Elecciones en Jujuy: ¿se consolida el radicalismo?

El 7 de mayo eligen gobernador, vice, diputados, intendentes y convencionales constituyentes. Gerardo Morales no puede ser reelecto y apuesta a Carlos Sadir para que lo suceda. Historia política de la provincia.

Hola, ¿cómo estás?

Yo cada vez estoy más enamorado del norte. Pasé unas vacaciones re piolas hace poco y cada vez que tengo alguna oportunidad me pego una escapada. No fueron muchas. De hecho, tendría que estar escribiendo esto desde Cafayate o Purmamarca. También podría ser desde el lugar favorito en la Tierra de mi progenitor, la Cuesta de Miranda, que, aunque no quede en Salta ni en Jujuy, es todo lo que es el norte.

Pero no está pasando. Escribo mitad desde un departamento en La Paternal y otro tanto entre aeropuertos. Durísimo. A esta altura ya te estás imaginando la que se nos viene en #LaGenteVota. Esta será una entrega doble. Jujuy y Salta no sólo limitan, sino que van de la mano. Votan con una semana de diferencia, ambas en mayo. Y el próximo jueves saldrá una nueva entrega del news. Hoy hablaremos de Jujuy, la próxima de Salta.

El norte es lindo. Y su política es bella.

Una provincia familiar y peronista

Tanto Jujuy como Salta no son como las últimas entregas: fueron provincias con elecciones propias antes de la oleada provincializadora del primer peronismo.

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La más norteña del país, de hecho, tuvo sus disputas entre panistas, radicales, antipersonalistas y todas esas bandas pre democracia de masas. De hecho, a comienzos del siglo XX el conservadurismo jujeño dio forma al Partido Popular (también llamado Partido Provincial), que fue la rama de la oligarquía local que intentó mantener los hilos del poder con la democratización de las elecciones que implicó la Ley Sáenz Peña. Durante la Década Infame los mal llamados “populares” gobernaron sin mucha resistencia, como ocurrió en otras provincias.

El advenimiento de Juan Domingo Perón a la política nacional tuvo su correlato en Jujuy. Alberto Iturbe fue el primer gobernador identificado con el movimiento en la provincia. Emparentado con Miguel Tanco (gobernador por la UCR en 1930), llegó a Jujuy para hacerse cargo de obras públicas en el gobierno de Raúl Bertrés (UCR). Su propio dato de color es que tuvo que postergar su asunción para cumplir la edad reglamentaria para asumir el cargo, a pesar de haber ganado las elecciones. El Golpe de Estado de 1955, y las sucesivas interrupciones y aperturas posteriores, dieron pie a que aparecieran otras dos figuras que tendrían su conexión con el proceso de transición a la democracia en 1983. Las primeras elecciones de 1958, las de Arturo Frondizi, hicieron gobernador a Horacio Guzmán (UCRI), el mismo que 6 años después se pelearía con todos y armaría el Movimiento Popular Jujeño (MPJ) que anda dando vueltas hasta hoy. Mientras que las de 1962 dieron ganador a José Humberto Martiarena y a un tal Guillermo Snopek, ambos electos por el Partido Laborista. La elección, como las de otras provincias, fue anulada por el golpe de Estado del mismo año.

Snopek, seguro el apellido te suena en la cabeza y fuiste corriendo a buscar alguna boleta que tenías guardada. Es una familia profundamente conectada a la política jujeña y al peronismo de la provincia.

El Guillermo que fue electo vicegobernador en 1962 era un abogado tucumano que se radicó en la provincia y trabajó arduamente para mantener vivo al Justicialismo. Su relevancia no es solo por el esfuerzo en la construcción partidaria en épocas de botas y balas, sino porque su hermano, Carlos, fue el primer gobernador electo con el regreso a la democracia en 1983. Los Snopek, Iturbe y Martiarena fueron las caras fundadoras del peronismo jujeño, todos provenientes del sabattinismo cordobés y otras subespecies de la UCR-JR.

