La coreografía del error y el dilema del 26O: ¿qué votos puede sumar Milei?
Milei encara la masacre del 7S sin correcciones políticas ni económicas. Renuncia rechazada y ampliación ficticia. Los votos de LLA que se fueron y los que se quedaron en la casa.

El domingo al atardecer, en un vip del salón Vonharv, el coqueto complejo platense donde La Libertad Avanza (LLA) montó el búnker de la derrota, Sebastián Pareja se acercó a Javier y Karina Milei y les ofrendó su renuncia. “No. ¿Estás loco?”, le dijo la hermanísima, rechazo que validó el presidente. Soldado de otras aventuras, Pareja hizo el acting con la secreta convicción de cuál sería la respuesta.
Más temprano, las “mesa testigo” que el operador le transmitió a Karina hablaban de una derrota de otro calibre y no los 13,6 puntos que, finalmente, marcó el conteo oficial. La paliza electoral operó, paradójicamente, como un salvoconducto para la supervivencia de Pareja. “Si perdíamos por 6 o 7 puntos podías decir que tuvimos malos candidatos, fiscalizamos mal o que la campaña fue mala. Pero perdimos por 13, lo que muestra que el problema es más grande”, explicó un karinista a Cenital.
Traducción: la campaña, que encabezó Milei, la logística y la oferta fueron malas, pero la derrota fue por un déficit estructural del Gobierno, sobre todo en materia económica. Lo opuesto a lo que dijo Milei, para salir del paso, en el discurso de la derrota donde habló de errores políticos y dijo que no cambiará el rumbo económico. Era lo que debía decir antes de la apertura de los mercados. Pero, con las horas, bajo el fuego de la interna libertaria, el presidente tampoco ejecutó ninguna magia política: la respuesta de manual fue armar una mesa política cuya única novedad es que no incluye a Eduardo “Lule” Menem.
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La coreografía de error
La coreografía de la autocrítica duró apenas un par de horas y, solo en los papeles, excluyó a “Lule”, el nombre más problemático del ecosistema Karina porque es una figura recurrente en la trama de las coimas en discapacidad. “Está Karina, está Martín, está Pareja… ¿vos pensás que Lule está afuera de esa rosca?”, alardeó, el lunes a la anoche, un operador libertario. Entre sus primos, Las Fuerzas del Cielo, el ánimo era el opuesto: desazón. “No cambia nada”, gruñó, lacónico, uno de ellos.
Pareja, incluso, fue ratificado como jefe de la mesa política libertaria en PBA con la nota al pie de que tendrá que ampliarla para tratar de mejorar la mala performance de LLA en las nacionales de octubre. Milei dio el OK para cada nombre. Estará José Luis Espert y pedirá un mayor involucramiento del PRO, vía Cristian Ritondo y Diego Santilli, con la lógica de salir a recuperar el espacio que perdió el partido de Mauricio Macri, uno de los grandes derrotados del 7S.
Se habló, además, de sumar intendentes como Soledad Martínez, de Vicente López, y referenciada en Jorge Macri, el jefe de Gobierno porteño. Habrá que ver. El sector del PRO bonaerense que tiene terminales en Uspallata jugó, algunos aliados y otros separados de LLA, pero con peso propio. Con el resultado sobre la mesa, el PRO que se desmarcó en las formas o en la práctica de Milei, puede exponer cierta autonomía.
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SumateEl lunes, a 24 horas de la derrota, el bisbiseo libertario decía que Pareja convocaría a algún referente de Las Fuerzas del Cielo a la mesa bonaerense pero la invitación todavía no había llegado. El nombre obvio, por el lugar institucional que le toca, es Agustín Romo, que preside el bloque de diputados de LLA en la provincia. ¿Llegará? La guerra de guerrillas tuitera que lanzaron desde Las Fuerzas del Cielo contra candidatos parejistas no parece, en la práctica, facilitar que ese vínculo se reconstruya.
Vía Daniel Parisini aka el Gordo Dan hubo fuego intenso sobre Maximiliano Bondarenko, el expolicía que encabezó la lista de LLA en la Tercera Sección y fue casi duplicado por la lista que tuvo arriba a Verónica Magario. Bondarenko habló de la crisis económica y contó que su madre, de 91 años, jubilada, no llega a fin de mes. Parisini lo fusiló. Pareja lo defendió a tal punto que lo sumó a la mesa bonaerense de LLA. En el clan Menem hacen otra cuenta: “Ellos operaron con que habría un cambio, que sacaban a Pareja, a Lule, pero no pasó nada”. Ellos son Santiago Caputo y cía.
Bondarenko, con el OK de Milei, será incorporado a la mesa bonaerense de LLA.
