La interna que oxida el Triángulo de Hierro y el peor enemigo de Milei
Al desorden político, el Gobierno le suma tropiezos en el relato económico. La herida que $Libra abrió en el ecosistema libertario. El giro de Milei sobre Macri. El laberinto Lijo. Peronismo y las ofertas electorales que se bifurcan.
Ni la expertise financiera ni el olfato le sirvieron a Javier Milei para predecir que los 45 minutos que duró el éxtasis de $Libra –la memecoin que promocionó y que derivó en que su nombre y el de su hermana Karina se imprimieran en causa en los tribunales de Comodoro Py– detonaría una crisis que 25 días después todavía seguiría en llamas. Desde aquel “error” capital, el presidente solo ejecutó más errores.
Desde $Libra –incluso desde el extravagante discurso anti woke que leyó en Davos– cada conflicto o derrota fue responsabilidad exclusiva del mandatario y del oxidado Triángulo de Hierro que integran la hermanísima y Santiago Caputo, alias “Bambi”. El escándalo crypto, el revés en la Corte y el cruce de Caputo con Facundo Manes en el Congreso fueron tres episodios que generaron resquemores entre el mundo Karina y el mundo Caputo. Ese ruido tiene una fecha límite: el armado de las listas de La Libertad Avanza que Karina quiere colonizar y en las que Santiago pretende intervenir para contener a los propios.
La última semana, el ministro Luis Caputo agregó su parte al festival de errores al admitir el atraso cambiario que Milei niega (dijo que hay precios caros en dólares) y al afirmar que “estamos peor que nunca”. La secuencia valida un dictamen que repite en privado Sergio Massa: “El peor enemigo de Milei es el propio Milei. Hay que dejar que se mueva solo”. Es un remix de la máxima de Napoleón que recomendaba no interrumpir a tu rival cuando se está equivocando. Pero en el excandidato presidencial esto expresa una posición hacia adentro del peronismo, donde se discute qué táctica desplegar para confrontar con el presidente.
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Expresa un matiz con Cristina Kirchner que, a 50 días de la jura libertaria, emitió su primer documento crítico y luego, de manera sistemática, no paró de cuestionar al Gobierno. Ahora lo hace con la serie “Che, Milei”. Los maliciosos atribuyen el perfil subterráneo de Massa a algún tipo de entendimiento con Caputo, tesis que alimenta Mauricio Macri. El exministro y el asesor comparten el desprecio de (y por) el jefe del PRO.
El bajón de Milei
Un dato recurrente: en el subibaja de la opinión pública, en general no fue determinante la acción de la oposición. Quizás el único hecho fue la primera marcha universitaria, mayoritariamente silvestre, que tuvo más impacto que la segunda, donde distintos actores, como Unión por la Patria y la Unión Cívica Radical de Martín Lousteau, se subieron. Hay cierta autocrítica en el peronismo sobre aquella decisión. El peor momento en la opinión pública ocurrió en octubre y fue por el veto a jubilados y a los fondos universitarios. Pero además, en un contexto de cuatro meses en los que la inflación dejó de caer y se mantuvo arriba de los cuatro puntos.
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El último informe de #OpinaArgentina, de Facundo Nejamkis, detectó que en febrero la imagen de Milei tuvo una caída más brusca que aquella: de un mes a otro, la negativa creció 7 puntos y la positiva cayó 6. No llegó, sin embargo, a los niveles de octubre. ¿Al escándalo crypto se le sumó además la sensación de que en febrero hubo un rebote de precios? Las consultoras tienen proyecciones distintas. PxQ, de Emanuel Álvarez Agis, proyectó 2,5%. Si el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes comienza con un 2, sería el quinto ciclo que se mueve sobre esa línea: 2,7% en octubre, 2,4% en noviembre, 2,7% en diciembre y 2,2% en enero.
Vale mirar ese indicador. El estudio de Nejamkis, que además registra una caída en la imagen de las figuras del oficialismo –Patricia Bullrich y Luis Caputo– pone el foco en otro punto: un deterioro en la opinión sobre la situación presente y la futura. Shila Vilker, de TresPuntoZero, detectó también un movimiento a la baja en la imagen del presidente. En su estudio aparece una serie de datos interesantes. La corrupción se ubicó al tope del ranking de preocupaciones sociales a raíz del escándalo $Libra, sobre todo porque creció el tema entre los adherentes al peronismo.
Entre los filo Milei, que no creían que el presidente no tuviese nada que ver, pero que se lo “bancaban”, creció el malestar. En buena medida esto se debe a que vieron que el presidente desaprovechó las oportunidades para dar explicaciones con claridad. Un poco por mala praxis, otro poco por la encerrona: para despegarse de $Libra debía asumir la estafa o admitir que, a pesar de ser un futuro premio Nobel, fue engañado como un niño. Boludo o estafador: las dos opciones son malas.