En las elecciones jujeñas de 1983 Carlos ganó cómodo por 20 puntos y así fundó una hegemonía que duró hasta 2015. Te venía contando que los Snopek fueron una familia potente en Jujuy. Y si te mareé (como me pasó a mí) con los Sapag, acá me pasó algo parecido. Guillermo (padre) tuvo como descendencia a Guillermo Eugenio Snopek (hijo), quien también fue gobernador electo en 1995. Su gobierno sólo duró 76 días a causa de su repentina muerte luego de chocar contra un caballo en la ruta 9 el 23 de febrero de 1996. Había asumido el 10 de diciembre anterior. Algo similar le pasó a su tío, Carlos, el gobernador de 1983, quien recorriendo la provincia para las elecciones de 1991 también tuvo un accidente automovilístico que le costó la vida. Pero la familia no terminó ahí. Originales para los nombres, Guillermo Eugenio (hijo) tuvo a Guillermo Eugenio Mario Snopek (nieto), actual senador nacional que recientemente fue noticia, y anterior diputado nacional y provincial. Su hermana María Mónica también tuvo un accidente de tránsito y su otra hermana, Tulia, ya va a aparecer más abajo.

Lo sorprendente del peronismo jujeño es que a estas tragedias familiares también las secundaron otras partidarias que implicaron renuncias de gobernadores. De hecho, Carlos Snopek fue el primer gobernador en terminar un mandato en 1987, algo que no ocurría desde 1952 y situación que no se repitió hasta el período 2011–2015 de Eduardo Fellner. Durante 13 años entre 1990 y 2003 sucesivas renuncias de gobernadores, vicegobernadores y designados por la Legislatura provincial dieron pasos al costado en más de una oportunidad. Contando a Eduardo Alderete, el primero que renunció el 10 de diciembre de 1991, hasta el propio Fellner, transcurrieron seis ocupantes transitorios de este lindo edificio estilo francés. Es, entonces, sorprendente que en un escenario de tanto recambio de liderazgo el peronismo se haya sostenido. Hay una explicación: potencia electoral con Ley de Lemas. La provincia fue una de las primeras que incorporó el Doble Voto Simultáneo (DVS), como se lo conoce en la jerga, en las elecciones de 1991. Duró hasta las del 2003, cuando se dejó de aplicar para la carrera a la gobernación.

Es en estos dos años que aparecen otros dos nombres que marcaron el pulso de la política jujeña. Uno ya fue nombrado, el propio Fellner. Eduardo, al presidir la Legislatura provincial, fue designado para terminar el mandato de Carlos Ferraro en 1998. Resultó electo en 1999 y en 2003 hasta 2007, cuando dejó el distrito para presidir la Cámara de Diputados de la Nación. Volvió en 2011 luego del mandato de Walter Barrionuevo, y se convirtió en el gobernador de la provincia que más veces habitó la casa francesa. El otro es el actual gobernador, Gerardo Morales, casado y uniendo árboles partidario-genealógicos con Tulia Snopek.

G fue la cara de una UCR que en la década del ’90 siempre ganó las elecciones, pero nunca pudo asumir porque el DVS depositó a un peronista en el sillón provincial. Compitió en 1995, 1999 y 2003, todas sin el resultado esperado. Frustrado, esperó hasta las elecciones del 2015, las del cambio. Armó una gran coalición que alcanzó desde el peronismo más justicialista y menos kirchnerista hasta el MPJ, la UCR y quienes se referenciaron con Sergio Massa en el distrito. La victoria por más de 23 puntos sobre el PJ, pero sobre todo sobre Fellner, le dieron un impulso sin igual a un espacio político que no había podido ganar la provincia desde el retorno a la democracia.

Y que no había gobernado desde Guzmán, el intervenido.

