Trump, el renacido: las cuatro fotos de su regreso
Cuatro años después del asalto al Capitolio, el republicano controlará el Congreso y además tendrá mayoría conservadora en la Corte Suprema. ¿Cómo construyó su victoria? Una historia épica en imágenes.
La campaña silvestre de Donald Trump comenzó a difundir, la semana previa a la elección, una imagen con cuatro fotografías de los últimos meses que condensan cuatro momentos claves para la constitución del republicano del 2024, el de la resurrección política y la vuelta a la Casa Blanca con una botonera recargada.
- La ficha policial de Fulton, Georgia. Un Trump serio mira a la cámara luego de que le tomaran las huellas dactilares y le asignaran un número de identificación (P01135809). Su semblante es desafiante en la imagen que difunde la Oficina del Sheriff del Condado. Es la primera fotografía de ese tipo para un expresidente estadounidense: se le imputan trece cargos en el caso de interferencia electoral, por presionar a funcionarios para que revirtieran su derrota en Georgia. Hay una prueba gruesa en su contra: la grabación de una llamada en enero de 2021 en la que le pide al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que le “encuentre” 11.780 votos (uno más de los que había conseguido Joe Biden). En el expediente lo describen: rubio, ojos azules, 1.90 cm de altura, 97.5 kilos. Sale en libertad tras pagar una fianza de 200 mil dólares.
- La icónica imagen con el puño en alto después de ser atacado, en Butler, Pensilvania. Es un Trump eufórico que grita “fight, fight” (pelea) la tarde del 13 de julio de este año, apenas segundos después de que una bala rozara una de sus orejas. Según el Servicio Secreto Thomas Matthew Crooks, el tirador, ya había sido abatido. En segundos, Trump transformó un intento de magnicidio en un momento de fortaleza: incluso pareciera sostener una bandera estadounidense justo cuando le tomaron la foto que lo muestra ensangrentado. Se salvó la vida por centímetros: rotó su cabeza para mirar un cartel antiinmigración justo cuando le dispararon.
- Atendiendo un McDonald’s en las afueras de Filadelfia, para trollear a Harris. El domingo 20 de octubre, Trump se puso delantal y cocinó papas fritas en un local de la cadena de comida rápida en Feasterville-Trevose. Luego fue a la ventanilla del AutoMac, donde habló con los sorprendidos transeúntes. “Amo McDonald’s. Amo los empleos. Y creo que es inapropiado cuando alguien dice por todas partes que trabajó en un McDonald’s, pero nunca trabajó”, dijo Trump en alusión a Kamala Harris, que afirmó haber sido empleada de la cadena en California durante el verano de 1983, para pagar sus estudios. “Él no puede entender lo que es tener un trabajo de verano porque le dieron millones en bandeja de plata y luego los desperdició”, le respondió Ian Sams, vocero de Harris.
- Trump basurero, en respuesta a Biden. El humorista Tony Hinchcliffe sacudió los cimientos del mítico Madison Square Garden –la casa de los New York Knicks ubicada en Midtown Manhattan– apenas nueve días antes de la elección. “No sé si ustedes lo saben, pero ahora mismo hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Creo que se llama Puerto Rico”, fueron las palabras descalificadoras del también podcaster Hinchcliffe, que continuó su andanada discursiva racista para con latinoamericanos, judios y afroamericanos. “Les encanta tener bebés. Lo hacen, lo hacen, lo hacen. Ellos terminan adentro, igual que lo hicieron con nuestro país”, banquineó sobre los latinos, el sexo y la migración. Make Derrape Great Again.

Tras el evento, hasta el comando del republicano buscó despegarse. “Es lamentable, no refleja sino el pensar desinformado y además ignorante de un humorista que cree que tiene gracia”, opinó contundente Jaime Flórez, su vocero en español de la campaña, quien dijo que nadie tenía conocimiento de lo que el humorista iba a decir. Además, pidió disculpas a la población puertorriqueña que se haya sentido ofendida.
