Heinze, sangre roja y negra, leprosa

Símbolo del último Newell's campeón, en 2013, el entrenador recupera la senda del Tata Martino y de Bielsa. Carácter “jodido” en el manejo total del fútbol, hacedor de jugadores y amigo de Messi.

“Yo les voy a leer lo que para mí es el fútbol: éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos, la pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar. Y esperábamos la compañía de la suerte. Ése es el fútbol, muchachos”. Marcelo Bielsa, charla en el Club Náutico El Quilla, Santa Fe, mayo 13, 2011.

A 30 metros de la cancha principal del predio de Bella Vista Jorge Griffa, en el hotel de primer nivel que Marcelo Bielsa le donó a Newell’s, Gabriel Heinze piensa en lo que le acaba de decir el jardinero: “¿Lo puedo saludar todas las mañanas?”. Heinze lo había mirado y le había respondido: “Te pido por favor, y cuando no te salude porque mi cabeza está a mil, te pido que me pares y me digas: ‘Buen día, Gaby, ¿cómo te sentís?’”. Carbura que la parte humana es cada vez más fundamental en el fútbol. Si al presidente Ignacio Astore, en los largos meses de negociación, mientras analizaba al plantel, le había pedido discreción absoluta hasta la confirmación y, luego, el control total del fútbol, desde la Primera hasta las inferiores, sin ofrecimiento de jugadores de representantes, sin presencia multitudinaria de dirigentes, ahora se le ocurre un detalle: que los que trabajan en el predio, desde el jardinero hasta un futbolista, se vistan igual, con el mismo “uniforme”. También refacciones en el gimnasio y la sala de videos. Su identificación con el rojo y el negro no sólo abarca a sus colaboradores (como él, Nicolás Pavlovich, Facundo Quiroga y Mariano Toedtli salieron de las inferiores de Newell’s). Heinze siente como nunca que tiene que disfrutar, que es un leproso más.

Llegó a Newell’s después de un año y medio sin dirigir. En julio de 2021 había sido despedido del Atlanta United de la MLS de Estados Unidos por “una variedad de cuestiones relacionadas con el liderazgo diario del equipo”, según comunicó la franquicia. La prensa local habló de limitaciones para tomar agua, de falta de descanso, de agotamiento mental a los jugadores. En privado, su círculo íntimo lo desmintió: citó “una campaña de desprestigio para tomar recaudos legales ante la rescisión contractual”. “Sé que soy un tipo medio jodido cuando me pongo a trabajar, pero mi familia también me puede ayudar a bajar un poco mis revoluciones. Lo que ya no quiero es que esta profesión me haga perder más cosas”, le había dicho al periodista Cristian Grosso en una extensa entrevista en La Nación antes de viajar a Estados Unidos. Después de su salida -de apenas 17 partidos-, se recluyó en Madrid a pensar cómo domar cierta ira, lo “jodido”. Puso el foco en esa parte humana: la relación con los jugadores y con los periodistas, un capítulo aparte de cruces en su historial como entrenador, que comenzó en Godoy Cruz de Mendoza y siguió primero en Argentinos y luego en Vélez.

Pero ahora es distinto. Está de vuelta en su casa, ocho años más tarde. Se pone muy nervioso antes de cada partido. Visita con asiduidad el baño. Heinze integró el último Newell’s campeón, el del torneo Inicial 2013, con el Tata Martino como entrenador. Había llegado un año antes desde la Roma de Italia para alejarlo del descenso. José “Chino” Odisio charló dos veces en aquella etapa con Heinze. La primera le dio una clase táctica, desbordante de pasión por el juego, después de que lo escuchase en la TV. La segunda, les pidió a los periodistas que cubrían el día a día que reaccionaran ante la visita en el predio de Fernando Niembro, que había destripado a Bielsa como DT de la selección y a él como futbolista. Se retiró en 2014. “El mundo Newell’s está convulsionado, positivo -me cuenta el Chino Odisio-. El hincha le tiene un aprecio enorme, le abrió un crédito de mucha confianza. Su personalidad gusta, se identifica con el club, le inyecta ánimo al equipo al borde del campo. En esta primera parte está un poco más allá de los resultados”.

