La muerte lenta de una democracia

Nicaragua: lo que viene pasando data de hace un tiempo largo, no solo semanas. Retomo la campaña de memes con convocatoria abierta a lectores. Elecciones pintorescas: Aruba, Bulgaria vota de vuelta y Moldavia trata de ordenarse. Notielectoral y recuelectorales muy piolas.

Hola, ¿cómo estás?

Me imagino que en estas dos semanas te estuvo pasando lo mismo que a mí: tengo abstinencia de elecciones. Creo que me voy a recuperar, de a poco, porque este domingo votan en Bulgaria (por segunda vez en pandemia, cuac) y en Moldavia. No sé si te diste cuenta por el Google Calendar Electoral, pero desde las parlamentarias de Aruba del 25 de junio que nadie iba a votar en el mundo. Una barbaridad para este espacio. Encima, te escribo sin agua en el edificio. Quiero ver el mundo arder.

En vistas de eso, pero también porque es un tema central de la agenda electoral, hoy te escribo para hablar de democracia, de qué es, de sus múltiples caras, y lo voy a hacer con un caso que preocupa mucho: Nicaragua. Lo que viene pasando en la tierra que iba a ser un homenaje a Augusto César Sandino es calamitoso, preocupante y terrible, pero no es nuevo, ni actual, ni reciente. Te voy a mostrar unos datos que confirman nuestras peores pesadillas. Las democracias mueren, y lo hacen lentamente. Eso tiene que ver mucho con elecciones. Es la base fundamental de todo proceso de competencia política equitativa, justa, libre y transparente por el poder político.

Esta entrega será más corta para que no me hagan tanto bullying con lo nerdlarguero. Así que después pasamos a una pintoresca que ya fue (Aruba) combinado con dos que serán (Bulgaria y Moldavia). Junté unos recuelectorales muy piolas y un par de perlitas noticiosas.

Ah, arrancamos con el meme hoy. Vamo’ a memea’.

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Visto y considerando que la elección de Pedro Castillo en Perú ya es un hecho (sobre lo que peloteamos acá y acá) ahora sí puedo compartir esta magia que me acercó Kuky Basualdo luego de leer la anteúltima entrega. Abro el llamado a la solidad electoral convocándote a vos, fan de los memes, a compartir tus ingeniosas obras de arte. Ya te conté que no quiero ser menos que mis compañeres.

La democracia en Nicaragua se viene muriendo

Como bien te adelantó Miss Mundo el 14 de junio pasado, la región se puso en alerta por la detención de ocho dirigentes opositores a comienzos del mes, siendo cuatro de ellos precandidatos presidenciales. Vos dirás: “Bueno, una más en Centroamérica, qué más da”. Y no es ni una más ni qué más dá. Nicaragua es un claro ejemplo de la muerte lenta y sostenida que sufren las democracias en las últimas décadas. La inestabilidad ya no viene de la mano de los golpes de Estado como práctica recurrente en los ‘60 y ‘70, o de parte de los impeachment presidenciales, como ocurrió en buena parte de los ‘90. Hoy en día, dicen los especialistas, las democracias se mueren, y lo hacen por dentro.

Para discutir el caso con vos quiero traer a colación a dos especialistas en el tema. El primero es Guillermo O’Donnell, que en nuestra corporación politológica se lo conoce como GOD. En uno de sus últimos libros escritos antes de fallecer, GOD publicó un texto que a mí me encantó desde la primera leída en el tren de cada día cada camino a la facultad: “Teoría Democrática y Política Comparada” se llama el capítulo. Como siempre intentó hacer en toda su carrera académica, GOD se concentró en ordenar el campo semántico, separar paja del trigo, y dejar claridad conceptual para sus lectores. Allí él se refiere a la democracia como una noción conformada por tres corrientes conceptuales del pensamiento occidental.

En primer lugar, la democracia como el mecanismo a través del cual los partidos políticos ganan y pierden elecciones a las que definimos como procedimentales. Desde esta concepción, los procesos electorales son la base a partir de la cual el poder político surge, emana y se distribuye entre los competidores. En segundo lugar, la teoría liberal, a partir de la cual se les reconoce a los individuos miembros de una determinada comunidad política un conjunto inherente de derechos, garantías y libertades que el Estado (y sus autoridades) tienen que respetar, garantizar y promover. En tercer lugar, la teoría republicana de la división de poderes. Para que el ejercicio del poder sea democrático y, consecuentemente, las libertades individuales puedan ser garantizadas, el poder político tiene que estar dividido. Idealmente, en tres partes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. 

