Las nuevas canciones de CFK y el ruido con Kicillof
En medio de un choque - ¿terminal? - con el gobernador, la jefa del PJ encara una revisión doctrinaria: déficit fiscal, estado y seguridad. La carta inicial y un pedido a los suyos: "Si los cambios no los hacemos nosotros, los hace Milei a pura motosierra".

Fue un giro novedoso para la lógica histórica K: dejar atrás el mandamiento de que el déficit fiscal no es nocivo (que incluso puede ser virtuoso) y admitir que, sin un esquema de financiamiento genuino, es un problema grave. Cristina Kirchner revisó su mirada. En el Instituto Patria dicen que, luego de largas charlas con un grupo de economistas jóvenes que le acercan informes y análisis, incorporó ese criterio.
En medio de la crisis más profunda del ecosistema K y una amenaza de ruptura con un dirigente esencial del cristinismo, enfrentamiento que en las últimas horas pareció ingresar en un proceso irreversible –y hasta terminal–, Cristina se lanzó a escribir sus propias nuevas canciones, una especie de revisión doctrinaria con la que busca recuperar protagonismo y escribir una oferta política.
En paralelo al replanteo de su criterio sobre el déficit fiscal, el último sábado pasado exploró las definiciones sobre las características que rodean el empleo estatal. O, mejor dicho, sobre la percepción pública respecto a los trabajadores estatales. No es la primera vez que lo dice –lo mencionó, en discursos y en documentos públicos– pero esta vez lo usó para disparar una autocrítica hacia el propio espacio.
Suscribite para recibir un alerta cada vez que Pablo Ibáñez publique un nuevo artículo.
Seguimos adecuando el tamaño del Estado luego del exceso de ñoquis, militancia y duplicaciones del kirchnerismo. La motosierra es pilar del equilibrio fiscal y permite bajar impuestos. Gracias @JMilei. VLLC! pic.twitter.com/G7ID1G2aLa
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) March 6, 2025
Según CFK, esa lectura tiene arraigo en sectores de la opinión pública que funcionaron como clave para que Javier Milei expulsara a más de 41 mil trabajadores del Estado. Dato que Federico Sturzenegger celebra cada mes desde su cuenta de X, donde lleva un conteo de los empleos públicos eliminados. El presidente decidió, además, congelar los salarios estatales, que, según datos oficiales de diciembre de 2024 recabados por la consultora C-P, están 16 puntos por debajo de los registrados en noviembre de 2023, el último mes de la gestión de Alberto Fernández, con Sergio Massa como ministro y candidato.
Cenital no es gratis: lo banca su audiencia. Y ahora te toca a vos. En Cenital entendemos al periodismo como un servicio público. Por eso nuestras notas siempre estarán accesibles para todos. Pero investigar es caro y la parte más ardua del trabajo periodístico no se ve. Por eso le pedimos a quienes puedan que se sumen a nuestro círculo de Mejores amigos y nos permitan seguir creciendo. Si te gusta lo que hacemos, sumate vos también.
Sumate
En una carta de septiembre de 2024, que publicó con el título “Es la economía bimonetaria, estúpido”, hizo una serie de referencias a cuestiones que el peronismo debería revisar, respecto a lo que fue el nudo conceptual e ideológico del kirchnerismo. Por caso, la idea del Estado presente. Las nuevas canciones de Cristina aparecen con mayor volumen en medio de la disputa con Axel Kicillof.
A nueve meses de la llegada de Milei y “las fuerzas del cielo”…
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) September 6, 2024
ES LA ECONOMÍA BIMONETARIA, ESTÚPIDO. Aportes para un debate argentino.
👉🏻 https://t.co/Poopu0m8Mj pic.twitter.com/AB62W65Q2p
Un asunto instrumental
Una cuestión instrumental, como la fecha de las elecciones bonaerenses, ya sea para desdoblarlas o hacerlas el mismo día que las nacionales, se convirtió en una bomba sucia. Este miércoles, a media tarde, la senadora María Teresa García presentó, con la firma de varios senadores (entre ellos, el exministro de Seguridad Sergio Berni), un proyecto para suspender las PASO y, en paralelo, disponer que las elecciones bonaerenses se hagan en simultáneo con las nacionales.
