Nueva tecnología para encontrar desaparecidos

El riesgo de tener una enfermedad cardiovascular aumenta más del 50% luego de cursar una infección por coronavirus. ¿Qué piensan los científicos de la exploración petrolera en el Mar Argentino? El Equipo Argentino de Antropología Forense incorpora tecnología láser para encontrar enterramientos clandestinos.

Holis, ¿cómo andás? Yo acá, enfrentándome a la hoja en blanco con la cabeza en blanco. Borro oraciones. Miro las noticias que elegí y las veo inconexas. Borro más oraciones. De repente, me acuerdo del almuerzo del domingo. 

Fui a lo de mi tío, quien, además de ser el encargado de que siga comiendo una salsa de tomate exactamente igual a la que hacía mi papá, es un gran poeta. Me contó que hace meses que no escribe y que no le preocupa, que ya le pasó, que sabe que va a volver a escribir y que, si no lo hace, ya tiene obra suficiente. Yo le dije que la poesía sucede cuando encontrás algo sin nombre sobre lo que tenés algo que decir. Y que yo, en cambio, tengo que escribir aunque no tenga nada que declamar.

*El meme dice: lo que dice mi maestra/las tortugas son un símbolo de una sociedad egoísta e indiferente/lo que quiso decir el poeta/me gustan las tortugas

Lo malo de escribir sin tener nada que decir es tener que publicar, inventar una relevancia para no decir nada. La escritura informativa es un medio para el ejercicio de un derecho. La precisión no está en la escritura, sino en el contenido. Entre una cosa y la otra, está quien escribe. La responsabilidad, la importancia de transmitir una interpretación, de escribir para proponer un uso de la información, para hacerle un uso. 

En esta tarde tengo la computadora cargada de contenido pero no encuentro qué decir. Por eso, en la edición de hoy, mi no decir va a estar estructurado alrededor de lo dicho sobre las cosas que las palabras no pueden comprender pero a veces alcanzan a describir. Eso, la poesía. Espero que me ayude a decir algo, a usar las palabras. 

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

Hay que dejar el camino social alquitranado porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas

¿Es
suficiente una
cultura para
seguir viviendo?

– Eduardo Mileo en Pentámeros

Empecé a escribirte estas cartas en cuarentena, cuando decir algo era cuestión de vida o muerte. Si no tenía nada que decir, había algo que tenía que ser dicho. Los que pudimos, acá seguimos. El virus que nos confinó, también. La vida, está por verse.

Varias veces te hablé de mi decepción, de mi impotencia cuando veo que las ganas de salir eran tan literales. Parece que al final se trataba de salir de nuestras casas, no del agujero interior que nos condujo a tal nivel de aislamiento, a esta reclusión que nos hizo creer que no somos animales, al punto de perder la compasión por nuestros compañeros de taxón hasta que ellos mismos nos recordaron que la muerte es una sola y es de todos. 

Pienso en este fragmento de poema. En la cultura a la que nos arrojamos cuando pudimos abrir la puerta aunque hayamos comprobado que no sostiene nuestras vidas. Y así, entiendo o creo que entiendo lo de UNA cultura, porque al principio al poema le respondería que sí, pensando apresuradamente en LA cultura, en el acto cultural. Pero el poeta cambia el artículo y me pregunta por una cultura, poniendo en mí esta pregunta: ¿cualquier cultura?

Me aferro a una forma de esperanza: la insistencia. Y ensayo nuevamente un coronanews. Los tres artículos que voy a resumir a continuación son de la sección de noticias de Nature porque el poema que elegí para presentar la sección forma parte de un libro en el que cada uno tiene cinco partes y está dividido, a su vez, en cinco secciones. Si no puedo respetar la poesía con mi torpeza epistolar, al menos intentaré respetar la simetría.