Las reglas y los cargos

En Jujuy se llega a gobernador por mayoría simple y tiene una sola reelección permitida. Allá son demócratas convencidos porque, en caso de empate, se tiene que votar otra vez. En paralelo se elige a los integrantes de la Legislatura unicameral, que tiene 48 bancas y se renuevan por mitades cada dos años. Todos van en la misma boleta que presenta cada partido o coalición porque no se subdividen por departamento: juega el bien querido distrito único con piso del 5% pero del padrón, no de los votos emitidos. Atenti con las cuentas. Para la distribución, D’Hondt que te quiero D’Hondt.

Pero la provincia más norteña de todas también elige, junto a sus cargos ejecutivos, legislativos y municipales, a 48 convencionales para una reforma parcial de su Carta Magna. En septiembre del año pasado sancionaron la ley que habilita a retocar 17 artículos mediante debate constituyente, entre los que resaltan limitar los mandatos electivos a dos períodos, prohibir la “ley de lemas”, limitar los cortes de ruta, prohibir los indultos para quienes cometen delitos dolosos graves y el refuerzo de algunas libertades individuales, entre otras cositas. Las boletas que incluyen a las 48 candidaturas a convencionales irán pegadas a todo el tramo de cargos provinciales y locales. El órgano que se conforme deberá tomar forma dentro de los 30 días posteriores a las elecciones y deberá entregar el documento final dentro de los 3 meses posteriores sin posibilidad de prórroga. A trabajar, pues.

El oficialista Frente Cambia Jujuy lleva a su propio gobernador saliente encabezando la lista -es decir, Morales- y es la que va a estar primera de todo el tramo de cargos en juego. Hablame de tracción. El mecanismo de reparto va a ser idéntico al del legislativo provincial. Razón por la cual si gana el oficialismo con mayoría propia, también podrá controlar la convención.

¿Se consolida el radicalismo jujeño?

Para entender el escenario jujeño, tierra de la chapiadora Cazzu, charlé con Penélope Vaca Avila, politóloga, profesora en UNAJ y UNSAM, e integrante de mis amigos de REPSA. Comienza así: “Gerardo Morales venía siendo la figura más importante del partido de la oposición, alternando con cargos nacionales y con muy buena relación, dentro de todo, con Eduardo Fellner”.

El cambio, como te dije, llegó en 2015. Penélope lo relata muy bien en este trabajo. “El fin del kirchnerismo nacional se espeja con el fin del kirchnerismo en la provincia, que había tenido una expresión muy particular y movimientista con Milagros Sala como alianza de Cristina Fernández de Kirchner en Jujuy. Esto dio pie a la alternancia y en términos políticos fue posible por una ruptura del peronismo, liderada por Carlos Haquim”, me cuenta. Ese aporte sustancial le valió ser el vice de Morales desde entonces.

“Hay un acuerdo que Morales consigue entre la UCR provincial, un PRO que debuta en las elecciones ejecutivas en el distrito, el GEN y una parte del Peronismo local que estaba referenciada a nivel nacional con Sergio Massa. El primer armado de Morales en el 2015 es con este acuerdo tripartito a nivel nacional, reproducido a nivel local”, ahonda. Esta jugada se repitió para las elecciones provinciales de 2019, “salvando un poco el barco del mal resultado de Mauricio Macri a nivel nacional”.

Esta nueva dinámica competitiva en Jujuy no impactó en buenos términos en el peronismo provincial, al cual le costó mucho rearmarse después de la alternancia. “El Peronismo no se recupera de esa situación y en el 2019 se presenta totalmente fragmentado en cinco listas para la gobernación”, ahonda. Esta fragmentación ayudó, sin dudas, a Morales. “Si sumamos el total de los votos que sacan a gobernador todas las listas hubieran ganado”, calcula. “Recién ahora el peronismo parece acomodarse un poquito”, evalúa Penélope desde su provincia.

