La peor versión de Milei, la amenaza de Máximo y un orden fiscal peronista

La convivencia democrática y el futuro negro del presidente. Karina quiere todo y le saca la custodia a Macri. Tortuosa negociación en el peronismo. La campaña "CFK libre" y el diseño de un plan económico.

Javier Milei en la Cena de Recaudación de La Libertad Avanza en Puerto Madero con empresarios. Foto: Oficina del Presidente.

– Estoy hinchado las pelotas. Mi vieja putea y yo en medio del fuego cruzado. Que Axel arme solo y pague el costo del desastre.

Máximo Kirchner mostró una versión atípica. Con mal tono, entre molesto y frustrado, planteó un escenario de crisis extrema: que La Cámpora se desentienda de la negociación por las listas del peronismo bonaerense y le deje a Axel Kicillof, a quien llama gélidamente “el gobernador”, el manejo del dispositivo político y electoral para el 7 de septiembre. Y se haga cargo del resultado que, como hace rato pronosticó Cristina Kirchner, puede ser muy malo.

Máximo reaccionó por la falta de avance de la mesa tripartita bonaerense, entre él, Kicillof y Sergio Massa –hasta el viernes solo hablaban a través del intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, el “Medium”– pero, sobre todo, porque el gobernador modificó, según Kirchner de manera unilateral, los términos del armado de las boletas e incorporó un elemento que cambia la lógica de la definición de candidatos.

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Operaba sobre la base de que Massa podría al primero de la lista de la Primera Sección, él al de la Tercera y Kicillof al de la Octava pero, en una nota en M1 por C5N, Kicillof habló de elegir a los que “más miden”, es decir, a los candidatos que sean más competitivos. “¿Quién define eso? ¿Con las encuestas de quién? Si eso quería ¿para qué sacó las PASO, que permitían medir quien estaba mejor”?, se descargó, en varias charlas, el diputado nacional.

Una eternidad de veinte días

Horas después, en el entorno de Máximo le bajaron la espuma a la amenaza. “Todo fuego de artificio”, dijo un operador de La Cámpora a Cenital. En estas horas, se debería salir de la parálisis y empezar la discusión. “Faltan 20 días, una eternidad”, trataron de quitar ansiedad desde el espacio de Kicillof. Frente a las tensiones en la primera línea, la táctica es activar las charlas entre los delegados de cada espacio.

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Como se contó el jueves en este medio, hay un vórtice incendiario en torno a una posible candidatura de Máximo en la Tercera, el Conurbano sur, casillero que iba a ocupar Cristina Kirchner hasta que la Corte la sacó de carrera. De esa nota, muy circulada en el PJ, se tomaron dos datos: una encuesta que cuenta el kicillofismo en la que Máximo tiene 72% de imagen negativa, y otra de La Cámpora que dice que 50% de los votantes peronistas de la Tercera eligen al hijo de la expresidenta.

Matemáticamente, los datos no son incompatibles. El número que citan los camporistas hace un recorte sobre los votantes del PJ y no parece ilógico que Máximo sea, en una lista de unos diez –como Verónica Magario, Mayra Mendoza, Mariano Cascallares o Jorge Ferraresi– el más taquillero. El dato que aportan desde La Plata es sobre el universo general y permite especular que, con esos números, es muy difícil que Kirchner resulte atractivo para cualquier votante que esté fuera del ecosistema peronista. “A Máximo lo incomoda personal y políticamente ser candidato en la Tercera”, dijo Otermín al programa Toma y Daca.

Kicillof, Grabois y el liderazgo post CFK

En medio de la guerra psicológica de las encuestas, esta semana apareció otra que explora el asunto del liderazgo peronista tras la detención de CFK. El estudio es de Synopsis, la consultora de Lucas Romero, que hace un recorte entre los votantes de Sergio Massa en el balotaje y muestra muy arriba a Kicillof (45%), escoltado por Juan Grabois (20%), tercero el propio Massa (10,1%) y cuarto, casi pegado, Máximo con 9,8%. Guillermo Moreno está lejos y los gobernadores apenas miden.

Hay algo ahí con Grabois. Su lógica de sobrevolar la crisis interna, salir de ese barro, aunque esté jugando su propio partido y su propia paritaria, parece darle resultado. En 2023, Cristina eligió a Grabois como una oferta bis, paralela a la de Massa, para contener a votantes K que recelaban al entonces ministro de Economía. Si, como parece estar claro, para CFK ya no es Kicillof su candidato 2027, ¿puede la expresidenta apostar a Grabois como rival interno del gobernador?

