Las encuestas dicen que Kamala Harris gana, ¿es tan así?

Cómo es el sistema electoral estadounidense y ante qué escenario se enfrentan los candidatos presidenciales. La caída de Trump y sus fortalezas.

Estados Unidos tiene el viejo sistema de Colegio Electoral para la carrera presidencial. Desde 1796 –primera vez que lo aplicaron– que no modificaron el sistema en su funcionamiento. Sí lo fueron agrandando en virtud de la extensión territorial y de la incorporación de nuevos estados a la federación.

Acá es justo donde aparece la misma clave cada 4 años. A diferencia de los sistemas presidenciales tradicionales, donde los competidores que quieren ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo son electos a distrito único nacional, en Estados Unidos no hay una sola elección. Hay 51, una por cada estado y Washington DC. En cada unidad se corre una carrera particular, única y singular que depende, generalmente, de características distritales. Esto es, de la fortaleza de cada candidato en cada uno de ellos, de la tradición de voto en cada lugar, de la posibilidad que cambien de color de una elección a otra (swing state) y de los temas de agenda nacional con impacto estatal. 

Los votos, en este sentido, no se agregan a nivel nacional para definir el resultado como ocurre en el resto del continente que tiene sistema presidencial, sino que se asignan de acuerdo a cómo le va a cada candidato en cada uno de ellos. El que gana en cada estado se lleva los delegados electorales. En 49 de los 51 el que saca 1 voto más, se lleva todos los que están en juego. En los 2 restantes la distribución está más segmentada en subdistritos. Esto hace que la elección norteamericana sea a estatal por el nivel de competencia, simultánea por hacerla el mismo día para todo el país y federal por el cargo por el que se compite.

¿Y todo esto con qué se come? Bueno, es la clave central para ver si Kamala Harris efectivamente le está ganando a Donald Trump luego del boost de su nominación y de los primeros pasos de la campaña nacional. O si aún hay que poner paños fríos al entusiasmo con la continuidad demócrata.

Sí, hay buenas señales. Pero hay que tomarlas con pinzas. 

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Encuestas nacionales vs. forecasting

Hagamos un paneo por los principales sondeos a ver qué muestran. A mí me gusta ver siempre qué dice la gente de Decision Desk HQ, una banda de chapas electorales a los que llegué gracias a Tomi Aguerre. Lo interesante del sitio es que muestra un montón de información bien segmentada y clara que toma en cuenta las complejidades de la elección norteamericana. 

Por un lado, compilan encuestas nacionales serias, que vale la pena mirar, y sacan una estimación que arroja un resultado general de cómo va la cosa. Ahora están analizando unas 140 encuestas, que muestran esta tendencia.

Fuente: The Hill / DDHQ.

Tal como podés ver, Trump le venía ganando cómodo a Harris desde el año pasado. Incluso, en varios momentos rozó y superó el 50% de intención de voto (fines del 2023 y comienzos del 2024). Pero a fines de julio, cuando la Kamala candidata comenzó a tomar forma, la brecha empezó a achicarse. Hasta que los primeros días de agosto se dio vuelta y ubicó a la candidata demócrata a la cabeza de la mayoría de los sondeos. Hoy las encuestas nacionales le dan 49,5% a Harris y 45,5% a Trump. Este cambio de tendencia lo reporta también (y con valores muy similares) FiveThirtyEight, sitio que también compila sondeos de opinión pública. Otro juego in Town.

Pero, de vuelta, no es una elección nacional. Son 51 elecciones federales simultáneas que se juegan en cada uno de los distritos. Por eso, en DDHQ desarrollaron un modelo de forecasting (pronóstico) a partir de una serie de variables económicas, sociológicas, electorales y políticas que acá la explican muy bien si tenés tiempo y ganas. En concreto, el modelo indica “la probabilidad de que cada candidato gane cada estado en las elecciones presidenciales, los votos electorales que puede ganar en cada uno y la probabilidad general de que cada candidato gane el Colegio Electoral y, por lo tanto, la presidencia”.

Las encuestas hay que mirarlas, sí. Pero es más preciso ver a partir del forecast cuántos electores está ganando Harris, cuántos está ganando Trump y en qué estados la carrera no está definida aún. Estos son los toss-up (moneda al aire), que pueden ir para uno o para el otro. Actualmente la candidata demócrata tiene 181 electores seguros (safe dem en azul oscuro), 45 posibles (likely dem en azul más claro) y 15 con leve chance de ganarlos (lean dem en celeste). El candidato republicano tiene 131 seguros (rojo), 56 posibles (rojo claro) y 30 con leve chance (rosa). Así está la distribución territorial.

Fuente: The Hill / DDHQ.

