El harakiri de Milei y una cena de paz peronista

En medio del auxilio, el escándalo de las retenciones enfureció a productores y la reposición del cepo alteró al mercado. La campaña imposible de LLA: esconder a Karina. Disonancia de encuestas. Una cena peronista.

Milei y Scott Bessent en Estados Unidos. Foto: Oficina del Presidente.

Sangre con sangre se paga. El escudo político de Donald Trump, que salvo al experimento libertario de lo que pudo ser una catástrofe, no sirvió para proteger a Javier Milei del propio Javier Milei: el escándalo de la baja selectiva y express de retenciones al campo y la reposición, sobre el filo del viernes, del cepo anti-rulo, rompieron una semana que se perfilaba para ser de pura celebración del Gobierno.

La desesperación por conseguir dólares le puede costar votos a Milei. El pacto con las cerealeras sembró furia entre los productores, un nicho que antes apostó al libertario y al que Santiago Caputo, como estratega de la campaña de La Libertad Avanza, tenía identificado como uno de los sectores a los que Milei iría a pedirle el voto para remontar la paliza del 7-S en la provincia de Buenos Aires. Una campaña del miedo para activar el genoma anti peronista.

El plan retenciones 0 lo acercó CIARA, la cámara aceitera que tiene a Gustavo Idígoras como lobbista premium, pero el cierre se precipitó por una orden desde Estados Unidos –Scott Bessent escuchó la demanda de sus sojeros– y sorprendió incluso a sus promotores. En el sprint final, las compañías que más declaraciones juradas presentaron fueron las que podían fondearse con dólares de sus casas matrices para entrar en el rulo financiero que les permitió ganar U$S 1700 millones.

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Patovicas

Los patovicas en esa puerta 12 fueron Juan Pazo, socio histórico de Luis “Toto” Caputo, que conduce ARCA, y Daniel González, director de Adecoagro y funcionario del Energía. Hubo distintas capas de malestar: por un lado, productores que no llegaron a liquidar nada; por otro, firman locales, como Aceitera General Deheza, que quedaron lejos de los 5 del podio que, en bloque, se quedaron con el 80% del volumen.

El engaño a los productores es una micro versión de un fenómeno más grande, el que viven muchos argentinos, ex votantes de Milei, ahora desencantados y desganados, que internalizaron que el sacrificio de estos casi dos años no les dio resultado. Su metro cuadrado está peor que antes, al punto que aumentó el endeudamiento de las familias. Pero siente, además, que otros la pasan bien. Una especie de FOMO socio económico, el fear of missing out de una fiesta ajena de coimas y negocio financiero.

El cepo anti-rulo que el Banco Central repuso el viernes expone otra debilidad y amplifica una presunción: la sospecha de que el plan A de la Secretaría del Tesoro de Trump es aportar declaraciones políticas, pero sin aportes concretos, y el cálculo de que una de las condiciones de Bessent es que luego de la elección se deje flotar el tipo de cambio. Hay un registro histórico: fue una de las condiciones que EE.UU. le puso a Ernesto Zedillo, presidente de México en 1995, cuando lo asistió con un préstamo de U$S 20 mil millones durante la crisis del Tequila.

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En el mercado dan por hecho que la dolarización de carteras no va a parar porque la lectura general es que post elecciones habrá dólar más alto. En un grupo empresario que simpatiza con la Casa Rosada teorizan que el dólar que viene tendrá un piso de 1.700 pesos y que, además de flotar, deberá ir acompañado por un esquema de compra de reservas que le permita al BCRA sumar entre 1.500 y 2.000 millones por mes.

Los dólares de Scott

El viernes, a media mañana, varios operadores quisieron ejecutar compra de buen volumen de dólares y no pudieron. Una financiera, según confirmó Cenital de una fuente directa, quiso adquirir 500 mil y no pudo. El ruido se instaló y se amplificó. Al mediodía, el BCRA sacó la comunicación “A 8336” que repuso un cepo. Caputo, un mesadinerista que conoce el sistema financiero, sabe que los jugadores del mercado conocen los trucos para gambetear las restricciones.

