Una derrota con el sello de Milei y el gol que festejó el PJ

El Gobierno desaprovechó el viento a favor. Un pedido de Caputo que nadie objetó y rompió todo. Liga del Norte, AGN y la guerra íntima en el PRO. Qué pasará con el PJ bonaerense. Gebel y un peronismo evangélico.

El bloque peronista en Diputados durante la última sesión.

 – El presupuesto está perdido. Pero nosotros tenemos que meter un gol.

Gerardo Zamora, en tránsito entre gobernador y senador –y algo más– coronó la charla de la cumbre peronista de la Casa de La Pampa en el microcentro porteño, entre jefes territoriales y legisladores. El gol lo sirvió, sin saberlo, Luis “Toto” Caputo cuando dijo que el proyecto de Presupuesto debía incluir la derogación de las leyes de Emergencia en Discapacidad y actualización de las partidas para universidades.

El ministro hizo el planteo y en la mesa política libertaria, un enjambre de siete dirigentes, nadie puso objeciones. La derrota legislativa de la madrugada del jueves fue un error del coronelato de La Libertad Avanza (LLA).  Martín Menem fue el más expuesto porque el golpe fue en sus dominios. Patricia Bullirch prefirió responsabilizar a Diego Santilli. Viejas riñas macristas de los nuevos habitantes del planeta Milei.

Suscribite para recibir un alerta cada vez que Pablo Ibáñez publique un nuevo artículo.

Los 123 votos en contra pero, sobre todo, los escasos 117 votos a favor lacraron un fracaso que tuvo efecto cascada: horas después, Bullrich postergó para febrero el debate sobre la reforma laboral. La exministra quería ofrendarle a Milei un tratamiento exprés de ese proyecto antes de fin de año, pero el sacudón de Diputados le sirvió como indicio de que podía sufrir, ella misma, una derrota en el Senado. Dijo que muchos senadores no tuvieron tiempo para leer los 198 artículos del proyecto.

Saga de errores

La secuencia sirve para saber que la mini catástrofe del capítulo XI fue una saga de errores. Caputo pidió un agregado que reglamentariamente estaba prohibido –la Ley de Administración Financiera dice, en su artículo 20, que la Ley de Presupuesto no puede derogar o reformar leyes vigentes–, varios aliados avisaron que no apoyarían la derogación y la votación por capítulos –con la inclusión de medidas para blindar el XI- y se construyó una derrota que dejó a Menem con la boca abierta.

No hubo sondeo previo para el quórum. Durante un minuto, la sesión no tenía número y LLA no parecía haber trabajado para garantizarse los 129. Gabriel Bornoroni, el jefe del bloque libertario, se cruzó en un pasillo a Gisela Scaglia, de Provincias Unidas, y le preguntó si PU bajaba a la sesión. La santafesina le dijo que sí, porque era lo decidido, pero tampoco pensó que sus 22 diputados eran determinantes. Lo eran. La sesión arrancó con 140. Santilli había logrado que PU cambie de tinte y del rechazo pase a la abstención.

Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.

Sumate

Después, con el capítulo XI –que incluía el artículo 75 de derogaciones, además de fondos para CABA, zonas frías y caja para el Consejo de la Magistratura–, todo se hizo mal. Como si confiaran en las Fuerzas del Cielo, Menem y Bornoroni llegaron a la votación del capítulo convencidos de que ganaban y perdieron por 6. ¿No hubo poroteo o, en léxico libertario, no se armó un Excel de votos garantizados?

En LLA dijeron, después, que pensaban que estaban justos pero les alcanzaba y atribuyeron la derrota a un puñado de gobernadores que “jugaron mal”. El reproche fue para dos socios de LLA, el entrerriano Rogelio Frigerio, que retiró un diputado, y el chaqueño Leandro Zdero, que hizo mismo. Rolando Figueroa, de Neuquén, prometió tres veces el apoyo de su diputada y al final votó en contra.

El que avisa no es traidor (?)

La cuenta no daba. Varios avisaron que no apoyarían, entre ellos Oscar Zago y Eduardo Falcone del MID, y Álvaro González, del PRO. Los peronistas amigables Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil dijeron que no pondrían a sus diputados. El tucumano se amparó en que los suyos habían votado, semanas atrás, las leyes que ahora la Casa Rosada les pide derogar. El catamarqueño pudo usar el mismo argumento, pero fue más pícaro: “¿Qué más quieren? Gracias a mi tienen la primera minoría”.