Sin llegar a los niveles de octubre/noviembre, para TresPuntoZero la negativa vuelve a estar más arriba que la positiva y, en un ejercicio contrafactual que hace Vilker sobre cómo votaría si el balotaje fuese hoy, Milei cae de los 55% que tuvo en enero a 51%. Se acopla, con esto, otro indicador: la intención de voto está unos puntos por encima de la valoración de la gestión de gobierno, lo que aporta un elemento: una especie de “No me gusta, pero lo votaría porque no quiero volver a lo anterior”.
Lo que tuitea John
Macri pierde aceleradamente posiciones frente a Milei. El libertario, relatan a Cenital, dedica palabras cada vez más hirientes contra el expresidente en sus conversaciones privadas. Cuida las formas en público, pero frente a los suyos cuestiona sus posiciones. Patricia Bullrich, previa consulta al Triángulo de Hierro, salió a cruzar a su ex jefe en X por la disputa sobre los presos alojados en las sobrepobladas comisarías de la ciudad de Buenos Aires. El malestar de Milei con Macri sintoniza con lo que expone Caputo desde el día cero. Con el tiempo, las posturas se han ido alineando.
La simbiosis entre el presidente y el asesor premium es absoluta. En Casa Rosada deslizan que el más taquillero de los voceros informales de LLA –la cuenta en X John @Mileiemperador es habitualmente asumida como un avatar feroz de Santiago– es el vehículo que a veces utiliza el mandatario para expresar “cosas que piensa y no puede decir”. Como si fuese una construcción coral: carne cruda que se cocina a cuatro manos.

“Todavía estamos a tiempo de tirarnos con todo y después arreglar, pero cada vez hay menos tiempo”, dicen en LLA sobre ese vínculo y un potencial acuerdo electoral con Macri. Karina Milei patrocina la postura ir a la guerra total en CABA. En el laboratorio libertario gana volumen una interpretación que puede tener alto impacto: hoy por hoy, el peso electoral del PRO en las dos Buenos Aires –ciudad y provincia– es similar a lo que expresa Mauricio. Es decir, que el PRO y el sujeto Macri valen lo mismo.
¿Cómo debe interpretarse esa lectura? Que para los Milei un acuerdo con sectores del PRO que no incluya a Macri no tiene demasiado sentido. Teléfono para Cristian Ritondo y Diego Santilli. En paralelo, cada vez es más difícil la convivencia en el Congreso entre los legisladores del PRO más cercanos a Macri y los filo Milei. No fue determinante, pero el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) sobre el acuerdo con el FMI marida con la certeza de que la ruta parlamentaria no está asfaltada. Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, casi lo admitió. Dijo que el tratamiento de un proyecto de ley llevaría tiempo, y esa demora podría generar “volatilidad en los mercados” y que los “bonos pierdan valor [y] suba el riesgo país”.
La estela de $Karina
La tesis del karinismo es que la marca La Libertad Avanza alcanza para garantizar la victoria. No será una campaña tradicional y el Gobierno necesitará candidatos convencidos. Milei volvió a confirmar a José Luis Espert para la provincia de Buenos Aires y, ante la presunción de que no quiere vaciar su gabinete –lo que excluiría de las listas a Manuel Adorni–, circuló el nombre del economista Miguel Boggiano, amigo del presidente e integrante de los asesores que coordina Damián Reidel.
Cenital recogió la versión sobre Boggiano candidato hace diez días. Esta semana, el economista hizo un raid de entrevistas para explicar el acuerdo con el FMI. Una de ellas fue con Ari Lijalad en El Destape. Como coaching de campaña no fue el mejor: se enredó sobre el destino de los dólares que llegarían del FMI, la intervención del Banco Central en dólares financieros y otros posibles endeudamientos. A Espert no le salió bien su última aparición: viajó a Bahía Blanca por el temporal y le llovieron críticas al punto que tuvo que salir a responder por X.
El festival de errores no forzados es producto de la desesperación de la Casa Rosada por las derivaciones del escándalo crypto. La denuncia de Maximiliano Ferraro y Mónica Frade contra Karina Milei por tráfico de influencias es una bomba sucia en el corazón político y emocional de Olivos. Los allanamientos que el fiscal Taiano ordenó en Tech Forum y en el domicilio de Mauricio Novelli son movimientos que generan inquietud. La histórica amistad de Novelli con Milei y el vínculo del empresario con Karina parecen un escudo sólido para evitar complicaciones. La renuncia de Sergio Morales, asesor de la Comisión Nacional de Valores (CNV), genera más ruido: fuentes al tanto de la causa sugieren que Morales, que dice tener un involucramiento periférico con el episodio $Libra, está asustado y se ofrecería para contar todo lo que sabe. A eso le dicen, aunque la figura no existe jurídicamente, “arrepentido”.
