Bajo asedio, Jorge Macri tensa con Milei pero deja un atajo para negociar
El jefe de Gobierno busca frenar la embestida libertaria en CABA y retomar la centralidad. Votación propia, sin PASO y una agenda de verano. ¿Y Mauricio?
Diego Kravetz saltó a tiempo. Olfato o deep information, el funcionario abandonó la familia PRO y se sumó al libertarismo justo antes de que una cadena de episodios, muchos de ellos ripiosos, ponga el vínculo político entre los Macri y los Milei en un punto de no retorno. Jorge Macri, ex jefe de Kravetz, decidió dar un paso más: desdoblará la elección porteña, propondrá eliminar las PASO de CABA y lanzará un rosario de medidas para tratar de recuperar iniciativa.
La decisión, como contó Cenital, se tomó el miércoles pasado luego de la crisis Kravetz cuando el jefe de Gobierno entendió que debía hacer un movimiento de resistencia frente al asedio de La Libertad Avanza (LLA). Para los Macri, sobre todo para Mauricio, enfrente parece haber un precipicio y del expresidente solo depende la velocidad con que se acerca a ese final anunciado. El dilema es: apostar todo o irse en fade.
Veinte días atrás, el jefe de Gobierno se reunió con Karina Milei y la embajadora de la hermanísima en CABA, la legisladora Pilar Ramírez. Hicieron trascender que fue una charla amable pero no fue así: se trató de un cruce duro —donde Ramírez ofició de rottweiler— que mostró la precariedad del puente Karina-Jorge que alguna vez se pensó como una colectora frente a los vaivenes del diálogo entre el presidente y el ex.
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Un ruso con camiseta de Chicago
La fuga de 17 presos de una alcaidía de Liniers, la filtración de un video de Kravetz golpeando a un menor y la insólita detención no de uno, sino de dos autos ocupados por diplomáticos rusos en controles de alcoholemia, sumó componentes turbios a la pulseada política entre la Casa Rosada y los Macri. La Casa Rosada responsabilizó de todo el hecho al gobierno de CABA. Gerardo Werthein, el canciller, maniobró para que el incidente se resuelva por la vía diplomática. En Cancillería hacen una lectura en diagonal: en medio de la crisis con Venezuela, con la embajada sitiada y un gendarme con paradero desconocido, el Gobierno argentino no puede permitirse flexibilizar la interpretación de la Convención de Viena sobre la inmunidad diplomática.
Hay más. Marcela Pagano, diputada libertaria, aquella a la Martín Menem desplazó de la presidencia de la Comisión de Juicio Político, sembró la hipótesis de que el hecho pudo formar parte de una maniobra para generar un conflicto diplomático entre Argentina y Rusia. La casualidad criolla hizo que los policías de tránsito detengan dos autos rusos con 45 minutos de diferencia y, para completar el cuadro, en la escena apareció un ciudadano ruso, con camiseta de Chicago, a oficiar de traductor pero que luego cuestionó el accionar de los diplomáticos de su país. Luego, en su raid de TV, Fedor Bakulov contó que se mudó a la Argentina para conocer, de cerca, la experiencia de un gobierno liberal libertario. Cruje la navaja de Ockham.
“Esto recién empezó: seguro van a aparecer más cosas”, dicen en el mundo Macri, hemisferio Jorge, para alimentar que el modo de administración de las diferencias entre los Macri y los Milei puede ofrecer nuevos capítulos de ese tipo. Por momentos, asoma una pregunta: ¿cuán sólida, más allá de la hermandad ante la avanzada de LLA, es la unidad de Mauricio y Jorge?
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Un dato: el expresidente protestó en silencio por la designación de Ezequiel Daglio como secretario de Seguridad en el lugar de Kravetz. Daglio trabaja, hace años, con Juan Pablo Arenaza, el operador de Patricia Bullrich. ¿Qué razones más o menos secretas llevaron a Jorge a designar en ese lugar a un funcionario ligado a Bullrich a quien Mauricio considera una traidora? “Jorge no quiere romper relación con Patricia”, explican a Cenital en el PRO.
