Hersen Porta: “El litio le puede cambiar la cara al norte argentino”

Entrevista al director de Allkem.

Para conocer cómo trabaja, cómo se vincula con la zona y qué potencial productivo tiene el litio en la Argentina, conversamos con el director de operaciones (COO) de la empresa Allkem, que desarrolla proyectos en el norte argentino.

Cenital-Fundar: Para conocer un poco la historia de la empresa, queríamos saber cuándo se fundó y cuál es su actividad principal.

Hersen Porta: La empresa originaria es Orocobre y empezó sus actividades en Argentina en 2010, precisamente en el área de litio. Comenzamos con la producción de carbonato de litio con Sales de Jujuy hace unos siete años. En aquel momento, Orocobre también adquirió Bórax para producción de boratos. Luego vinieron otras etapas, pero la fundamental es la fusión que hace un año hizo Orocobre con Galaxy: de allí surgió Allkem, que es el nombre de la nueva compañía. La empresa es australiana, pública, cotiza en las bolsas de Australia y de Toronto. A través de esta fusión se consolida una buena posición global, geográficamente hablando. Y también posiciona a Allkem como la 5.ª empresa de litio a nivel mundial.

¿Qué proyectos tienen actualmente?

Tenemos varios proyectos y operaciones, no solamente en Argentina. En Mt. Cattlin, Australia, tenemos una operación de espodumeno enriquecido (litio en roca) y un proyecto similar en Quebec, Canadá. En Argentina, tenemos a Sales de Jujuy en su etapa 1 produciendo, la etapa 2 en un estadio ya de finalización de la construcción y cercano a comenzar a producir. En Sales tenemos como socios a Toyota Tsusho (N.de.R: una empresa del grupo Toyota dedicada a la comercialización de materias primas) y a JEMSE, que es una firma del Estado de la provincia de Jujuy. A su vez, en Catamarca tenemos el proyecto de Sal de Vida, también en fase de construcción.

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¿Y cómo fue tu incorporación a la empresa? ¿Cómo llega alguien a trabajar en litio?

Hace tres años comencé como COO de Orocobre. En ese momento, teníamos las operaciones de Bórax y Sales de Jujuy, y comenzábamos el proyecto de expansión de Sales. Vengo de la industria petroquímica, con lo cual uno se pregunta: ¿no viene de extracción minera? Pero sucede que el proceso de fabricación de carbonato de litio es en sí mismo un proceso químico. No es apenas una sal de litio, sino un compuesto de litio que tiene que cumplir con los estándares de calidad que demanda la industria de las baterías. Por ejemplo: uno de los requerimientos fundamentales del litio es que no haya partículas magnéticas o extrañas, porque eso va a estar dentro de una batería y cualquier contaminación puede llegar a generar un desperfecto. Entonces el momento de terminación de producto está más cerca de la industria farmacéutica que de la minera. Porque uno tiene que tener un ambiente controlado para evitar la contaminación y eso a 4000 metros de altura y con estándares operativos muy exigentes. Por eso mi background en el área de petroquímica tiene bastante sentido.

¿Esta transición laboral es común o es una experiencia original?

Creo que nos fuimos dando cuenta de la contribución que puede dar a esta industria gente que venga con una experiencia de otras industrias. Por ejemplo, las capacidades de la gente de Oil & Gas también coinciden bastante con nuestras necesidades, especialmente en el área de exploración y producción de salmuera. Porque la extracción de salmuera, que es la materia prima que utilizamos para la producción del carbonato de litio, es un pozo muy similar a un pozo petrolero. Entonces, sí, hay muchas industrias que combinan bien con las necesidades del litio. De hecho hay muchísima gente que viene de diferentes tipos de industria, como puede ser la metalmecánica, la química, la petroquímica o la industria minera. A su vez, como estamos en una etapa de muchísimo crecimiento y ejecución de proyectos, muchas empresas de ingeniería que nos dan soporte pueden ser las mismas que hacen un proyecto en Vaca Muerta.

Volviendo a Allkem, ¿cómo es la relación con los socios de Sales de Jujuy?

Por un lado, Toyota Tsusho tiene algunas responsabilidades de comercialización que son parte del acuerdo que se hizo al momento de formarse Sales de Jujuy. Por lo tanto, también tenemos un joint venture (proyecto conjunto) y un board de directores que hace parte de la gobernanza de esa sociedad con Toyota. Por el otro, tenemos a JEMSE como parte de Sales de Jujuy con derecho a voto y a recibir dividendos en el momento que la compañía pague dividendos. Hasta ahora ha sido una relación muy productiva en lo que respecta a lo que puede contribuir cada uno con el éxito de la empresa.

Mencionaste antes los proyectos de Allkem, ¿cuáles son las potencialidades? ¿Cuánto están produciendo hoy y cuánto creés que van a producir en el futuro?