Ocurrió en medio de una escalada, que tuvo un mojón el jueves pasado cuando diputados referenciados en Kicillof, presentaron un proyecto para suspender las PASO y armar un cronograma electoral que, a simple vista, fijan los parámetros para que el gobernador tenga margen para desdoblar la elección y convocar las provinciales — de legisladores y concejales en los 135 distritos — para el mes de agosto.
El texto para unificar fue validado por CFK, que hace tiempo no habla con Kicillof. Se especuló con un contacto entre martes y miércoles. Luego se negó. “Mientras empezábamos a charlar, ellos se pusieron a escribir el proyecto que es un apriete y anticonstitucional”, dijeron, tarde el miércoles, en La Plata a Cenital. El inciso 7 del artículo 144 de la Constitución bonaerense — afirman cerca de Kicillof — define entre las atribuciones propias del gobernador la de poner la fecha de las elecciones. “Convocar al pueblo de la provincia a todas las elecciones en la oportunidad debida, sin que por ningún motivo pueda diferirlas”, reza el texto.

La discusión jurídica, que podría abrirse, marcha detrás de la cuestión política. En el mundo CFK dijeron que querían definir la posición y hasta plantearon el proyecto como un “salvo conducto” para que Kicillof pueda, a partir de ese texto, decir que la decisión de unificar la tomaba el pleno del Parlamento. El gobernador no lo interpretó así. “Fue un apriete, rompieron todo”, apuntaron en el entorno de Kicillof.
Por la tarde, en una reunión larga con ministros y legisladores, apareció una versión más poderosa y de alto impacto: que Kicillof estaba decidido a no retroceder y que tenía una carta a disposición, que era convocar a elecciones, quizá para el mes de agosto, sin esperar a que se suspendan las PASO — que tienen fecha para el 13 de julio — y además sin dar tiempo a que se trate el proyecto del cristinismo para unificar la fecha electoral.
Los argumentos de porqué desdoblar o unificar entraron en un terreno donde, en cierto modo, parecen accesorios. La disputa política, entre el intento de matricidio de Kicillof y el filicidio de Cristina, parece obturar toda lógica. El domingo pasado, Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa se vieron para tratar de ordenar una negociación que, horas después, naufragó. En vez de moderarse, la crisis se espiralizó.
Las nuevas canciones
La protohistoria de la crisis entre CFK y Kicillof se remonta al 2023 cuando el gobernador habló de escribir “nuevas canciones”, lo que fue tomado por sectores de La Cámpora, que ya venían en conflicto por el control del Gobierno bonaerense, como una herejía política porque salirse del manual K, revisar posturas y hacer alguna autocrítica para no “ofrecer” lo mismo de siempre, era entendido como una provocación y un desafío a la conducción de CFK.
Hubo otras muchas tensiones hasta que el año pasado, en fecha peronista, la disputa se mostró en todo su esplendor. Nunca se recompuso. Y aunque hubo pausas, nunca se encontró un atajo para sellar una tregua más o menos duradera. Por falta de voluntad o, por algo más puntual: diferencias sobre un mismo tema en los que no logran ponerse de acuerdo.
Cristina es, ahora, la que ensaya nuevas canciones. Su mención al empleo público, sus referencias al régimen de los trabajadores docentes o al déficit fiscal aparecen en el nuevo testamento cristinista. En una reunión en el PJ, donde pidió a los distintos concejeros que armen propuestas temáticas para cada área, planteó que el peronismo debía, entre otras cosas, animarse a pensar una reforma laboral. En otro tiempo, cualquier planteo era anulado al instante.
“Tenemos que estar atentos a lo que pide la gente”, dice Cristina y usa un argumento que registraron sus interlocutores: “Si no lo hacemos nosotros, lo hace Milei — o el que venga — a motosierra…”. Es una mención directa a que el peronismo se debe modernizar, ampliar su lógica de razonamiento y ponerse a discutir cuestiones sobre reformas estructurales. “Yo quiero un partido innovador, potente y creativo”, dice Cristina. Mientras, la música del peronismo es puro ruido.