O futebol de Brasil é fantástico en la Libertadores
Ganadores de las últimas seis Copas –dominio inédito–, Botafogo es el primer campeón club sociedad anónima. Y a pesar de las SAD: John Textor, su dueño estadounidense, es el del Lyon de Francia, descendido "provisional" por una deuda de € 500 millones.

En la línea D del subte de la ciudad de Buenos Aires y en el colectivo 130 hay duelo de hinchadas. Libertador se transforma en Avenida Brasil. Botafogo y Atlético Mineiro comienzan a teñir el Monumental de blanco y negro. En los pasillos internos, el empresario estadounidense John Textor, dueño de Botafogo, camina con zapatos color crema. Y Novak Djokovic irrumpe en la cancha con la Copa Libertadores (un tenista serbio, Conmebol). Suena el himno brasileño. Es la tarde del 30 de noviembre de 2024. Final de la Libertadores, primera entre clubes sociedades anónimas.
A los 29 segundos, Gregore, de Botafogo, se va expulsado por una patada en la cabeza a Fausto Vera. Mineiro gira la pelota como si el área fuera de handball, una medialuna, de un lado a otro. Gabriel Milito mira en cuclillas desde el costado. Hasta que Thiago Almada se adueña del juego. Se petrifica, desafiante, con la pelota rendida a sus pies ante un defensor. Frena el tiempo. Desde la pausa y la aceleración, conduce y se asocia con Luiz Henrique: los buenos se entienden. Gol de Luiz Henrique. “¡Bo–ta–fooo fooo fooo!”. Duda entre Guilherme Arana y el arquero Éverson: penal a Luiz Henrique. Gol de Alex Telles. “¡Bo–ta–fooo fooo fooo!”. Y 2 –0 para Botafogo con uno menos al entretiempo. En el complemento, Eduardo Vargas descuenta a los dos minutos, pero luego fallan Deyverson, Hulk y Vargas. Mineiro se repite en el rodeo. Pero la Libertadores 2024 ya eligió un destinatario, porque después del 3–1 final de Júnior Santos, tras un jugadón propio contra el córner, los torcedores del Fogão lloran y, por primera vez, gritan que son campeones de la Libertadores. Es el club que faltaba de los grandes cariocas (Flamengo, Fluminense, Vasco da Gama y Botafogo).

Textor compró el 90% de Botafogo en 2022. En el último mercado de pases, Botafogo fichó a Luiz Henrique (USD 17 millones, desde el Betis de España) y a Almada (USD 21 millones, desde Atlanta United de Estados Unidos). Gastó más en fichajes en 2024 que lo que recaudó en 2023 (USD 87 millones en tres años). Un dinero, especulan, que Textor no tenía, que no era suyo. A través de Eagle Football Holdings, Textor –ex skater de competición– es propietario del Crystal Palace (Premier League) y del Olympique Lyon (Ligue 1), además del FC Florida de Estados Unidos y del Molenbeek de Bélgica. Al Lyon le decretaron el descenso “provisional”: su deuda asciende a los €500 millones y necesita al menos vender por 100 millones y recortar salarios en el plantel. La solución, paradójicamente, podría ser las ventas de Luiz Henrique y de Almada. “Todo el dinero de nuestros éxitos va a la misma arca y a veces un club puede ayudar al otro, lo que sucederá en los próximos meses. No hay que mirar sólo al Lyon, sino al hecho de que somos un grupo con varios clubes”, avisó Textor. Quizá poco les importe por estas horas a los torcedores de Botafogo, que coparon Buenos Aires, en proporción 5 –1 con los de Mineiro. O sí. “Una cosa es la emoción y otra lo que rodea al fútbol”, me aclara, sentado al lado de mi pupitre en el Monumental, Gilmar Machado, periodista, profesor de Historia y un botafoguense que se emocionó hasta las lágrimas en el relato para Opinião Play. A pesar de las SAD –porque el éxito es tan peligroso como el fracaso: producen inestabilidad–, o futebol de Brasil é fantástico en la Libertadores.