Es a través de la conjunción de estas tres corrientes que podemos pensar que la democracia tiene caras, facetas o dimensiones. Cada una de ellas se refuerza mutuamente con la otra, dando vigor al ejercicio democrático y al progreso de toda comunidad política. Nos acostumbramos a que es todo lo mismo, pero no es todo lo mismo, sino que es parte de lo mismo. Como hacer un buen asado: por más que la carne esté buena, si la quemaste, no te van a aplaudir, te van a putear. Todo suma.

Esto no hay que olvidarlo. Y acá entran otros dos cracks de la disciplina, como son Steve Levitsky y Daniel Ziblatt quienes, en su último libro Cómo mueren las democracias (acá tenés una reseña, por si te tienta), plantean un argumento innovador: las democracias ya no quiebran o se rompen, sino que mueren por dentro. Esto ocurre a partir de la elección de dirigentes políticos que toman las riendas del país y fuerzan las instituciones de tal manera que el ejercicio democrático se pierde y, consecuentemente, la tríada de O’Donnell que te mencioné antes se esfuma de a poco. La democracia se va desgranando progresivamente, descomponiéndose en sus partes constitutivas y acercándose a su muerte, mientras convivimos, lo vemos y lo sufrimos diariamente.

Todo esto tiene mucho gusto a Nicaragua, ¿no? Un poco, aunque diría más bien que bastante. Ya que hace dos semanas te conté sobre el proyecto V-Dem, te quiero mostrar la evolución de distintos indicadores de democracia, que se asemejan a los tres conceptos que tomé de GOD y quiero hacerlo de manera comparada con otros países. Los próximos gráficos te muestran dos indicadores de democracia: electoral (elecciones libres, justas y transparentes) y liberal (respeto de derechos, garantías y libertades ciudadanas por parte de las autoridades electas). Los dos tienen una escala de 0 (muy bajo) a 1 (muy alto), y lo comparo con los diez países sudamericanos. Podés replicar los mismos gráficos haciendo click acá.

Como podés ver, desde 1985 (fecha en la cual resulta electo Daniel Ortega en las primeras elecciones libres celebradas después de la victoria de la Revolución Sandinista), Nicaragua comenzó a crecer de a poquito en los tres indicadores llegando al pelotón de los países sudamericanos considerados democráticos en todo el período analizado. Sin embargo, progresivamente y de a poco, comenzó a alejarse del grupo allá por el año 2006. Fijate cómo empieza a caer la línea celeste y a acercarse al otro caso latinoamericano comparable: Venezuela. Ambos se alejan de los otros nueve países de la muestra en el mismo momento. De hecho, según V-Dem, en el país caribeño sudamericano la caída empieza antes. El otro que cae fuerte en el indicador de democracia electoral es Bolivia en 2020. Sacá tus conclusiones.

De hecho, si comparamos a Nicaragua con los países donde la democracia es un bien escaso, no te sorprenderías con el resultado.

Tomando casos aislados de países de distintas regiones del mundo, Nicaragua aparece, junto a Venezuela, como países que tuvieron un desarrollo alto en sus niveles de democracia y de ejercicio democrático del poder, pero sostenidamente comenzaron a fallar. Como dije más arriba tomando a Levitsky y Ziblatt, empezaron a morirse por dentro. Que en los mismos indicadores estés más cerca de China, Corea del Norte, Rusia, o cualquier autocracia asiática o africana, no te convierte en el campeón de la libertad. Todo lo contrario.