— I b á ñ e z (@ibanezsoy) September 9, 2025
Aunque perdió por 26 puntos y al día siguiente criticó la situación económica, el ex policía fue sumado por Pareja a la mesa política libertaria juntos Espert, Ritondo y, entre otros, Santilli.… pic.twitter.com/vuvn3TLlm6
Cambiar para que nada cambie
Para octubre faltan 47 días. “Una eternidad”, lo simplifica un operador libertario. El dólar inquieto, la economía detonada, el mal humor social. ¿Cómo renacer después de la paliza? “Salir a convencer”, apunta un armador que, con su experiencia en otros armados, descarta la hipótesis de que Milei abra la billetera para generar un shock de consumo. Según su tesis, en la lógica de Milei no es posible un plan platita.
Relativo. Hace diez días, el Banco Nación anunció un plan de reintegros para jubilados y pensionados, y en la promoción –casi culposa que hizo Capital Humano, el ministerio de Sandra Pettovello– explican que apunta a mejorar la capacidad de consumo y, en paralelo, a reactivar la economía. Es decir: el Estado, a través de un banco estatal, tratando de hacer mover la rueda del consumo mediante reintegros y créditos.
No fue el único caso. También a través del Banco Nación, según relató Andrés Lerner en @AZZstream, el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich, lanzó un reintegro de 300 mil pesos para los 120 mil efectivos de las cuatro fuerzas federales, uniformados y civiles, que arrancó en septiembre y termina a fines de octubre, justo después de las elecciones en las que Bullrich es candidata a senadora por CABA.
La única esperanza libertaria es matemática: el domingo que pasó, en el que peronismo de Fuerza Patria capturó el 47% de los votos contra 34% de LLA, fue el turno electoral con menor concurrencia en la historia de la provincia de Buenos Aires, casi 10 puntos menos que el 70.2% del 2021, votación que se realizó entre los coletazos de la pandemia. El doble clic sobre ese número genera, a simple vista, la ilusión libertaria de que es posible mejorar en octubre.
Focos sobre el ausentismo
Veamos un par de datos:
- Cristian Buttié, el domingo por la tarde, cuando circuló un trackeo que había hecho el día previo y le daba 7 puntos de diferencia a FP, le dijo a Cenital que el resultado era irreversible porque además del número se detectaba otro fenómeno: el votante libertario está decepcionado y sin ganas de votar, mientras que el votante peronista está enojado y motivado para castigar, con su voto, a Milei.
- Shila Vilker, de TresPuntoZero, hace tiempo marca una tendencia que se verificó en la elección: el apoyo a Milei, incluso antes de la caída de agosto que lo ubicó por debajo de los 40 puntos –y, por primera vez, quedó tercero en el ratio positiva-negativa debajo de Axel Kicillof y Cristina Kirchner– se volvió poroso, perdió solidez y es cada vez más blando. Esa porosidad, esa buena imagen desmotivada, se constató con la pérdida de voto a LLA.
- Federico Aurelio puso, esos factores, en números: así como el peronismo creció un poco respecto a sus resultados en 2017 y 2021, las legislativas previas, el cuadrante LLA-PRO perdió 1,5 millón de votos si se comparan los 2,73 millones que sacó el domingo con los 4,20 millones que sumó en 2021 si se suman JxC más Alianza Libertad, la marca de José Luis Espert en aquel turno.
Es decir: el peronismo consolidó el voto propio y creció un 10% –en proporción con el aumento de votantes–, mientras que LLA-PRO perdió más de 30%. El dato está, entonces, en cómo se comportó o a dónde fue ese voto: un poco fue a terceras fuerzas (factura para el armado LLA que dejó ir a referentes del PRO) pero la mayoría no fue a ningún lado, se quedó en la casa. En números absolutos, el ausentismo aumentó en 2 millones de votantes. - Martín Romeo, profesor de Investigación en Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, hizo pre elecciones un estudio sobre concurrencia y se enfocó en decepcionados y “potenciales ausentes”. Armó un índice –a partir de ausentismo previo, desinterés, posibilidades de hacer otra cosa el domingo electoral– y detectó una ausencia potencial de 21% extra a los habituales 20 puntos que suelen faltar (enfermos y demás) en todas las elecciones. El número maridó con los 39% de ausentismo.
Pero, con el doble clic, aparece otra cosa: el probable ausentismo se destacaba en “adultos mayores”, aumentaba a medida que disminuía el nivel educativo y entre los que se autopercibían como independientes, no alineados con ningún espacio político, que fueron en 2023 clave para el triunfo de Javier Milei. La posibilidad de ausentismo destacó entre los entrevistados que tenían intención de voto por LLA. Según el estudio de Romeo, “entre los adherentes kirchneristas o peronistas el potencial ausentismo era del 2%; ese mismo potencial ausentismo trepaba al 16% entre los adherentes de LLA”. Es decir: por cada persona con intención de voto peronista que “no” iba a votar, había 8 de LLA no votaría.