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Ganadores de las últimas seis Libertadores –la de ayer fue la cuarta final entre brasileños–, la supremacía de los clubes de Brasil se explica más por la macroeconomía estable del país –sin ser la panacea– y el formato competitivo del Brasileirão que por la ley de “Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF)” sancionada en 2021, durante el gobierno de Jair Bolsonaro. Ninguno de los cinco campeones anteriores en el dominio inédito fueron clubes sociedades anónimas (Flamengo en 2019 y 2022, Palmeiras en 2020 y 2021, y Fluminense en 2023). “El fútbol brasileño se encamina a ganar su sexta Libertadores seguida. El fútbol argentino completamente en decadencia gracias al Cheque Tapia”, había escrito el dibujante–plagio Nik, y el presidente Javier Milei lo había compartido en Instagram. El investigador social Pablo Alabarces anticipó el presente. “El bombardeo mediático y político será implacable: o aceptamos el ingreso de las SAD o seremos derrotados por los brasileños, por siempre jamás”, escribió en elDiarioAR, tras el simposio “Estádios, Cidades, Memórias” en Río de Janeiro, en el que discutieron “los estadios que lo albergan, las ciudades que se representan, las memorias que protegen, las hinchadas que las fabrican y reproducen”. Identidad.
El martes pasado, en la esquina palermitana de Gorriti y Gurruchaga, cerca de Plaza Serrano, me crucé con cuatro torcedores de Botafogo. Los llamé “Garrincha”, “Nilton Santos”, “Cajú” y “Abreu”, ídolos del club presentes en el muro histórico que será derribado, frente a la sede social. Les pregunté por Textor. “¡O salvador!”, exclamaron. En Brasil, la relación de los hinchas con los clubes es muy diferente de la que los argentinos mantenemos con nuestros clubes. Leo Lepri, periodista en TV Globo, cuenta: “Es el punto inicial de cualquier discusión que trace una comparación. En Brasil, los hinchas no participan de la vida institucional. Son muy pocos, porque se necesita mucho dinero para hacerte socio y mantener la cuota al día. En Palmeiras, tener el título para votar sale 25 mil reales, más de USD 4 mil. Viví en Buenos Aires, en Vicente López, y conocí bien cómo los clubes les dan vida a un barrio, a una comunidad que participa de actividades y vínculos. En Brasil, el hincha nada más va los fines de semana. Y sólo puede pagar la cuota de socio torcedor, que no es la que se paga en Boca o en River, que sos socio y, lo más importante, tenés derecho a voto en elecciones del club. En Brasil están afuera, no tienen derechos políticos”. Flamengo es el club con más torcedores: 42 millones. En las últimas elecciones, en 2021, Rodolfo Landim fue reelecto presidente por 1.301 votos (64,5%). En total, votaron 2.011 socios.
El informe Relatório Convocados 2024, al que accedió PPP, revela una deuda total entre los clubes del Brasileirão de 11.035 millones de reales (casi USD 2.000 millones), 5,7% más que en 2023. Juicios laborales, altas tasas de interés bancarias y deudas fiscales configuran la burbuja. “La ley brasileña de SAF propicia la entrada de delincuentes –dice una fuente especializada que estudió la ley y el informe–. Tiene que ver con un efecto del que muchos no hablan. El Brasileirão debate un problema a futuro: tiene 13 clasificados directos –que a veces pueden llegar a ser hasta 15– a torneos de la Conmebol, en un torneo de 20. Entonces se van al descenso equipos campeones y clubes grandes. Es tanto el contraste que hay entre la recaudación de un equipo del Brasileirão con uno de segunda que la burbuja financiera por la que van en declive se potencia. Y, cuando vuelven a Primera, están aún más endeudados”. En Brasil, la última novedad es el debate para aplicar el fair play financiero. Sí, campeones de las últimas seis Libertadores, pero, ¿a qué costo?