Para el jefe de Gobierno es un equilibrio extremadamente frágil: no solo porque “Pato” se convirtió en una cruzada de los Milei y hará lo que le pidan los hermanos incluso, aunque jura que no quiere, ser candidata a senadora. Además del asunto macro, la ministra de Seguridad arrastra una inquina personalísima con Waldo Wolff, que en 2023 volanteó en el aire y saltó del bullrichismo al larretismo. Wolff, animoso sobre sus encantos, suele decir que es el único dirigente que podría lograr el apoyo de los Macri y los Milei para ser candidato a senador de una alianza PRO-LLA en CABA.
La decisión de Macri (Jorge) de desdoblar/anticipar la elección porteña y de proponer la eliminación/suspensión de las PASO expresa, antes que nada, una actitud política. Hasta acá, los Milei controlaron casi totalmente el tablero en el vínculo desigual con el PRO. Macri (Mauricio) se limitó a avisar, cada tanto, que los bloques dejarían de apoyar al Gobierno pero, al final, siempre cedió. La única excepción fue el decreto de fondos para la SIDE que, así y todo, mostró disidencias dentro del PRO: Macri llamó a rechazar el decreto impulsado por Santiago Caputo y solo 20 de los 37 diputados acataron su indicación.
La cruzada Patricia
Bullrich fue la encargada de exponer la postula libertaria del rechazo al desdoblamiento de la elección en CABA. “Hacerlas en dos momentos, es gastar más plata, es generar un desgaste en la población, es doble campaña. La verdad que no tiene sentido”. “¿Por qué se separan las elecciones? Porque es conveniencia del político”, dijo por radio. La familia PRO no tiene tregua: la reaparecida Laura Alonso se convirtió en una portavoz informal de Mauricio Macri y, desde ahí, cuestionó las críticas de Bullrich.
En LLA presumen que el jefe de Gobierno hizo un movimiento para forzar una negociación con la Casa Rosada. De hecho, el anuncio de Macri esconde un atajo para lograr un acuerdo entre el PRO y los libertarios si, finalmente, hubiese una mesa de diálogo. La cláusula gatillo es el proyecto para eliminar las PASO. Se necesitan 40 votos para eso y, hasta acá, tanto los bullrichistas como los libertarios apoyarían porque es lo que proponen a nivel nacional. Esa medida podría ser la excusa para que, ya sin PASO porteña, el jefe de Gobierno —que tiene la potestad para poner la fecha de la elección— pueda resolver una nueva convocatoria que, en ese caso, se negocie con la Casa Rosada.
Se produce, sino, una dificultad estructural: con el esquema de Jorge Macri las elecciones en CABA serán el 6 de julio pero, si no se eliminan las PASO nacionales, las alianzas para diputados y senadores, se deben inscribir el 15 de mayo y las listas de candidatos se anotan el 25 del mismo mes. Es decir: no es posible desanudar una disputa de la otra porque en medio de la campaña porteña, se inscriben los candidatos nacionales.
Una tesis que circuló en el PJ fue que, con una disputa bien local en CABA, el peronismo podría intentar construir una alianza más grande que UxP que incluya, por ejemplo, a sectores de la UCR, orbitando alrededor de su figura más importante en el distrito, Leandro Santoro. El viejo plan del centro progresista que, en ese caso, podría unirse en un frente anti Milei. Pero el peronismo, a diferencia de la UCR de Martín Lousteau, es opositor a Milei y también a Jorge Macri. El calendario solapado entre las dos elecciones atenta contra las hipótesis de acuerdo porque, como dijo Milei, aunque vale para todos, no se puede ir juntos en un distrito y enfrentados en otro. Peor sería tener ofertas distintas según las candidatos del mismo distrito.
En el PJ miran con extrañeza el movimiento de Macri. Entienden que eso supone, de mínima, que Mauricio no va a ser candidato a senador porque el PRO, con su estructura porteña, se jugará todo a las elecciones locales con el objetivo del jefe de Gobierno de tratar de blindar, todo lo posible, la Legislatura. Según los números que manejan en Uspallata, el candidato más taquillero de LLA es Manuel Adorni, pero no gana. ¿Fernán Quirós será la oferta del PRO? Es una posibilidad, no la única.
La otra duda grande es la confianza de Jorge de generar una campaña local cuando la gestión tiene numerosos puntos críticos. “Ir solos a la polarización nacional es más peligroso que tratar de polarizar a nivel local”, dicen, casi como último recurso, en el PRO porteño. Por eso, además de anunciar desdoblamiento y eliminación de las PASO, anunciará un temario para que la Legislatura discuta en el verano: una reforma tributaria y reformas de orden estructural en la ciudad.