Jaldo se quedó, en estos días, con 20 mil millones de ATN y encabeza el ránking de beneficarios, con 43 millones. Detrás, con 19 cada uno, aparecen Frigerio, Jalil y Hugo Passalacqua, de Misiones, gobernador radical del frente postperonista de Carlos Rovira, que sentó a sus cuatro diputados para apoyar la derogación, tres de los cuales –Arrúa, Yamila Ruiz y Daniel Vancsik, en agosto pasado rechazaron el veto de Milei a la Emergencia en Discapacidad.

Hay que armar un manual astrológico para decodificar la lógica de los legisladores del Frente de la Concordia de Rovira: cuando se aprobó Emergencia en Discapacidad faltaron y votaron contra el veto de Milei a la ley pero, este jueves, estuvieron a favor de derogar la ley que no votaron que no luego no quisieron que Milei vetara.

Como dijo Vernet

En la madrugada de Diputados, anduvieron de un lado a otro contando votos y aliados, por el Congreso, el ministro Santilli, el ubicuo Eduardo “Lule” Menem y debutó, como delegado de Manuel Adorni en la arena legislativa, Ignacio Devitt, flamante incorporación al staff del jefe de Gabinete. No se vio a nadie de Santiago Caputo, que igual operó por teléfono. El clima era de victoria absoluta, de goleada, pero la votación más importante se perdió. Para el scrum libertario, aplica el celebrado refrán de José María “Tati” Vernet sobre perder y la cara que te queda.

Por eso, como contó Cenital el jueves, el primer impulso fue que Milei vete el presupuesto. La alternativa se analizó el jueves en las rondas de control de daño que se hicieron en Casa Rosada. Se entendió que no era fácil de explicar que el presidente decida vetar el presupuesto que él mismo envió y que, en palabras de LLA, prácticamente no se modificó. El viernes, el Senado emitió dictamen sin modificar lo de Diputados.

“La culpa no es de Toto: en la mesa política le pudieron decir que no era lo mejor y nadie lo hizo. Se incorporó y se fijó una táctica que, visto el resultado, salió mal”, dijo un operador libertario a Cenital. En otros búnkeres de LLA hablaron de torpeza en la confección y ejecución del plan de sesión. Un opositor se sorprendió porque no intervino, como en otras roscas, Santiago Caputo. “Está en modo avión”, dijo, ocurrente.

El factor PRO

La caída del capítulo XI tuvo una víctima preferencial: el PRO, con Cristian Ritondo como emblema. Como se contó acá, el macrismo pedía que para apoyar el presupuesto se incluyeran los fondos para la coparticipación de CABA. Santilli lo negoció. Se incorporó al texto pero en el capítulo XI como una especie de blindaje de las derogaciones. Lo mismo ocurrió con una partida para el Consejo de la Magistratura.

Ritondo hizo un acting de enojo cuando Alberto “Bertie” Benegas Lynch informó que los fondos de CABA quedaban atrapados en la rosca del once. El jefe del PRO pudo, pero no fue muy explícito, ser más virulento cuando se aprobaron los representantes para la Auditoria General de la Nación (AGN), que se repartieron LLA, UXP y los provinciales, a través de la salteña Pamela Caletti. La exdiputada del esquema de Gustavo Saenz se quedó con la butaca que Mauricio Macri quería para Jorge Triaca, su exministro de Trabajo.

Las tres derrotas de Ritondo tienen, sin embargo, un doblez: su guerra abierta con Jorge Macri no hace tan indigno que no le den los fondos a CABA y Triaca, a.k.a. Jorguito, era de Mauricio y no de él, que pensó para ese lugar al pampeano Martín Maquieyra. Ritondo prefirió enojarse con el peronismo y denunciar, medio de arrebato, un pacto LLA-kirchnerismo pero olvidó un detalle: después de que un diputado de Saenz votara contra la derogación que quería Milei, Menem le dio una auditora.