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SumateEntre los 20 clubes del Brasileirão 2024 –a dos fechas del final, Botafogo es el líder (73), a tres puntos de Palmeiras (70)–, hay seis clubes SAF, privados: Botafogo (1°), Bahía (7º), Cruzeiro (9º), Vasco da Gama (10°, en venta luego de la bancarrota y la fuga de 777 Partners), Atlético Mineiro (11º) y Cuiabá (19°). Hay, también, modelos mixtos, como Bragantino (18°). Y un caso paradigmático: Fortaleza (4°) se convirtió en una SAF pero de socios, para que no puedan comprarlo. En el Brasileirão 2023, dos de los cuatros clubes que descendieron fueron SAF: Coritiba y América Mineiro. Ser SAF no es sinónimo de éxito futbolístico. El título de Racing en la Copa Sudamericana lo expone: le ganó a Cruzeiro, apoyado por apenas siete mil hinchas en Paraguay, contra la marea racinguista de más de 33 mil. En Brasil, el lazo es más fuerte con el equipo que con el club. En Argentina excede al fútbol. Lo vimos encarnado en Gustavo Costas, el entrenador de Racing, y ampliado en las historias de los hinchas, de padre a hijo, de abuelo a nieto. Los hinchas de Racing conocen en carne propia la experiencia de un gerenciamiento. El “no a las SAD” no es sentimentalismo: es una raíz histórica propia y aún vigente, porque no hay que copiar porque sí lo ajeno, lo del exterior, sino lo “bueno”. Y lo “bueno” no es para todos lo mismo.
Pizza post cancha
- Charla. “Lo que te deja el fútbol es: ‘No sos vos solo, no te salvás solo, estás para tus compañeros’. De hecho son los que te tienen que salvar de tus errores y vos el que tiene que ayudar. Si sabés que te van a ayudar a recuperar la pelota, te animás a hacer cualquier cosa”. Pablo Aimar, en el final del ciclo “Escuela de Formadores” de la Fundación River. El título de su episodio es muy elocuente: “Aprendiendo a disfrutar”.
- Hilo. Textos a partir del título de Racing en la Copa Sudamericana. Escriben Ariel Scher, Alejandro Wall, Agustín Colombo, Nicolás Zuberman y más plumas de la Academia.
- Reel. Argentinos Juniors iluminó 277 butacas de la platea que da a Boyacá del Diego Maradona antes del inicio del partido con Barracas Central (0–1) por la fecha 24 de la Liga. 277: la cantidad de femicidios y travesticidios en lo que va de 2024. Fue una iniciativa de la Secretaría de Género de Argentinos y del Observatorio Lucía Pérez junto con la organización lavaca.
- Archivo. El martes pasado, el Negro Roberto Fontanarrosa hubiera cumplido 80 años. Para recordarlo, rescatamos esta entrevista de 2004, con Pablo Aro Geraldes. “El fútbol que vale –nos fija Fontanarrosa– es el que queda en el recuerdo”.
- Libro. El irlandés Patrick “Paddy” McCarthy fue marino, profesor de Educación Física, boxeador, futbolista, árbitro e influyó en clubes argentinos, desde Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) hasta el Club Atlético Estudiantes. Tres de sus alumnos fundaron Boca Juniors en 1905. McCarthy, “un verdadero antihéroe”, se merecía un libro. Lo laburaron @PabloKersevan y @ViejosEstadios. Se descarga en este link.
- Serie. El miércoles se estrenó Argentina 78 (cuatro capítulos, Disney+), escrita y dirigida por Tomás Sposato y Lucas Bucci, y basada en el libro 78: Historia oral del Mundial, de Matías Bauso. Acá, el trailer. Y acá, la crítica –siempre interesante– de Emanuel Respighi en Página/12. Fue el primer título Mundial de Argentina. Y fue en el país, en plena dictadura.
- Siempre Maradona. A cuatro años de la partida física, el ausente más presente puede bajarse de una lancha con un par de dorados en Esquina, Corrientes, o mirar un desfile de modelos de Roberto Giordano desde la primera fila, junto a Claudia Villafañe en Punta del Este. Diego es omnipresente.
- Foto. Del 1–0 de Argentina ante Perú en la última fecha de las Eliminatorias al Mundial 2026: los pequeños 10 ven desde atrás del alambrado de la Bombonera a Lionel Messi, gran 10.
- Conciencia. El 19 de noviembre fue el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes. Fernando Langenauer, ex coordinador de la pensión de Independiente que denunció los abusos –luego condenaron a cuatro personas–, me comparte el trabajo en “Validando”, primera ONG para varones víctimas de abuso en Argentina.