Milei arma una transversalidad brutal, Macri lo corre con el reloj

El Gobierno captura radicales con acciones a la baja y busca dinamitar el PRO. El rol clave de Ritondo y la batalla porteña. Dólar y CFK, dos riesgos –antagónicos– que acosan al libertario. Pánico por un funcionario de Trump. La “canaleta” de Floripa.

Mauricio Macri le atribuye la picardía a Santiago Caputo y la reconoce, a regañadientes, como una genialidad. La defensa pública que Javier Milei hizo de Cristian Ritondo, salpicado junto con su esposa Romina Diago por denuncias sobre cuentas off shore en Estados Unidos, sorprendió al expresidente que tradujo el movimiento en clave política: una prueba de la determinación del dueto Milei-Caputo para desarticular y cooptar al PRO.

“Antes de traicionar, Cristian se va a la casa”, teorizan, con convicción calabresa, en el mundo Macri. El destino de Ritondo es clave en el ajedrez Milei-Macri. El jefe del bloque PRO está en shock como nunca antes tras la investigación del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y elDiarioAr sobre su patrimonio, y denuncias anexas como la de Mónica Frade, diputada de la CC de Elisa Carrió, respecto a inversiones en Uruguay.

El abrazo de Milei tiene, para Ritondo, un valor político monumental. Macri, que habló a través de María Eugenia Vidal –“es solo una denuncia”, dijo, sin demasiada convicción, la diputada y potencial candidata en CABA–, lo traduce como lo que es: una jugada de la Casa Rosada para debilitar todo lo posible al PRO antes de una negociación que se demora más de la cuenta porque, hasta acá, siempre la frustraron los negociadores libertarios. “Siempre tienen una excusa para no sentarse a hablar”, lamentan cerca de Macri.

Suscribite para recibir un alerta cada vez que Pablo Ibáñez publique un nuevo artículo.

El anuncio de Jorge Macri de desdoblar la elección de CABA es un intento por reabrir el diálogo. El tema porteño es un puzzle envenenado. La relación entre los Macri no es buena, pero Mauricio defiende el territorio primario del PRO aunque, confiesan a su lado, comparte críticas libertarias sobre la gestión de su primo. El rulo final es que, hasta hace un mes, cuando tuvo una reunión asperísima con Karina Milei, el jefe de Gobierno tenía mejor relación con los Milei que el expresidente. Jorge es Macri, pero antes es Jorge. “Somos bichos del conurbano, no nos van a pasar por arriba”, dicen a su lado.

Jorge Macri participó del acto central de Janucá.

Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.

Sumate

Pilar Ramírez, embajadora de la hermanísima, redobló al comparar CABA con “feudos” como Formosa o Santiago del Estero. Es el argumento que repiten en Casa Rosada respecto a que el PRO cumplirá casi dos décadas de control político de la Ciudad. La ferocidad del comunicado libertario refleja la incomodidad que, con la foto de hoy, supone el desdoblamiento electoral que obligará a LLA a tener que jugar una figura de renombre, como Manuel Adorni, o salir a inventar otro candidato. “Cualquier menos (Ramiro) Marra”, manda a decir Karina sobre el legislador, que es el más taquillero de las figuras libertarias en territorio porteño.

En medio del ruido, Mauricio Macri presume que es inevitable que se intente una negociación con la Casa Rosada, a la vez que asume que LLA demorará todo lo posible esa conversación para debilitar la posición del PRO. Por eso, pone una deadline para que ese encuentro se produzca: no debería ocurrir más allá del mes de marzo. La última carta del expresidente es que Milei necesita un acuerdo, porque sino potencia un doble riesgo: una derrota en provincia de Buenos Aires y una elección magra en CABA. “¿Cómo explican a los votantes que se pelean con el PRO mientras negocian con el peronismo acuerdos para la Justicia?”, ensaya en voz alta un operador macrista.

