El dólar futuro llegó hace rato: 1500 palos, ya lo ves

Durante mayo, el Banco Central vendió unos USD 1.500 millones a futuro, algo que relativiza eso de que el dólar flota libremente dentro de las bandas.

En Volver al Futuro 2, Biff Tannen roba el Delorean y viaja al pasado para entregarle a su propio yo más joven un calendario con los resultados deportivos de las próximas décadas y así hacerse millonario. La verdad es que el cine de ficción no tiene nada de original. En economía existen mecanismos que permiten, si bien no saber, al menos establecer el resultado de un partido antes de que se juegue. ¿Te imaginás saber de antemano cuánto vas a pagar por comprar dólares? ¿Estás listo? Sonido de redoblantes: para eso está el dólar futuro, o los mercados “de futuros” en general.

Además de comprar y vender cosas, en el capitalismo se pueden comprar y vender cosas “mañana” con un precio preacordado. Lo particular de todo esto es que este acto de transaccionar a una fecha futura influye en el presente. El gobierno venía sosteniendo que estamos en un régimen cambiario con libre flotación dentro de bandas donde se compraban y vendían dólares “hoy” sin su intervención, mientras que con algo de disimulo el Banco Central estuvo vendiendo dólares “mañana” (posiblemente, hubo mucha demanda cuando inversores extranjeros suscribieron con sus dólares títulos en pesos).

Mientras todo esto ocurría, los funcionarios se inflaban el pecho con el hecho de que el valor del dólar se haya mantenido en el centro de la banda (más cerca del piso), algo que era exhibido como un logro. Ciertamente lo es, pero ocurre que en los últimos días se oficializó algo que muchos analistas sospechaban, y es que el Banco Central intervino vendiendo dólares a futuro.

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Específicamente, el saldo de futuros en poder de la institución aumentó casi 2000 millones de dólares en los últimos cuatro meses, de los cuáles 1500 millones se vendieron durante mayo. En criollo, esto significa que el Banco Central pasó a tener compromiso de vender dólares. Aunque es imposible saber a qué precio se hicieron estas operaciones, para que te des una idea, hoy el dólar a diciembre del 2025 está alrededor de los 1300 pesos.

Si bien esto no es una intervención directa en el mercado de cambios, —algo que no está ocurriendo como reporta el Banco Central—, es uno de los factores que ha permitido sostener la calma cambiaria. Al lado de esto, Marty McFly, el Doc Brown y Tannen quedan como un poroto.

Volver al (mercado de) futuros II

El dólar futuro es un contrato financiero entre dos partes, por la cual se garantiza un precio para el dólar a una fecha determinada. Esto significa que, si una empresa compra dólar futuro a 1300 pesos en diciembre del 2025, cuando llegue el momento, se estaría haciendo del billete verde a ese precio; bueno no es tan así, en realidad el contrato de futuros le garantiza tener los pesos necesarios para hacerlo (en la operación no circulan dólares “concretos”).

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Existen futuros de muchas cosas, por ejemplo, de commodities como la soja o el maíz. Los participantes de dicho mercado lo usan para reducir una fuente de incertidumbre, que es precisamente el valor futuro de lo que se compra y se vende en un mercado en particular. Por está razón, aquellas empresas o particulares que quieran despejar las dudas sobre cuánto van a tener que pagar o cuánto van a recibir por vender un determinado producto suelen recurrir a este tipo de operaciones. También están aquellos que especulan y participan de mercados de futuros con el fin de aprovechar rendimientos financieros y así quedar cubiertos.

Las segundas partes nunca fueron buenas

Seguramente recuerdes el affaire “dólar futuro”, de hecho otra de las causas por la que fue procesada Cristina Fernandez de Kichner junto con Axel Kicillof y otros funcionarios. El proceso no prosperó porque, lejos de tratarse de una maniobra ilegal e involucrar la administración fraudulenta del erario público, constituye una operatoria habitual de política económica.

Para ponernos en contexto, durante la última parte del gobierno de CFK, el Banco Central utilizó la herramienta de vender dólares a futuro para contener las presiones sobre el mercado de cambios. La devaluación que se materializó bajo el gobierno de Macri implicó que el Estado argentino tuviera que cubrir la diferencia entre el valor de los contratos a futuro que vendió y el tipo de cambio.

Aunque da la impresión de que este tipo de maniobras podrían resultar “ruinosas” para la economía nacional, se trata de una operación que, en términos abstractos, es perfectamente legítima y puede constituir herramienta más que útil. Lamentablemente, en nuestro país, este tipo de operación se judicializó. Se puede discutir si vender dólares a futuro a un determinado precio está bien o mal, pero con el fin de analizar si la política macroeconómica es correcta o incorrecta; distinto es el panorama si se demuestra judicialmente que alguien vende dólares a futuro a sabiendas de que va a ocurrir una suba del tipo de cambio. El tema es, precisamente, que ningún gobierno vende dólares a futuro contemplando de antemano que va a haber una devaluación, sino precisamente para evitarla.

“¿Por qué no sube la tasa y se va a su casa?”