La planta de Sales de Jujuy produjo el año pasado cerca de 13.000 toneladas de carbonato de litio. Del total, un 47% grado batería y el resto grado técnico. Hay una diferencia en términos de calidad entre los grados dependiendo para qué se los use: el grado de la batería es para ser utilizado en baterías y demanda un proceso de purificación adicional. Esta capacidad se va a incrementar con el inicio de producción de la etapa 2, que va a agregar 25.000 toneladas anuales de carbonato. Tenemos además, en este momento, presencia en Japón: allí tenemos una planta de hidróxido de litio en acondicionamiento y arranque. Allí se va a producir hidróxido de litio grado batería a partir del carbonato de litio que producimos en Jujuy. En el proyecto en ejecución de Sal de Vida (Catamarca) esperamos tener 15.000 toneladas por año de producción de carbonato. El 80% de esa producción se espera que sea grado batería. (N. de R.: cuánto es grado batería es una definición técnica decidida en base a una estrategia comercial). Y luego tenemos otros proyectos en etapa de prefactibilidad: Sal de Vida 2, que agregaría 30.000 toneladas más por año y estamos evaluando la posibilidad de una tercera etapa en el proyecto de Sales de Jujuy.

¿Cuántos empleos están asociados a estos proyectos?

En Sales de Jujuy tenemos 660 empleados directos, de los cuales el 75% son de Jujuy y el 40% de las comunidades de la puna. De esta manera, se da un fuerte impacto en el desarrollo de la región. Además, con la ejecución de los proyectos de Sales de Jujuy hay alrededor de 900 a 1000 empleados contratados trabajando en la construcción de la planta. También con un alto porcentaje de participación local. Eso sería lo que uno observa directamente. Pero además hay un factor de multiplicación en otro tipo de actividades. Todo lo que genera en sí mismo tener 1500 personas trabajando allá, más una gran cantidad de servicios asociados a la operación. En Sal de Vida estamos comenzando a tener un plantel de empleados directos. Hoy 200 directos y 300 contratados en el área de proyecto. Para el próximo año estimamos que serán alrededor de 470 empleados directos, más 1000 empleados a través de contratistas en el área de construcción y ejecución del proyecto.

¿Qué tipo de calificación tienen los trabajadores y de dónde provienen?

El 40% de la gente que trabaja como empleado directo son de las comunidades. Obviamente no tiene la experiencia de haber trabajado en la industria química anteriormente. Entonces hay todo un desarrollo profesional que tiene que hacerse desde la empresa y articulando con universidades. Por ejemplo, ahora en la etapa de expansión de Sales de Jujuy todo el personal que va a operar la planta recibe un entrenamiento diseñado en conjunto con la Universidad Nacional de Jujuy. Son las cosas necesarias para poder tener recursos humanos locales con la calificación apropiada. También hay ingenieros, profesionales de diferentes áreas, finanzas, legales. En la medida en que crecemos no solamente aumenta el personal operativo sino también el de soporte de la organización.

Respecto del desarrollo de proveedores que mencionabas, ¿cuáles son los principales bienes y servicios que la industria requiere?

Tuvimos que desarrollar proveedores. No existían los que tenemos hoy en Jujuy y lo mismo está ocurriendo en Catamarca. Son procesos que de alguna manera se van repitiendo. Se trata desde mantenimiento de planta, montajes civiles y electromecánicos, logística, catering, servicio de lavado de ropa, mantenimiento de caminos. Todo lo necesario para poder estar instalados y produciendo. Y la gran mayoría de proveedores son locales y muchos emprendedores de las comunidades de la puna.

¿Con quién trabajaron en el desarrollo de los proveedores?

Tenemos un departamento de “valor compartido’’ que tiene un enfoque muy específico de trabajo con las comunidades. Es un trabajo cara a cara, con mucho respeto por las organizaciones de las comunidades de la zona. Con mucho trabajo a través de los líderes comunitarios y con mucho respeto para que cualquier decisión que vayamos a tomar sea compartida y cuente con su participación.

Hablaste un poco respecto de la técnica de explotación, ¿podrías contarnos un poco más sobre el detalle del proceso?

La salmuera, que es la materia prima fundamental, es una solución saturada de sal. Dependiendo del tipo de salar, se encuentra a diferentes profundidades pero generalmente a más de 200–300 metros. A través de un trabajo de modelado del salar, de las condiciones geológicas y de exploración, uno define cuál sería la mejor alternativa para hacer una extracción productiva y eficiente. De esa manera se van perforando los pozos, más o menos como la industria petrolera, y después la salmuera extraída de los pozos se bombea para comenzar el proceso productivo de concentración de litio primero y de producción del carbonato de litio después.

¿Cuánto tiempo demora el proceso de evaporación?