Este lunes, Newell’s visita a Colón por la séptima fecha de la Liga. En la décima, el clásico con Rosario Central en el estadio Bielsa del Parque Independencia. El más caliente del fútbol argentino. El que trastoca los ánimos hasta la histeria. Ni siquiera se compara con la eliminación ante Claypole, un equipo de la C, en los treintaidosavos de final de la Copa Argentina (Newell’s jugará además este año la Copa Sudamericana). Heinze participó como jugador de un clásico histórico en el Gigante de Arroyito: por el Apertura 1997, se terminó cuando faltaban 25 minutos y Central goleaba 4–0, ya que le habían expulsado el cuarto futbolista a Newell’s. Heinze fue el lateral izquierdo. Los canallas conmemoran cada 23 de noviembre el “Día del Abandono”. En su segunda etapa, perdió también los dos que jugó. “A mí me gusta levantar copas, salir campeón -dijo en 2013-. Entiendo al hincha de Newell’s y al de Central que pueden opinar lo contrario y es respetable. Hasta discutí por eso con el utilero”.

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Nicolás Freire es el capitán de los Pumas de la UNAM de México. Defensor central zurdo -como Heinze-, es uno de los futbolistas a los que más dirigió en Argentina: 41 partidos en Argentinos. “Es un loco lindo. A mí me hizo futbolista -me dice Freire, 29 años, desde México-. Me hizo comprender lo que nunca nadie me había explicado. Y, dentro de toda su intensidad y exigencia, porque así lo vive, sin ser muy expresivo respecto al cariño, te demuestra su conocimiento dando lo mejor. Nos pesaba día por medio, él con el profe (Javier) Vilamitjana, hasta que estuviéramos en nuestro peso ideal. Empezamos con más de la mitad del plantel con sobrepeso y terminamos la temporada todos finos. Nos dio como grupo ser cada día más profesionales: lo que importa llegar temprano al entrenamiento, descansar bien. En la sumatoria hacen la diferencia. En lo particular, posicionamientos defensivos y muchísimo sobre la visión de un central: cuándo se puede romper líneas, conduciendo o filtrando un pase. Venía de una escuela donde me decían: ‘Tirala al cajón, arriba’. Y cambió mi ideología. ‘Mirá, en vez de tirarla, meté un pase rasante al 9, al interno’. Sabía que lo que me decía era para mejorar. Ha sido una de las cosas por lo que lo han cuestionado. Pero lo que me dejó como profesional, hasta hoy lo sigo implementando. Fueron enseñanzas para todo el camino”. En Argentinos, Heinze hizo debutar a Alexis Mac Allister, campeón del mundo en Qatar, y a Nicolás González, otra pieza de la selección.

En su Newell’s 2023 juegan otros juveniles. Juan Sforza, Ramiro Sordo, Facundo Mansilla, Brian Aguirre. Arraigo, sentido de pertenencia, compromiso. Pablo Cerra, autor del libro Lealtad leprosa, coloca a Heinze en una línea histórica abierta por Claudio Newell, hijo del docente inglés Isaac Newell, padre fundador. Claudio Newell trajo al “Alemán” Adolfo Celli. Celli formó a Griffa. Griffa, a Bielsa. Bielsa, a Martino. Y ambos, a Heinze. En el último partido como local (1–0 a Barracas Central), tras el ataque a balazos a un supermercado de la familia de Antonella Roccuzzo, la hinchada colgó una bandera: “Leo, sos el corazón de un país que te ama. Newell’s está con vos”. “Lo que pasó -marcó Heinze- aleja a Messi y a cualquier otro que le gustaría volver”. Messi se había reunido con Heinze después de Qatar, entre descanso y fiestas, en la localidad Funes, donde vive con su familia, a 20 minutos del predio de Bella Vista. “Le quiero decir a Leo que no tenga miedo, que acá no le va a pasar nada –le envió un mensaje un niño lepra por la TV-. Mientras esté en el club que siempre quiso, nunca le va a pasar nada. Si le pasa algo, nos va a pasar a nosotros. La sangre de él es nuestra”.

