Piqué, Maratea y la vampirización del fútbol
El exfutbolista español devenido en empresario y el influencer no serán los últimos que disfracen al deporte para usufructo personal.

Gerard Piqué dice que sacaría a un jugador de cada equipo por cada minuto de tiempo extra en un partido de fútbol. Piqué dice que jugadores profesionales dejarán el fútbol por la Kings League, su liga—empresa.
Piqué dice, de un saque: “El fútbol compite con Netflix, Amazon, YouTube, TikTok. Todo el mundo tiene un tiempo limitado. El fútbol durante 90 minutos ya no es emocionante. ¿Veo partidos 90 minutos? Realmente, no. Hay que entender hacia dónde va el fútbol, hacia dónde va el entretenimiento, y combinarlos para que la gente siga apegada al fútbol. Los clubes pagarán a los aficionados para que vayan al estadio, porque la experiencia en casa, en pijamas y con galletas en el sofá, es mejor que ir al estadio”.
Piqué dice que las ligas nacionales deberían reducirse a 16 clubes. Piqué dice que “puedes ser fan de River, Boca, Independiente o Racing y también seguir a Muchachos FC o a Kunisports”, porque “puedes seguir el fútbol y la Kings League”. Piqué dice que si un partido termina 0 a 0, sin goles, que ningún equipo sume puntos.
Suscribite para recibir un alerta cada vez que Roberto Parrottino publique un nuevo artículo.
Como Simón —el que dirige la acción en el juego—, Piqué dice.
Los antecedentes de Piqué
El 14 de marzo pasado, sin embargo, Piqué lloró durante su declaración como imputado en la investigación judicial por corrupción y lavado de dinero en la atribución a Arabia Saudita de la Supercopa de España. Cerca de 40 millones de euros en comisiones ilegales a Kosmos, su empresa –mientras era aún futbolista–, en el acuerdo de 2019 con Arabia de la Real Federación Española de Fútbol que presidía Luis Rubiales, quien debió renunciar después del beso no consentido a Jenni Hermoso, campeona con España en el Mundial 2023. Piqué declaró que Rubiales es “honesto”, que las comisiones que cobró son “habituales” y que, en cualquier otro país, le habrían hecho una estatua.
Con Kosmos, Piqué había “roto” la Copa Davis de tenis entre equipos nacionales después de que cambiara el formato tradicional de series de local y de visitante a una fase final en sede única (en 2022 se jugó en pleno Mundial de Catar). Firmado en 2018 con la Federación Internacional de Tenis (ITF) por 25 años y 3.000 millones de dólares, el contrato terminó en 2023. La ITF alegó “incumplimientos financieros”.
Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.
SumateEste año, Piqué cuestionó: “¿Por qué sacas dos veces en el tenis? Son 30 segundos más de una persona picando la pelota. La gente no quiere ver eso. Cuando dependes de federaciones con gente que teme al cambio, es imposible. Por eso decidí crear mi propia competición con mis normas”. Notable defensor del Barcelona y campeón del mundo con España en Sudáfrica 2010, Piqué no es dirigente. La Kings League –combo de streaming, fútbol 7 y videojuegos– vampiriza al fútbol–juego. Y, ahí, siempre gana Piqué.
El fútbol como disfraz
No es –ni será– el primer “agente externo” que disfraza al fútbol a su antojo o capricho para usufructo personal Primero fue el “SpreenGate”, los 78 segundos de un streamer con la camiseta de Riestra en un partido de la Primera División de Argentina. Ahora es el influencer Santiago Maratea.
Tras su “debut” a los 32 años como jugador de la Reserva de Colegiales, club hoy en la Primera Nacional –segunda división–, Maratea lanzó un sistema para que, en lugar del club, sean “socios” de él, con categorías como “socio creyente” ($2.000 por mes) y “socio convencido” ($4.000). En las últimas horas, un programador denunció que expuso la base de datos y los números de las tarjetas de crédito y de débito de más de 2.000 “socios”. Maratea había sido el recaudador de Independiente en una vidriosa colecta en 2023.

“Maratea y muchos influencers son agentes culturales del modelo de subjetividad neoliberal que propone una concepción del individuo como empresa. Enfrente, los clubes, cuyos pilares fundamentales son la pertenencia, el trabajo comunitario y el bien común”, escribió la periodista y socióloga Fabiana Solano.