1-  LA INMUNIDAD OBTENIDA TRAS INFECCIONES PREVIAS DE CORONAVIRUS ES MENOS EFECTIVA FRENTE A LA VARIANTE OMICRON QUE FRENTE A OTRAS. El aumento de casos ante la circulación de Ómicron tuvo una particularidad: muchas reinfecciones. ¿Qué pasó? Este otro artículo del mismo sitio lo resume así: “Una de las formas en que las variantes virales pueden convertirse en dominantes es aumentando su transmisibilidad mediante una replicación más rápida o una mayor capacidad de propagación fuera del cuerpo. Otra vía de dominación es el aumento de la capacidad de escapar de los mecanismos inmunitarios que han aprendido, mediante la infección o la vacunación, a reconocer el virus”. La Delta era de las cepas que se transmiten fácilmente. A primera vista, dada la cantidad de contagios, la Ómicron parecía ser del mismo tipo, pero la cantidad de partículas virales en el cuerpo no alcanza los mismos niveles que con la Delta, así que la capacidad de contagio debería tener otra explicación.

“En un preprint (un artículo que ya fue enviado a una revista pero todavía no se aprobó) publicado el 25 de enero, los investigadores informaron que las personas infectadas que no estaban vacunadas o que habían recibido una sola dosis de la vacuna tenían más probabilidades de tener Delta que Ómicron. Pero las personas infectadas que habían recibido dos dosis de la vacuna tenían casi dos veces más probabilidades de tener Ómicron que Delta, y las que habían recibido tres dosis tenían tres veces más probabilidades de tener Ómicron”. ¿Por qué? La hipótesis es que, como el virus que circula en los cuerpos de las personas vacunadas tiene menos diversidad genética que el de las personas no vacunadas, no son las vacunas lo que está promoviendo nuevas mutaciones. Sin embargo, a medida que un mayor número de personas adquiere inmunidad a través de la infección o la vacunación, las cepas virales que pueden evadir la respuesta inmunitaria tienen una ventaja cada vez mayor sobre las demás.

¿Y entonces? Un estudio de infecciones en Qatar sostuvo que haberse infectado previamente era alrededor de un 90% efectivo para prevenir infecciones con las variantes Alpha, Beta y Delta y 56% con Ómicron. Sin embargo, la mayoría de estas reinfecciones ocurrió alrededor de un año después, lo que sugiere que las infecciones previas ofrecen cierta inmunidad por un tiempo. Además, la protección contra formas graves de COVID-19 causada por Ómicron es bastante alta, alrededor del 88%.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que los estudios suelen trabajar con casos confirmados, por lo que muchas infecciones asintomáticas o muy leves no son registradas y se puede estar subestimando la efectividad de una infección previa. 

En conclusión: ¿Ómicron parece más efectiva que otras variantes para evadir la respuesta inmune generada por infecciones previas y vacunas? Sí. ¿Esto quiere decir que las infecciones previas y las vacunas no ofrecen ningún tipo de inmunidad? No. Por las dudas, recordar lo de siempre: inmunidad no significa solamente impedir infecciones, también es generar mecanismos que moderen la replicación del virus para que la infección no derive en formas graves de la enfermedad.

P/d: si alguno lo conoce al Kun Agüero por favor pásele el artículo. Parece que no le alcanza con ser del equipo más amargo de la Argentina, ahora también es ortiva con las vacunas.

2- EL RIESGO DE ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR AUMENTA LUEGO DE UNA INFECCIÓN POR SARS-CoV-2. Ya me siento Pablo Lescano clavando un “otra vez” en cada párrafo. Pero sí, los niveles de efectividad de la prevención no pueden medirse teniendo como único parámetro la cantidad de infecciones y de muertes durante su curso. 

El estudio que llegó a tal conclusión comparó los datos de 150.000 veteranos de guerra que sobrevivieron al menos por 30 días luego de haber contraído COVID-19 con dos grupos de personas que nunca se infectaron: uno de más de 5 millones de personas que usó el sistema de salud de los veteranos durante la pandemia y una muestra similar, pero de personas que lo usaron en 2017.

