Ganó Trump: el festejo de Milei, un PJ en Estados Unidos y un espejo para CFK

El regreso del magnate es celebrado por los libertarios a pesar que hay interrogantes sobre el efecto económico. La celebración en el peronismo y la deriva judicial del republicano antes de volver a ganar. Encuesta sobre argentinos y estadounidenses: la misma polarización, idénticos modos.

Javier Milei puede pasar por ventanilla a cobrar su apuesta: jugó temprano y fuerte a favor de Donald Trump y salió, tras la victoria del republicano, a subirse a un festejo. El estilo Trump opera como una validación del modo estridente, y muchas veces temerario, de Milei. El libertario expone, con una dosis de show, que ahora tiene un socio en la cima del poder mundial. Queda por delante saber si ese romance es recíproco, si le pagan la apuesta, y logra lo que busca: dólares.

En Casa Rosada consideran que Trump tendrá un vínculo “preferencial” con “la Argentina de Milei”. Jugará, dan por hecho, para que el FMI acelere la asistencia al Gobierno argentino, ante la sequía de dólares para un 2025 que tiene pagos de deuda por más de 17 mil millones. “Trump quiere que el FMI ayude a Milei no porque quiera a Milei, sino porque odia al FMI”, teoriza un economista con contactos fluidos en el organismo.

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Otro factor es más incierto: más allá de la empatía política y la victoria “cultural” que puede significar para Milei el regreso de Trump, hay dudas entre los analistas respecto a si la segunda presidencia del magnate será, en términos económicos, beneficiosa para la administración de La Libertad Avanza. Una economía cerrada, con tasas más altas y un dólar fuerte no parece la mejor foto para la economía argentina.

“¿Milei cree que lo mejor para cohabitar con Trump es tener un canciller pro demócrata?”, se preguntan en un espacio opositor en referencia a los vínculos de Gerardo Werthein con Bill Clinton. El dato abre otra puerta: Werthein es quien debe aportar el nombre de quién lo sucederá en la Embajada en Washington. Habitantes del ecosistema libertario, con relaciones en Estados Unidos, dicen que el único interés es China. Hace unas semanas, Milei elogió al gigante asiático porque es un socio que da mucho y no pide nada.

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Trumpismo peronista

Guillermo Moreno cree que la llegada de Trump es una gran noticia, aunque señala que su enfoque proteccionista contrasta con las políticas de apertura total de Milei, las cuales van en dirección opuesta a las propuestas del republicano.

Moreno, que se prepara para ser candidato a diputado el año próximo en la provincia de Buenos Aires con una oferta peronista por fuera del armado de Cristina Kirchner, interpretó la dimensión política. “Vuelve el peronismo; esta vez bien doctrinario”, apuntó Moreno, lo tradujo como derrota del globalismo y una “oportunidad” para Argentina por ser un país con “memoria industrial”. Entiende que con el globalismo pierden actores como Axel Kicillof pero, si antes vuelve al modelo de la década ganada, puede dejar bien parada a Cristina.

Respecto a la expresidenta, el triunfo de Trump tiene una derivación paradójica: el empresario ganó a pesar de varias investigaciones judiciales que estuvieron a punto de sacarlo de la carrera por la Casa Blanca. Se ofrece, como antes Lula da Silva, como un espejo para Cristina Kirchner que el 13 de noviembre enfrentará una sentencia de Casación mientras avanza el proyecto de Ficha Limpia. El PRO, según supo Cenital, propone sesionar el mismo día con esa propuesta.

“La señora va a aprovechar la persecución a Trump, que fue más extrema que la que le hicieron a ella, para alimentar su épica”, le dice a Cenital un dirigente del peronismo que prefiere el OFF, no por la analogía CFK-Trump, sino porque entiende que la avanzada del PRO y sectores de LLA para impedirle ser candidata, al final, “ayuda a Cristina”.

Ficha Limpia, proyecto de Silvia Lospennato, incorpora el “doble conforme” que, en el caso de Cristina, se alcanzaría en el caso de una condena –que se da por hecho- de la Cámara de Casación que integran Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Diego Barroetaveña. En Congreso deslizan que LLA no tiene tanto apuro en aprobar Ficha Limpia. Podrían invocar razones de jurisprudencia: un fallo de la Corte de 2017, ante un pedido para impedir que Carlos Menem fuera candidato a senador con sentencia de Cámara, indicó que hasta que no resuelva el máximo tribunal se respetan los derechos civiles de los ciudadanos. Es decir: el “doble conforme” de alzada va en contra de esa jurisprudencia.

Los votos de Kamala

Al margen de cómo evolucione el vínculo político entre Trump y Milei, ambos protagonizan un proceso con muchas similitudes en la construcción de su imagen pública, en sus discursos y en el negocio de la polarización.

La foto es notable: un estudio de Alaska, la consultora de Juan Courel, y TresPuntoZero, de Shila Vilker, muestra el comportamiento de los votantes de Unión por la Patria (UxP) y LLA respecto a la elección de Estados Unidos.

Casi 9 de cada 10 votantes de Milei tienen buena imagen de Trump. El mismo porcentaje de los votantes de Sergio Massa en las generales de octubre pasado tienen mala imagen del magnate. Entre los electores de Patricia Bullrich, la preferencia por Trump baja al 50%. El polo de atracción o rechazo es el líder republicano, porque los números respecto a Kamala Harris, la candidata demócrata, son equilibrados en un punto: 60% no tienen opinión o no conocen a la actual vice de Joe Biden.

Vilker destaca, además, la solidez de la imagen de Trump, a quien midió en 2024 y volvió a hacerlo en estos años, con la permanencia de un escenario partido en mitades que se sostiene en el tiempo. Como Milei, otros actores parecen sentirse cómodos bajo el paraguas del republicano: los tuits de Diego Santilli van en esa línea, una derivación de su permanente plan de seducción de los Milei –hasta acá sin resultados concretos, más allá de mensajes de agradecimiento de Karina Milei y Santiago Caputo– o el de Daniel Scioli que apuesta a que su vínculo con Werthein lo ayude a recalar en la Embajada en Washington.

Federico Aurelio se enfoca en que tanto el votante de Milei como el de Trump tienen como principal preocupación la economía, mientras que los de Massa y Harris estaban más ligados a cuestiones de derechos. “Los dos (Milei y Trump) buscan la autenticidad, son coherentes entre lo que dicen y hacen. Ambos, además, operan sobre una sociedad en la que predominó el estado de ánimo pesimista y eso alimentó la voluntad de cambiar. Después en la gestión de gobierno pueden tener mil diferencias, pero son muy parecidos en el modo en que llegan”, dijo el consultor de ARESCO.

Un estudio de Opina Argentina de Facundo Nejamkis aporta otro elemento: una mayoría amplia, cercana al 70%, reniega de un alineamiento total y absoluto con Estados Unidos, un planteo que repite Milei. Esa posición la sostiene solo un 17%, mientras hay un 11% que prefiere rechazo total a todo lo que proponga la Casa Blanca.

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Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.