Luego de su primer entrenamiento, Maratea había dicho: “La vida del futbolista es la mejor vida que podés tener. Levantarte bien temprano, ir a un club, cagarse de risa, entrenar, hacer deporte y chivar”. ¿Sabrá Maratea que el sueldo básico de un futbolista del Nacional, según el convenio de Futbolistas Argentinos Agremiados, es de $495.000 (la mayoría roza apenas el millón de pesos)? ¿Conocerá el esfuerzo, la dedicación y el mérito que, desde niños, atraviesan los que logran pasar por el embudo del fútbol profesional? ¿Y que en la B Metropolitana y en la C, tercera y cuarta categoría, abundan los jugadores que se entrenan y, además, trabajan y estudian, porque el dinero del fútbol no les es suficiente? “Ir cada día a las 9 a entrenar y ensayar la táctica es un coñazo”, había dicho Piqué, con la panza llena, pero futbolista de verdad.
El juego continúa
El domingo próximo tendremos un nuevo campeón argentino después de al menos 12 años, en la final del Apertura en Santiago del Estero (sin Boca y sin River, porque el juego no responde a un guion preestablecido, sino que se cuenta solo a través de su narrativa a veces épica). Pero antes, el sábado, la final de la Champions (París Saint–Germain vs. Inter en Múnich). Y el 14 de junio comenzará el primer Mundial de Clubes con 32 equipos.
El fútbol sigue siendo convocante, con cambios reglamentarios lógicos desde su irrupción. Mantiene en vilo a millones en la Tierra, planeta con forma de pelota. Y no “compite” con las plataformas. Perviertiéndolo, no se incentiva al juego, sino a las redes sociales.
Hay canchas llenas, partidos emocionantes y, por supuesto, malos y necesarios 0 a 0. Porque un partido es una vida en miniatura. Y el fútbol, la deriva entre las personas. Adentro de la cancha, entre los que lo juegan; afuera, entre los hinchas, una comunidad de pertenencia.
La importancia del 0-0
En “La importancia de saber aburrirse con un 0 a 0”, el periodista Matías Mosquera apunta: “Que hacer un gol sea difícil es parte de la magia. En la dictadura del estímulo, contemplar un partido malo es el precio de la belleza”. Mosquera, que practica trekking y se pregunta si es un groundhopping porque frena para ver canchas inhóspitas y acude a partidos caídos del mapa en “un estado introspectivo y contemplativo”, dice que “ese 0 a 0 que le da sentido a la existencia un domingo a la mañana” es un pilar fundamental para que “un Argentina 3–Francia 3 tenga 12.07 millones de telespectadores” sólo en el país. Y que, por eso, “hay que aprender a aburrirse”.
Carlos Bilardo, DT campeón del mundo en México 86, dijo: “El partido perfecto es un 0 a 0 sin ocasiones de gol: nadie se ha equivocado”. El gol en el fútbol, esporádico en general, es como un orgasmo (según un estudio, activa los mismos circuitos cerebrales). Como fuere, el gran problema no son los 0 a 0.
Más que un club
Piqué se retiró en 2022 después de haber sido silbado en el Camp Nou. Fuera de nivel. Expulsado en su último partido sin siquiera haber entrado tras reclamos al árbitro. Y con más títulos (36) que años (35). Los hinchas pueden ser ingratos. Y crueles. Pero el fútbol es de la gente y el Barcelona –como reza su lema– “més que un club”.
“Piqué siempre vio el fútbol como un simple juego que podía dominar. Nunca como una forma de vida. Y ahí su éxito y su final”, leo ahora en una crónica de aquellos días escrita por Francisco Cabezas en El Mundo. Y en otra, de Ramón Besa en El País: “El pack Piqué admite en cualquier caso mucha controversia salvo cuando se habla de fútbol y del jugador del Barça”. Envejecer, dicen, es aprender a perder. Piqué ganó mucho como jugador. Ya no juega.
El que perdió esta temporada fue el Arsenal de Inglaterra. En semifinales de la Champions ante el PSG (y es subcampeón de la Premier). Hincha del Arsenal, el escritor Nick Hornby es el autor de Fiebre en las gradas (1992). “Quejarse de que el fútbol sea aburrido es como quejarse de que El rey Lear tenga un final tan triste: es no haber entendido nada. El fútbol es un universo alternativo, tan serio y tan estresante como el trabajo, con las mismas preocupaciones, esperanzas y desilusiones».
«Yo voy al fútbol por muchas razones, pero no voy buscando entretenimiento –afirma Hornby–. Cuando miro a mi alrededor un sábado cualquiera y veo todas esas caras que delatan el pánico, la reconcentración y el mal humor, me doy cuenta de que los demás sienten lo mismo que yo. Los periodistas deportivos y los amantes del sillón y el televisor saben más que nosotros, aunque visto de otro modo, saben muchísimo menos”.