En la operación de compra y venta de dólares a futuro ni siquiera circula moneda extranjera: la diferencia entre el valor del contrato y el tipo de cambio vigente ese día se salda en pesos. Por ejemplo, si el dólar en diciembre del 2025 vale 1300 pesos y se compró dólar futuro a 1200, en nuestro caso el Banco Central le entregaría a la empresa 100 pesos por cada dólar comprado de esta manera. Así, por muchos dólares a futuro que el Banco Central venda, sus reservas no se mueven ni un pelo, o al menos no lo hacen directamente.

No obstante, aunque no se compren ni se vendan dólares, esta operación influye de forma decisiva sobre la dinámica del tipo de cambio oficial hoy y tiene efectos similares a subir la tasa de interés para hacer más atractivos “los pesos”. La razón es la siguiente: al tener pautado un precio, se pueden aprovechar los retornos en moneda nacional. Como hoy las tasas de interés en pesos son atractivas, mediante la compra de dólares a futuro es posible eliminar el riesgo de que una suba del tipo de cambio elimine el valor en dólares de las ganancias que así se pueden obtener. Esto hace lógicamente más atractivo desprenderse de dólares, o abstenerse de usar los pesos que sobran para comprarlos.

La forma concreta de explotar el mecanismo es muy sencilla: un inversor que quiera rendimientos en pesos sin el riesgo cambiario podría vender sus dólares hoy, hacer tasa en peso y comprar dólares a futuro para cubrirse. Mientras la diferencia entre el valor del dólar en el momento de iniciada la operación y la fecha de liquidación del contrato de futuros sea menor a la tasa de interés en pesos, la operación rinde. Por ejemplo, si un particular durante abril vendió dólares a 1100 pesos, los colocó a un interés del 30% anual en pesos, y luego compró dólar futuro a diciembre en torno a 1300 pesos, está obteniendo una ganancia prácticamente asegurada.

Hay intervenciones e intervenciones

En términos conceptuales, prácticamente cualquier cosa que se haga en política económica tiene un potencial efecto sobre el valor del dólar. Algunas más y otras menos, pero difícilmente en un mercado en particular pueda aislarse por completo de lo que pasa en el resto de la economía. Te doy un ejemplo: si un país reprime fuertemente los salarios y limita la capacidad de ahorro de sus ciudadanos, la demanda de dólares para atesoramiento será mucho menor.

Seguramente estarías de acuerdo conmigo en que en ese ejemplo la política salarial afectó el valor del dólar. Bueno, con la estrategia de vender dólares a futuro pasa lo mismo. Es imposible abstraer el comportamiento del mercado de cambios de lo que pasa con el mercado de futuros, máxime cuando la actividad del Banco Central involucra altos volúmenes. La pregunta relevante es si la medida que afectó la dinámica del mercado de cambios fue tomada con el fin deliberado de influir sobre el valor del dólar. Obvio que la respuesta es sí.

Porque, como Guido y yo no nos cansamos de repetirlo (acá y acá), hay un tema central en la economía argentina y que ya es un clásico de esta columna: es muy importante acumular reservas porque ayuda a estabilizar la macroeconomía argentina. Más allá de esta necesidad, el gobierno —y no sólo este gobierno— prefiere no hacerlo porque implica mantener un tipo de cambio más alto, y por ende más inflación y menos actividad económica, lo que le resta votos en un año electoral.

¿Qué pensará el FMI?

El que seguramente debe estar chocho con la medida es el FMI. Mentira. El acuerdo recientemente no busca limitar directamente la intervención en el mercado de dólar futuro, pero esto no fue siempre así. En el programa del 2022 de hecho había una meta explícita: había un techo a la venta de dólar futuro.

Aunque el acuerdo del 2025 no contempla ninguna meta que involucre directamente al mercado del dólar futuro, está claro que para el organismo la medida representa otro intento del gobierno por mantener el tipo de cambio lo más cerca posible del extremo inferior de la banda cambiaria. Esto no se lleva demasiado bien con la idea de sumar reservas internacionales, porque luce dudoso que seguir empujando el tipo de cambio hasta el piso de la banda para al fin intervenir finalmente tenga resultado. 

Acumular reservas es fundamental para fortalecer la macroeconomía argentina, reducir el riesgo país y regresar a los mercados internacionales, y de esta manera refinanciar la deuda pública en condiciones aceptables. Ciertamente esto es algo que todos los argentinos deseamos (o deberíamos, en mi humilde opinión) y posiblemente el gobierno también. Sucede que en un año electoral la política manda sobre la economía e impone una agenda específica: mantener un dólar barato todo lo que se pueda para contener la inflación y permitirle a los argentinos consumir una gran cantidad de bienes y servicios a un precio más bajo.

Ojo, no se trata solamente de compatriotas viajando al mundial de clubes: el precio de muchos componentes de la canasta básica está fuertemente influenciado por el valor del dólar. Por eso la política de contener el dólar tiene más fans que Michael Fox.

Otras lecturas:

Se especializa en macroeconomía pero su interés es el desarrollo del país. Colabora con el área de economía de Fundar. Es licenciado en economía por la UBA y doctor en economía por la Universidad de Massachusetts, Amherst. Docente universitario e Investigador del Conicet.