Socios a tiro de decreto

La mesa chica de LLA se muestra inmune a esas objeciones principistas. En el éxtasis de un final de año impensado, el Gobierno activó un formato de poder y armado que registró, en 2007, Néstor Kirchner: la transversalidad. La presencia de Julio Cobos, el jueves pasado en Casa Rosada, aportó un déjà vu: el mendocino, que fue un emblema de aquel acuerdo al fichar como vice de Cristina Kirchner, interrumpió su descanso para sumarse a la comitiva con otros diputados radicales. Diez –entre ellos Cobos– de los trece visitantes tienen algo en común: terminan sus mandatos en diciembre próximo.

Luego de defender a Ritondo, Milei se mueve como un dador de inmunidades. El triángulo de Hierro, donde están Karina y Caputo Jr., se regodea con que la Casa Rosada se convirtió en una meca por la que desfilan dirigentes con acciones a la baja y que, en año impar, buscan futuro. A diferencia de Kirchner y del modo con que la UCR se ensambló con el PRO en Cambiemos, el Gobierno avisa que no le dará bancas a aliados, menos a aquellos que considera sinuosos. Promete cobijo en cargos del Ejecutivo. Para la UCR es casi una afrenta: su modus operandi fue siempre acordar bancas que dan autonomía, en vez de cargos en el Poder Ejecutivo, que están a tiro de decreto.

“El plan es sumar votos leales, gente que levante la mano sin pensar. Y punto”, detalla a Cenital un dirigente que arma para LLA en el interior. Es una pésima noticia para los radicales que buscan seguir en el Congreso. La visibilidad que adquirió la pelea en CABA, por el desdoblamiento electoral, se replica en muchos territorios. En Mendoza, por ejemplo, Alfredo Cornejo analiza si le conviene desdoblar la elección local al igual que Macri en la Ciudad y, posiblemente, que Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Cornejo que en 2005 fue uno de los radicales que más empujó el acuerdo con los Kirchner, ahora juega a favor de una alianza con LLA que los libertarios mezquinan. En Casa Rosada tienen marcado con lápiz rojo los votos de dos diputados de Cornejo, Pamela Verasay y Lisandro Nieri, en contra del veto al aumento de jubilados y contra la postura de Milei de rechazar la suba del presupuesto universitario.

La operación sobre la UCR fue, al final, eficaz. Cuando cinco diputados radicales, encabezados por el tucumano Mariano Campero, votaron contra la suba de jubilados, plantearon abandonar el bloque y armar un sector radical-libertario. Fue Damián Arabia, armador de Patricia Bullrich, quien sugirió resistir adentro: semanas después, se produjo un cisma de radicales anti-Milei y Rodrigo De Loredo, cordobés que necesita reelegir en 2025, se encontró con un bloque más proclive a hacer libertarismo explícito.

Los dos riesgos de Milei

Un legislador cercano al gobierno, visitante habitual de embajadas, recogió dos alertas en boca de diplomáticos europeos respecto de la gestión Milei. Los enviados extranjeros celebran el rumbo económico, el ordenamiento fiscal y la apertura comercial, pero miran con recelo el expansionismo político del libertario. No comprenden, por caso, la guerra contra Victoria Villarruel y Mauricio Macri, quienes desde afuera son vistos como dos socios sólidos de LLA.

Desde una consultora respetada en el mercado aportan una lectura mixta: exponen que existen dos riesgos, uno vinculado al factor cambiario, y otro de orden electoral. El dólar atrasado, que detonó una crisis particular con el anuncio de Los Grobo, es el interrogante del 2025 y lo que explica la obsesión de Luis Caputo por un acuerdo con el FMI todavía tibio. El otro elemento inquietante es la posibilidad de que Cristina Kirchner gane, o haga una buena elección, en la provincia de Buenos Aires. “Cristina no tiene discurso sobre el ordenamiento macro y genera pánico entre los inversores”, explica.