¿Qué encontraron? Las personas que se habían recuperado de COVID-19 mostraron un marcado aumento en 20 problemas cardiovasculares durante el año posterior a la infección. Por ejemplo, tenían un 52% más de probabilidades de sufrir un infarto que el grupo de control contemporáneo. El riesgo de insuficiencia cardíaca en el grupo de los infectados se vio incrementado en un 72% respecto a los no infectados y, si bien haber estado hospitalizado también aumentó las probabilidades de complicaciones cardiovasculares, el riesgo de padecerlas también fue mayor entre los infectados que no requirieron hospitalización. Estos aumentos se vieron inclusive en personas menores de 65 años sin comorbilidades.

Como siempre, la investigación tuvo algunas limitaciones: las personas del grupo de control contemporáneo no fueron testeadas, por lo que es posible que algunas tuvieran infecciones asintomáticas o muy leves. Por otro lado, como el grupo de infectados estaba compuesto únicamente por pacientes de la Administración de Veteranos, que son en su mayoría varones blancos, los resultados podrían no ser trasladables a todas las poblaciones.

Igual, los hallazgos sugieren que los sistemas de salud deberían prever un aumento de casos de enfermedades cardiovasculares, lo que podría complicarse si seguimos en un escenario de muchos casos, ya que los casos activos demandan mucho personal médico y recursos. 

3- LAS PANDEMIAS CAUSAN DISCAPACIDAD Y LA POLÍTICA SANITARIA FINGE DEMENCIA AL RESPECTO (¿Estás segura de que Nature tituló así, Agostina? Vos fumá). El artículo empieza citando a un filósofo que investiga las intersecciones entre tecnología y discapacidad en el Virginia Polytechnic Institute and State University, que dice que, si bien la invisibilización de la discapacidad no es nueva, “es particularmente preocupante que no pensemos en la COVID-19 como discapacitante. Inclusive desde el lenguaje nos desviamos de ello. ‘Condiciones pre existentes’ es un eufemismo para ‘discapacidad’”.

El artículo tiene un planteo que me encantó. Dice que, desde el principio de la pandemia, las personas con discapacidad supieron que iban a padecer más la enfermedad. Sin embargo, hay una ilusión general que afirma que la COVID-19 es algo de lo que la mayoría de la gente se recupera intacta con su sistema inmune actualizado. Después de dos años, hay millones de personas conviviendo con diversas patologías como consecuencia de la infección. Es hora de preguntarnos si el resultado va a ser un cambio en las actitudes respecto a la discapacidad. “¿Comprenderá la sociedad que el cuerpo puede verse alterado durante un largo periodo -incluso de forma permanente- por una enfermedad infecciosa, al igual que parece haber aceptado que las políticas del cuerpo nunca volverán a ser las mismas? ¿Y hará los ajustes necesarios?”.

A lo largo de la nota, se enfatiza en que esta no es la primera vez que surgen estas preguntas. Por ejemplo, la Gripe Española se superpuso con una epidemia de encefalitis letárgica (EL). Luego, el 80% de los sobrevivientes de EL desarrolló Parkinson. Si bien nunca se encontraron moléculas del virus de la gripe en el tejido cerebral de la gente que murió de EL y Parkinson, la relación entre la Gripe Española, la EL y el Parkinson post-encefalítico está bastante reflejada en estadísticas. En 1957 y 1968, años en los que también hubo pandemias de gripe, se registraron aumentos de encefalitis y otras condiciones neurológicas. De nuevo, no se encontró un vínculo causal concluyente, pero dado que se sabe que el virus de la influenza puede infectar el cerebro y causar inflamación ahí y en otros órganos, la relación parece bastante probable. 

En el caso de la polio, en 1955, cuando se aprobó la vacuna, se creyó que el problema estaba resuelto. Sin embargo, se estima que entre el 20 y el 85% de los sobrevivientes recayó varias décadas después (medio imprecisa la estimación ¿no?). Esto se llamó síndrome post-polio y causó que muchas personas volvieran a depender de respiradores y otros dispositivos.

