Kicillof, después de la tormenta: cómo construir sin confrontar directo con CFK

Con la mira en las elecciones de 2027, el gobernador bonaerense busca autonomía en el armado político/electoral sin romper los vínculos con Cristina, pese a la sombra de La Cámpora.

Axel Kicillof y Cristina Kirchner no volvieron a conversar desde la reunión a solas del 15 de octubre, justo antes de que la relación entre ellos entrara en su fase de mayor tensión. Compartieron acto con Estela de Carlotto una semana después, pero ni se miraron. El tuit del gobernador con felicitación escueta a la expresidenta por su proclamación al frente del PJ acercó posiciones, pero en el Instituto Patria lo consideraron un gesto insuficiente. “Parece el saludo de rigor que le manda el candidato que perdió al que ganó en una noche de elecciones”, aguijonea un dirigente de La Cámpora. El próximo encuentro entre Kicillof y Cristina tal vez se dé la semana que viene, si se concreta en privado la invitación de cumpleaños que, en declaraciones públicas, “Wado” De Pedro prometió hacerle llegar al gobernador para pasado mañana, algo que todavía no ocurrió. O cuando la presidenta electa del PJ avance en un encuentro con los gobernadores del partido, convocatoria que tiene en mente y que incluiría a Kicillof. Es lo de menos. El vínculo entre ellos está dañado y sin visos de mejora en el corto plazo.

Con ese tablero sobre la mesa, el gobernador bonaerense encara el último tramo del año con la decisión de no desviarse del camino que se trazó para llegar con buenas posibilidades a las presidenciales de 2027. La estrategia tiene tres componentes: gestionar bien la provincia de Buenos Aires, reafirmar el perfil de oposición sin dobleces a Javier Milei y encabezar el armado de una alternativa para que el peronismo vuelva al poder dentro de tres años. Esa construcción evitará la confrontación directa con Cristina Kirchner, pero avanzará, como hasta ahora, al margen de la jefatura de la expresidenta. El gran desafío para Kicillof es construirse, pese a todo, como el candidato del electorado kirchnerista y convivir con las críticas de los dirigentes más cercanos a la presidenta del PJ. El encuentro que se produjo esta semana entre la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, fue más una postal de frialdad que un gesto de conciliación.

En La Plata hacen un balance positivo de cómo salió Kicillof de la disputa/novela por la presidencia del PJ. “Mostró autonomía, no se metió en una pelea que no se quería meter y el tiempo le terminó dando la razón, no era momento para internas”, argumentan, y le restan valor a las encuestas que muestran que en octubre aumentó la popularidad de Cristina Kirchner y cayó la del gobernador. El último estudio de Alaska/Trespuntozero indica que la expresidenta le sacó diez puntos de ventaja en intención de voto nacional (23,2% a 13,2%), mientras que un mes atrás Kicillof la aventajaba por un punto (19,9% a 18,9%). Entre los votantes de Unión por la Patria, según la misma encuesta, Cristina le gana 67,4% a 29,9%. Un relevamiento de Opinaia, en tanto, muestra que, en el último mes, la expresidenta se despegó del resto de los dirigentes como líder de la oposición, con un 33% frente a un 12% de Kicillof. “Cuando aparece Cristina logra atención. A Axel le cuesta crecer si Cristina está vigente y activa peleando contra Milei”, analiza Valentín Nabel, director de Opinaia. “No es tan determinante la pelea al interior del kirchnerismo, sino que ella se encendió y logró posicionarse como rival de Milei”, coincide Shila Vilker, directora de Trespuntozero.

En el corto y mediano plazo, el gobernador deberá tomar decisiones importantes. La primera: ¿mantendrá la simultaneidad entre las elecciones provinciales y nacionales, ahora que la reforma electoral obliga a votar con dos sistemas diferentes? “Deberíamos definirlo antes de fin de año”, dicen en La Plata, pero no sueltan prenda acerca de si se avanzará o no en un desdoblamiento. Hacer las elecciones en fechas separadas sería mucho más caro, un gasto adicional difícil de financiar y de justificar ante la sociedad. Optar por elecciones concurrentes con dos sistemas distintos enciende la alarma de un papelón, como el que ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires en las PASO de 2023, con demoras excesivas y filas larguísimas.