En el proceso de evaporación se concentra diez veces la cantidad de litio que hay en la salmuera. Esto lleva entre 9 y 12 meses, y se hace en piletas de evaporación aprovechando el viento y la radiación solar para alcanzar la concentración requerida por el proceso para transformarlo en carbonato de litio. Así, el proceso de concentración no consume energía, químicos ni agua. Lo que tenemos en la salmuera es cloruro de litio. Una vez que este compuesto entra al proceso de producción, el principal reactivo utilizado para transformar el cloruro en carbonato es soda ash (carbonato de sodio). Y luego se hace el proceso de purificación del carbonato.

Respecto de este proceso de evaporación, hay un debate importante sobre el impacto ambiental por el uso de agua y por la potencial contaminación entre acuíferos. ¿Cómo abordan estos riesgos?

El proceso de evaporación no utiliza agua. Al contrario, sacamos el agua y lo que queremos es concentrar el elemento de interés. Así que el proceso utiliza energía solar, viento, la baja condición de humedad y el bajo régimen de lluvias de la zona. Es decir, se utiliza la ventaja climática de la región, que puede ser bastante dura como clima, pero muy favorable para concentrar la salmuera. Por lo tanto, si lo comparo con cualquier otro proceso de concentración o extracción directa de litio, no tengo duda que es el más sustentable, porque no consume energía ni agua. Hay varios procesos de extracción directa: algunos son más intensivos en energía, en agua, en el reactivo químico, depende del proceso. Pero en nuestro caso, que es un proceso evaporítico, la concentración se da de forma natural y lo único que se genera es la precipitación de sal, cloruro de sodio, que es la propia sal de la salmuera.

¿La sal queda ahí depositada o se comercializa?

Se extrae para que la pileta no se llene de sal. Al visitar las instalaciones, se pueden ver las pilas de sal, que es prácticamente sal de mesa. Para la comercialización, hay diferentes alternativas dependiendo del valor económico que se pueda llegar a obtener. Algunos proyectos están extrayendo el cloruro de potasio como un fertilizante.

¿Y respecto al potencial de infiltración entre acuíferos?

Hay varios mitos aquí. Nosotros, por ejemplo, utilizamos agua de acuíferos someros que no están interconectados con la salmuera, si fuera así no la podríamos utilizar. De todas maneras, el proceso no es intensivo en agua porque se la usa como vehículo y además se utiliza un recurso que no es potable: no es apto para consumo humano, ni siquiera para consumo de ganado. Entonces, la salmuera que se concentra no es agua potable y la que se utiliza en el proceso tampoco, porque es un agua muy cargada de sales contaminantes que no son aptas para el consumo humano. Tanto es así que nosotros, aun para utilizarla en el proceso, tenemos que purificarla. Todos los pozos de agua son monitoreados continuamente. Ahí lo que se mide normalmente es la afectación de estos cuerpos subterráneos de agua y hasta ahora no se ve ningún tipo de alteración, en parte porque la cantidad de agua que se utiliza es muy baja. Los cambios que se observan obedecen al régimen de lluvia: en verano suben y en invierno, que no llueve, bajan.

En relación a los modelos hidrogeológicos, ustedes operan una cuenca con otra compañía que está a punto de comenzar a operar, ¿están pensando en modelos de monitoreo compartidos?

Sí, en el caso de Olaroz estamos haciendo un modelo compartido con Exar. Es interés de ambos entender cómo se comporta el salar, así como es interés de las autoridades tener esa información. Así que hay un rédito de todos en tener una buena interpretación de cómo trabaja la cuenca para contar con una operación sustentable y que cumpla con las normas que se van estableciendo. A medida que la industria va desarrollándose, también se desarrollan las normas de control.

Mencionaste antes el vínculo con la Universidad de Jujuy respecto de la capacitación de los trabajadores, ¿tienen vínculo con el área de Ciencia y Técnica para otros fines también?

Sí. En Catamarca también tenemos vínculo con la Universidad de Catamarca. De hecho, hace muy poco se comenzó con la Tecnicatura de Salmueras de Litio. Es la primera vez que hay una carrera de este tipo, especialmente en aquella zona. Tenemos relación con el INTI, el INTA y con el Instituto del Litio en Jujuy. Es una contribución a todos los desarrollos que van haciendo. Cada vez que precisan algo por parte nuestra los atendemos. Pero sí, a medida que se va desarrollando la industria y van aumentando los trabajos de investigación es de nuestro interés y el de las instituciones el hecho de trabajar juntos.

El desarrollo de la región de alguna manera va generando esto: mayores oportunidades de educación para los pueblos de la región. Antes estas oportunidades tal vez no existían porque quizás no estaba este desarrollo económico regional que se va generando ahora.

