Va a ser hermoso hacer un puente de dólares hacia las elecciones
Los dólares del Fondo todavía no llegan y el mercado pide que ingresen fondos frescos para pasar los comicios de este año. Del carry trade al dólar paralelo: las tensiones que definen el rumbo económico.
Después de la última foto de Javier Milei con la directora del FMI, Kristalina Georgieva, los dólares paralelos y el dólar futuro subieron. El Ministerio de Economía debió convalidar tasas en pesos más altas para renovar deuda y garantizar el carry trade que le da contención a la brecha, a contramano del discurso oficial que celebraba que el Tesoro no renovaba vencimientos porque había más demanda de pesos en la calle. El contexto global, en el que el dólar se fortalece, empioja el escenario, pero inversores empiezan a impacientarse y quieren anuncios que garanticen el flujo de divisas que permita abrir el cepo o mantener este esquema de dólar barato. Al puente de billetes que el Ejecutivo quiere construir para transitar 2025 y levantar las restricciones le faltan ladrillos.
La metáfora del puente no es casual. La usó el presidente en algunas intervenciones y la recuperaron distintas consultoras de incidencia en el mercado financiero, como PxQ y 1816. El puente es hacia el acceso del país y las provincias al financiamiento internacional, algo viable con un riesgo país en torno a los 400 puntos. Sin embargo, en los últimos días, el indicador rebotó hacia niveles cercanos a 750 unidades.
En ese contexto se entiende la premura del Gobierno por contener las expectativas de los agentes económicos con gestualidad y anuncios. El viernes, el ministro de Economía, Luis Caputo, consiguió un zoom y un tuit de respaldo de Gita Gopinath, la vicedirectora del FMI. La funcionaria escribió que hubo “muy buenos avances en las negociaciones”.
El domingo, el presidente Javier Milei fue más allá, en la Asamblea Legislativa: “Quiero anunciarles que en los próximos días le pediré al Congreso que apoye al Gobierno en este nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, dijo. ¿Enviará el contrato para que el Congreso –obligado por ley– lo ratifique, o pedirá un cheque en blanco para seguir negociando?. “Esperamos que este Congreso adopte la misma postura que tuvieron con todos los demás, que es acompañar desde sus bancas, apoyando al Gobierno en este nuevo acuerdo”, agregó.
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SumateUn puente hasta las elecciones
Para 1816, el programa económico salta de un puente a otro. El primer puente fue el bono Bopreal y el esquema de pago de importaciones, con el que el Banco Central calendarizó deudas impagas y flujos por USD 13.800 millones, entre diciembre de 2023 y mayo de 2024.
El segundo puente fue el blanqueo, que permitió aumentar depósitos de dólares y reservas, toda vez que esas divisas fueron a préstamos en moneda dura. Con este esquema, los préstamos en dólares se duplicaron y llegaron a los USD 13.500 millones, con algo de espacio para alcanzar el récord de USD 16.600 millones que se registró durante el gobierno de Mauricio Macri. Para eso, el Banco Central flexibilizó el acceso a créditos en dólares para no exportadores. Necesita que más empresas tomen créditos. Como esos préstamos se pasan a pesos, los dólares quedan en las reservas hasta que deban cancelarse.
El tercer puente, dijo 1816, debe ser el acuerdo con el FMI. “Argentina necesitará otro puente de alrededor de USD 9000 millones para pagar la deuda y no perder reservas brutas en el año”, aseveró. “Lo puede dar el FMI (…) o se puede optar por eliminar el blend”, añadió. Esto último quitaría oferta de divisas en el mercado paralelo y pondría presión sobre la brecha cambiaria.
Según PxQ, el Gobierno calcula un puente de USD 20.000 millones hasta 2026. Unos USD 10.000 millones vendrían del FMI (si el acuerdo incluye desembolsos nuevos); otros USD 5000 millones llegarían del agro, por la baja de retenciones (aunque la liquidación viene a menor ritmo del esperado) y los restantes USD 5000 millones serían los dólares que el Gobierno podría vender en el mercado paralelo por la “regla de emisión cero” que se inventó para intervenir. En la perspectiva de Milei y Luis Caputo, eso permitiría atravesar el año electoral y mantener el dólar barato, clave para contener la inflación y abaratar importaciones de consumo.
La firma de Emmanuel Álvarez Agis opone, a ese puente, una pared. “De todos estos datos, el único concreto y contrastable es el de las compras del BCRA desde el comienzo de la segunda fase del programa monetario” en julio de 2024. Desde que Caputo y el titular del Central, Santiago Bausili, anunciaron que esterilizarían pesos con ventas de divisas en el mercado paralelo, el BCRA compró USD 7382 millones y entregó “cerca de USD 2000 millones para intervenir el CCL”.
