Milei se enfrenta a la tormenta que invocó
El presidente rastrea un salvataje para una economía a la deriva. ¿Algo puede salir bien si todo se hace mal? El rebranding de Santiago Caputo y 100 días de parálisis. El dólar del día después y las dudas sobre el Triángulo de Hierro.
Santiago Caputo abandonó la clandestinidad. Luego de meses de silencio, a 72 horas de la elección que puede ser un punto de quiebre para el experimento libertario, el asesor premium de Javier Milei notificó que está activo, que en su menú no contempla una retirada del poder ni se resigna a perder protagonismo en el Triángulo de Hierro que comparte con los Milei, el presidente y la hermanísima Karina.
El viernes de madrugada, a la hora de las brujas, Caputo salió del closet político y volvió a escena. “Bueno. Llegó la hora”, escribió en X y desempolvó el decálogo libertario –una enumeración bastante precaria de lugares comunes– que alguna vez mal leyó Milei en un acto. El mensaje de que está en la trinchera refuerza una incógnita que circula hace rato: ¿está en duda la continuidad, por decisión propia o por disposición ajena, de Caputo en el Gobierno?
La suerte electoral de La Libertad Avanza, este domingo en Buenos Aires y el 26 de octubre a nivel nacional, se proyecta determinante. En el mundo Karina deslizan que el esquema de poder de LLA cambiará antes de fin de año. Otra geometría libertaria. La irrupción de Caputo, a cara descubierta, estaba prevista pero el rebranding se precipitó por el tuit desquiciado de Daniel Parisini, el Gordo Dan, contra Milagros, la hija discapacitada del senador Luis Juez. Caputo le ordenó a Parisini, que estaba de viaje, que baje el posteo. Borró el tuit escrito, pero subió otro con la misma captura.
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El ruido verdadero
Karina Milei mensajeó a Juez y se disculpó. “Vos sabés que no pensamos así”, le chateó. El senador, que hace un mes sonaba como potencial reemplazo de Luis Petri en el Ministerio de Defensa, se esforzó por encapsular la crisis en Parisini como si otras figuras libertarias –entre otros Felipe Núñez, asesor de Luis Caputo en Economía y streamer de Carajo– no hubiesen reforzado con su RT la imbecilidad del Gordo Dan.
Detrás de todo, aparece el ruido verdadero: Caputo advierte, en base a las encuestas de la consultora Move de su socio y amigo Rodrigo Lugones, que el domingo La Libertad Avanza (LLA) perderá por 4 puntos contra el peronismo en la provincia de Buenos Aires. Sobre el fin de la semana, en algunas conversaciones en Casa Rosada, la proyección de Move tocó dramáticos 8 puntos.
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SumateCasting y polígrafo
En el hotel Llao Llao, en Bariloche, Martin Menem usó la cumbre del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) para bajarle el precio a una derrota bonaerense. “¿Recuerdan haberle dado tanta importancia a una elección de concejales?”, toreó a los CEO que viajaron para escuchar, además, a Pablo Quirno, a quien en el sistema observan como sucesor -o ministro de transición– si se acelera la salida de Toto. Con el ministro de gira con Milei en Estados Unidos, el Llao Llao pareció un casting de potenciales reemplazos: además de Quirno, estuvo Federico Sturzenegger.
Menem desplegó la teoría de que el peronismo es imbatible en la provincia, afirmación que se puede rebatir con un googleo básico. No solo el PJ, con sus distintas marcas, perdió todas las elecciones intermedias en las últimas dos décadas sino que el pacto de LLA con el PRO, que el riojano motorizó con Cristian Ritondo desde el Congreso, tenía entre sus argumentos la idea de que un acuerdo LLA-PRO era garantía de triunfo.
Si se lo sometiera a un polígrafo, Menem diría que teme una derrota por hasta 8 puntos y culparía de la sobrevaloración y ultravisibilidad de la elección del 7-S a sus enemigos caputistas, que la agitan para exhibirla como demostración de la mala praxis de Karina. Cierto o no, el clima de los negocios está atento y a la presunción de que Milei está frente a dos decisiones odiosas: devaluar o reponer el cepo.
Razones objetivas
El cálculo “oficial” que difunde el ecosistema Caputo es -4 y va atado a una lectura simple. “No hay razones objetivas por las que podamos ganar”. Al margen del resultado del domingo, hace 100 días que el Gobierno está a la defensiva, no aporta novedades ni osadía, los anuncios se incumplen o licúan rápido –por caso, el dólar colchón–, la economía languidece mientras se recalienta el dólar y, si faltaba algo más, estalló la crisis de las coimas que involucran a Karina.
