La oposición acelera la ofensiva ante un Milei groggy
La represión del miércoles potenció una crisis política que preocupa al oficialismo, al cual buscan arrebatarle la presidencia de la Comisión de Trámite Legislativo para poder frenar los DNU del libertario, incluido el acuerdo con el FMI.
Un escenario novedoso se abrió el miércoles pasado en el Congreso cuando, al mismo tiempo que las fuerzas de seguridad ejecutaban un operativo represivo que horas después sería impugnado hasta por la justicia porteña, el oficialismo en Diputados sufría una sucesión de derrotas solo interrumpida por el levantamiento irregular de la sesión dispuesto por Martín Menem, presidente de la cámara. Ante la evidencia de un gobierno que ingresó en una etapa de inestabilidad política, la oposición acelera una ofensiva que, por primera vez desde la asunción de Javier Milei, amenaza con poner en jaque la estrategia de la Casa Rosada.
El avance combina dos ingredientes principales: la sesión especial convocada para el jueves 20 de marzo en el Senado, destinada a rechazar de manera definitiva las designaciones por decreto de Milei en la Corte Suprema, y un acuerdo en pleno desarrollo para arrebatarle al oficialismo la presidencia de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, encargada de tratar los DNU, entre ellos el que aprueba un nuevo entendimiento con el FMI. Es un primer paso para condicionar en el recinto la práctica de Milei de gobernar por decreto y vaciar de poder al Congreso. Son movimientos que requieren de mucha conversación y que el peronismo se resigne a interpretar un papel secundario, para evitar que el eje kirchnerismo/antikirchnerismo cope la escena y disuelva la jugada.
La ofensiva se completa con el tratamiento en comisión de los proyectos para investigar en Diputados las responsabilidades del presidente y sus ministros en el Libragate, y con el inicio de un proceso de acumulación de voluntades para lograr a fin de año la salida de la presidencia de la cámara de Menem, un protegido de Karina Milei. Con el vínculo cortado con Unión por la Patria (UP) hace meses, cada vez son más los bloques que se enemistaron con el riojano. Sólo en las últimas semanas, se le facturó la difusión selectiva de imágenes del incidente Santiago Caputo, que patoteó al diputado Facundo Manes durante y después de la Asamblea Legislativa, y el cierre abrupto del debate del miércoles pasado, cuando aprovechó la trifulca desatada en el recinto para levantar la sesión. Fue justo antes de que se votara un emplazamiento a comisiones para derogar las facultades delegadas al Poder Ejecutivo, una medida con impacto simbólico que no iba a tener efectos inmediatos.
En el momento que Zago se levantó para pelearse, quedaron 128 diputados sentados y Martín Menem aprovechó para levantar la sesión por falta de quórum. Máximo Kirchner y otros opositores se acercaron al estrado para protestarle 👇pic.twitter.com/pnndB4M2ZY
— Corta 🏆 (@somoscorta) March 12, 2025
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SumateLa sesión especial para rechazar los pliegos del flamante juez de la Corte, Manuel García-Mansilla, y de Ariel Lijo, al que el máximo tribunal no le permitió asumir, se destrabó horas después de la represión callejera del miércoles. La Comisión de Acuerdos, que preside la larretista Guadalupe Tagliaferri, finalmente validó el dictamen de UP contra García-Mansilla que, como consignó Cenital el sábado pasado, tenía siete firmas y no seis, como se comunicó desde la comisión en un primer momento. Las firmas restantes las aportaron el presidente de la UCR, Martín Lousteau, y la propia Tagliaferri. Ahora sólo queda reunir el quórum en la sesión especial, un desafío para el que en UP se sienten confiados. A los 34 senadores propios se les van a sumar, calculan, otros cuatro: Lousteau, Tagliaferri, el formoseño expulsado de LLA Francisco Paoltroni y el cordobés Luis Juez.
Abierto el debate, bastará con el rechazo de un tercio más uno de los senadores presentes, 25 en caso de que haya asistencia perfecta, para hacer caer los pliegos. Las votaciones se darán por separado. Con el rechazo unánime del interbloque de UP, la suerte de García-Mansilla parece sellada. En el caso de Lijo puede haber suspenso. Un sector del peronismo está decidido a acompañar la designación. José Mayans, presidente del interbloque, está dedicado a lograr un rechazo unánime, incluso de parte de los tres senadores de UP que firmaron el dictamen favorable, Lucía Corpacci, Sergio Uñac y Claudia Ledesma. “Ya no es una votación sobre Lijo; ahora votamos sobre los decretos de Milei”, argumentan las autoridades de la bancada.
En simultáneo, avanzan las gestiones para quitar a la LLA el control de la comisión que trata los DNU. Advertido de la ofensiva, el oficialismo postergó la reunión que primero había sido convocada para el jueves pasado. El senador Juan Carlos Pagotto la pospuso para el martes 18, con el argumento de que debía organizar la visita de funcionarios del Poder Ejecutivo que darán detalles sobre el acuerdo con el Fondo.
La oposición tiene otros planes. La presidencia de Pagotto venció el año pasado y ahora debería presidir un diputado. La intención de UP, que cuenta con seis de los 16 integrantes del cuerpo, y de otro sector de la oposición, es colocar en ese lugar a alguien que no responda a la Casa Rosada. Hay conversaciones con los diputados Oscar Zago, un aliado de LLA que en la última sesión quedó en la vereda de enfrente del Gobierno, y con Nicolás Massot, de Encuentro Federal, la bancada que preside Miguel Pichetto. En charlas desarrolladas en las últimas horas, el peronismo les pidió que, a cambio de aportar los votos para que alguno de ellos quede al frente de la comisión, dictaminen en contra del DNU del FMI. Ninguno de los dos asumió ese compromiso, pero el acuerdo podría avanzar de todas formas, con la anuencia del senador Paoltroni.
El avance opositor se alimenta también del malestar que genera en muchos bloques de la avenida del medio la gestión de Menem en la presidencia de Diputados. El clima se enrareció en el último tiempo a partir del descabezamiento de la Dirección de Seguridad de la cámara, históricamente referenciada en Norberto Di Próspero, secretario general de la Asociación de Personal Legislativo (APL), el sindicato con más poder en el Congreso. La nueva dirección responde a Menem y hay diputados que advierten por un eventual manejo discrecional de las imágenes de las cámaras de seguridad que dé lugar a sucesivos carpetazos.