Pizza post cancha

  • “Yo fluyo y hago, como mejor puedo, lo que sé hacer, que es jugar al fútbol. Pero no elijo ser una referente”, dijo la española Alexia Putellas, la mejor futbolista del mundo (Balón de Oro y The Best en 2021 y 2022), en esta entrevista del periodista argentino Juan I. Irigoyen en El País. En septiembre pasado, 15 jugadores de la selección española le enviaron un mail a la Federación en el que pidieron dejar de ser convocadas hasta que hubiera cambios en la estructura: hasta que Jorge Vilda deje de ser el DT. Desde 2015 en el cargo, le critican, según publicó Pol Ballús en The Athletic, prohibirles cerrar las puertas de las habitaciones de hotel por las noches, falta de conocimiento táctico y análisis, preparación física insuficiente y calidad de entrenamiento alarmante. “Las 15” articulan la mejor generación femenina de la historia de España. A 131 días del inicio del Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023, hoy se ausentarían.
  • El periodista Gonzalo Cardozo fue echado de la cadena ESPN (Disney) a pedido de Víctor Blanco, el presidente de Racing, después de que criticase la gestión. Lo contó, los ojos rojos por el mal trago, en su nuevo canal de YouTube, la plataforma por la que se lanzó a laburar. Si una vez, en 2020, había apuntado cómo un representante-amigo de Diego Milito había aumentado la cantidad de juveniles de las inferiores representados con él como mánager de Racing, esta vez profundiza en el estado de la infraestructura del Cilindro.
  • Soriano-Una historia se titula la biografía sobre Osvaldo Soriano que acaba de publicar el periodista Ángel Berlanga. El Gordo Soriano, escribe Berlanga, “reivindicó el fútbol como asunto cultural”. En ese artículo nos revela la presencia de Soriano en el amistoso Bélgica-Italia en Lieja, el 21 de diciembre de 1977 (acá, el 1–0 de Italia, de Giancarlo Antognoni). Y también vemos una foto inédita, de Carlos Bosch: Soriano, saco y corbata, apoyado contra un arco en una playa de Barcelona, a comienzos de los 80. Dijo el autor del cuento El penal más largo del mundo: “Dentro de una cancha, se escenifican los dramas y las tragedias de una sociedad”.

No pierdan nunca la sorpresa, como nos recordaba el Diego, porque “si perdés la sorpresa, perdés todo”. Aunque no seamos más niños, vuelvan a festejar un cumpleaños en una canchita de fútbol con amigos. Aunque estén lesionados por enésima vez, compren la carne y las verduras, que otro amigo (lesionado) les ayude a prender el fuego en la parrilla mientras el resto juega a unos metros. “El mundo es un lugar hostil, quien opine lo contrario no sabe dónde está parado. Los amigos son un escudo contra esa hostilidad. Son como esas secciones especiales de los cables de alta tensión que logran contener la energía, diversificarla, metabolizarla”, escribió Fabián Casas, que suele decir que el mejor comienzo de la literatura universal es el de la final Alemania-Holanda del Mundial 1974.

Hasta la próxima.

Salú y abrazos,

Roberto Parrottino (Beto)

Es periodista especializado en deportes -si eso existiese- desde 2008. Lo supo antes de frustrarse como futbolista. Trabajó en diarios, revistas y webs, colaboró en libros y participó en documentales y series. Debutó en la redacción de El Gráfico y aún aprende como docente de periodismo. Pero, ante todo, escribe. No hay día en la vida en que no diga -aunque sea para adentro- la palabra “fútbol”.