurrió un día después de un comunicado firmado por María Corina Machado y Edmundo González, en el que le pedían a los uniformados ponerse “al lado del pueblo” y no reprimirlo, dando por sentado un triunfo opositor. “Rechazamos contundentemente los desesperados y sediciosos planteamientos contenidos en un escrito publicado en redes sociales”, leyó Padrino, acompañado del alto mando militar. También había jefes policiales: tanto Maduro como Cabello vienen mencionando “la perfecta unión cívico-militar-policial”, como fase de un nuevo momento en el plano interno. La detención de María Oropeza, coordinadora del partido de Machado, Vente Venezuela, en el estado Portuguesa, fue transmitida en vivo y en directo desde su Instagram, donde unos cinco mil usuarios presenciaron el delicado momento en que agentes ingresaban a su domicilio rompiendo la puerta. Las propias autoridades hablan de más de dos mil presos cuyo destino serán las megacárceles de Tocorón y Tocuyito.
Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.
SumateEl chavismo crítico de Maduro
En el debate público entre los simpatizantes de María Corina Machado y Nicolás Maduro suele quedar relegado un sector que cuestiona al oficialismo pero que se sigue considerando chavista. El proceso que lleva un cuarto de siglo en Miraflores evidentemente tiene líneas internas, pliegues, debates -a veces públicos, otros no tanto-, quiebres y rupturas. Se suele definir al chavismo crítico como una corriente heterogénea de personas que siguen validando el legado del fundador del proceso bolivariano, pero objetan a la actual administración a cargo de Nicolás Maduro. Enfrentan cuestionamientos por todos los flancos: mientras en el oficialismo los tildan de traidores y de hacerle el juego a la derecha, la oposición mayoritaria habla de chavismo cínico y desenchufado, enrostrándoles sus posicionamientos previos y vinculación a la Revolución Bolivariana.
En las últimas semanas, quien tomó un mayor protagonismo público fue el ex alcalde de Caracas, Juan Barreto. Creador del partido REDES para apoyar la candidatura de Hugo Chávez en 2012, Barreto fue desmarcándose con el tiempo, no sin antes acompañar desde posiciones propias. El 8 de diciembre de 2015, dos días después del rutilante triunfo de la Mesa de Unidad Democrática sobre el Partido Socialista Unido de Venezuela, twitteó: “Desde el chavismo crítico tenemos tiempo alertando y proponiendo rectificaciones, demandando que las críticas sean consideradas. Reinventemos ya”. Había llamado a votar por los candidatos del gobierno, entre quienes se encontraban dirigentes de peso como Diosdado Cabello, Cilia Flores, Elías Jaua y Héctor Rodríguez.
En la elección presidencial 2024, Barreto acompañó al candidato de Centrados, Enrique Márquez, como también lo hicieron miembros del Partido Comunista de Venezuela. Durante la semana postelectoral, varios cuadros del chavismo crítico firmaron un comunicado conjunto. Además de Barreto, aparecen Andrés Izarra, exministro de Comunicación; Vladimir Villegas, ex embajador en Brasil y México, hoy comunicador; Rodrigo Cabezas, exministro de Finanzas; y Héctor Navarro, exministro de Educación, Cultura y Deporte. Allí agradecen las gestiones diplomáticas de Lula Da Silva, Andrés Manuel López Obrador y Gustavo Petro, y le solicitan a estos tres mandatarios progresistas “que intercedan para que se ponga fin a la represión y criminalización de la protesta y violaciones a derechos humanos, y sean liberados los cientos de ciudadanos detenidos por expresar su exigencias y reclamos en torno a los resultados dados a conocer por el CNE”.
En diálogo con #MundoPropio, desde Caracas, Barreto respondió sobre la actual situación del país:
Lo mencionó Diosdado Cabello en su programa de televisión…
Tiene una campaña de intimidación. Desde hace días han colocado vehículos policiales sin placa ni identificación frente a mi casa
El gobierno lo acusa de estar detrás del plan de la oposición, ¿qué responde a eso?