La Liga del Norte

Martín Menem fue quien negoció con Máximo Kirchner los lugares de la AGN. Antes hubo un circuito de charlas en el peronismo para que Juan Manuel Forlón, santacruceño identificado con La Cámpora, se pueda quedar con ese lugar. Todos los gobernadores fueron consultados. Gildo Insfrán y Axel Kicillof, antes de viajar juntos a Formosa, dieron el OK. Había, detrás, una jugada que vería la luz 30 horas más tarde.

Cuando Zamora habló de “hacer un gol” empezó el acuerdo para la AGN y el peronismo empujó para que el tercer lugar no sea para para el PRO sino para un peronista no K o, si se quiere, no UxP. Ahí apareció otra red, la llamada Liga del Norte, que une a gobernadores peronistas de Salta, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero y Formosa. “Siempre es mejor que a la AGN vaya cualquier peronista que uno del PRO”, dijo un operador.

El gesto a Saenz, con el soporte de la Liga del Norte, se explicitó en la votación en contra del capítulo XI que tuvo el rechazo de uno de los diputados salteños, los tucumanos y los catamarqueños y se convirtió en un gol que el peronismo empezó a armar el martes a las 3 de la tarde y festejó a las 2 AM del jueves. “¿Le dieron la AGN a Saenz aunque votó en contra?” fue la pregunta obvia. Una respuesta: Mónica Almada, la auditora que ingresó por LLA, es funcionaria de Economía pero la propuso Lule Menem.

La ruleta del 2026

El festejo peronista por una victoria legislativa inimaginada debe leerse en clave de los intentos de resurrección del PJ luego de la elección del 26-O. El viaje de Kicillof a Formosa con Insfrán es una señal, al igual que lo movedizo que se puso Gerardo Zamora y los movimientos, para aparecer en el menú de aspirantes, del sanjuanino Sergio Uñac. Cristina Kirchner, desde San José 1111, trasmite un mensaje: lo mejor es que el peronismo tenga muchos candidatos. Y recuerda, como antecedente, el 2019.

¿Pone en esa cuenta, CFK, a Dante Gebel? Llamó la atención, la semana que pasó, cierto comentario elogioso de Juan Grabois sobre el pastor. En el peronismo hay miradas cruzadas. Un referente de La Cámpora dijo que miran con recelo esa irrupción y la traducen como una construcción de laboratorio para suceder a Milei frente al “irrevocable” fracaso de su modelo económico. “Atrás, seguro está la embajada”.

Gebel sigue desde Anaheim, Los Ángeles, las repercusiones en torno a su posible postulación para el 2027. Deja que invoquen su nombre y está en línea con Juan Pablo Brey, sindicalista del gremio de Aeronavegantes, cercano a Hugo Moyano, de fe evangélica, que es ahijado de Daniel Darling, mano derecha de Gebel y CEO de su fundación. En torno a Brey se mueven otros jugadores, como Eugenio Casielles, que estuvo en el kilómetro cero de la candidatura de Javier Milei pero luego cayó en desgracia porque se ganó la furia de Karina.

Gebel tiene 30% de conocimiento, el mismo número que Milei cuando se lanzó a la presidencia. Hay, dicen, casi 15 millones de evangélicos en Argentina. “No hay un voto evangélico, que nadie piense que un candidato evangélico va a tener el voto de todos los evangélicos”, analiza Brey. Hay congregaciones dispersas, y muchos pastores sin referencia más allá de su iglesia. En cuanto a lo institucional, LLA es el partido que mayor lugar les dio a los evangélicos: hay nueve legisladores de esa grey y todos son libertarios.

Fecha peronista

Sin ruido, el Consejo del PJ bonaerense fijó para el 15 de marzo la fecha para definir quien será el presidente del partido. El lugar lo ocupa, ahora, Máximo Kirchner y a su lado dicen que existe acuerdo tripartito, que formó parte del cierre de listas del 2023, donde Kirchner, Kicillof y Sergio Massa acordaron que el peronismo de Buenos Aires seguiría con la presidencia del actual diputado. Habrá que ver si él quiere pero, en el Congreso, llamó la atención un dato: habló en la primera sesión, bajó a un lugar de más roce (antes estaba en la última fila) y negoció con Menem por la AGN.

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.