La ventaja acá también es para Kamala Harris, sí. Pero aún quedan unos 78 electores en situación de toss-up. A la buena de Dios. Ahí es donde tenemos que poner la lupa para el análisis fino. ¿En qué estados ocurre esto? En 6: Arizona, Pennsylvania, Wisconsin, Nevada, Georgia y Carolina del Norte, según DDHQ. Muchos de ellos fueron claves en 2020 para que Biden pudiera ganar la elección. La historia se repite. De esta tanda, en la actualidad Harris viene mejorando sus números en los 5 primeros desde la declinación de Biden, pero aún son duda para qué lado del arco ideológico decantarán. Wisconsin y Nevada tienen hoy una leve inclinación a favor de ella. Arizona y Pennsylvania aparecen muy en el medio entre los dos, mientras que Carolina del Norte y Georgia tiran un poquito más para Trump. 

Por esta situación es que la elección aún no está definida para nada. Supongamos que Kamala se asegura los dos toss-up que apuntan hacia ella en los sondeos. Eso le daría 16 electores más (10 por Wisconsin y 6 por Nevada), quedando así en 257. Necesita 270 votos electorales para convertirse en presidenta. Lo que hace que para ganar los 13 restantes necesite o bien de Arizona o de Pennsylvania, donde el dúo Biden-Harris ganó en ambos por muy poco en 2020. También puede quedarse con los otros dos dudosos (Carolina del Norte y Georgia), pero que hoy aparecen un poquito más a favor de Trump. Yo que vos empiezo a ver qué pasa con la campaña en este sexteto estatal. Es muy posible que los dos aparezcan un par de veces por esos lados de acá al 5 de noviembre.

Fuente: The Hill / DDHQ.

Con este escenario coincide Nate Silver, estadístico y escritor norteamericano, que acá levantó Kiko Llaneras, datero de El País. Según ambas cuentas, Pennsylvania, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte, Georgia y Arizona son los 6 estados que más chances tienen de definir la elección. En los 3 primeros aparece punteando Harris, mientras que en los últimos 2 apuntan hacia Trump. A grandes rasgos coincide con lo que pronostica DDHQ, con la salvedad de que suman a Michigan, donde estos últimos ven una ventaja más leve a favor de Harris (lean dem).

¿Juego totalmente abierto?

Desde el territorio

Juan Elman está en Estados Unidos cubriendo para Cenital la campaña, desde donde escribe el newsletter #ÚltimoRound. “El discurso de Harris al cerrar la Convención Demócrata significa el fin de la ‘luna de miel’. Ese cambio de tono –que creo que fue inteligente– reconoce lo peleada que está la elección”. Por eso los demócratas tienen que tener un discurso muy elaborado, cuidado y equilibrado para pelear los estados que están dudosos.

Me comenta Juan que Trump empezó a reconocer que los estados que tenía seguros ahora empiezan a ser competitivos. “Ya no puede hacer lo que hizo hace 2 semanas, que es ir a Atlanta (Georgia), hacer un acto y bardear a Brian Kemp, gobernador del estado, popular y republicano. Esa realidad se está empezando a asumir. Está leyendo el nuevo escenario, sabe que estos estados son importantes y no los tiene más asegurados como pasaba hace 2 meses”.

Lo que puede esperarse a futuro es que Trump se beneficie del apoyo de Robert Kennedy Jr., que en algunas encuestas medía 6 puntos y que puede arrimar algún porcentaje menor –pero súper valioso– a los demócratas, y que Harris apueste en este tramo de la campaña a presentar nuevos personajes. “Esta disputa narrativa y conceptual es interesante. Se da en medio de cierto clima anti-Partido Demócrata y anti-woke que se ve en la gente”, dice Juan.

Para cerrar con todos los platitos en el aire, Juan alerta sobre el debate presidencial (que se celebrará el 10 de septiembre después de un trabajoso acuerdo) y sobre las entrevistas que brindará Kamala Harris a medios nacionales (el jueves fue la primera). 

En Estados Unidos el electorado mide a los políticos por las posiciones que toman en variados temas de la agenda pública. Es un elemento que miran mucho para definir si van a votar y por quién lo hacen. “Ella se está definiendo en este momento. Cualquier error a partir de ahora importa mucho. Si Trump tiene un mal debate puede afectarlo, pero no cambia mucho. Pero si Harris se define y lo hace mal puede tener imprevistos ante un segmento del público clave para votar”, cierra Juan.

¿Kamala Harris está ganando? Por ahora, empata.

Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy lo encuentran dando clases en UBA y UTDT. Le encantan las elecciones y le sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tiene es aprender la historia de los partidos políticos. Cree que la política marida muy bien con un tinto.