Este tipo de actividades van apalancando otras. Es ese factor multiplicador que generan este tipo de industrias, que uno no lo tiene cuantificado del todo. A mayor desarrollo económico hay mayor cantidad de actividades: hoteles, restaurantes, cosas que antes no existían. Hasta el desarrollo turístico.

¿Cómo es el vínculo con las comunidades locales? ¿Fue cambiando a lo largo del tiempo?

Ha sido un aprendizaje continuo entre ambos. Para ellos también era novedoso tener una industria que no conocían generando un desarrollo económico. Por eso fue muy en conjunto, ellos son parte de nuestra licencia para operar. Y lo digo no solamente por la licencia social, sino también porque nuestra licencia ambiental tiene que tener la aprobación de la gente. Es una relación que se ha ido dando a través de los años. A mí me pone muy contento ir para allá porque la pasamos muy bien. Somos muy bien recibidos por las comunidades y al final de cuentas ellos son los que sostienen nuestra operación. Porque el 40% de la gente que trabaja con nosotros es de ahí, así como gran parte de los proveedores que tenemos. De la misma manera se ha venido trabajando en Catamarca. Ya con la experiencia de Jujuy, que ha sido muy bien lograda, no recuerdo haber tenido que pasar por conflictos con las comunidades.

¿Cómo observan la inserción laboral de las comunidades en el largo plazo y en términos de calificación?

Esto es una oportunidad de trabajo permanente. Nuestros empleados son permanentes. La única fuerza de trabajo que tiene variaciones es la que está asociada con la construcción, eso tiene un inicio y un fin. Pero en la operación tenemos empleados desde 2010. Hay también un programa muy fuerte para atraer y retener empleados porque empieza a haber muchos proyectos en la zona. La gente, por suerte, prefiere quedarse y por eso no tenemos una alta rotación de personal, sino que es bastante estable. Normalmente cuando se hace el estudio de factibilidad se evalúan para una operación de 50 años o más. Por eso también es importante conocer muy bien la cuenca, modelar correctamente el comportamiento a lo largo del proyecto para tener realmente una actividad sustentable que pueda cumplir con esos 50 años que están previstos. O más.

¿Cómo es el vínculo con el sector público?

Con el gobierno nacional no es un vínculo tan asiduo como con los gobiernos provinciales: interactuamos en todo lo que es importación de bienes cuando estamos ejecutando proyectos, para poder, por ejemplo, pagar a un proveedor en el exterior. Todo ese tipo de situaciones que ocurren en Argentina. Sí es más importante la interacción con los gobiernos provinciales: el recurso es de las provincias y entonces está regulado por ellos. Y nuestro mayor interés es estar en cumplimiento de normas para tener una operación sustentable. Somos una empresa pública que cotiza en bolsa con altos requerimientos y por lo tanto tener una operación en cumplimiento de normas es prioridad para sostener a la empresa y al negocio. La relación con el gobierno ha sido bastante productiva, bastante buena. Hasta ahora, tanto en Jujuy como en Catamarca, lo venimos haciendo con mucho respeto y con bastante efectividad. Cuando no existen buenas relaciones entre el sector privado y el público, los proyectos tienden a demorarse.

Por suerte, hay una muy buena relación de colaboración tanto por parte del gobierno como nuestra. En Jujuy tenemos a JEMSE como parte de la empresa. Esto jamás ha generado ningún tipo de conflicto. El gobierno nos va a querer cobrar todos los impuestos que sea posible, no importa que sea nuestro socio.

¿Qué proyecciones tienen a futuro respecto de la explotación de litio en Argentina?

Las proyecciones son muy buenas. La demanda a nivel mundial, especialmente de baterías para la electrificación vehicular, nos está indicando que las posibilidades son solamente de crecimiento. Lo que hay que tener en cuenta es que ese crecimiento tiene que ser bastante rápido, porque la oportunidad es ahora. La gran demanda de baterías está ocurriendo en este momento, cuando todavía no hay una oferta de litio alta, entonces la demanda está superando esa oferta y nos demanda crecer rápidamente. Como nosotros, que tenemos una cantidad de proyectos en nuestro pipeline que nos va a demandar trabajar intensamente durante los próximos años, hay muchos otros proyectos que también se van a desarrollar. Así que soy muy optimista respecto del crecimiento del sector. Va a seguir generando empleo y seguir desarrollando la región. Espero que todos lo podamos aprovechar, que no sea simplemente un beneficio para quienes deciden invertir para producir litio, sino también un beneficio para la región, para los pueblos de la zona. Le puede cambiar muchísimo la cara al norte argentino.

Soy licenciada en Ciencias Ambientales, magíster en Políticas Públicas y becaria doctoral en Ciencia Política en la UNSAM. En todos los ámbitos que puedo me dedico a sumergirme en los dilemas que nos presenta el desarrollo sustentable, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo.

Víctor Delbuono es economista especializado en energía y minería. Investigador Área de Recursos Naturales en Fundar