Ya era tarde: en su cuenta de casi veinte millones de seguidores en Instagram, el cantante Ricky Martin, nacido en San Juan, capital de la isla, escribió “esto es lo que piensan de nosotros”, para luego pedir el voto para Harris. Otras celebridades como Bad Bunny, Jennifer López y Luis Fonsi hicieron lo propio. “La superestrella de la música latina Nicky Jam! ¿Conocen a Nicky? Ella es hot. ¿Dónde está Nicky?”, se equivocó feo Trump a mediados de septiembre, al presentar al reguetonero puertorriqueño, que lo sorprendió con su masculinidad cuando subió a la tarima y le dio su respaldo. Apenas un mes después, al enterarse de los dichos de Hinchcliffe, Jam le retiró su apoyo al republicano en un video cuyo cierre fue la frase: “Puerto Rico se respeta”.
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Todo se complejizó, sin embargo, cuando Biden salió torpemente a abrazar una granada ajena. “La única basura son sus partidarios”, dijo el veterano Joe, generando un dolor de cabeza en la campaña demócrata. Una intervención errática que fue velozmente aprovechada por Trump y su comando: el magnate, pícaro, se vistió de recolector de basura para viralizar los dichos del casi candidato a la reelección.
Fue la segunda vez durante la campaña que se fotografió con el atuendo de trabajos precarios, pauperizados, extendidos en la geografía estadounidense. “No debería sorprendernos demasiado que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado. Mientras sus líderes defienden el status quo, el pueblo estadounidense está enojado y quiere cambio”, posteó el senador Bernie Sanders tras la elección.
La vida es una tómbola: Elon Musk, el millón para sortear y las fake news
En el debate televisado con Kamala Harris, el republicano hizo una acusación/fake. “En Springfield se están comiendo a los perros, se están comiendo a los gatos. Se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí. Y esto es lo que está pasando en nuestro país, y es una vergüenza”. Aquello generó una espontánea risa de su contrincante, quien parecía no poder creer lo que escuchaba. El bulo fue tal, con el senador republicano Ted Cruz y el magnate Elon Musk sumándose a replicarlo, que el Departamento de Policía de Springfield tuvo que salir a aclarar: “En respuesta a los recientes rumores que alegan actividad criminal por parte de la población inmigrante en nuestra ciudad, deseamos aclarar que no ha habido informes creíbles ni reclamos específicos de mascotas que hayan sido dañadas, lesionadas o abusadas por individuos dentro de la comunidad inmigrante”, dijeron.
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SumateEl apoyo del dueño de X, Tesla y SpaceX no solo fue en el ámbito de la virtualidad. El 5 de octubre participó de un acto con Trump en Butler, Pensilvania, estado decisivo en el colegio electoral. Además, de acuerdo a los registros oficiales, donó al menos 119 millones de dólares para la campaña del Partido Republicano. Las empresas de Musk cuentan con contratos federales por valor de miles de millones de dólares y eso influye en su búsqueda de ampliar “su red de influencia política para incluir a un posible futuro presidente y a miembros del Congreso”, destaca Bloomberg. Ideología, sí, pero sobre todo negocios.
El tema pasó a mayores con el sorteo diario de un millón de dólares por parte de Musk. El fiscal de distrito de Filadelfia, Larry Krasner, presentó una demanda para impedir la continuidad de esta práctica, que fue calificada como “lotería ilegal”. Si bien para participar del sorteo el requisito era firmar una declaración en defensa de la libertad de expresión y de la portación de armas, había que demostrar estar registrado como votante. “Aunque Musk dice que la selección de un ganador es ‘aleatoria’, eso parece falso porque múltiples seleccionados son individuos que se han presentado en mítines de Trump en Pensilvania”, dijo Krasner para argumentar que las reglas del sorteo eran engañosas. La ley federal prohíbe pagar a los ciudadanos por votar o por registrarse para hacerlo, con una pena de hasta cinco años de prisión. Por eso, el 21 de octubre, el responsable de delitos electorales del Departamento de Justicia envió una carta de advertencia a América PAC alertando de la situación.
