El ultraje de Milei a Macri y los términos de Kicillof para acordar con Cristina

La rosca PRO-LLA y el duelo Santilli vs. Espert. Otro gobernador panperonista que mira el 2027. Zoom en la logística electoral bonaerense: la última charla entre CFK y el gobernador y la pelea por los vetos.

NOTICIAS ARGENTINAS BAIRES MAYO 25 El presidente Javier Milei camina al tedeum que se realiza en la catedral metropolitana. FOTO NA DANIEL VIDES

– Gracias, presi. Abrazo gigante.

Javier Milei respondió el mensaje de Mauricio Macri como si 72 horas atrás no hubiese rociado una catarata de destrato y desprecio sobre su interlocutor. El chat que el jefe del PRO envió en la medianoche española fue leído en Casa Rosada como una rendición total. Razones tienen: además de tildarlo de “llorón” y dirigente “de cristal”, Milei teorizó sobre un macrismo sin Macri pero, sobre todo, lo derrotó en su pago chico.

Jamás, en su cuarto de siglo de vida en la política clásica, Macri enfrentó un ultraje público como el de la última semana. Tiempos inimaginados para el killer. Milei, que finalmente entró en la sintonía brutal que comparten su hermana Karina y su gurú Santiago Caputo, se presume inmune a la metralla del expresidente. Como un perdón, Milei le ofrendará un pacto en el que pueda contar que es parte: «No lo vamos a dejar tirado».

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La derrota en la Ciudad de Buenos Aires habilitó otros desafíos y alimentó el pánico en los gobernadores “dadores de gobernabilidad” que esperaban que el PRO le pusiera un límite a Milei en la elección porteña. No ocurrió y, como efecto contrario, aceleró la sangría de dirigentes del macrismo, como la vice mendocina, Hebe Casado, que escenificó su renuncia al PRO para anunciar su afiliación a La Libertad Avanza (LLA).

Green Card libertaria

Lo primero, celebrado por Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo –ambos para hacerle daño a Macri–, jefa política y superior institucional de Casado, resultó más fácil que lo segundo: a la vice le escondieron la ficha para afiliarse a LLA. La Green Card libertaria no es, para algunos, sencilla de conseguir. Lo saben Cristian Ritondo y Diego Santilli. Su explícita voluntad de mudar de piel –el ‘Colo’ ofrece inocularse azul peronista para lograr el violeta– no le alcanza para conseguir certezas sobre los términos del acuerdo.

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Santilli mandó a decir que no está en sus planes ser candidato en las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Lo mismo hizo José Luis Espert, que invocó ser “el candidato del presidente” para las elecciones de octubre. Espert tiene un bonus: es el presidente de la comisión de Presupuesto de Diputados, una butaca en la que Martín Menem no tiene muchas opciones para sentar si el bonaerense tuviera otro destino. ¿Está blindado el primer lugar de la lista para el economista?

“Sí, salvo que luego del acuerdo (con el PRO), otro dirigente empiece a medir mejor que Espert. Pero hoy es el que mejor mide y vamos a poner al que esté mejor”, detalló un operador libertario a Cenital. En Casa Rosada saben que Santilli fantasea con ese lugar porque lo entiende como una escala en su plan de convertirse en el candidato a gobernador bonaerense de Milei en las elecciones de 2027.

El giro santiagueño

El efecto CABA, con su derivada de unidad entre LLA y el PRO, impacta sobre las elecciones que vienen. El viernes, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, anunció que la elección en la que saldrá su sucesor, se hará en simultáneo a la elección nacional del 26 de octubre. Es un giro que vale la pena mirar en detalle. Zamora sostenía, hasta hace semanas, que votar el mismo día era garantía de caos. Mandó a analizar el proceso y determinó que cada elector demandaría, al menos, 4 minutos en votar con los dos sistemas, con urnas separadas para cargos nacionales y provinciales.

¿Qué implicaba eso? Que no había tiempo físico para desarrollar la elección porque a 4 minutos por elector, en las 10 horas de votación prevista, solo podrían emitir sufragio 150 votantes cuando en cada mesa de votación hay 350 anotados. El dilema de Zamora era, más allá de eso, si le convenía o no desdoblar la elección. Como en Santiago se elige gobernador, y él no puede reelegir, Zamora será candidato a senador nacional y unificará todo para traccionar a favor de su sucesor cuyo nombre no está, formalmente, definido: su esposa Claudia Abdala, actual senadora, o su operador histórico, y jefe de Gabinete local, Elías Suárez.

El atajo operativo consiste en duplicar la cantidad de mesas: pasar de 2500 a 5000. Puede ser un problema para la oposición. Agustín Romo descartó, el jueves pasado en El Fin de la Metáfora por C+, que Daniel Parisini, el @Gordodan, no será candidato en Santiago del Estero a menos que se lo pida «el uno». En el PJ especulan con que el gobernador logró, como otros jefes provinciales, alguna promesa de la Casa Rosada para jugar a menos en la pelea por la gobernación.

