El video casero que cambió internet

Se está por estrenar una serie que cuenta la historia de Pamela Anderson y Tommy Lee con el emblemático robo de su video íntimo. El caso que cambió internet, hizo millonario a un ladrón e inauguró una forma de hacerse famoso.

Hola, ¿cómo estás? 

El news de hoy surge de la serie que está próxima a estrenarse, Pam & Tommy. Se trata de la historia de la pareja de Pamela Anderson y Tommy Lee a partir de la difusión de su video “íntimo”.  Esta nota cuenta que ese video fue un parteaguas en la historia de internet y los registros de sexo hechos de manera consentida y para consumo personal. 

La historia es simple: entraron a robar a la casa de Pamela y Tommy, se llevaron varias cosas de valor, entre ellas un cassette de video, y cuando el ladrón lo vio no tuvo idea de qué hacer con él. Algo muy distinto a lo que hoy se hace y pasa con ese tipo de material. Incluso me animaría a decir que de un tiempo a esta parte subieron los niveles de conciencia sobre qué significa mirar algo robado. En el medio cambió todo: explotó internet y con ella la exposición y el usufructo de la vida privada, con una legislación que va muy por detrás de lo que la tecnología hace posible. Esto deja a la gente que percibe su intimidad vulnerada -y entre la gente me refiero muy específicamente a las mujeres-, muy desprotegida. 

Pamela y Tommy

Pamela era una chica Playboy y actriz de Baywatch, Tommy el baterista de Mötley Crüe. Se conocieron en una fiesta de año nuevo en 1994 en la que al parecer Tommy la vio y fue directo a lamerle la cara (no lo intenten en sus casas). Ella le pasó su teléfono, él la llamó, la fue a ver a México y 96 horas después se casaron, además de tatuarse el nombre del otro en el dedo del anillo. En los meses que siguieron se grabaron y esas grabaciones incluyen a ellos teniendo relaciones sexuales. 

Tiempo después, en 1995, tienen a un electricista trabajando en la casa en Malibú. Se pelean con él por el trabajo, la pelea escala y se torna violenta (Tommy le apunta con una pistola), y el electricista decide entrar a la madrugada a robar. Se llevaron dinero, joyas y un video. 

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El punto interesante es que nadie sabía exactamente qué hacer con ese video. Era 1995, e internet era otra cosa muy distinta -a la que además no estábamos todos conectados-. Pensemos que Google y Facebook, compañías que revolucionaron la búsqueda y la exposición, no fueron inventadas hasta 1998 y 2004 respectivamente. Estas empresas y las que siguieron también cambiaron otra cosa: el tiempo. Este video se hizo “viral”, sí, pero en un lapso de dos años.  

En concreto, el video había que comprarlo (o sea, no estaba online) y costaba bastante dinero y tiempo (el cassette te llegaba por correo y costaba 175 dólares si se lo comprabas al ladrón original o 60 si era a un revendedor). Y aun así recaudó 77 millones de dólares en menos de un año -y eso solamente en ventas legítimas-. 

¿Qué se veía en ese video? 8 minutos de sexo y 46 de otras escenas de la vida compartida de una pareja rica y famosa. ¿Qué era particularmente atractivo? Además de ver algo que no debemos ver, posiblemente el hecho de que el video no había sido hecho para consumo de otros, porque por aquel entonces la selfie no era un modo de vida.

Pamela y Tommy pasaron de la desesperación a la aceptación. Después de un tiempo de difusión lenta, un sitio porno se hace del video y lo pasa en loop. Todo el mundo iba a verlo. La pareja finalmente arregla por una suma de dinero. Escribo aceptación, pero no estoy segura de que sea la palabra adecuada. Pamela estaba embarazada de 7 meses cuando pasó todo esto y dice que jamás vio ni verá ese video. En el trailer de la nueva serie, que se estrena el 2 de febrero, se ve un segmento donde Pamela le explica a Tommy algo OBVIO: el video la afecta de modo muy distinto a ella que a él.  

El matrimonio de Anderson y Lee terminó tres años después. Ella lo acusó de violencia física y emocional, y él fue a la cárcel (brevemente) por eso. 

Lo que vino después 

El punto es que todo cambió después de la difusión de esa grabación que, dicen algunos, rompió la internet. Diez años despues fue el turno de otro video: el de una por entonces no muy famosa Kim Kardashian teniendo sexo con su novio. El video llegó a las manos de una empresa y Kardashian arregló por una suma de dinero. Las malas lenguas dicen que el video fue filtrado por la misma Kim, su madre, o su entorno. Esta y esta nota dicen que no es así. El punto es que Kardashian se volvió mega famosa luego, con una fama que incluyó muchos ingredientes y también viró a varias otras cosas -el lector juzgará si más o menos interesantes-. Sí voy a decir que Kardashian está actualmente estudiando Derecho y hace campaña por la reforma del sistema carcelario de Estados Unidos que es profundamente racista y está totalmente roto (acá podés leer más sobre la campaña de Kim). 

¿Qué es lo distinto? Que Kim “capitalizó” ese video. De hecho, una podría argumentar que todo lo que hizo después del video fue simplemente una extensión de esa grabación: mostrar su vida entera en un programa de TV. Aunque claro, había una diferencia radical: ella elegía qué mostrar y qué no. 

La pelea contra el robo  

El problema, además de los ladrones, es que internet se movió mucho más rápido que la ley, dejando desprotegidos a los que sufren este tipo de cosas. Un caso interesante es el de Silvina Luna, más autóctona que Kim, que también sufrió el robo de un video íntimo. No solo no pudo impedir su difusión, sino que además se dio cuenta de que, desde ese momento, cada vez que alguien la googleara, aparecería ese video y su nombre vinculado a sitios porno. Por eso le hizo juicio a Google y Yahoo y recientemente ganó -pero fijate que había perdido antes, mostrando que todo está por hacerse en términos de protección jurídica y legislativa. Efectivamente, al googlear ahora “Silvina Luna” no aparece el video entre los primeros resultados (fui hasta la página 4, a donde nadie nunca llega). Sin embargo, si agregás “video hot” al lado de su nombre, ahí está. El primer resultado es ese video que hizo para consumo personal y que ahora, y posiblemente para siempre, es público. 

Nosotros, los espectadores 

Cierro con un comentario sobre la necesidad de tener muchísimo cuidado con el material íntimo propio y ajeno. Sobre el material propio, algo que ya dije en un newsletter anterior: no hagas nada por presión de otros y no hagas nada que no estés dispuesto a que se haga público. Sobre el material ajeno: no le hagas a otros lo que no te gustaría que te hagan a vos. 

El del estribo

  • Acá una historia larga de la Rolling Stone sobre el electricista devenido ladrón. 
  • Una nota del Guardian sobre mujeres no famosas cuyas fotos íntimas terminaron en internet. 
  • La primera condena por “pornovenganza” en Argentina.

Cosas que pasan

Gracias por llegar hasta acá. 

Un abrazo,

Jimena

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Soy economista (UBA) y Doctora en Ciencia Política (Cornell University). Me interesan las diferentes formas de organización de las economías, la articulación entre lo público y lo privado y la relación entre el capital y el trabajo, entre otros temas. Nací en Perú, crecí en Buenos Aires, estudié en Estados Unidos, y vivo en Londres. La pandemia me llevó a descubrir el amor por las plantas y ahora estoy rodeada de ellas.