“El programa económico de LLA es entonces dependiente del ingreso de divisas, principalmente en cabeza del sector privado, hasta que el Soberano logre recuperar el acceso al mercado internacional de capitales”, aseveró PxQ. “La tendencial apreciación del peso profundiza esta dinámica. El mejor ejemplo es el resultado comercial de enero de 2025 y el incremento en los préstamos con tarjeta de crédito en moneda extranjera”, señal de gastos de argentinos en pagos de bienes y servicios al exterior. El superávit comercial de enero fue de apenas 142 millones de dólares y la balanza de cuenta corriente (la diferencia entre los dólares que entran y los que salen) es deficitaria desde mitad de 2024.
Todo esto es ruido en la negociación con el FMI, que es el que debería financiar el plan Platita Dulce. El Fondo quiere un camino claro hacia la unificación cambiaria y eliminar el dólar blend más temprano que tarde. También opondría una regla de flotación distinta al férreo crawling peg de 1% mensual. El FMI no termina de verla.
“Para la visión del FMI, el gobierno debe comprar el 100% de las exportaciones y, con esto, acumular reservas, dejando que el tipo de cambio paralelo flote libremente (es decir, no interviniendo)”, indicó PxQ.
Para Eco Go, la firma de Marina Dal Poggetto y Sebastián Menescaldi, eso le quita fuerza al escenario de un acuerdo con fuertes desembolsos. “Es difícil imaginar un acuerdo con el FMI pronto con fondos frescos, más allá de un eventual acuerdo corto (Stand by) que permita salir del paso asegurando el rollover de los vencimientos con organismos sin modificar el actual esquema cambiario”, sostuvo. “Y también es difícil imaginar una modificación en el esquema cambiario hacia uno de flotación administrada antes de las elecciones”, añadió. Hasta fin de año, la cuenta de intereses a pagar al FMI roza los USD 2000 millones. También hay otros USD 4800 millones de compromisos con otros organismos internacionales, entre capital e intereses. Y quedan USD 3600 millones en vencimientos con acreedores privados.
Todavía sirve, todavía sirve
El mercado ni se mosqueó con la polémica desatada por Libragate. Más allá de la baja inicial del lunes 17, feriado en Estados Unidos, los bonos y acciones siguieron con su tónica pre escándalo crypto. Pero las cotizaciones ya operaban con bajas en torno al 10% desde inicios de año.
Al cambio de contexto internacional por la asunción de Donald Trump y el fortalecimiento del dólar (al que Argentina venía indemne hasta enero) se suman las dudas locales. El mercado “volvió a lateralizarse (…) frente a la incertidumbre que provoca la dilación del acuerdo con el FMI y que, a catorce meses de iniciada la gestión, el Tesoro y las provincias sigan sin acceso al crédito en dólares”, sostuvo Eco Go.
Para MAP, la consultora de Juan Pablo Ronderos, las expectativas son positivas, pero aparecen dudas. “Los inversores financieros estarían a la espera de la llegada de nuevas definiciones del programa económico”, sostuvo. El plan de estabilización, añadió, necesita certezas: “El cierre de un nuevo acuerdo con el FMI y la posibilidad de que involucre un desembolso neto de parte del organismo internacional”, por un lado, y “la recuperación de las reservas internacionales netas” a partir de ese entendimiento.
El viernes por la tarde, un sorpresivo tuit de la número 2 del FMI, Gita Gopinath, trató de llevar calma. Tras una reunión virtual con Caputo y Bausili. “Se están logrando muy buenos avances en las negociaciones para un nuevo programa respaldado por el Fondo para seguir mejorando la estabilidad y el crecimiento en Argentina”, escribió, tras un encuentro “excelente”.
Excellent discussion with Minister @LuisCaputoAR and @BancoCentral_AR President Bausili. Making very good progress on negotiations towards a new Fund-supported program to further enhance stability and growth in Argentina. pic.twitter.com/eASW2XaI8a
— Gita Gopinath (@GitaGopinath) February 28, 2025
Antes, la licitación de bonos en pesos de la semana pasada mostró las tensiones. El Gobierno priorizó renovar todos los vencimientos subiendo la tasa de interés en pesos. El puente necesita garantizarles a los inversores la continuidad del carry trade, a pesar de la suba de los dólares paralelos.
Las contradicciones oficiales son lo de menos. Cuando el Gobierno no lograba renovar vencimientos, Economía hablaba del “punto Anker” (el nombre de la consultora del ahora ministro): un momento en el que los bancos priorizaban no renovar vencimientos con el Tesoro para prestarle al sector privado y atender a la mayor demanda de pesos de los consumidores. Ahora, eligió pagar más tasa en vez de seguir soltando pesos que alimenten al dólar paralelo.
Es que el puente tiene ciclovías para que la bicicleta financiera pueda pedalear hasta las elecciones.