Se picó en los sótanos de la democracia

Entre la cuarentena y la deuda se coló la discusión sobre el espionaje durante la gestión del ex Presidente Mauricio Macri. Los espiados: Cristina, Larreta, Vidal, Massot, ¿y Messi?

Hola, ¿cómo estás? Espero que bien. Te quería contar que por un tema de tiempos estoy evaluando un enroque de días con #Rollover, pero primero me gustaría que me digas si te parece bien. Al menos hasta que pase la pandemia o Lucio cumpla seis meses, lo que ocurra primero. 

Si esto no es una infectadura, ¿qué es?

Javier Cercas cuenta en el comienzo de Anatomía de un instante que según una encuesta publicada en el Reino Unido a comienzos del 2008, la cuarta parte de los ingleses pensaba que Winston Churchill era un personaje de ficción. No habría que sorprenderse, entonces, que un porcentaje de la población crea que este virus fue creado en un laboratorio y es parte de un proceso hacia un nuevo orden mundial. Esto, que puede parecer simpático o hilarante para quienes creemos que hay que tener cuidado con nuestros consumos irónicos, nos hace acordar a la campaña de Jair Bolsonaro: como bien recuerda el periodista Bruno Bimbi, en 2014 los acólitos del hoy Presidente de Brasil repartían este folleto en los barrios periféricos de Río de Janeiro y la Baixada de Fluminense para elegir diputados-pastores. Que los disparates de hoy no sean las representaciones institucionales de mañana.

La segunda parte de esta saga, aunque ligeramente más sofisticada, fue la carta de intelectuales ligados al gobierno anterior en la que alertaron por una “democracia en riesgo”. Con la memoria de Leopoldo Lugones y su “hora de la espada”, los firmantes manifestaron preocupación por los peligros de la “infectadura”. El retroceso estético es evidente. Sin embargo, detrás de la solicitada se encuentra una operación –de la cual los pensadores macristas pueden o no estar al tanto– que puede poner en peligro tanto la legitimidad del gobierno como la convivencia con los sectores que gestionan hoy bajo el paraguas institucional de Juntos Por el Cambio. Si la economía se lesiona, cosa que ocurrirá, la oposición machacará sobre ello. Si la cuarentena en el AMBA se flexibiliza y los muertos crecen, pondrán el ojo sobre el incremento de decesos. Para quienes hoy son átomos libres es win-win. Para quienes gobiernan, un desafío. Para la sociedad, un riesgo: si se pierden el capital político y sanitario, las chances de un crash crecen exponencialmente. 

En la reunión de anoche, Axel Kicillof fue con la misma propuesta de las últimas semanas: esquema muy restrictivo para el AMBA y de deshielo en etapas en los municipios del interior de la PBA que así lo demanden. Además, el desarrollo de un protocolo para focos en relación a la cantidad de contagios. En CABA hay una guerra sorda: mientras Fernán Quirós declara que ante una subida de casos hay que prolongar el aislamiento, la presidenta del PRO insiste con una mayor apertura en el distrito que más necesita del aislamiento y que gobierna un presidenciable de Juntos por el Cambio 🤷‍♂️.

En este escenario, una preocupación más le sumó la realidad a Alberto Fernández: ayer, en la inauguración del Hospital Solidario COVID-19 Austral, en la localidad de Pilar, construido con aportes de empresarios y la fundación Pérez Companc, una enfermera que había tenido coronavirus le contó al Presidente que tuvo rastros del virus durante 60 días en su cuerpo hasta que el hisopado le dio negativo. “¿Ves? Es lo que te digo siempre, no se sabe casi nada”, reflexionó Fernández con un colaborador en la recorrida. En la cabeza del Presidente anida una idea como tantas otras: pedirle a los habitantes del AMBA un “último gran esfuerzo” con una cuarentena estricta hasta mediados de agosto con la promesa que, al salir, lo peor habrá pasado. Esta postura se reforzó luego del diálogo que tuvo la última semana con sus pares de España, Pedro Sánchez, y de Israel, Benjamin Netanyahu.  