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Zamora, obviamente, lo niega. Al igual que los operadores libertarios. La versión se nutrió de un dato: el miércoles, los diputados de Zamora llegaron 15 minutos tarde a la sesión que se cayó por falta de quórum, en la que la oposición quería tratar un paquete previsional y designar al presidente de la comisión $LIBRA. «¿Sabés qué provincia tiene la mejor flota de aviones?», sembró la intriga un diputado. Y respondió: “Santiago del Estero. Si (Zamora) quería que los diputados estén en la sesión, los mandaba en avión”. Mal clima para vestir la hipótesis de que el gobernador, tras retener el control de la provincia, pretende entrar en la carrera presidencial del 2027.

Efecto mariposa (en el peronismo)

El kirchnerismo manoteó el anuncio de Zamora para exponerlo en su duelo público con Axel Kicillof. El gobernador, más de una vez, citaba el caso santiagueño para plantear la inconveniencia de las elecciones concurrentes. Por eso, cuando Zamora dispuso la concurrencia, surgieron las voces a refutar, retroactivamente, la decisión de Kicillof de convocar a elecciones desdobladas en la provincia de Buenos Aires.

En La Plata dieron, como argumento, un número: en toda la provincia hay 42 mil mesas de votación distribuidas en unos 6500 lugares. Según un estudio que hizo la Subsecretaría Electoral bonaerense, que depende de Carlos Bianco, cada elector tardaría algo más de tres minutos y medio en votar, y eso implicaría que en las 10 horas de votación, no puedan emitir sufragio todos los electores. Para garantizarlo, se debería ampliar un 85% la cantidad de mesas. Imposible, dicen en la Gobernación y mencionan que en 2023 hubo 133 mesas de votación que se montaron fuera de los distritos donde tenían residencia los votantes, por falta de espacios.

La cuestión técnica vuelve al debate a partir del anuncio de Zamora. En Gobernación descartan, y del mismo modo en el entorno de Cristina Kirchner, que haya margen para revisar el calendario y modificar la fecha del 7 de septiembre que Kicillof puso para elegir legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares en los 135 municipios. A diez semanas de la elección, se prendieron alertas sobre la organización de los comicios.

Se descartó que Nación aporte efectivos de Fuerzas Armadas, porque sería incompatible ese desempeño con la Ley de Seguridad Interior. Está a la firma, en paralelo, un acuerdo con Patricia Bullrich para que fuerzas federales, sobre todo Gendarmería, participen del Comando Electoral encargado de la logística. Ahí anida un debate. Javier Alonso, el ministro de Seguridad bonaerense, dijo que la Policía provincial está en condiciones de hacerse cargo de todo el proceso: despliegue, custodia y repliegue de urnas y material.

Se disparó en el PJ una discusión, casi filosófica, sobre si la intervención de la Policía Bonaerense no podría ser invocada por la oposición para denunciar desmanejo o eventuales irregularidades. En Santa Fe, esa tarea la hizo la policía santafesina, apunta a Cenital un funcionario en referencia a las objeciones que hay sobre esa fuerza. Así y todo, esta semana se emitiría el decreto para la integración del Comando Electoral y sería con fuerzas bonaerenses y federales.

Otro punto en suspenso es el acuerdo con la Justicia Electoral, a cargo de Alejo Ramos Padilla. En La Plata señalan que el convenio está a la firma, que circuló por el despacho del juez, la Junta Electoral que preside Hilda Kogan y por Gobernación, pero que además debe contar con el OK de la Cámara Nacional Electoral. También sería inminente esa firma. El tercer factor operativo es la tarea del Correo Argentino y la trasmisión de datos del día de la elección. Detrás de esos asuntos, aparece un ruido político: la incomunicación entre Kicillof y Cristina Kirchner.

Kicillof-CFK: teléfono rojo roto

La última vez que charlaron en persona CFK y Kicillof fue en diciembre de 2024. Desde entonces, y hasta este sábado, hubo tres reuniones entre el gobernador y Máximo Kirchner. Dos ocurrieron en la residencia de La Plata, una de ellas mano a mano, la otra con Sergio Massa como tercer pasajero. La última, a principios de abril, duró ocho horas y reunió, además de a Kicillof, Massa y Máximo, a dirigentes de cada uno de los sectores. Fue un domingo: al día siguiente, el gobernador anunció el desdoblamiento electoral.