La denuncia de Ferraro y Frade debe leerse como precuela de otro anuncio: el que hizo Elisa Carrió de que será candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires este año. Lo de Karina “cajera” –tal la definición es de Carrió– se perfila como el leitmotiv de la campaña de Lilita si finalmente llega a inscribirse. Martín Menem, que con sus primos “Lule” y Sharif conforman el triángulo M de Karina, atribuyó las denuncias a un movimiento de campaña. Específicamente, a que la Coalición Cívica pierde cuatro de las seis bancas que tiene en Diputados.
Otras mayorías
El freno de la Corte a la jura de Ariel Lijo expuso la fragilidad de la política oficial. Milei compró el paquete cerrado que le vendió Ricardo Lorezentti cuando le dijo que podía garzantizar dos tercios del Senado para aprobar el pliego de su ahijado, Lijo, y un candidato propuesto por LLA. Por sugerencia de Caputo, fue Manuel García Mansilla (MGM). No estuvo el número prometido y Milei recurrió, perdido por perdido, a los decretos. García Mansilla hizo los deberes y juró.

Lijo no llegó. Tras el acuerdo del jueves que lo bloqueó, tomaron dimensión ciertos hechos que se contaron en Cenital, respecto a la relación preexistente entre García Mansilla –a quien la cofradía libertaria de X celebra como su propio Benegas Lynch– Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Perdió Lorenzetti, pero sobre todo perdió el que compró su plan.
El jueves en el Senado se juntaron ocho firmas –de nueve– en dos dictámenes distintos para llevar los pliegos de Lijo y MGM al recinto. Sería un enredo jurídico que el Senado rechace a García Mansilla, que ya fue aceptado por la Corte, porque si existiese una objeción constitucional a la designación, el máximo tribunal ya “opinó” cuando aceptó tomarle juramento. Hay 15 votos peronistas que quieren a Lijo en un sillón supremo. ¿Hay una negociación donde un sector de UxP puede negociar no voltear a MGM a cambio de que, finalmente, se apruebe a Lijo? Un chino.
El peronismo que se bifurca
El terrible temporal en Bahía Blanca produjo una magia impensada, aunque absolutamente racional, que derivó en que Nación y Provincia trabajasen juntos y hasta haya una foto de Axel Kicillof con Patricia Bullrich y Luis Petri. Es una excepción. La crisis social es un terreno donde no hay ninguna integración entre los dos gobiernos. El Estado nacional se retiró, pero aumentó la demanda, y eso implicó que provincias y municipios debieran atender más pedidos.
Como registro de lo que ocurre en el tercer cordón del Conurbano, Andrés Watson, el intendente de Florencio Varela, relató que en el 2024 creció un 61% la demanda de alimento y la búsqueda de empleo creció un 164%, según el registro del portal municipal. Hace un año, detalló Watson a Cenital, había 6.075 inscriptos que habían dejado su currículum para pedir trabajo. Doce meses después, el número creció a 16.085.
Sobre esa demanda social, el peronismo procesa sus propias internas. La tesis Massa de Milei como su propio enemigo tiene otra variable vinculada a que el espacio no tiene orden ni táctica y que, ante eso, aquello de que cada uno tome el bastón del mariscal suma caos. UxP tiene por delante varias decisiones para el año electoral y los primeros movimientos sugieren que puede darse un escenario de peronismo desdoblado.

En Santa Fe, el PJ se bifurcó en dos ofertas y ninguna fue del cristinismo puro. En CABA, se presenta un panorama similar. El armado UxP oficial promueve a Leandro Santoro, pero Juan Manuel Abal Medina se lanzó como candidato y, salvo un volantazo, parece inevitable que encabece una lista donde confluirán el Movimiento Evita –que en CABA tiene a Jonathan Thea como referente– y varios gremios fuertes, entre ellos UPCN de Andrés Rodríguez. Dicen que pidieron que el PJ no ayudase a suspender las PASO –sin cuyos votos el proyecto no avanzaba en CABA — y que al reclamar internas les dijeron que “no había tiempo”.
Quizá sea la antesala de lo que puede ocurrir en la provincia de Buenos Aires si Axel Kicillof, una vez que se suspendan/eliminen las PASO, decide desdoblar contra la voluntad de Cristina y, sobre todo, de La Cámpora. En diagonal, Massa dice que al peronismo le convendría que la elección bonaerense sea después de la nacional de octubre. Las voluntades chocan contra la realidad. Y la tensión se observa en pequeños detalles. Andrés Rodríguez, “El Centauro”, casi milenario jefe del gremio estatal, fue vehículo para un reproche camporista contra el gobernador: “En el palco donde el año pasado estuvo sentada Cristina, sentaron a Andrés Rodríguez que acababa de homologar una paritaria de 1%”, dicen. Todo cierto. La metáfora de arranque es la ausencia de CFK que, dicen en La Plata, fue invitada. La expresidenta, cuando sale de la dimensión de jefa, se permite expresar otra cosa: que está profundamente dolida, en términos personales, porque Kicillof no la respaldó para presidir el PJ nacional.