El proyecto de reelección de legisladores bonaerenses se convirtió en un foco de tensión porque Federico Fagioli, senador provincial de Patria Grande, no apoyó la iniciativa impulsada, en conjunto, por La Cámpora, Kicillof y los intendentes. “Puede votar en contra, obvio. Pero está mal que haga circo y quiera sacar rédito de eso”, le reprocharon en La Plata a Fagioli y Grabois. Lo mismo pudieron decir respecto al sector de Massa, cuya senadora no votó el proyecto y cuyos diputados tampoco lo harían. Pero el Frente Renovador tiene un ancla histórica: fue promotor, por entonces en medio de un diálogo fluido con la gobernadora María Eugenia Vidal, de los proyectos para limitar las reelecciones de intendentes, concejales y legisladores provinciales.

Un stencil para CFK, un plan para el PJ

Pasado el pánico del escarnio en Comodoro Py y la detención bajo custodia de Patricia Bullrich, fantasmas que se alejaron por la reacción del peronismo en la calle, el operativo de protección de CFK perdió vigor. La intención es reactivarlo para no apagar el sentido político sobre una “condena injusta” y enviar, además, un mensaje al tribunal de Casación, que debe atender las demandas de Cristina sobre los términos de su detención domiciliaria.

El viernes, en la sede del PJ de calle Matheu, Máximo Kirchner se reunió con referentes de partidos que forman parte de Unión por la Patria para relanzar la campaña nacional “Cristina es inocente. Cristina libre”. Además de los cercanos, estuvieron Guillermo Moreno (Principios y Valores), que parece integrarse al ecosistema formal del peronismo, y Mario Secco, que preside el Frente Grande, y es uno de los escuderos de Kicillof en la rebeldía bonaerense. Máximo consolida un scrum provincial donde están Otermin, Mendoza y la intendenta de Moreno, Mariel Fernández.

Cristina, en tanto, sigue online otro proceso. Cuando asumió la jefatura del PJ nacional y se armaron las secretarías, la expresidenta impulsó al diputado Emiliano Estrada para ocupar la de Economía y, en una charla mano a mano, le propuso trabajar en la confección de un programa de gobierno en materia económica. CFK dio el OK y el 29 de mayo, en Matheu, se reunieron 67 economistas de las distintas tribus del panperonismo y discutieron durante 4 horas. Las charlas siguen por bloques y temas, presenciales y virtuales, y se prepara un documento detallado, con propuestas específicas y esquemas de instrumentación, que se elevaría a la expresidenta a fines de julio.

El orden fiscal peronista

Si el diablo está en los detalles, hay un dato de Estrada que es especialmente simbólico: en 2017, con 31 años, asumió como ministro de Economía de Juan Manuel Urtubey en Salta y, en pocas semanas, ordenó las cuentas y eliminó el déficit fiscal que la provincia había tenido durante los últimos seis años. Es decir: CFK eligió para “diseñar” un programa económico para el peronismo a un dirigente del interior que tiene en su CV haber “bajado” el déficit sin, como grafican en el PJ, tener que prender “ninguna motosierra”.

Traducción: asoma un peronismo que asume la importancia del equilibrio fiscal y una macro ordenada. En la cumbre de economistas de mayo hubo consenso casi absoluto sobre lo imperioso del orden fiscal. Dos de los presentes señalaron como anécdota que Santiago Fraschina, economista ligado a La Cámpora, fue casi el único que no hizo hincapié en lo fiscal como algo prioritario. La regla general fue “no podemos volver a tener el déficit fiscal que tuvimos”, además de conceptos en otro momento casi heréticos como aceptar que la “expansión monetaria tiene efectos inflacionarios”.

El documento está en proceso, hay economistas de todos los sectores –o casi– repartidos en comisiones que analizan cuestiones como deuda, inflación, bimoneratismo, cuestión monetaria, inflación y perfil productivo, factor que aparece como el epicentro de todo. “Pensar una macro en función de un programa productivo, no al revés”, detalla uno de los economistas que participa de las reuniones que se desarrollan, hasta acá, con bajísimo perfil.

“Un Estado con ideas peronistas y herramientas de mercado”, es una frase que busca sintetizar el espíritu sobre el que se trabaja para confeccionar ese plan. Se combinan varios procesos. Uno para tratar de salir del trauma que fue el final de la gestión del Frente de Todos (FdT), con la memoria crítica de ese tiempo, y proponer una nueva canción, quizá con nuevos intérpretes. Otro de tiempo electoral referido a si es adecuado o no exponer una propuesta de ese orden antes de las elecciones. El tercero es más genérico: en algún momento, el peronismo deberá exponer una mirada económica, salir a contarla y disputar el sentido. “En algún momento alguien nuestro tiene que ir a hablar a IDEA o a Amcham, hablar del sistema financiero de un modo que no sea solo generar regulaciones”, grafica una fuente vinculada al proceso.