El apartado anterior sobre enfermedad cardiovascular es solo un ejemplo de las formas que puede tomar el long covid, un tema del que ya hablamos en varias cartas que refiere a los síntomas persistentes luego de la infección y engloba también sus patologías derivadas. Algunos economistas estiman que, sin contar a las enfermedades mentales, la discapacidad inducida por COVID-19 podría representar el 30% de la carga total del sector salud generada por la pandemia. 

La nota concluye: “La salud pública siempre ha privilegiado lo agudo sobre lo crónico, pero esto va más allá de descontar el futuro. Se trata de enfrentar los modelos de discapacidad: el médico y el social. ¿Cuándo será seguro que un adulto con asma grave vuelva a trabajar en persona? ¿Cómo se va a educar al niño con un trasplante de órganos si no hay vacunas para él, ni mascarillas ni pruebas para sus compañeros, ni se avisa a sus padres cuando hay un caso en la clase y se transmite el mensaje público de que la infección galopante entre los niños está bien?”.

Hay que volar libre al sol y al viento repartiendo el amor que tengas dentro

de nuevo.
El invierno no resultó lo opuesto al verano.

– Victoria Cóccaro en Hotel

Las ciencias se ocupan en gran parte de desarmar dicotomías para establecer interacciones. La pretensión de universalidad no se diluyó cuando las feministas señalamos que el conocimiento que producen no se aplica a todos los sujetos. Simplemente dejó de estar ahí. Las ciencias siguen queriendo contener todo el universo, así como la separación entre invierno y verano contiene todas las formas de lo que captura la vista.

¿Qué esperamos hoy del verano y del invierno? Que sucedan. No es una espera de expectativas, es una espera de ilusión, porque sabemos que las estaciones se están amalgamando. La vista se enfrenta a la indistinción. Las plantas en todos lados se parecen. La fauna pasó de la diversidad a la monotonía de las formas resistentes. La naturaleza ya no puede malgastar recursos en la belleza. Una sola estación que solo expresa diferencias entre máximos estadísticos de temperaturas. Sin colores distintivos o criaturas emergentes. No hay invierno y verano. Hay calor y frío.

De nuevo, dice Victoria. De nuevo la frustración de que lo que llega, lo que se espera, no sea lo opuesto del padecimiento contemporáneo. Cuando llegue el momento, ¿podremos imaginar las estaciones?

Estudié Ciencias Ambientales para contener, igual que los solsticios, como los equinoccios, pero con la tosquedad de mi humanidad. Estudiando ecosistemas aprendés que todo tiene que ver con todo, como los momentos en los que se piensa algo. En este apartado, le faltaré el respeto a la poesía con la escritura civil de los científicos y la apelación a la cultura del chimento e intentaré respetarla con la idea de que es preciso pelear por deleitar la vista.

Conservar las estaciones no es fácil. Muchos de los cambios observados como producto del calentamiento global han sido declarados como irreversibles. Nos dirigimos al cadalso. Lo que podemos evitar, tal vez, es la horca. El verdugo siempre tiene opción.

Tal vez porque todavía queremos guardarnos la noble tradición de discutir si banda del verano o banda del invierno (obvio que banda del invierno), las decisiones políticas sobre la matriz productiva y sus posibles impactos ambientales son cada vez más discutidas. La última fue la exploración offshore de petróleo.

Así como el invierno no es lo contrario al verano, la ciencia no es lo contrario a la opinión. Mucho menos a la emoción. Y ni que hablar de creer que son la civilización en oposición a la barbarie. Las comunidades científicas piensan y expresan cosas distintas sobre el mismo tema y se tiran con de todo.

En este tweet, la ecóloga Irene Wais, dice: “Este tipo de comunicados realmente me preocupa. Sí, son destacados científicos, pero en lo suyo. Zapatero a sus zapatos, como dice el antiguo dicho. Yo no le discuto a Paenza teoremas matemáticos ni sobre virus a Gamarnik”. Se refiere a este documento redactado por el grupo Ciencia y Técnica Argentina titulado «LA EXPLOTACIÓN PETROLERA Y SUS RIESGOS. Energía, desarrollo y pobreza» y firmado, entre otros, por el matemático y la viróloga.

