Milei, historia de topos y 40 días para evitar la explosión Cristina-Axel

Tras ganar en CABA, el libertario sumó agresividad. Datos sensibles sobre el ataque a oficinas de un bloque opositor. Regresó Mauricio y aparece Schiaretti en el conurbano con la letanía de la “tercera vía”. Los límites de un armado anti Milei y una proyección terrible sobre la asistencia electoral.

NOTICIAS ARGENTINAS BAIRES, ENERO 01:(ARCHIVO) Con la sombra de la interna con Axel Kicillof a cuestas, la dos veces presidenta y líder del PJ, Cristina Kirchner, cierra el año 2024 enfrentando el desafío de reorganizar al peronismo y configurar un armado político que vuelva a

Miguel Ángel Pichetto llamó a Patricia Bullrich. Habían pasado 72 horas desde la denuncia por el asalto a las oficinas del bloque Encuentro Federal de Diputados y la Policía no había aparecido a tomar huellas ni hacer pericias. Tampoco se habían salvaguardado las imágenes de las cámaras de seguridad que podrían ayudar a identificar a los intrusos y determinar cómo ingresaron a las oficinas del 6° piso del edificio de Rivadavia 1829, donde husmearon cajones y computadoras sin robar nada.

En el episodio, que ocurrió durante el fin de semana largo de Pascua, el despacho del diputado Nicolás Massot pareció estar especialmente bajo acecho. Por el modus operandi, en el bloque opositor especularon con que fue una “intimidación”. En esa línea, el ataque a Massot se interpretó como un mensaje por los temas, entre ellos el destino de fondos reservados en la SIDE y el caso $Libra, que suele abordar Massot.

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La causa cayó en el juzgado de Ariel Lijo, que ordenó una serie de medidas. Días atrás, el fallido candidato a la Corte recibió un informe con detalles sensibles sobre el hecho y los involucrados. Se trata de extranjeros, con antecedentes, que hasta el viernes estaban prófugos. A juzgar por las fuentes de la investigación, no parecen típicos escruchadores. Las hipótesis netflixianas abundan.

Mauricio sí, Jorge no

Historias de topos que se vuelven recurrentes –esta semana, Hugo Alconada Mon denunció intentos de hackeo– en la era Javier Milei reflejan la intensidad que el ecosistema libertario impone a sus batallas políticas. Lejos de apaciguarlo, la victoria electoral en la Ciudad de Buenos Aires volvió más fervoroso al presidente. No solo la macroeconomía –con la paz cambiaria y la inflación a la baja– le da un respiro a Milei. La macropolítica también le sonríe. Parte de la opinión pública sigue en una lectura dual: a pesar de un presente crítico, sostiene la expectativa futura, tal como refleja el último estudio de Atlas Intel. En el Gobierno admiten que falta, todavía, que la economía empiece a crecer y se consolide.

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El viernes por la mañana, Mauricio Macri regresó a Buenos Aires. Tuvo, desde el exterior, contactos con el presidente mientras Cristian Ritondo y Diego Santilli avanzaron en charlas con Karina Milei para acordar con La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires. La Casa Rosada escarba en la tensión entre los Macri, Mauricio y Jorge. Deslizan que pactarán con el expresidente pero no con el jefe de Gobierno. “Mauricio sí, Jorge no”, dice un operador a Cenital. En línea con el gesto al primo durante el Tedéum del 25 de mayo.

Martín Menem llevó a la mesa chica libertaria un detalle: de los 35 diputados del PRO, hay diez rebeldes potenciales que podrían desmarcarse si no hay acuerdo con Mauricio y, de ese modo, complicar la dinámica legislativa. A eso se suma otro factor: el desprecio con que se mueve LLA. El radical de Misiones Martín Arjol se sumó a los 87 héroes que respaldaron los vetos de Milei, pero en la rosca provincial lo dejaron afuera.

En estos días, le ofrecen otro sacrificio: que baje su lista en Misiones, para no dividir el voto con la lista oficial de LLA que postula al extenista Diego Hartfield. El viernes, Karina Milei viajó a Oberá para respaldar a ese candidato y la pasó mal: fue escrachada y tuvo que suspender el acto que había programado. La versión libertaria es que se trató de un sector con simpatías K. Lo cierto es que hay una demanda intensa de los yerbateros.