La medida destrozó el fervor del mercado que había rebotado, como gato muerto, luego de semanas desastrosas. El interrogante es, ahora, otro: ¿le alcanza a la Casa Rosada con el apoyo político de Bessent para cambiar la tendencia y entrar en un ciclo de, al menos, calma? “Quizá no sea necesario ahora, pero más cerca de las elecciones va a aumentar la presión y quizá sea necesario que EE.UU. tenga que mostrar un desembolso real”, proyectó un consultor.

Existen el amor y las palabras de amor. Hasta acá Trump tuvo palabras de amor hacia Milei. La coronación del amor debería medirse en miles de millones de dólares. Pablo Moldovan, de C-P consultores, repasó que el Tesoro habría comprado 1.700 millones de dólars esta semana, pero que a partir del lunes ese panorama se complejiza por la aceleración de liquidaciones de estos días y porque octubre es, históricamente, un mes malo para las reservas.

Disonancia

La urgencia de dólares y la voracidad de los actores se convirtió en un problema electoral para Milei. El Gobierno minimizó el enojo del campo pero el escenario “realista” sobre el 26-O que manejan en LLA proyecta derrotas en todas las provincias del centro productivo, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. En cuanto a encuestas hay una disonancia partidaria: los sondeos que leen en Fuera Patria –que le llegan a Cristina Kirchner– son más optimistas que los de los propios libertarios.

Es un asunto de método y criterio. Un ejemplo: si se mide por nombres, Juan Schiaretti gana en Córdoba –un estudio privado de esta semana le da 15 puntos de diferencia-, pero si se pregunta por espacios políticos que expresan a los distintos dirigentes, “los candidatos de LLA de Javier Milei”, los libertarios están arriba. Por poco margen, muy lejos de los 45/50 puntos que juntaban tres meses atrás, pero suficientes para ganar. Por eso, Milei buscará nacionalizar al extremo.

Salvo que los resultados sean muy extremos, como los 13,6 puntos de diferencia, en las elecciones juega el relato del resultado. LLA se prepara para mostrar algunos triunfos territoriales, marcar un obvio crecimiento de bancas respecto al presente, y tratar de plantear que los provinciales son socios potenciales. Para el peronismo, la matemática del domingo 26 será más difícil.

Si aplica las directivas de la mesa de campaña que coordinan “Dandy” Caputo y Pilar Ramírez -y donde se sientan Tomás Vidal, Julián Hampton y Agustín Romo con Sharif Menem, Iñaki Gutiérrez y Ariel Ferrentino- Milei archivará los eslóganes del tipo “mejor Gobierno de la historia” o “pintar el país de violeta”, que generan rechazo en gente que la está pasando mal, para tratar de empatizar con ellos. Tratar de volver al “outsider” para lo cual no debe estar rodeado de dirigentes.

Milei buscará retomar el tono del balotaje 2023 –más esperanzador, menos exitista– con una dificultad práctica: por entonces era todo promesa, ahora lleva 20 meses de gestión en los que solo tiene para mostrar la baja de la inflación y la discutible reducción de la pobreza, a raíz del método de medición, pero además porque el Gobierno compara con un pico crítico de 51% que forma parte de su propia gestión. La UCA consideró que el dato del INDEC está sobrerrepresentado.

Petri y la pax armada libertaria

Rige, al menos en la campaña, una tregua en la interna en carne viva libertaria. Es una pax armada más difusa en la gestión. El protagonismo de gurú, junto a Toto Caputo y José Luis Daza, en el fin de semana de pánico que consiguió el auxilio de EE.UU., generó malestar en el mundo Karina. Incomodó, sobre todo, que se filtrara el pedido de reorganizar el esquema de poder para buscar gobernabilidad, porque se tradujo como lo que es: mala praxis de la hermanísima.