En la noche electoral, Musk acompañó a Trump en Mar-a-Lago, en una cena en la que también estuvieron el brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair Messias, y el político británico Nigel Farage. “Tenemos una nueva estrella. Una estrella ha nacido”, dijo el principal triunfador de la jornada. Y agregó: “Elon. Es un tipo increíble. Hemos pasado la noche juntos. Hemos hecho campaña juntos”. El win-win no terminó ahí: con el triunfo del republicano, las acciones de Tesla aumentaron entre 13% y 15%. Como Musk tiene 411 millones de acciones, ganó unos 15 mil millones de dólares. Es decir, un retorno de 12761% sobre la inversión inicial de 119 millones (CNN). De vuelta: ideología, sí, pero sobre todo negocios.
Proyecto 2025, el balance de la elección y lo que viene
El documento Proyecto 2025 tiene casi mil páginas. Se trata de una iniciativa de la Fundación Heritage, think tank que ha dado forma al personal y a las políticas de las administraciones republicanas desde la presidencia de Reagan, tal como lo describe The New York Times. Allí está condensada la propuesta de la finalización del muro con México y la deportación masiva de inmigrantes; el retiro de las pastillas abortivas y la eliminación de términos como “orientación sexual” y “derechos reproductivos” de la normativa federal; y la reforma en el sistema de contratación a funcionarios y la abolición de la Reserva Federal. El magnate intentó despegarse del documento ante las acusaciones demócratas, escribiendo en sus redes “no tengo ni idea de quién está detrás”. Pero una revisión de CNN detectó que al menos 140 personas que trabajaron en la administración Trump estuvieron vinculadas con la confección del extenso escrito.
“Necesitamos un conservadurismo ofensivo, no simplemente uno que intente impedir que la izquierda haga cosas que no nos gustan”, escribió el ahora vicepresidente electo J.D. Vance en el prólogo de un libro del presidente de la Fundación Heritage, Kevin Roberts. Allí se deshizo en elogios respecto al titular del think tank que ideó Proyecto 2025, al decir que “nunca antes una figura con la presencia y la estatura de Roberts dentro de la derecha estadounidense había intentado articular un futuro genuinamente nuevo para el conservadurismo”. Para Roberts el horizonte es una Segunda Revolución Americana.
“El combo economía y migración se impuso al de democracia y derechos reproductivos. A los latinos que votaron a Trump por las deportaciones masivas les parece bien porque no va por ellos”, le dijo a Cenital Jorge Argüello, ex embajador de Argentina en Estados Unidos. Para el también presidente de la Fundación Embajada Abierta, si bien la situación de la macroeconomía es favorable –PBI creciendo al 2.8%, la inflación bajando al 2.1% anual y el desempleo en 4.1%– la clave está en “la percepción” en torno a la situación personal. “El estadounidense promedio percibe que la economía está mal. Si bien los salarios crecieron después de la pandemia, en la memoria de la gente está que la lata de Coca Cola vale el doble de lo que la pagó toda la vida. Y lo que manda en una elección es la percepción”, aseguró, empalmando con una idea que aparecía en las encuestas preelectorales: cuando se consultaba a la población si se estaba mejor o peor que cuatro años atrás, ganaba cómodamente el peor.
“Hay que verlo andar a Trump. A él ahora lo corre por derecha el MAGA, lo corre Vance. Él antes era quien corría por derecha al partido”, dijo Arguello, proponiendo repensar el vínculo que, a partir de este momento, Trump tendrá con quien algunos ya especulan que podrá ser su sucesor. Para eso todavía falta: el 20 de enero, en una indudable resurrección política, el nacido en New York volverá a la Casa Blanca tras variadas imputaciones judiciales y hasta intentos de homicidio.
Esta nota es parte de un especial de Cenital que se llama Knock Out. Podés leer todos los artículos acá.