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

La deuda y Opacina

La semana pasada contamos que Miguel Galuccio le manifestó a Larry Fink que un acuerdo con Argentina le abriría una innumerable cantidad de oportunidades de negocios, entre ellas en YPF. Blackrock, recordamos, es accionista al igual que Vanguard Capital que a su vez es accionista de Blackrock en un esquema participación cruzada. Galuccio y Fink cultivan una relación de respeto, pero también de negocios: el fondo norteamericano es parte de Vista, la petrolera del Mago, a través de Riverstone. Además, Galuccio es parte del board de Schlumberger, donde Blackrock es accionista de manera directa e indirecta.

Este canal paralelo de ayudas desinteresadas también lo recorren otros hombres de negocios: Jorge Horacio Brito almorzó en el Banco Macro con Sebastián Eskenazi y allí conversaron telefónicamente con David Martínez, dueño de Fintech Advisory. La negociación tiene idas y vueltas: al optimismo de la semana pasada lo equilibra cierto halo negativo en esta. Según una persona con acceso a la negociación, los emisarios en común dan señales cruzadas. Los nexos con los bonistas sostienen que este acercamiento es pour la galerie y que el acuerdo está lejos. “Igual todos mienten, hay que estar tranquilos”, reflexionó citando involuntariamente al Dr. Gregory House. 

A diferencia del preopinante, otro funcionario sostuvo: “No, yo hoy estoy optimista, es mi obligación después del comunicado del Fondo”. Se refiere a que en un nuevo reporte técnico, el organismo sostiene que Argentina tiene «margen limitado» para mejorar la oferta del Gobierno a los acreedores privados y a su vez cumplir con los parámetros necesarios para recuperar la sostenibilidad de la deuda. Ese mismo optimismo invade en estos días al Presidente quien cultivó en estos meses una relación de mucha confianza con la directora gerente.

En el FMI siguen muy de cerca la negociación con los bonistas, juran que tienen un nuevo ethos y rechazan cualquier comparación con sus colegas del bajo Manhattan. En un relajo infrecuente, un funcionario de Washington le dijo a #OffTheRecord que “si Kristalina trabajara en Wall Street se llamaría Opacina”. El humor, al igual que las predicciones, no parece ser el fuerte de los organismos multilaterales.

Se están reproduciendo

“Traje chaleco antibalas”. La frase, dicha entre risas la semana pasada por Máximo Kirchner, provocó una reacción similar del intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. La referencia era en relación a una nota en la que el periodista Carlos Pagni contaba que el jefe comunal había prometido, simbólicamente, pegarle “un tiro” al mandamás del bloque oficialista para comenzar a construir el albertismo. Si bien algunos representantes del Frente de Todos insisten con negarlo, esa frase de Zabaleta existió y no fue dicha una sino varias veces ante diversos interlocutores. La humorada del diputado Kirchner llega después de haber firmado la pax romana: hace algunos meses atrás conversaron largo y tendido en la jefatura del bloque peronista en el Congreso.  

La voluntad de construir el albertismo nace de quienes orbitaban a Florencio Randazzo en el Palacio Raggio, pero se topa con un límite difícil de superar: el propio Alberto Fernández. El Presidente repite en público y en privado que esas aventuras no tienen sentido ya que “con Cristina” comparte “los grandes lineamientos de hacia dónde tiene que ir la Argentina”. Una particularidad, además, es que otros intendentes del conurbano recuerdan que Fernández ya vivió esos amores fugaces: fue el propio Juanchi quien abandonó a Randazzo para recalar en Unidad Ciudadana en medio de la elección 2017 cuando Alberto era jefe de campaña del ex ministro del Interior.

Se picó

La semana pasada contamos pormenores de la causa por espionaje que se originó a partir del hallazgo de una computadora arrumbada en la Agencia Federal de Inteligencia. Hoy, el capítulo se traslada de la Capital al conurbano y el volumen de la investigación parece no tener precedentes, al menos, en la historia reciente de la Argentina.

La versión corta de la historia es que todo comenzó cuando luego de una serie de medidas y en lo que parecía ser una causa corriente, el juez de Lomas de Zamora Federico Villena logró dar con un narco de alias “Verdura” que al poco tiempo reconoció que fue abordado y reclutado por un abogado que decía ser de la ex SIDE que le proveyó una credencial de la agencia para moverse libremente. A través de los datos brindados por este malviviente, los investigadores dieron con el letrado que, efectivamente, trabajaba para la AFI.

