Del cuarto oscuro a cuarto cómodo: biopsia del desastre de Milei en Corrientes
Almirón, el cosplay del presidente, no llegó a 10%. ¿Pegó el Karina-gate o fue todo mala praxis electoral? Valdés cayó 20 puntos y el peronismo perdió hasta en la ciudad de Ascúa. Festejos vidriosos.
El meme muestra a un yaguateré que somete a un león. Circuló la noche del domingo cuando el clan Valdés (conformado por el actual gobernador Gustavo y el electo Juan Pablo) confirmó, con más de 50 puntos y en primera vuelta, el control político de Corrientes y el libertario Lisandro Almirón no lograba, siquiera, romper el modestísimo piso de los 10 puntos. La excentricidad zoológica traficó una dimensión política: más que el triunfo sobre su antiguo jefe/actual enemigo Ricardo Colombi o sobre el desvaído PJ que capitanea José Ottavis, Gustavo Valdés pareció celebrar el derrape electoral de La Libertad Avanza (LLA).
Almirón, casi un cosplay de Milei que se peina, viste y grita como el presidente, quedó cuarto cómodo. El domingo, a su lado, deslizaron que parte del papelón electoral se debió al escándalo de las coimas en discapacidad que involucran a los jefes superior y mayor del diputado-candidato: Martín Menem y Karina Milei. Un resultado pasable era que quedara segundo, quizá era digerible que termine tercero cerca del segundo.
Suscribite para recibir un alerta cada vez que Pablo Ibáñez publique un nuevo artículo.

Disparó lo obvio: el cuestionamiento a la mala praxis electoral de Karina y los Menem (Martín y Eduardo “Lule”) que desecharon una negociación con Valdés –que les hubiese permitido formar parte del equipo ganador– y luego rompieron con Carlos Mauricio “Camau” Espínola, senador que llegó por el PJ y luego se convirtió en aliado libertario, al que en la rosca correntina tampoco contuvieron. “Camau” se convirtió en aliado de Valdés.
El sector de Santiago Caputo, que cuestiona desde hace meses la estrategia electoral de armar listas propias en las provincias y propuso hacer alianzas con espacios locales, tuvo otra vez razón. Como una letanía aparece aquella advertencia del entorno del asesor premium respecto a que Karina, si se dejaba llevar por los Menem, iba a terminar en un problema. Hablaban de lo electoral ¿o también de los judicial?
Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.
SumateTapadera
Pero fue cuarto lejos y la goleada fue una tapadera para los –comparativamente– malos resultados de otros actores y sectores. Por caso, Juan Pablo Valdés, intendente de Ituzaingó pero ante todo hermano del gobernador de la provincia en la que desapareció Loan y en la que hubo sospecha de operaciones distractivas, ganó con más de 50 puntos, pero logró 20 puntos menos que los que sacó Valdés, Gustavo, en 2021.
En la previa, Almirón medía entre 15 y 20 puntos. ¿Pudo perder entre 5 y 10 puntos por el caso de las coimas que involucran a Karina Milei? Si fue así, esos votos migraron a Valdés y le dieron el envión suficiente para esquivar la segunda vuelta a la que aspiraban, por separado y con chances muy relativas –como se constató– el peronismo Martín “Tincho” Ascúa y el exgobernador radical Ricardo Colombi.

Una primera hipótesis. El coimas-gate le restó votos a LLA pero no se los dio al peronismo o a Colombi –que tuvo aliados peronistas– sino que potenció a una tercera fuerza competitiva, la de Valdés. En ese espejo quieren verse Juan Schiaretti, Maximiliano Pullaro y, entre otros, “Nacho” Torres, que aparecieron en Corrientes para celebrar con Valdés bajo el paraguas de Provincias Unidas.
Otros, como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Leando Zdero (Chaco) o el PRO nacional que preside Mauricio Macri celebraron la victoria de Valdés sobre, entre otros, el partido de los Milei, que van aliados de Cornejo y Zdero en sus provincias, y del PRO en PBA y CABA. Las simpatías y alianzas electorales son de naturaleza vidriosa.
Concurrencia
En Corrientes, votó el 70,8% del padrón, 3 puntos menos que en 2021. No se verificó la tendencia de la baja concurrencia que se registró en otras elecciones. Dos lecturas: por tratarse de una elección ejecutiva, que eligió gobernador e intendentes, el interés electoral se mantuvo alto. La oferta –4 listas con cierto volumen: el oficialismo local de Valdés, el peronismo, LLA y Colombi– pudo incidir en que la movilización e involucramiento sea mayor.
Es un dato para mirar respecto al 7S en provincia de Buenos Aires, en particular referido a las elecciones territoriales donde los jefes locales, los intendentes, se involucran en la votación. En Corrientes, aunque Almirón-Menem y Karina Milei intentaron, el voto tuvo un componente local más que nacional. Lo otro, aunque falta una eternidad, se medirá en octubre, turno en el que Valdés tiene un candidato poco conocido, el PJ a Raúl “Rulo” Hadad y LLA presenta a la ex vedette Virginia Gallardo.
Otros tropiezos
El desastre libertario dejó fuera de cuadro el desastre peronista. José Ottavis, jefe y armador en la provincia, convenció a Cristina Kirchner de que viajara en junio a Corrientes a apoyar a “Tincho” Ascúa. Fue una de las últimas salidas de la expresidenta antes de ser detenida. El dato obvio es que Corrientes es una de las dos provincias (la otra es Santiago del Estero) donde en 2025 se elige gobernador y era razonable que concurriera.
La foto del domingo 31 a la noche es dura: el peronismo perdió hasta en Paso de los Libres, donde Ascúa es intendente, y quedó reducida a media docena de gobiernos municipales. Une actores y sectores, como el camporista José “Pitín” Aragón que jugaron por fuera del peronismo. La factura, ahora, se la pasan a Ottavis porque condujo el proceso con el látigo y dejó a muchos afuera. La política y la campaña estuvieron en manos de Ottavis mientras que Eduardo “Wado” De Pedro fue de los pocos dirigentes nacionales que tuvieron un involucramiento directo en la elección correntina.
Hay, ahí, una lección porque el deterioro de LLA no pudo ser seducido por el peronismo al que le imputan, por caso, haberle dado volumen a la cuestión Cristina –el pedido de libertad– que no pareció ser relevante en el voto. Juega otra lógica: hay cuestiones, dirá Ottavis, que se deben plantear aunque no sumen votos.