Que es mentira. Que presente las pruebas y me dé derecho a la legítima defensa.
¿A Maduro qué le diría hoy?
Una frase de Chávez: dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada.
El chat se cierra con la siguiente frase: “ando muy ocupado sacando de la cárcel a cientos de jóvenes detenidos injustamente, por protestar pacíficamente. Ellos -por el gobierno-, a lo suyo: aferrarse al poder. Yo, a lo mío: luchar por liberar a cuantos pueda desde mi humilde condición de abogado defensor de los derechos humanos”.
Desde Berlín, Alemania, Andrés Izarra también responde a la consulta de Cenital. “Sigo siendo chavista: alzo las banderas del socialismo; la lucha contra la pobreza como acción central de lo que fue la gestión del presidente Chávez; la unión latinoamericana, la independencia nacional, la soberanía; reivindico el uso de lo público en todos sus aspectos, la salud, la educación. El madurismo no tiene nada que ver con eso”, dice desde un audio de WhatsApp en el que menciona que, según su mirada, la actual administración hace crony capitalism, es decir capitalismo de amigos. “En una frase: el proyecto bolivariano chavista murió con Chávez. Esa es la realidad. Solo que ahora se ha hecho más evidente ante los ojos del mundo”, cierra quien ocupara cargos ministeriales con ambos mandatarios.
Lo que viene
El ex candidato presidencial Enrique Marquez, quien fuera rector del ente electoral entre 2021 y 2023, denunció que el CNE está hackeado políticamente. “Ante la duda razonable que tiene el pueblo, grande como la luna llena, le solicito al TSJ que le ordene al CNE abrir las cajas y contar voto a voto”, propuso, parafraseando la frase -plena como la luna llena- con la cual Hugo Chávez propuso la candidatura de Maduro antes de fallecer.
El viernes 9 de agosto, María Corina Machado habló de una posible “negociación para la transición democrática” en Venezuela, que incluiría garantías, salvoconductos e incentivos para las partes involucradas. Le respondió Diosdado Cabello: “Ella no está en condiciones de negociar nada. No es ni candidata, nada. Tiene que rendirle cuentas a la justicia por el llamado a actos de violencia”, afirmó desde las instalaciones del Tribunal Supremo de Justicia. En esa misma jornada, el nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo que estaría dispuesto a darle asilo a Maduro en su país si eso ayudaba a solucionar la crisis del país caribeño-sudamericano. En Miraflores escucharon con suspicacia: la lectura fue que los dichos de Mulino estuvieron condicionados por la reciente visita a ese país de la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos.
Un día antes, las cancillerías de Brasil, Colombia y México emitieron un comunicado en el que le pidieron al CNE que publicara los resultados desglosados por mesa y que haya una verificación imparcial, además de llamar al gobierno de Maduro a garantizar el derecho a las protestas y respetar los Derechos Humanos. Estados Unidos salió a manifestar su apoyo a la mediación de los tres países latinoamericanos, pero agregó una palabra clave que también había sido pronunciada por Mulino: transición. El excanciller venezolano Arreaza, yerno de Hugo Chávez, le contestó en X: “Totalmente de acuerdo con el presidente de Panamá: en Venezuela ya hay una transición en marcha: la transición al socialismo bolivariano y chavista del siglo XXI”.
En Brasil quedó claro el disgusto que generó la promesa del propio Maduro a Celso Amorim, asesor presidencial de Lula, en torno a la pronta aparición de las actas electorales. “Es lamentable que las actas no hayan aparecido”, dijo el veterano diplomático a GloboNews. Amorim, sin embargo, buscó seguir con una línea de diálogo: “Yo creo que la cuestión no es endurecer, la cuestión es hablar cosas que ayuden a la pacificación”. El fino equilibrio de Brasil, Colombia y México es ese: ponerle un límite a Maduro, por un lado, y otro a Estados Unidos y su indisimulable avaricia. Todas estas historias continuarán.