Más allá de la posición que uno tome respecto a la explotación petrolera y el problema infinito que representa pensar que las posibilidades son a favor/en contra, hay algo que dice Irene que está bueno. ¿Por qué la opinión de una viróloga como Andrea Gamarnik sobre el tema constituiría una razón pública de peso? Entiendo, por supuesto, que en la firma de un documento grupal lo que uno puede hacer es suscribir algo escrito por colegas especialistas, pero en este caso llama la atención que lo primero que se ve en la nota, antes del documento y sus argumentos, sean las firmas. Y que primero estén las de los investigadores más conocidos.

15 días después de esta publicación salió una respuesta titulada: “Trabajadoras y trabajadores de Ciencia y Tecnología decimos no a la explotación offshore en el Mar Argentino”. ¿Cuál es entonces la posición científica? Ninguna. Ambas son posiciones de científicos. Las ciencias no se discuten en comunicados mediáticos, sino en organismos especializados. Estos documentos citan información para justificar la postura de esos científicos respecto al problema. Que estén redactados por personas que se dedican a la investigación no los transforma en evidencia en favor de la perspectiva que expresan. (#BarbieTip, cuando veas cosas así en los medios, googleá a qué se dedican los firmantes, al menos los 10 primeros, es un buen primer paso para ejercer por la positiva aquello de tomalo como de quien viene).

La evidencia existe, por supuesto, y puede ser contradictoria. Las ciencias son un espacio de discusión. El punto es que, cuando se trata de algo que todavía no pasó, estas cartas están lejos de ser material informativo que ponga a la población al corriente de esa evidencia, ya que se estructuran alrededor de afirmaciones con fuentes primarias, que para muchas personas pueden resultar confusas. Por otro lado, el material informativo tiene que bastar para informar, las fuentes pueden ser un complemento para quien quiera profundizar. Informar es dar cuenta de los debates y tensiones. Los científicos lo saben bien, se llama estado de la cuestión. Nunca se empieza por las conclusiones.

Argumentar no es exhibir soportes para las propias afirmaciones, sino rebatir las ajenas o construir un tercer argumento con elementos de ambas. Y recién ahí sentar posición. En vez de decir estoy a favor o en contra de tal o cual cosa, decir, sobre esto algunos dicen que X y otros que Y, yo creo que X porque tal y cual cosa.

A continuación, te copio párrafos de una y otra carta, no con la intención de que decidas si estás a favor o en contra, sino de que veas cómo se construyeron ambos argumentos en la esfera pública y la diferencia entre recurrir a información científica y facilitarla. Como dijo una gran pensadora: “Lo dejo a tu criterio”.

Primera Carta

Cabe señalar que entre 2010 y 2020 se ha realizado exploración sísmica en más de 300 mil kilómetros cuadrados, sin que se hayan registrado daños en la fauna marina, como se refleja en el continuo aumento de la población de la ballena franca austral documentado año tras año por los científicos y científicas del CONICET. Estas ballenas no crían ni se reproducen en las áreas previstas de prospección, áreas que solamente son empleadas como zonas de tránsito. El mayor efecto sobre ellas será eventualmente un cambio momentáneo en la trayectoria de desplazamiento de algunos ejemplares.

Por otra parte, ¿puede ignorarse que Argentina explota offshore desde hace más de 50 años en la cuenca Austral? En ese período se han realizado alrededor de 200 pozos exploratorios y de producción y hoy 36 de ellos proveen el 17% del total de la producción de gas de nuestro país. La CONAE, a través de imágenes satelitales, controla diariamente la actividad offshore informando a las autoridades. No se han registrado hasta el presente situaciones significativas. Este control no sólo es fundamental para garantizar la seguridad de la explotación con la alerta temprana y la activación de planes de mitigación en caso de verificarse un derrame, también es una garantía de seguridad y un motivo de orgullo para la sociedad argentina por ser parte de nuestro sistema científico tecnológico, propio y soberano.