De modo que esto no es nuevo ni reciente, tiene ya sus décadas de desgranamiento progresivo. Algo con lo que coincide Kevin Casas-Zamora, secretario general de IDEA International, en esta nota que te dejo para leer. ¿Ya salió Nicaragua del club de las democracias? Acá Luis G. Velásquez Pérez te cuenta que la desafección ciudadana con un régimen político de esas características ya venía mermando en Centroamérica, quedando nuestro analizado país entre una excepción con muchas pinzas. ¿Cuál fue la estocada final? Acá te cuentan que la reforma electoral que iba a garantizar la democracia, en realidad, la terminó de mandar a terapia intensiva. ¿Cómo sale de internación? Pacto, negociación, reglas claras, apertura y apoyo internacional para salvar al régimen político democrático, como sugiere Kevin Casas-Zamora arriba. Si no, habrá velorio.

Fe de erratas

  • En la larga entrega de hace quince días se me pasó completamente incluir a Perú en la base de elecciones de oficialismos en pandemia, pero estaba en el texto. Y en el escrito me olvidé de mencionar a Ecuador entre las elecciones generales perdidas por el oficialismo, pero sí estaba en la base. Se me cruzaron los cables. Esto lo salvamos en el texto publicado en el sitio, pero no así en el que te llegó a tu casilla de correo. Para compensarte, voy a ir actualizando la base online a medida que se sumen elecciones. Te saco, pero te doy.

Elecciones pintorescas

  • Viste que a mí me gusta ir a fiscalizar a lugares inhóspitos. Bueno, se votó en Aruba. Elecciones parlamentarias, obvio, porque we love parliamentarism in the Caribbean. Resulta que la isla tiene una historia parecida por cercanía y pertenencia institucional a la de Curaçao que te conté hace varias entregas. Acá te describen el panorama previo. Y acá, el resultado final. Como ganó el oficialismo, la cuenta en América da 9 victorias y 9 derrotas. Así que le tienen que agradecer a Evelyn Wever-Croes, sobrina de Betico Croes, dirigente político que empujó la autonomía isleña de Países Bajos en la década del ‘80. Todo queda en familia.
  • Moldavia vota el domingo que viene en un despelote de la san p… El país anda empujando para sumarse a la Unión Europea (UE) desde 2005 y hace muy buenos vinos (guiño guiño). Tiene, además, un sistema semipresidencial que erróneamente llaman parlamentario. Resulta que la actual mandamás electa en diciembre pasado, Maia Sandu, del Partido de Acción y Solidaridad (PAS), pudo convocar a elecciones parlamentarias luego de que intentara imponer dos veces a un primer ministro de su partido y fallara. En el medio de todo eso, el órgano legislativo aprobó el Estado de Emergencia por 60 días, producto de la pandemia de Covid-19, y se suspendieron las elecciones que debían convocarse constitucionalmente por el doble fallido. Vencido ya ese plazo, y con la Corte Suprema en el diome, ahora los moldavos van a las urnas para llenar las 101 bancas que se asignan de manera proporcional a distrito nacional único (como pasa en Países Bajos e Israel, por ejemplo). Las listas pueden tener desde 51 hasta 103 candidatos (cosa que no entiendo bien por qué) y tienen un umbral para acceder al reparto de cargos de 2% para candidaturas independientes, 5% para listas partidarias y 7% para coaliciones electorales. ¿Qué se juega acá? Si alinearse a Rusia (como empuja la coalición de izquierda entre el Partido de los Socialistas de la República de Moldavia y el Partido Comunista) o a la UE (como quiere Sandu, su partido y su coalición ACUM con el Partido de la Plataforma por la Dignidad y la Verdad). Acá tenés más y acá más. Las encuestas dan empate en votos entre ambos bloques, con un puchito restante repartidos entre partidos más marginales. Comprá pochoclo.  
  • Bulgaria va a votar otra vez, una cosa de locos. Yo sé que vos sabés que me gustan las elecciones, si hasta escribo sobre eso cada dos semanas. Pero esta gente ya fue a votar el 4 de abril; se asignaron las bancas; no se formó ningún gobierno; y, por práctica institucional, tienen que ir de vuelta, para formar una nueva mayoría. Ya lo había anticipado Ignacio Hutin en esta nota. La política búlgara está dominada actualmente por liberal-conservadores, populistas conservadores, nacionalistas conservadores, conservadores conservadores y otras cosas parecidas que maridan. Con la capa caída desde hace varias elecciones viene de atrás el Partido Socialista, que se armó su Coalición por Bulgaria con comunistas, verdes, humanistas, nuevos movimientos de izquierda y algún resabio de otra cosa. Ninguno de los distintos tipos de populismos, conservadores y liberales (principalmente el “oficialista” GERB y el ecléctico anti-establishment ITN), pudieron formar gobierno, así que cayó en los socialistas. A estos no les dio bola nadie. De modo que el domingo se vuelven a elegir las 240 bancas del parlamento unicameral por sistema proporcional (cuota Hare) en 31 distritos, que varían entre magnitudes de 4 (baja) hasta 16 (alta) y con un piso electoral mínimo del 4%. Si sabés búlgaro, acá te dejo una entrevista a Fernando Casal Bertoa, crack español de los partidos y las elecciones. Si no sabés, Google resuelve todo hoy en día. Acá hay más contexto de las elecciones en abril y acá, de las del domingo que viene. Tiene bien ordenados a los partidos políticos, que es un despelote que me costó un poco comprender. Comprá más pochoclo porque las encuestas dan las mismas tendencias que en abril, con pequeña caída de GERB. En este tablero, al igual que en Moldavia, se juegan apoyos de y hacia Rusia o la UE.