Hay una paradoja: una devaluación para corregir el atraso cambiario tendría como efecto un “fogonazo” inflacionario, una jugada demasiado peligrosa para un gobierno que hizo de la baja de la inflación su gran bandera económica. Si el FMI condiciona un desembolso a una corrección cambiaria estaría debilitando el posicionamiento electoral de Milei y, de manera indirecta, mejorando las chances de victoria de Cristina y el peronismo. Sin embargo, también podría ocurrir lo contrario, como en 2018 con Macri y el primer Donald Trump: que el FMI opte por flexibilizar sus exigencias para evitar aumentar el riesgo político.

Las últimas dos semanas del año se sacudieron con los cimbronazos del dólar. En el mercado sugieren esperar a la primera parte de enero para redondear un diagnóstico, pero lo cierto es que, con reservas negativas, la teoría oficial de diagnosticar como enfermedad holandesa la baja del dólar parece un exceso. Los dólares del complejo minero/petrolero no alcanzarían para cubrir la salida de dólares por turismo. “Los dólares de Vaca Muerta se van por la canaleta de Floripa”, dice un consultor, que retoma aquella frase de Ernesto Sanz sobre la AUH, que estima un déficit de mil millones.

Factor Trump

Otro fantasma viene de Estados Unidos, respecto a qué política tomará Trump sobre el petróleo. Las inversiones en Argentina requieren, para ser atractivas, que el barril cotice por encima de los 60 dólares. El Brent cerró, en diciembre, arriba de 73 u$s, con una baja de casi un dólar respecto a noviembre, en un año en el que llegó a tocar los 68 u$s. Goldman Sachs no ve nubarrones para el 2025 en materia de precios de petróleo, incluso contempla un riesgo alcista si Trump toma “medidas drásticas respecto a los flujos desde Irán”.

Así y todo, el sector petrolero enfrenta un signo de interrogación que resulta determinante ante la situación del agro, un sector prácticamente sin margen de expansión territorial y afectado por tres factores clave: las retenciones, el atraso cambiario y una creciente crisis de infraestructura tras un año casi sin obra pública.

Milei prepara su viaje a la asunción de Trump en medio de una serie de episodios críticos. El caso del gendarme Ezequiel Gallo, detenido en Venezuela, el incidente con los diplomáticos rusos en Buenos Aires y un hecho que genera inquietud en el gobierno: el anuncio de que Mauricio Claver-Carone será el encargado especial para América Latina del Departamento de Estado. Ex negociador con Argentina durante la gestión Macri, que explicó el préstamo extra del FMI como una decisión política de Trump, Claver-Carone arrastra una guerra personalísima con Guillermo Francos, y, en un momento de libertad de palabra, repartió críticas no solo al jefe de Gabinete, sino a las “políticas peronistas” de Milei y Luis Caputo.

Seguramente, convertido en funcionario, Claver-Carone empezará a ser más cauto en sus dichos, pero lo que dijo desde el llano puede tomarse como lo que piensa en verdad. ¿Trump ignoró o minimizó esos planteos cuando decidió convertirlo en el halcón territorial de Marco Rubio, su secretario de Estado, en América Latina? El nivel de alineamiento de Milei con Trump lleva a un conocedor de ese vínculo a decir que, ante la mínima insinuación de Claver-Carone, Francos estará fuera del gabinete de Milei. El repliegue del funcionario, por razones de salud, puede facilitar el trámite y acelerar un movimiento antes de que el exfuncionario del BID pida, eventualmente, su cabeza. Claver-Carone no le perdona a Francos, cuando era delegado de Sergio Massa y Alberto Fernández, haber activado una denuncia que derivó en su salida de ese organismo. Hay otros asuntos que exceden la política como el hecho de que Francos armó un festejo con su equipo cuando Claver-Carone tuvo que renunciar.

Otras lecturas:

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.