Segunda carta

El proyecto que rechazamos se presenta como una continuidad de la explotación hidrocarburífera vigente en nuestro país. Sin embargo, esto no es cierto. Las actuales perforaciones offshore en el Mar Argentino se realizan a menos de 100 metros de profundidad (aguas someras), mientras que la exploración autorizada es en aguas ultraprofundas, entre los 1700 y 4000 metros de profundidad. Este tipo de actividad se considera extrema pues implica un aumento en los riesgos y posibles impactos de cualquiera de las tareas involucradas.

El proyecto que rechazamos afecta a gran parte de la fauna marina y no únicamente a una especie respecto a sus rutas migratorias.  En efecto, la exploración sísmica perjudica a mamíferos, aves, reptiles (como las tortugas marinas), peces, cefalópodos, crustáceos y otros invertebrados marinos. También tiene impactos negativos sobre los organismos planctónicos. Para mapear el lecho marino se realizan disparos aéreos 3D y 4D que generan ondas sonoras que pueden alcanzar los 250 dB; esto provoca daños en los tejidos de los organismos y alteraciones en su comportamiento, incluso puede llevarlos a la muerte. Por otro lado, la instalación de plataformas implica que haya iluminación y contaminación sonora constante, condiciones que también afectan a la fauna. 

Primera Carta

Es preciso, y eso forma parte del debate, poner sobre la mesa cómo se llevarán a cabo estos proyectos de explotación, la evaluación de riesgos y las tecnologías de mitigación de sus efectos así como garantizar a la ciudadanía que los recursos que se generen sean utilizados para beneficio, tanto del gobierno nacional como para los ciudadanos y ciudadanas de las localidades cercanas. Un excelente ejemplo es Lula con el desarrollo del PRESAL, destinando fondos de lo producido en  salud, educación y ciencia y tecnología. En este caso también se puede destacar que, a diferencia de otras iniciativas en las cuales sólo participaban empresas extranjeras, en este caso YPF es parte de la propuesta del proyecto offshore y estará a cargo de la perforación del primer pozo exploratorio.

Segunda Carta

Por la Ley 27.007 (que modifica la Ley 17.319) la producción proveniente de concesiones hidrocarburíferas offshore cuenta con la libre disponibilidad del 60% de las divisas generadas en la explotación de las mismas y una reducción significativa de las regalías: al 6% en los primeros 10 años de producción, al 9% en los siguientes 10 años y al 12% en los últimos 10 años (Decreto Nacional N° 900/21). Además, como ha quedado demostrado con otros proyectos extractivistas asociados a hidrocarburos (como el fracking en Vaca Muerta), las empresas multinacionales fugan los capitales al exterior lo que genera un desbalance neto en las ganancias que quedan en el país (8.679 millones de dólares entre 2013 y 2019).

Abrid los brazos, la mente y repartíos que sólo os enseñaron el odio y la avaricia

Estar en el medio
sin origen
sin futuro
sin identidad
sin ancestros
sin hijos
en la línea de encuentro
de un cielo exterior
con un infierno interior.

– César González en La venganza del cordero atado

El jueves que viene es 24 de marzo y a este newsletter no le toca salir. El poema de César me encuentra con el despojo de transformar a una persona en un cuerpo. Aislado, torturado, muerto. Desaparecido.

Reivindicamos la identidad porque seguimos buscando a las personas. Nos negamos a resignar el futuro que imaginaron. El año pasado salí a la calle con mis amigas a pegar carteles. Decían: “No estamos todas, faltan revolucionarias”. Nunca tenemos que olvidar que nuestra impotencia neoliberal es su plan. A las madres y a las abuelas les quitaron a sus hijos y a sus nietos. Al pueblo, sus luchadores. Todos somos menos personas desde entonces.

Por algo existe la expresión justicia poética. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EEAF) hace poética justicia. 

El año pasado te hablé de su historia. Este, me enorgullece que la sigan, que la historia no sea pasado sino relevancia presente. 

