Crónica de una estafa anunciada: el minuto a minuto de la memecoin que promocionó Milei

14 de febrero, 15:37. La empresa KIP, vinculada al mundo cripto, publica una página web –registrada en el día– sobre un proyecto denominado Viva La Libertad, donde supuestamente se van a financiar a las pequeñas empresas argentinas para potenciarlas. La primera cosa extraña para un proyecto de este estilo y envergadura es que para aplicar al financiamiento hay que llenar un formulario de Google, algo muy poco profesional. La sospecha también incluye al correo de contacto, que es una dirección de Gmail. Pero lo más relevante de la página es que anuncia la creación de $Libra, una moneda digital (o token) “como símbolo de este movimiento y en honor a las ideas libertarias de Javier Milei”.

14 de febrero, 16:58. Se crea el token (moneda digital) $Libra. Esto permite que cualquiera con la dirección del contrato –lo que vendría a ser el CBU en el mundo cripto–, pueda comprarla.

14 de febrero, 19:00. Se abre la posibilidad de comprar y vender el token. Este dato es clave: los creadores del token tienen en su poder el total de las monedas. O sea, ellos son “la oferta” del Mercado. Lo bueno que tiene la tecnología blockchain utilizada en el mundo cripto es que todas las transacciones quedan registradas y son públicas para que cualquiera pueda verlas. Según Bubblemaps, que se dedica a analizar este tipo de transacciones, el 80% de los tokens estaban en manos de cuatro personas.

14 de febrero, 19:01. Prácticamente al mismo tiempo, el presidente publica en sus redes sociales (Instagram, X y Facebook) un posteo sobre el proyecto. Pero, más importante todavía, incluye la dirección del contrato para que cualquiera –con los conocimientos necesarios para comprar un activo cripto– pueda comprar. Otro dato clave es que no solo lo publica, sino que lo deja fijado en su perfil. Por último, hay que resaltar que nadie sabe nada del lanzamiento de esta moneda hasta que Milei hace esta publicación (la empresa no hace ningún tipo de difusión).

14 de febrero: 19:01. El precio de $Libra, que obviamente hasta este momento es de $0, comienza a incrementarse a medida que aparecen los compradores. Esto también es importante: no bien se lanza el token al Mercado, hay personas –en realidad, lo más probable es que sean cuentas automatizadas– que compraron inmediatamente después a un precio prácticamente nulo, lo que da la idea de que tienen información privilegiada.

14 de febrero, 19:42. El precio de $Libra sube rápidamente hasta tocar un máximo de USD 5,2. A medida que esto sucede, algunas de las cuentas que compraron a precio bajo empiezan a vender. Según Bubblemaps, estas se hacen de unos USD 87,4 millones.

14 de febrero, 20:42. A partir de allí, el precio se empieza a desplomar de manera estrepitosa. Ya para este momento cayó un 76% y se ubica en USD 1,3. Cada vez menos compradores y más gente queriendo desprenderse de la moneda.

15 de febrero, 00:38. El presidente escribe en X: “Hace unas horas publiqué un tweet, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna. No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tweet)”. Curiosamente, a la misma hora exacta la empresa KIP publica en X que el lanzamiento de la moneda fue un éxito y aclaran que “el presidente Milei no estuvo ni está involucrado de ninguna manera en el desarrollo del proyecto que es absolutamente privado”. Esto provoca que el precio se desplome otro 32%.

Precio de $Libra

15 de febrero, 00:51. El precio toca fondo (USD 0,2) perdiendo el 96% de su valor máximo. Según Eduardo Garzón, al final hubo nueve cuentas que ganaron unos USD 87 millones a costa de unas 50.000 personas que compraron la moneda y vieron desaparecer su valor a las pocas horas.

Varios cabos sueltos

Lo que sucedió con el token $Libra es un claro ejemplo de rug pull, un tipo de estafa muy conocido en el mundo cripto que consiste en la creación de una moneda, el impulso de su demanda –a través de influencers, famosos o, en este caso, un presidente– y luego las pocas personas que tienen la gran mayoría de esas monedas las venden masivamente, quedándose con las ganancias a costa de los compradores desprevenidos –que se quedan con una moneda sin ningún tipo de valor–.

El presidente en su descargo adujo que simplemente publicó un tweet como tantas otras veces, pero al ponerlo en contexto quedan dudas. En primer lugar, no solo lo publicó, sino que lo fijó en su perfil por varias horas –¿cuántas veces fijó una publicación?–. Esto puede parecer una nimiedad, pero es la típica operatoria que se usó en otras estafas de este tipo. Sin ir más lejos, la semana pasada Kanye West reveló que le habían ofrecido USD 2 millones para llevar a cabo una operación muy similar: manteniendo un tweet fijado por ocho horas. También llama la atención que el lanzamiento de la moneda se haya realizado un viernes por la tarde, es decir, después de que cerraran los mercados financieros internacionales. Desde ya que puede ser una coincidencia, pero algo así probablemente hubiera tenido algún tipo de impacto en los activos financieros de Argentina.

Por otro lado, Milei aduce no tener vinculación alguna ni estar interiorizado con KIP, la empresa que orquestó todo. De ser así, lo primero que llama la atención es que el texto queriendo despegarse del asunto haya sido publicado exactamente a la misma hora que el de la empresa –en el que se aclaraba que no tenían vínculo–. Como mínimo, una gran coincidencia. Más raro aún es que hace menos de cuatro meses –el 20 de octubre del 2024–, Julián Peh, CEO de la empresa KIP, mantuvo una reunión privada con Milei.

Puede que sean todas coincidencias.

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