Verano y cortes de luz: el plan oficial para pasar la crisis y la inversión que frenó el Gobierno

A mediados de julio, un informe de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) encendió la primera luz de alarma. Ante un escenario de poca lluvia y altas temperaturas como el que se espera para la región, las previsiones de abastecimiento energético “resultan insuficientes para altos requerimientos de verano”. Hace dos semanas, el secretario coordinador de Energía, Daniel González, blanqueó el problema: “Va a ser un verano complicado”, dijo. Este domingo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dio un paso más: “Va a tener que programarse algún corte”, anticipó. Se trataría de un escenario difícil de digerir para las familias y empresas que pagan hasta 700% más por la electricidad que consumen. Y que, según algunos expertos, se podría haber evitado.

El sistema energético vive cada verano como un comité de crisis. La madeja de falta de inversiones de las últimas décadas, que empresas, analistas y exfuncionarios asocian a atrasos tarifarios y cambios en las condiciones del negocio, hicieron que el entramado de generación, transporte y distribución operen al límite ante picos de demanda. La gestión libertaria aportó su cuota de responsabilidad a la crisis, al anular la adjudicación de obras de generación térmica que podrían haber arrancado a comienzos de año.

El 10 de julio, una semana antes de que se conociera el informe de Cammesa que advertía sobre la escasez de energía para el verano, la resolución 151 de la Secretaría de Energía anuló la adjudicación de centrales térmicas con las que se preveía aumentar la generación en 3340 megavatios (MV). Como referencia, la parada técnica prevista para Atucha 1 este verano implicará contar con 350 MW menos de disponibilidad.

El Gobierno dejó trascender su sospecha de una adjudicación firmada el 24 de noviembre, cinco días después del ballotage que rubricó el triunfo de Javier Milei. Entonces, la secretaria de Energía era Flavia Royón, que luego tuvo un breve interregno al frente de Minería en la gestión libertaria. La resolución 151, con firma de Javier Rodríguez Chirillo, derogó los proyectos del llamado Abastecimiento de Confiabilidad de Generación Térmica. Entre las adjudicatarias estaban Central Puerto, Pampa Energía y MSU.

“La Secretaría de Energía dio de baja esa adjudicación para inyectar generación térmica, que es la más rápida, porque en verano sobra gas”, dijo a Cenital Juan José Carbajales, titular de la consultora Paspartú y exsubsecretario de Hidrocarburos en tiempos en que Energía dependía, en el organigrama, del exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. “El Gobierno la dio de baja porque tiene en la cabeza un modelo que todavía no plasmó, que consiste en sacar a Cammesa del medio y que los generadores de energía contraten directamente con la demanda industrial”, explicó.

Las visiones sobre si esa energía hubiera llegado a estar disponible para este verano son disímiles. Carbajales cree que una parte de esos MW podrían haber estado listos para inyectarse a la red si las inversiones aceleraban. Otros lo dudan. “Incorporar esa energía podría haber hecho subir mucho el costo del sistema y eso hubiera significado más subsidios y también obras complementarias en transporte”, dijo otro experto. “No sé si hubieran llegado, pero quedaron flojos de papeles”, terció un tercero que pidió no ser nombrado.

Otro especialista muy escuchado en el sector energético coincidió con la mirada de mercado que Rodríguez Chirillo buscaba imprimirle a la política energética, incluso con choques con el ministro de Economía, Luis Caputo. Energía busca que la ampliación de la red de transporte de alta tensión -que demandaría USD 1500 millones- se haga en un esquema de obra privada. “Piensan en un esquema liberal tradicional, tipo PPP (Participación Público Privada) en el que la inversión se cobra con tarifa futura, pero dada la trayectoria argentina, nadie está dispuesto a invertir en esa situación”, explicó.

“Hace al menos 15 años que tenemos serios problemas en el sistema energético”, dijo Julián Rojo, especialista e investigador en la UTDT y el Instituto Interdisciplinario Economía Política (IIEP) de la UBA. “En generación, las obras son privadas y los esquemas de intervención hicieron que hubiera poca inversión; en transporte y distribución, los servicios son regulados y, cuando se pisan tarifas, no queda plata para inversiones”, añadió.

Plan de acción

Aquel informe de Cammesa de mediados de julio advertía que la falta de lluvias y el calor extremo podrían limitar la disponibilidad de energía hidroeléctrica que se importa desde Brasil y que se genera a partir de los ríos que vienen desde allí, como el Paraná y el Uruguay. “En estas condiciones, el abastecimiento de la demanda en días extremos no se puede garantizar y dependerá fundamentalmente de la disponibilidad de importación y del sistema de transporte troncal en condición”, afirmó la empresa mixta de control estatal.

Sin embargo, la semana pasada, González le dijo al sitio especializado Econojournal que no iba a haber cortes programados. “Se depende mucho del clima”, dijo. “Nadie te puede decir si va a haber cortes o no va a haber cortes, el que dice eso, miente”, agregó, y aseveró que “nadie está pensando en cortes programados”.

Este domingo, Francos dijo todo lo contrario. “Puede haber una demanda muy alta de electricidad y lamentablemente no ha habido inversiones en estos últimos tiempos. Va a faltar generación y va a tener que programarse algún corte, sobre todo hacer algunos acuerdos con los sectores productivos industriales”, afirmó.

Según fuentes de Energía, el Gobierno trabaja en un plan de contingencia “con medidas preventivas para evitar cortes”. El diagnóstico de los especialistas y los funcionarios es similar: habrá problemas en los picos de demanda. La demanda de electricidad tocó, en febrero pasado, un récord de 29.600 MW. Para este verano, Cammesa espera una demanda de hasta 30.700 MW. Esa mayor exigencia tendrá problemas de oferta tanto desde Brasil como desde Paraguay, que suele venderle a la Argentina buena parte del 50% de energía hidroeléctrica que le corresponde por su cuota de Yacyretá. Paraguay avisó que tendrá menos disponibilidad. “Se está trabajando con ambos países”, indicaron en Energía.

Los voceros del área energética explicaron que Francos hizo referencia a la posibilidad de “cortes voluntarios, programados y remunerados a grandes usuarios”, una decena de empresas que usan energía de manera intensa. “Es bueno que estemos hablando de esto a tres meses del verano, porque no hay improvisación como antes”, destacaron.

Energía elaborará un plan de acción, indicaron en esa Secretaría. Luego, el Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE), que controla a las distribuidoras del área metropolitana, les pedirá a Edenor y Edesur sus propios planes de contingencia. Las distribuidoras y transportistas tuvieron, a principios de año, aumentos de tarifas más altos que los que habían solicitado en las audiencias públicas. Rodríguez Chirillo también les prometió aumentos mensuales ajustados por inflación, pero Caputo los frenó.

Desde que se conoció aquel informe, la Unión Industrial Argentina (UIA) comenzó a tocar timbres para ser parte de la gestión de crisis. “Pedimos estar en la mesa que administre cualquier eventual emergencia y vamos a estar”, indicaron en la entidad. Todavía no tuvieron mayores novedades.

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