Verdura, además, confesó que este hombre del derecho lo utilizó para dejar un “paquete” en una dirección de la Avenida Callao y que él advirtió que se trataba de un artefacto explosivo. “Es para asustar, no va a explotar”, le habría dicho el jurisconsulto a Verdura. Ese paquete era para José Luis Vila, el ex agente y ex funcionario de Cambiemos en el ministerio de Defensa que declaró en la bicameral de Inteligencia y permitió el link con la investigación que lleva adelante Villena.

En esa causa, el material que surge es preocupante: fotos, videos y audios de seguimientos a figuras de relevancia institucional como la ex presidenta Cristina Kirchner. Ministros de la Corte, intendentes, empresarios, periodistas como Hugo Alconada Mon o Carlos Pagni, sindicalistas y representantes de la Iglesia como monseñor Lugones, amigo personal del papa Francisco, y los curas villeros Paco Oliveira y Pepe di Paola. Del anterior oficialismo surgen los nombres de Larreta, Diego Santilli, María Eugenia Vidal y el entonces jefe del bloque PRO en Diputados, Nicolás Massot. Además, aparecería el seguimiento al novio de una de las hermanas del ex Presidente. Me acordé de esta nota del propio Pagni: ¿también espiaron a Messi? 

La situación social y el horizonte post pandemia

“Empezá a moderar tu militancia de la cuarentena porque esto no da para más”. El comentario entre risas de un intendente al autor de este correo tenía un disparador inmediato: en un barrio muy pobre del conurbano sur, los vecinos le manifestaron al jefe comunal la necesidad de volver a trabajar ya que no sólo el coronavirus no había entrado a la comunidad sino que no conocían a nadie que haya sufrido el contagio. “Lo que no entendés es que la aceleración de este virus es de 0 a 100, si levantás porque no hay contagios en 15 días ese barrio puede ser un cementerio”. Mi respuesta, tal vez exagerada, tenía como objetivo graficar que el hartazgo social no está probado aún como cura del coronavirus.

Según un relevamiento del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, el mayor problema no se encuentra en el sector más pobre de la población sino en el de inmediatamente más arriba. Los primeros, al percibir IFE, AUH, bolsones de comida y otros programas ad hoc tienen más herramientas para enfrentar la crisis que los autónomos de clases bajas y medias bajas. “El parrillero de la cancha, el que tiene un carrito en la calle”, explican. Un intendente de Juntos por el Cambio grafica la situación ante #OffTheRecord: “Esa gente la está pasando peor porque no sabe cómo integrarse a la política social y los que sí saben les da vergüenza, entonces nosotros estamos yendo a las casas a entregarles los alimentos porque si no ellos no se acercan”.

En medio de la crisis, en el FdT empiezan a otear la post pandemia. Como anticipamos, uno de los postulados de la nueva etapa será una reforma impositiva. Las claves serán dos: menos impuestos y más progresivos. Si pre pandemia a algunos analistas les costaba creer que hubiera un peronismo con responsabilidad fiscal, es interesante saber qué impresión les generará un proyecto pankirchnerista que elimine cargas mas no recaudación.

Por otro lado, el oficialismo confía en conseguir los votos para aprobar el impuesto a la fortuna. Si bien descuentan que va a ocurrir, máxime con el apoyo de algunos sectores de Juntos por el Cambio como Gerardo Morales, la oposición baraja una alternativa bastante particular: que no sea aporte sino préstamo. Es decir, que el Estado, luego de la crisis, les devuelva la plata a través de algún mecanismo financiero. Como con los ATP, pero al revés. 

En relación a esto, alguien que orbita en el firmamento oficialista manifestaba su disconformidad con la falta de apoyos en los medios de comunicación. “¿Cómo puede ser que no haya 20 empresarios pesados que salgan a bancar porque pagan sueldos gracias al Gobierno? ¡La UIA se llevó todo lo que pidió y no da la cara!”. No es la única demanda dentro del peronismo de ordenar a los empresarios con el postulado de la bandera chilena.

Cuando se apaguen las llamas

Hoy es martes y falta una vida para que llegue #MundoPropio así que vamos a bocetear algunas ideas de lo que está pasando en Estados Unidos, donde parecen temblar los cimientos luego del asesinato de George Floyd por un policía blanco en una situación de rutina en Minneapolis. Este hecho parece haber funcionado de manera similar al pequeño aumento del boleto del Metro en Santiago el año pasado que generó una rebelión social cuyas consecuencias todavía no terminan de asentarse.