En 2020, el EAAF comenzó a usar LiDAR, un técnica de teledetección óptica que, con una luz emitida por un láser mide la distancia a un objeto. Cuando se utiliza para un barrido de superficie, la luz del láser registra muchos puntos muy cercanos y obtiene datos sobre la distancia respecto a cada uno. Entonces, por ejemplo, instalando un aparato con LiDAR en un avión se puede hacer un modelo 3D de la topografía de un lugar. Esto dio lugar a la incorporación al equipo de especialistas en otros campos que no son arqueología o antropología. Por ejemplo, hay especialistas en geodesia en la Universidad Nacional de La Plata a cargo de analizar e interpretar los datos obtenidos por el sistema.

La necesidad de incorporar esta nueva tecnología se explica por esto que describe Mariella Fumagalli, coordinadora de Búsquedas del EAAF: “A partir del 2016-2017, el EAAF se empezó a empapar en el uso de nuevas tecnologías de búsqueda aplicadas al contexto forense porque transcurridos ya casi 40 años de labor del equipo, el primer obstáculo que se nos presenta justamente es el transcurso del tiempo y el agotamiento de los lugares. Fuimos agotando cementerios, lugares en donde teníamos un testigo directo de los hechos y ahora estamos frente al desafío de buscar en zonas mucho más complejos y con información mucho más difusa”.

Con el LiDAR, entonces, se pueden identificar alteraciones en los suelos que podrían indicar enterramientos clandestinos. Los datos obtenidos en el escaneo se cruzan con testimonios y pruebas para obtener nuevas pistas. “El procesamiento de los datos obtenidos de los vuelos conlleva varios meses de trabajo. En función de toda esta información recabada y las áreas que pueden presentar algún interés, se llega a la etapa de campo, el momento de agarrar la pala e intervenir”, explica Fumagalli y añade: “Se sigue trabajando en pos de recabar datos testimoniales e información aportada por los actores que participaron de los eventos históricos, sin eso todas estas herramientas no tienen ningún sentido, porque requieren interpretación y una aplicación con un enfoque muy específico, muy determinado. No son herramientas mágicas, tienen que estar retroalimentadas con esa metodología clásica arqueológica, porque en definitiva lo que va a permitimos ver si tenemos éxito o no es ir e intervenir en el terreno”.

Ensancha el alma

¿Querés abrazar o que te abracen?, me preguntaste
y qué diferencia hay, dije yo
mientras me refugiaba

– Leila Sucari en Baldío

Termino esta carta haciendo espacio con los codos entre mis libros de poesía. Todo lo que me constituye lo tengo encima. Mis recuerdos no se pueden narrar.

Mi mejor amigo dice: “El lenguaje es la colonización de la realidad”. La frase la dijo él, el lenguaje para llevarla a cabo lo hicimos juntos. Con esas palabras invade quién soy, me coloniza la identidad. Nos reímos abajo de la lluvia pensando en preguntarle a alguien: “¿Y vos, cómo preferís colonizar la realidad?”. Lo llevamos al colmo de la honestidad y confieso que la primera pregunta que me gustaría hacerle a cualquiera es: “¿A qué construcción teórica de la realidad adherís?”. La ciencia se hace a partir de esa pregunta y se expande más allá de la realidad. Lo que surgió como interpretación de lo que nos rodea derivó en intuición de lo que no existe. 

La poesía, en cambio, no necesita teoría. Solo lenguaje. Pero no coloniza la realidad porque no la reconoce. Solo percibe lo real. 

Te mando un beso enorme,

Agostina

p/d: las refes de este news son de esta canción basada en un poema de Manolo Chinato.

p/d2: gracias a Eduardo, a Victoria, a César, a Leila, a Julieta y a tantos otros queridos por insistir en darle poesía a esta vidita empirista y a la mujer tosca, testaruda y pedante que la lleva a cabo.

Soy comunicadora científica. Desde hace tres años formo parte del colectivo Economía Femini(s)ta, donde edito la sección de ciencia y coordino la campaña #MenstruAcción. Vivo en el Abasto con mis dos gatos y mi tortuga. A la tardecita me siento en algún bar del barrio a tomar vermú y discutir lecturas con amigas.