La segunda: ¿qué hará en las elecciones del año que viene, si, como sucedió hasta ahora, no le dan participación en el armado de las listas? Habrá que ver, en primer lugar, si en 2025 Cristina será candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires. El fallo de la Casación, que podría confirmar su condena a seis años de prisión e inhabilitarla para ejercer cargos públicos, es un factor importante, al igual que el proyecto de ficha limpia que agita el PRO en el Congreso. Si, sorteados esos obstáculos, ella encabezara la boleta, dicen en el círculo más cercano de Kicillof, no habría mucho margen para discutir la composición de esa lista, que, por efecto de la reforma reciente de Boleta Única, irá despegada de las categorías provinciales y municipales. “Axel no puede ser candidato en 2025 y no se va enfrentar a Cristina si ella decide serlo”, dicen a metros del despacho del gobernador. En ese caso, la consigna “Axel o Milei”, que los armadores del gobernador instalaron como grito de guerra en los últimos actos que encabezó Kicillof, debería esperar hasta 2027.

En segundas y terceras líneas de esa construcción hay quienes advierten que, de todos modos, habría que discutir con firmeza quiénes acompañarían a la expresidenta en la boleta en 2025 y que eso podría llevar incluso a una ruptura como la de 2017, cuando el peronismo fue dividido en la provincia de Buenos Aires. Hoy parece improbable. Eso sí, si Cristina no encabezara la boleta, se habilitaría el enfrentamiento entre los dos sectores del kirchnerismo. Lo más probable es que, si está habilitada para competir, la expresidenta mantenga la centralidad y estire esa decisión hasta el cierre de listas, que, por efectos de la reforma electoral, se adelantó a mayo. “Axel tiene que plantarse en 2025. No se trata de meter un diputado más o un diputado menos. Se juega la factibilidad política de la posibilidad de construir un liderazgo”, se pinta la cara un dirigente de la Primera Sección.

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La pelea que seguro dará Kicillof es por la confección de las listas seccionales, que definen la composición de la Legislatura bonaerense. “En cualquier provincia del país, la boleta del oficialismo provincial la define el gobernador. No vemos por qué en la provincia de Buenos Aires tendría que ser diferente”, dicen en el primer círculo de Kicillof, conscientes de que esa posición traerá discusiones con Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense. La estrategia de no disputar una lista que encabece Cristina pero sí, en cambio, confrontar por la confección de la boleta provincial le permitiría al gobernador ratificar la idea de que el problema no es con la expresidenta, sino con La Cámpora. Difícil: Cristina ya demostró que no permitirá que la presenten como alguien distinta a su hijo. Por esa vía, Kicillof también podría buscar un triunfo propio que lo apalanque hacia 2027. ¿Habrá PASO en las listas seccionales entre una lista de Cristina y otra del gobernador?

Firme en el camino de la autonomía, Kicillof apunta a regar las relaciones con el resto de los actores del peronismo y sus aliados naturales. Por ejemplo, con Sergio Massa, con quien se reunió el mes pasado, y con Juan Grabois, a quien recibió el jueves, junto con las principales figuras de Patria Grande. Días antes del encuentro, Grabois calificó la falta de apoyo del gobernador a Cristina en la disputa del PJ como un acto de “ingratitud”. Cara a cara, el dirigente de Patria Grande insistió en que un enfrentamiento con la expresidenta es lo peor que podría pasarle al peronismo. Kicillof reiteró que evitará la confrontación con Cristina, pero advirtió que no convalidará métodos de conducción que considera injustos. No quiere hablar de eso en público. Su objetivo es confrontar con Milei. A él apuntará su discurso del 20 de noviembre, cuando encabece en San Pedro un acto por el Día de la Soberanía.

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Es periodista y politólogo. Conduce el noticiero central del canal IP y el programa ¿Cómo la ves?, en Futurock. Es autor de Los secretos del Congreso (Ediciones B, 2019).