Milei y Caputo, ruido por el superávit

¿Cómo matchea esa mirada incipiente con el diagnóstico de CFK, y todo el peronismo en general, sobre que el plan Milei termina irremediablemente mal? Sin problemas, dicen en el peronismo. El rojo de la balanza externa y la desocupación creciente son dos indicadores que, aseguran, muestran la baja sustentabilidad del plan Milei-Caputo.

José Luis Daza, en teoría el más sólido del mundo Milei, avisó que hasta el 2033 habrá problemas de dólares. Dijo que era previsible y que no era un problema. ¿Quién va a financiar ese déficit durante la próxima década? Daza habla de futuro lejano, improbable, mientras Milei solo piensa las elecciones de este año y en el efecto mágico de una victoria sobre el Riesgo País y el beneplácito de los mercados para aportar los dólares –la deuda– que garanticen la estabilidad. Es más fácil: el dólar barato, que convirtió los estadios del Mundial de Clubes de Estados Unidos en la provincia argentina número 25, es insostenible luego de las elecciones.

El informe de junio de ABECEB corrige las estimaciones de superávit comercial a U$S 6.300 millones, un tercio del registrado en 2024 –que llegó a U$S 18.928 millones– y más de 20% menos de los 7.500/8.000 millones que la consultora estimaba semanas atrás. Hasta acá, los dólares de ahorro salieron del colchón para ir a EE.UU. La caída de exportaciones y la suba de importaciones se mixtura con la baja de recaudación y un problema, cada vez más serio, en las cuentas provinciales que, según Empiria, hicieron un ajuste de 15% del gasto en 2024.

Este viernes, los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Alfredo Cornejo (Mendoza) acordaron con los jefes de los bloques del PJ, la UCR, el PRO y otros provinciales –José Mayans, Eduardo Vischi, Alfredo De Angeli, Martín Lousteau y la rionegrina Beatriz Silva– que la semana próxima empezarán a discutir los proyectos para establecer la coparticipación automática de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y el impuestos de los Combustibles.

Es una movida en la que están involucrados los 24 gobernadores que se reunieron hace diez días en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) que coordina Ignacio Lamothe. Refleja, sobre todo, la fragilidad de las cuentas provinciales y es, además, la admisión de que no hay otro Milei que en algún momento podrá destinar recursos a obras de infraestructura. El desafío será doble porque el presidente anticipó un veto que, a simple vista, no será fácil de sostener.

De ATN son más de 800 mil millones y de ICL más de 5 billones. Son recursos que, como dicen los gobernadores, “confisca” la Nación para sostener un superávit que, aun ficticio, es un activo político del Gobierno libertario. Apareció un ruido entre el presidente y su ministro de Economía sobre la dificultad para alcanzar la meta prometida al FMI de tener un superávit del 1,6%, número que estaba en 1,3% y Milei quiso elevar de manera unilateral. Caputo convoca a los funcionarios para pedirles más motosierra pero asume, en la práctica, que es una dificultad porque, a diferencia de 2024, con la inflación entre 1 y 2%, el efecto licuación es mucho menor.

La peor versión de Milei

Luego de una mega gira de más de diez días, sin sentido ni resultado práctico para Argentina, Milei volvió a la cuestión criolla post condena a CFK y mostró su peor versión. Se lanzó a la campaña en la provincia y eligió como rival a Kicillof, una actitud que parece tener más raíces en las frustraciones personales del presidente que en las diferencias, abismales, que lo separan del gobernador en materia política y económica.

Sobrevuela, aunque haya pudor en la exageración, la cuestión de la acción democrática. El último estudio de Synopsis aborda ese tema y detecta que casi 49% considera que Milei “no respeta la convivencia democrática” mientras que 17% afirma que la respeta “poco”. Cuando se hace doble click, si bien la percepción es amplísima entre los votantes de Massa en la general –cuando la campaña giró en torno al riesgo democrático– sorprende que casi la mitad de los votantes de Bullrich piensa que Milei no respeta o respeta poco la convivencia democrática.

Siempre hay un sesgo. Está en proceso el estudio de Creencias Sociales de Pulsar-UBA de 2025, pero es interesante recortar datos de 2023 y 2024, la mutación además a partir del cambio de gobierno, como prólogo para lo que puede ofrecer el nuevo informe. Hay varios matices: la amplia mayoría considera esencial la convivencia democrática pero se califica con 6,5 –en una escala de 1 a 10– al presente argentino. La “paciencia” democrática es otro factor: cómo se percibe, según la identidad política y electoral, la permanencia de una gestión.