Desde Nueva York, Manuel Adorni desmintió que haya existido un pedido específico para que la Casa Rosada apunte a rearmar un esquema de gobernabilidad. Dos días después, Toto Caputo detalló en televisión en qué consistió el pedido y, casi en paralelo, Guillermo Francos convocó al desvencijado Pacto de Mayo, donde tiene una butaca Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, a quien reporta la diputada Pamela Verasay, que comparte boleta con Luis Petri, y que votó en contra del veto presidencial al Garrahan.

“Karina se la juró a Santiago. No tiene vuelta atrás”, asegura a Cenital un dirigente que conoce a ambos. Esa crisis circula en los sectores de poder como una peste y se ve como una herida abierta que inhibe cualquier solución de fondo. Hay guerrillas accesorias. Petri fantasea con que, en un proceso de diálogo, él sería la figura indicada para presidir la Cámara de Diputados, lugar que ahora ocupa Martín Menem. ¿El dato llegó a oídos de Karina?

Las dos anclas: Karina y Espert

Una tarea muy difícil. Milei está en los índices más bajos de aprobación y las figuras que lo rodean están todavía peor. El estudio de septiembre de Tendencias, de Lautaro Nogueira y Hernán Pellegrino, expone ese deterioro: la imagen negativa de Karina Milei llega a 73,7%. Frente a ese dato, cualquier campañólogo solo tiene un recurso: correr a una figura tan nociva. ¿Tiene Milei el pragmatismo para sacarla o la hermanísima el criterio para esconderse?

El dilema es más amplio. José Luis Espert, el primer candidato a diputado en PBA, entró en una espiral crítica. Según Tendencias, en septiembre su imagen negativa llegó a 55 puntos y la positiva descendió a 37. El diputado parecía el candidato ideal hace meses, pero su positiva cayó 5 puntos en un mes y la negativa aumentó 5. Se volvió un ancla negativa. Quizá por eso desde los territorios no piden su presencia.

Con Espert ocurre algo curioso. Días atrás, el diputado del MID Eduardo Falcone pidió desplazarlo de la presidencia de la comisión de Presupuesto. Por su comportamiento, Espert es un imán de hostilidad y hay varios -entre los que aparecen Falcone, el radical peluca Lisandro Nieri y Nicolás Massot- que se mencionan como posible reemplazo si trataran de sacarle la jefatura de la comisión que empezó a discutir el Presupuesto 2026.

Si no es esta semana, la próxima Diputados fijará una agenda de emplazamientos para que se reúna la comisión, lo que obligaría a Espert a estar ahí. Eso implicaría sacarle tiempo de campaña. En función de la letra rígida de la campaña hiperpersonalizada en Milei, minimizar el protagonismo del diputado, con los niveles de rechazo que tiene, puede ser un negocio. Hay otro debate: medidas como correr a Espert de Presupuesto o la moción de censura contra Guillermo Francos pueden alimentar la “tesis golpista” del Gobierno, ante lo cual el consenso mayoritario es dormir todo hasta después del 26-O.

Campaña del miedo (o del medio)

La bandera del sacrificio, de lo mejor está por venir, será el recurso libertario que tiene poco presente para vender. En solitario, Provincias Unidas apostará a la campaña del medio mientras Milei jugará todo a la campaña del miedo, trámite en el que puede encontrar como aliado a Fuerza Patria, que propone, como síntesis, juntar fuerzas para frenar a Milei. Son fuerzas centrífugas que pueden asfixiar a las terceras vías.

Antes, a otros oficialismos les funcionó. En 2019, luego de perder por 17 puntos contra Alberto Fernández, Mauricio Macri lanzó la cruzada “Sí se puede” y recuperó 2,7 millones de votos entre un turno y otro: pasó de 8,1 millones en la PASO a 10,8 millones en la general. En 2023, Unión por la Patria (UxP) pasó de 6,7 millones en las primarias a los 9,8 millones que, 70 días después, juntó Sergio Massa en la general para salir primero.

Milei, hasta acá, juega solo. La elección se define por la concurrencia. En LLA estiman que un buen resultado depende de una asistencia cercana al 70% y cada punto que cae supone una dificultad extra. Lo sabe Provincias Unidas. En Córdoba está bien, en PBA Florencio Randazzo araña los 5 puntos y Maximiliano Pullaro, que juega a su vice Gisela Scaglia, aparece tercero detrás de LLA y del peronismo.