Son postales del malestar. Algo similar ocurrió con el Garrahan, donde el Gobierno se topó con una crisis que lo obligó a revisar sus posturas. Hay un método: la Casa Rosada avanza con la motosierra hasta que se topa con algún tipo de resistencia. Si esa resistencia es fuerte, retrocede o cambia la táctica. Si no hay resistencia, arrasa.

En Misiones también estaba Menem, Martín, que se prepara para otro miércoles agitado: la oposición convocó a una sesión para tratar varios proyectos previsionales y la emergencia del sector de discapacidad.

La semana pasada, Menem negoció con los gobernadores y perforó el quórum. El riojano se lanzó a una cruzada personalísima para impedir que Emilio Monzó llegue a la Auditoria General de la Nación (AGN). Cerca de Menem ironizaban sobre proyecto libertario para reformar la AGN. “Artículo 1: cagar a Monzó”. Con la misma intensidad, cuerpeó para hacer naufragar la comisión investigadora del caso $Libra, un asunto que incomoda (bastante) a Karina.

En el hemisferio opositor, la furia apuntó al cordobés Martín Llaryora, que retiró tres diputados (“Negoció fondos para la caja previsional de Córdoba, vía la Corte”, dijeron) y a Ignacio Torres, de Chubut, que levantó dos. Desde el no peronismo cuestionaron a Unión por la Patria porque el catamarqueño Raúl Jalil levanta, casi sistemáticamente, dos legisladores. Los cordobeses prometieron estar este miércoles y Gerardo Zamora confirmó que sentará a sus cuatro diputados.

La nueva-vieja novela del centro

La unidad opositora en el Congreso opera contra reloj. En breve, todos entrarán en el torbellino electoral y eso dificultará los acuerdos legislativos. Este martes, por ejemplo, Juan Schiaretti hará un desembarco en el Conurbano: estará en la Universidad de Morón, invitado por Pablo Navarro, exfuncionario de Daniel Scioli y mano derecha del rector Héctor Porto Lema. La aparición del cordobés, a quien Llaryora suplica que sea candidato a diputado nacional, servirá de foto de familia de sectores que fantasean con reconstruir un centro que pueda gambetear la polarización.

Schiaretti es un polo de atracción que miran muchos: de Facundo Manes a intendentes peronistas como Julio Zamora (Tigre) y Fernando Gray (Esteban Echeverría) y radicales que se resisten a pintarse de violeta. No son tantos: de 27 alcaldes que tiene la UCR en la provincia, unos diez no se oponen a una negociación con La Libertad Avanza (LLA). El problema no es ese: para los libertarios la UCR bonaerense cotiza a la baja. “Les podemos dar algunos concejales en sus distritos ¿qué más?”, bastardea un operador de Milei.

Ese ejército sin conducción lamenta el destrato de Manes, que abandonó el partido y, en el duelo de ese divorcio, es implacable con sus antiguos socios. Deberían, y quizá al final lo hagan, confluir en un armado con el diputado que por otro lado ve un sector del PRO, no libertario, como posible aliado. Sin decirlo, apunta al jorgemacrismo bonaerense que tiene, como principal activo, a Soledad Martínez como alcaldesa de Vicente López. Una variable es impulsar un armado de zona norte que compita solo en la Primera Sección electoral.

Algo similar construye Guillermo Britos, intendente de Chivilcoy, en la Cuarta Sección (noroeste bonaerense): sería un dato menor, a no ser porque el excomisario, que tiene vínculos con peronistas no K, la semana pasada aportó la plataforma para que Victoria Villarruel abandone la pesadumbre del Senado y vuelva a caminar el territorio.

El manotazo de Victoria

Lo más relevante detrás de ese episodio es que blanquea el volantazo de la vice, que cambió de entorno: despidió a Juan Martín Donato, que era su principal armador político, y a Emilio Viramonte Olmos, que hace unas semanas fue nombrado como secretario administrativo del Senado, para montar un nuevo staff entre los que se destaca, sobre todo, el consultor Mario “Pato” Russo, que años atrás trabajó con el PRO y que estuvo en el armado, allá por 2021, de la aventura Milei. Fue, cuentan en LLA, quien medió en el primer acercamiento entre Milei y Villarruel que terminó con ambos como candidatos a diputados.