Notielectoral

  • ¿Viste que vuelven todos en las próximas elecciones argentinas? No solo Ricardo López Murphy, también él: Jorge Altamira. Le dieron la personería provisoria para su partido, Política Obrera (guiño guiño). Llama a unir a toda la izquierda, pero, mientras tanto, en el FIT pasan cosas: irán en dos listas distintas por primera vez en su historia en las elecciones provinciales de Salta del 15 de agosto. A ver cómo se acomoda toda la izquierda, que es un caso testigo, único y hermoso de coalición electoral. No voy a hacer el chiste sobre los troskos.
  • Ya sabés, a esta altura, que se votó en Jujuy hace unas semanas. Y por ahí no le diste bola a que participó el 65% de los electores provinciales. Un nuevo proceso donde cae, en promedio respecto de las últimas celebradas, poco más del 10%. Desde acá, militamos para que le den pelota a la letra chica de la elección nacional. Estamos a tiempo, se puede votar en pandemia bien, y lo pueden hacer muchos, como siempre.

Recuelectorales

  • Guido Mastrángelo hizo una de Messi. Armó un Shiny con toda la composición actual de los concejos deliberantes de la Provincia de Buenos Aires, con criterio de clasificación y un agregado a nivel provincial que muestra la relación de fuerzas local del bicoalicionismo™ bonaerense. Yo sé que le facilitó el trabajo político a mucha gente, pero también que aplicó conceptos, definió criterios y visualizó resultados. Hizo ciencia política, de la buena.
  • Ya se compartió en varios lados, pero me gustó mucho esta entrevista que le hizo Martín Astarita a Pierre Ostiguy sobre el cambio que se viene dando en Chile. Me quedo con esta idea: del otro lado de la cordillera hay populismo sin populistas. Viene bien, justo ahora que arrancó la Convención Constituyente el domingo pasado, con la histórica elección de Elisa Loncón como presidenta. Qué ganas de ser politólogo allá, che.
  • Se lee con esta nota de grandes amigos sobre la pregunta que aún nos deja Chile: ¿por qué habrá pocas mujeres gobernadoras?
  • Salió un libro sobre reformas electorales en Misiones. Acá te dejo una reseña.
  • El Observatorio de Reformas Políticas en América Latina armó un ciclo de charlas sobre democracia y elecciones en pandemia. Me gustó mucho esta en particular sobre organización de procesos electorales en este contexto. Para aprender con gente que sabe.

Bueno, mentira. No fue más corto, hice lo que pude. Estoy sin agua, entendeme. Recordá que, por ser parte de este prestigioso club electoral, podés estar al día con el Google Calendar Electoral (acá desde tu compu y acá desde tu celu) y/o con una lista de Twitter que nutre a La Gente Vota. 

Un abrazo electoral, cuidate y nos vemos en dos semanas,

Facu

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Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy lo encuentran dando clases en UBA y UTDT. Le encantan las elecciones y le sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tiene es aprender la historia de los partidos políticos. Cree que la política marida muy bien con un tinto.