Al escribirse esto, estamos por adentrarnos en el séptimo día de protestas pacíficas masivas y disturbios sociales extendidos. Se registraron incidentes serios en más de 45 ciudades y 21 estados movilizaron a la Guardia Nacional para reprimirlas y contener las manifestaciones, un despliegue sin antecedentes en la historia estadounidense. 

Sin embargo, asesinatos como el de Floyd y las protestas subsiguientes son y no son novedosas en la historia norteamericana. En 1968, tras el asesinato de Martin Luther King, se registraron los levantamientos más grandes de la historia. El contexto, la radicalización de la juventud frente a la guerra de Vietnam, los triunfos más resonantes del movimiento por los derechos civiles –con la sanción de la ley nacional, en 1964– y una profunda división generacional y racial. Así contadas, las similitudes parecen elocuentes.

Era, sin embargo, otro mundo. El presidente demócrata Lyndon Johnson había asumido personalmente la dirección de las reformas enfrentando al sector conservador y segregacionista del partido. El Acta de Derechos Civiles y la última gran expansión de  Derechos Sociales se produjo durante su gobierno y el desempleo era prácticamente inexistente. En tiempos de rebelión y ebullición, de pedidos de paz e igualdad, sin embargo, Richard Nixon apeló a la «mayoría silenciosa» y a la bandera del orden. Ese mismo año fue electo presidente en unas elecciones en las que, en algunos estados, se impuso un candidato abiertamente segregacionista. Desde entonces, el Partido Republicano se impondría en 5 de las 6 elecciones presidenciales hasta la llegada de Bill Clinton.

El contexto, hoy, es diferente. Donald Trump preside un país atravesado por la crisis causada por la pandemia con un desempleo que se estima en el 20% de la población. Aún así, su táctica es la misma. Ante los impulsos caóticos e igualitarios, será el candidato de la ley y el orden. Para los demócratas, en cambio, el dilema es mucho más serio. Los incidentes tuvieron lugar, abrumadoramente, en las grandes ciudades, el corazón progresista de los Estados Unidos, donde gobiernan casi exclusivamente. Necesitan contener, a la vez, la violencia y el movimiento social. Con las elecciones de noviembre muy cerca, Trump sabe lo que dice y a quién se lo dice; para los demócratas es mucho menos claro.

Las consecuencias podrían ser graves y de largo alcance. Desde la posibilidad de un resultado electoral que no sea aceptado por todas las partes contendientes hasta una materialización de la amenaza de destinar las Fuerzas Armadas a reprimir a ciudadanos norteamericanos en su territorio. A nivel global, el liderazgo de los Estados Unidos podría quedar seriamente magullado. ¿Con qué legitimidad podría reclamar, con los militares en sus propias calles, por la represión de movimientos democráticos en el extranjero?

Bonus track

  • Luego de la revelación de Ámbito, las defensas de los funcionarios y empresarios, incluido Angelo Calcaterra, evalúan pedir la nulidad de la causa. 
  • Compra de paranoia al por mayor por parte de empresarios con el proyecto de Fernanda Vallejos. “Esto lo manda Cristina”, se los escuchó decir en un zoom con consultores. La realidad es otra: Vallejos fue reprendida por su jefatura política.
  • Si no pudiste verlo, te recomiendo este debate en C5N entre Marcelo Leiras y Luis Tonelli sobre la postura del Gobierno ante la cuarentena. 

Antes del libro, te quiero recordar que –producto de la situación global y del rubro en particular, pero también del ethos de Cenital– abrimos la posibilidad de que seas parte del proyecto a través del sistema de apoyo económico para poder seguir creciendo. 

La recomendación de hoy es El espía que surgió del frío de John Le Carré.

Ojalá hayas disfrutado de este correo tanto como yo. Estoy muy agradecido por tu amistad que, aunque sea espectral, para mí no tiene precio.

Iván

Soy director de un medio que pensé para leer a los periodistas que escriben en él. Mis momentos preferidos son los cierres de listas, el día de las elecciones y las finales en Madrid. Además de River, podría tener un tatuaje de Messi y el Indio, pero no me gustan los tatuajes. Me hubiera encantado ser diplomático. Los de Internacionales dicen que soy un conservador popular.