Cena de reconciliación

El peronismo tiene sus propias dificultades, paradójicamente, producto de la victoria del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires. Generó, por un lado, un efecto anímico positivo en un peronismo que se veía perdidoso. Pero, como contrapartida, agudizó las discusiones sobre el ordenamiento futuro. Un registro puntual de las tensiones es que Sergio Massa y Máximo Kirchner dejaron de hablarse luego del cierre de listas nacional.

El reproche en el Frente Renovador fue que Cristina Kirchner, que digitó la lista de diputados, premió la “extorsión pública” de Juan Grabois al darle dos lugares -3 y 12- en PBA y el primero en CABA, y fue poco considerado con otros sectores, entre ellos el de Massa, que arbitró en la disputa entre los Kirchner y Axel Kicillof. El lunes pasado, Massa y Máximo cenaron en un restorán en CABA y retomaron el diálogo roto.

Para esa semana se espera un encuentro CFK-Kicillof. La cumbre entre la expresidenta y el gobernador se convirtió en la nueva letanía peronista. Asoma, en diagonal, un reproche intrafamiliar según el cual Máximo plantea que tuvo razón cuando, hace tiempo, sugirió ponerle límites a Kicillof. El gobernador, ahora, pide algo básico: ya no puede aceptar a Máximo como par en una negociación política.

La victoria en PBA, más allá de las lecturas y derivadas, se convirtió en un impulso de Kicillof. Un estudio de septiembre de la consultora Trends, de Tomás Banchero, midió que el gobernador es visto como el líder de la oposición, rol que en enero ocupada Cristina Kirchner.

Esta semana habrá otro movimiento: el espacio Primero La Patria, una especie de peronismo kirchnerista no camporista, hará un show de presentación de los candidatos que tiene en todo el país, entre ellos Juan Manuel Urtubey en Salta, Teresa García y Nicolás Trotta en PBA, Santiago Roberto en CABA, Gastón Díaz en Tierra del Fuego y Juan Manuel Soler en Jujuy. Los PLP reconocen la jefatura de CFK desde el PJ, con una matriz más federal, y el objetivo último de disputar el voto peronista en las provincias, que quiere concentrar el “peronismo federal” de Provincias Unidas.

Subsidios y desempleo

Fuera de la campaña, los problemas estructurales se agravan. Pasó bajo el radar el informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) que mide la Tasa de Asistencia Efectiva (TAE), un método para calcular el grado de “intervención estatal” –vía subsidios, arancales, políticas de protección- respecto de valor agregado de cada sector de la economía. El estudio se enfoca en 40 áreas y determina que, en 2024, 37 tienen TAE positiva, encabezados por electrodomésticos del plan Tierra del Fuego y producción automotriz.

No hubo, comparado con 2023, cambios substanciales en volumen ni entre los que están al tope y al fondo de la tabla, en este caso los sectores afectados por retenciones. Hay que poner el foco en otro punto: dentro de otras industrias, por cuestiones metodológicas, aparece la Tecnología de la Información (IT), que se beneficia con la Ley de Economía del Conocimiento (LEC) y que tiene un lado B extremo: fue uno de los sectores donde, según el gremio del sector, se registraron 3000 mil despidos y/o irregularidades con sus trabajadores en 100 empresas que reciben beneficios por la LEC.

Una de ellas es Globant, que despidió al 10% de su personal y que, según denuncia, recibe beneficios por la LEC a pesar de que una de las condiciones que impone la normativa es que no despidan trabajadores. Se viene una denuncia contra el unicornio, que parece perder la magia, de Martín Migoya. 

Ya casi no se imprimen diarios pero se percibe como un periodista gráfico. Escribió en Ámbito Financiero, Clarín y elDiarioAr pero todavía tipea mal. A veces aparece en la tele. Nunca vivió en CABA. Padre de tres.