De fondo, aparece la cohabitación maliciosa entre Caputo y los Menem –para no decir Karina–por la catarata de escándalos y por la dinámica política interna respecto al armado de listas y las alianzas políticas en el territorio. ¿Algo puede salir bien cuando todo se vino haciendo mal? En su regreso, el jefe de Las Fuerzas del Cielo –¿será verdad que el canal Carajo será absorbido por el streaming Neura?– no tuiteó su grito de guerra TMAP.
Aviones que se estrellan
En la elección bonaerense, Milei pone a prueba la victoria de CABA, que se autoatribuyó. En la provincia, la hermanísima cedió el manejo a Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja, y desplazó ostentosamente a Las Fuerzas del Cielo. Aquella crisis nunca se subsanó. Y, en cierto modo, el rebranding de Caputo es para ponerse en la línea de fuego frente a un potencial derrape electoral que, cuando Karina lo convocó para que coordine la campaña, él avisó que “haría todo lo posible” pero “por los errores del armado” ya “era tarde”.
En los 40 días que pasaron desde entonces, el Gobierno entró en una espiral de crisis. Frente a un reproche sobre la falta de dinamismo de Caputo, a su lado se vuelven metafóricos. “Solo son noticia los aviones que se estrellan y nosotros los aterrizamos, sin problema, todos los días”, dicen en el primer piso de Casa Rosada. Y aseguran que las áreas que están bajo la órbita del asesor funcionan bien. Niegan, además, que esté de brazos caídos. Parece haber una falta de incentivo para salir al auxilio de los Menem, complicados por los audios de Diego Spagnuolo.
El silencio de la tropa troll en estas semanas fue sintomático. El regreso de Dan con su tuit contra Juez tuvo un spin-off: el posteo en el que, con 20 meses de delay, Parisini se enteró de que Guillermo Francos, el jefe de Gabinete del «mejor gobierno de la historia», fue funcionario de Alberto Fernández. Ese mensaje no lo borró. Es vaporoso el argumento de que el tuitero es un “átomo suelto”, porque Parisini es insospechado de pensamiento propio. ¿Tendrá algo que ver el tuit de Dan con el hecho de que Francos invita, cada diez días, a los Menem a comer asado?
La distracción no aporta dólares
Casualidad o táctica, el acto de Javier Milei en Moreno –con barrabravas, 1500 asistentes y casi mil efectivos de seguridad, sin el show de la motosierra– puso a la TV todo un día a recorrer las barriadas de casas bajas y las calles de tierra del conurbano. Cada minuto de aire que no se habla de Spagnuolo y las coimas en Discapacidad es un minuto ganado para el Gobierno, que como se dijo acá, le dio demasiada entidad a una elección doméstica.
La distracción, que se verá si tiene impacto, no alcanza para ocultar la mamushka de problemas que enfrenta la Casa Rosada, que la semana última se graficó en una debilidad endémica: el dólar volvió a recalentarse y el Tesoro tuvo que salir a quemar billetes. En cinco días, vendió 543 millones de los casi 1.700 millones que había acumulado para futuro pago de deudas. Si no fuese que esos errores –que dan ganancias monumentales para algunos– se pagarán durante décadas, las tonteras del equipo serían un stand up poco ocurrente.

Milei, con sus exageraciones, sobreexpuso el resultado bonaerense y, si LLA pierde –la diferencia acrecentará ese riesgo–, se enfrentará a siete semanas de alta volatilidad hasta octubre donde, con la foto de hoy, un buen resultado libertario (por razones que no vale la pena exponer ahora) parece más accesible. En las dos trincheras libertarias, el karinismo y el caputismo, estiman que una derrota de más de 5 puntos genera tensiones, pero nada que no se pueda controlar.
El optimismo puede ser tan irracional y peligroso como el pesimismo. Solo una victoria le daría a Milei volumen político para atravesar con algo de músculo los 50 días que faltan para el 26-O y, en esos días, ensayar alguna magia para recuperar la iniciativa que perdió hace tiempo. La última buena noticia fue la victoria en CABA y la anterior novedad positiva, fue la salida parcial del cepo atado al préstamo del FMI. Antes y después de eso, todo fue opaco o derrota, una tormenta persistente que el propio Milei creo y que ese domingo debe empezar a enfrentar.