A mitad de semana circuló la versión sobre un encuentro y una foto de unidad. “Axel no tiene intención de llamar”, dicen al lado de CFK. “La última vez que Axel quiso hablar, ella lo mandó a hablar con Máximo”. El teléfono rojo está roto y cada día que pasa, la situación se vuelve más difícil, admiten en ambos campamentos a Cenital. Este domingo, Cristina estará en un encuentro en CABA al que Kicillof no fue invitado, dicen en La Plata. La expresidenta enfocaría todo su discurso a Milei pero un mínimo rayón, siquiera elíptico al gobernador, se robará los títulos.

“Con suerte, las negociaciones comienzan entre el 10 y el 15 de julio”, deslizó una fuente del ecosistema Kicillof. Contexto: el 9 de julio se deben anotar alianzas y el 19 es el cierre de listas. De ahí que, como Máximo preside y controla el PJ, algunos dirigentes cercanos a Kicillof preparan otros instrumentos electorales, como el Frente Grande que preside Mario Secco, ante la eventualidad de que no haya unidad y tenga que presentar listas separadas.

Condiciones para la unidad

Bianco, el operador y portavoz político de Kicillof, sembró furia esta semana al decir que no hay acuerdo en Unión por la Patria porque no están dadas las condiciones para la unidad. Guerra fría, tibia y caliente. Cristina redobló sus contactos con dirigentes bonaerenses. Punteó sección por sección. Miró números. Debió llegarle un tracking, casi reservado, de Proyección sobre el clima político en un territorio fundamental: La Matanza.

El estudio presenta un desacople inquietante. El 65% de los matanceros evalúa negativamente la gestión nacional y un 71% proyecta que la situación estará peor en un año. La imagen negativa de Milei está por encima de los 55 y la positiva no llega a 40. Sin embargo, los números de CFK, que será candidata en la Tercera, están lejos de otros tiempos: su positiva está en 51. Es decir: hay casi 15 puntos que ven mal la gestión y unos 20 que proyectan un destino peor y que, sin embargo, no apoyan a la expresidenta. Esa zona gris es, quizá, un universo que podría ausentarse el día de la elección.

Por eso, Kicillof insiste en ampliar y en ese aspecto aparece una demanda específica en términos políticos y que cerca del gobernador consideran imprescindible: que en la negociación de las listas de unidad no haya vetos a ningún dirigente propuesto por los distintos sectores del peronismo. El dato extra tiene que ver con lo que en el entorno del gobernador exponen respecto de la necesidad de ampliar el frente electoral. Eso implicaría incorporar a dirigentes que no forman parte de UxP o, incluso, están en tensión con el kirchnerismo.

El caso emblema es Fernando Gray, intendente de Esteban Echevarría, hipercrítico de la conducción de Máximo Kirchner y de Cristina Kirchner como jefes del peronismo, bonaerense y nacional respectivamente. Algo similar observan con respecto a Julio Zamora, intendente de Tigre. En el entorno del gobernador los plantean como casos testigo porque, dicen, el primero es vetado por Máximo y el segundo por Sergio Massa. “Pero ninguno de los dos tiene alguien mejor para poner en esos territorios. Entonces es una idiotez vetar gente para perder”, apuntan.

El cierre de listas de CABA fue, según un operador de Kicillof, un anticipo de lo que puede pasar en la provincia. El gobernador tuvo que pulsear con Juan Manuel Olmos, el armador porteño, para que acepte darle un lugar en la boleta a Berenice Iañez, que reporta a Andrés ‘Cuervo’ Larroque. La legisladora era vetada por su terminal política y Kicillof intervino en persona: tuvo un entrevero con Olmos para que la incorpore en la lista. Al final, fue en el casillero diez, un lugar gris, donde no tenía garantizada la banca.

Los otros términos

El no-veto es una de las condiciones para la unidad que pone sobre la mesa el kicillofismo. Hay otros aspectos que consideran necesarios para lograr un acuerdo y conformar listas compartidas para las elecciones del 7 de septiembre:

1- Que los candidatos de UxP –o cual sea, finalmente, la marca del peronismo– “banquen al gobernador” y que defiendan la gestión de la provincia.
2- Que todos los sectores respeten y fortalezcan a los intendentes del espacio político compartido.
3- Que haya un consenso unificado para que de la elección provincial salgan “fortalecidas” la gestión provincial y las municipales frente a los “embates del gobierno de Milei”.
4- Que el planteo político de la campaña consista en discutir modelos de país con Milei y LLA pero con un foco en la cuestión provincial, “priorizando el daño que le hace a los bonaerenses”.

Las pautas que plantea el sector de Kicillof sugieren que se preparan para una negociación difícil y, muy probablemente, cuesta arriba. Insisten, sin embargo, en descartar un escenario de ruptura. “Es una locura que tengamos que hablar de lograr la unidad entre Axel y Cristina”, aporta una fuente del primer anillo del gobernador y cierra la referencia con una crítica teledirigida a La Cámpora: “Hasta acá nos llevaron con el delirio de boicotear al único gobernador kirchnerista del país”.

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.