El Milei extremo, de comportamientos y modos bestiales, consigue la aceptación del sistema de poder. Es difícil predecir lo que vendrá en algunos años pero si vale el diagnóstico de Jorge Asis, que sostiene que es la condición de “plebeyo” del presidente lo que lo vuelve –a diferencia de los Macri, los Caputo o los Sturzenegger- vulnerable, es posible presumir que el futuro no será amable con el libertario, quizá más implacable que lo que la historia lo será con sus protectores o con sus soldados.

Milei es lo que se ve, una entidad completa. Querer abstraer un comportamiento feroz o minimizarlo, más que hijaputez es pura cobardía. El libertario opera con lógica cruel y su desprecio por los que lo desafían es el principal mandamiento de su manual político. Cuando activa un acoso feroz –como ocurrió la semana pasada con la periodista Julia Mengolini o como ocurrió antes con el niño Ian Moche, entre muchos otros– involucra a todo su ecosistema: sus funcionarios, sus fans fervientes y sus voceros oficiosos. No hay desquicio ni rabia irracional, es un plan de destrucción de la convivencia social, que los que lo rodean consienten y aplauden.

La fantasía de Karina

Proyección incómoda para la fantasía eternista de Karina, la hermanísima, que se anima a plantear un libertarismo que permanezca más de una década y le otorga a su protegido, Martín Menem, el lugar de heredero luego de un segundo mandato de su hermano, aventura lo que ya blanquearon casi en simultáneo Daza y Guillermo Francos, un funcionario de cristal que se ofendió cuando le acusaron de mentiroso. Francos actúa como si no fuese el jefe de Gabinete de Milei.

El exfuncionario del BID en tiempos de Massa y expresidente del BAPRO en tiempos de Daniel Scioli no formará parte del Gobierno en el segundo tramo de la gestión Milei. Eso, al menos, figura en la hoja de ruta de Karina, que apuesta a potenciar su control sobre el Ejecutivo con la designación de Manuel Adorni como jefe de Gabinete en lugar de Francos. Eso ocurriría recién en 2026, cuando Milei haga un relanzamiento de su gestión. Adorni asumirá como legislador y el presidente le pedirá que deje la banca para tener un lugar con alto protagonismo en su gabinete.

Con ese movimiento, Karina busca romper el equilibrio con Santiago Caputo, el tercer pasajero del triángulo de hierro libertario. Es la embestida final, el purismo mileista contra la guerrilla virtual que no logra permear en los territorios. Karina se trepa al “éxito” electoral de CABA, donde armó ella, puso a su candidato –Adorni– y conformó listas sin darle espacio a Las Fuerzas del Cielo, el ejército caputista.

El episodio porteño estableció los términos de la negociación con el PRO y opera, además, como anticipo de lo que puede ocurrir con las listas bonaerenses. El jueves, Milei estuvo en un acto en La Plata, repartió elogios al karinismo, no mencionó al “Dandy” Caputo y dos de sus referentes, Agustín Romo y Nahuel Sotelo, llegaron tarde para disimular que no estarían en un lugar relevante en la foto de familia.

Karina se mostró con Sebastián Pareja, su armador en PBA, enfrentado con Romo. “Se odian”, dicen en Rosada y lo leen como una versión barrosa de la disputa macro en La Libertad Avanza (LLA), que también está cruzada por un eufemismo: se suele decir que la pelea es entre Santiago Caputo y los Menem, Martin y “Lule”, para evitar decir que es entre Caputo y Karina, una confrontación a la que el gurú le escapa. El caputismo le apuntó a Pareja para sacarlo de la negociación. Karina lo sostuvo. Hoy tiene la lapicera y es quien conversa con Cristian Ritondo y Diego Santilli.

“Javier sabe todo, conoce el detalle de la pelea. Sabe que hay muchísima tensión entre Karina y Santiago, pero entiende que es natural. Por eso deja hacer, como Néstor, que permitía peleas abajo para conducir él. El tema es: si un día se cansa de eso, ¿a quién pensás que va a elegir?”, plantea un dirigente libertario con acceso directo a Milei.

Sobre Mauricio Macri hay un detalle: cuentan que el enojo del expresidente con Karina es porque la secretaria general de la Presidencia le dijo que no le pagaría más los hasta 32 custodios que usa el jefe del PRO cuando se instala, por varias semanas, en destinos exóticos como Emiratos Árabes. Como no hay convenio de reciprocidad, como ocurre por caso con España –que aporta personal para la custodia externa– las largas estadías de Macri suponían miles de dólares en custodia, con viáticos de U$S 300 diarios por cada efectivo. Karina le pasó la motosierra y, dicen, Macri se ofendió.  

Más lecturas

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.