Russo terminó mal con los Milei. La versión de una pelea con Santiago Caputo parece coreografía de algo más simple: Russo pasó de estar 24/7 con Milei, de tener una relación de trabajo diaria, a la distancia total que lo expulsó del espacio. Su salida abrió un hueco que ocupó Carlos Kikuchi, primer armador territorial. La historia es circular: Villarruel se mostró con Britos, que en 2023 fue, por unas semanas, candidato a gobernador de Milei en la provincia, hasta que Kikuchi destrozó ese pacto. Al final, la postulación fue de Carolina Píparo.

Los límites del armado anti Milei

La bifurcación de ofertas, de Manes a Schiaretti, del peronismo ex K a las dos versiones de la UCR, de los coqueteos de Villarruel hasta la postulación de Guillermo Moreno en la provincia, tal como el dirigente le confirmó a Cenital, son una bomba de racimo en el intento de conformar un frente anti Milei en las elecciones de octubre. El déjà vu de la elección de CABA, donde hubo 17 listas y 5 de ellas derivadas de lo que alguna vez fue Juntos por el Cambio (JxC).

No es el único fantasma porteño que amenaza a la provincia y al país. Este viernes, Federico Aurelio cerró el último estudio nacional de la consultora ARESCO, que presentó varios indicadores interesantes: 1. La victoria en CABA no modificó los números de imagen de Milei y del Gobierno. 2. Tampoco cambiaron las expectativas electorales, por caso el resultado en PBA sigue abierto: con unidad LLA-PRO, el Ejecutivo tiene “leve” ventaja. Sin unidad LLA-PRO, el peronismo tiene “leve” ventaja.

Pero el número más bravo es otro: 43% de los consultados demostró desinterés por las elecciones de diputados y senadores nacionales del 26 de octubre. Aurelio analizó ante Cenital que es un indicio complejo porque lo comparó con CABA donde, semanas antes de la elección, solo un tercio mostraba desinterés pero al final, con campaña y candidatos en la cancha, la concurrencia rondó el 54%. Es decir: empeoró a medida que se acercó la elección.

Para las elecciones del 7 de septiembre en PBA el panorama puede ser, todavía, más complejo. Aurelio aporta otro análisis: asegura que entre votantes blandos del peronismo en 2023 es mayor el desinterés y lo vincula con la falta de “nuevas figuras”, el agotamiento de la oferta peronista y ciertos logros de Milei, como la reducción de la inflación. El desánimo, según Aurelio, está más presente votantes filo PJ.

Juan Adaro, de Pulso Research, agrega otro factor. Sostiene que la interna peronista entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof «favorece la fragmentación política” lo que “le sirve al Gobierno”. Pero, además, dice Adaro, “ahuyenta a los propios y no convoca a nadie de afuera del núcleo más duro».

40 días para el precipicio

Sin diálogo entre CFK y Kicillof, se perfila un deadline para la interna peronista. En La Plata, Kicillof usó un plenario de su espacio, Movimiento Derecho al Futuro (MDF), para exponer las condiciones –que enumeró Cenital el domingo pasado– para la unidad y enfocarse en una oferta anti Milei, y de defensa de la provincia. En el entorno del gobernador dijeron que trató de ponerse por encima de la interna y que fue un gesto hacia la unidad.

Cristina Kirchner hizo, o dejó hacer, algo parecido: esta semana se lanzó el espacio Primero La Patria, que reunió a dirigentes de todo el país, y que tiene como motor tratar de salir de la endogamia bonaerense marcada por la disputa CFK-Kicillof. El armado podría funcionar, en cierto modo, como un vehículo para acercar posiciones entre las partes. Un intento cuando se entró en un acelerado tiempo de descuento, porque el 9 de julio se deben inscribir los frentes electorales y el 19 las listas. Poco después, en agosto, se anotan los armados nacionales. Como dijo Charly García: están pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir tan normal.

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.