Pero estas elecciones del 2023 traen algunas novedades. Como, por ejemplo, que “los radicales se presentan por primera vez siendo oficialismo con una fórmula 100% radical para poder consolidar el partido en el distrito. Es una apuesta bastante importante porque hasta ahora, por sí mismo, no ha ganado ninguna elección a la gobernación”, me cuenta.

“Gerardo Morales está haciendo con esto una apuesta muy importante. Sobre todo porque él no puede volver a presentarse”. La boina blanca jujeña va con Carlos Sadir, “mano derecha de Morales” y ministro de Hacienda de Jujuy desde 2016, acompañado de Alberto Bernis, diputado provincial desde 2005 y actual presidente del bloque.

“Es una apuesta fuerte porque son dos personalidades no muy conocidas”, considera Penélope. “El sucesor natural era Raúl ‘Chuli’ Jorge, quien va por su quinto mandato consecutivo para la Intendencia de San Salvador de Jujuy. Él sí tenía peso propio”. En la charla hipotetiza que la estrategia tal vez sea una imitación del Fellner versión 2007, cuando salió a jugar a nivel nacional y dejó a Walter Barrionuevo como delegado transitorio para volver en 2011. Al encabezar la lista de convencionales constituyentes para este año y mandar a jugar otra vez a “Chuli” en la capital, tiene sentido: “tracciona por arriba y por abajo a dos desconocidos”, piensa Penélope. ¿Y Haquim? “Bueno, quedó un poco bollando porque nunca tuvo apoyo del Frente de Todos nacional”, aguijonea. Nunca se integró de manera directa al radicalismo jujeño, siempre jugó con su lista y ahora repite para retener su paquetito legislativo.

El peronismo provincial va este año con dos listas. Una de ellas la encabeza Ricardo Rivarola, diputado provincial en dos períodos y presidente del PJ local. Lo acompaña María Carolina Moisés, quien “no siempre tuvo buena relación con Rivarola”, dice Penélope. Ambos unificaron sus apoyos territoriales a nivel municipal para complementarse y tratar de hacerle fuerza a Morales y su tropa. “Es una entente bastante pragmática: él es fuerte en el norte y en el sur, ella en el Ramal”, analiza. Hay espacio para la historia: Martín Fellner ocupa el 3° lugar de la lista de legisladores provinciales. También quiso jugar uno de los Snopek, Guillermo, el nieto. Su lista se judicializó a iniciativas del PJ por ser el hermano de la Primera Dama provincial y aún resta una definición al respecto. Por último, aparece una tercera candidatura en la figura de Rodolfo Tecchi, rector de la Universidad Nacional de Jujuy entre 2014 y 2022. “Durante un tiempo fue la persona de confianza de Cristina Fernández de Kirchner y ahora juega de forma independiente. Es una lista rara porque solo lleva personalidades de la universidad, no tiene peso territorial y, cuentan las malas lenguas, es una jugada de Morales para quitarle peso al peronismo”, me detalla Penélope.

Lo que sí tiene Jujuy que tal vez no tiene tan fuerte Salta es una izquierda. El Frente de Izquierda-Unidad va con Alejandro Vilca, diputado nacional desde 2021, y Betina Rivero. Vilca entró al juego nacional con las elecciones de 2021, las que repartieron tres bancas entre tres listas, algo que no había pasado en la provincia. De hecho, el crecimiento del FIT se venía viendo elección tras elección desde su formación en 2011. Penélope cree que, esta vez, “es posible que canalicen el voto bronca desencantado en la provincia antes que la lista libertaria que no es tan conocida y tiene algunos problemas judiciales por disputas internas”.

¿Posible resultado? “Lo lógico es que gane Gerardo Morales”, comienza Penélope. El Frente Cambia Jujuy es suyo, tiene su cara y su referencia. Aunque no juegue para la gobernación. El escenario igual tiene campo abierto. “Él ha hecho una gestión bastante innovadora en lo económico. Viene bien en las encuestas, pero los últimos meses le ha sido difícil por la situación socioeconómica. Es bastante complicada. Hay una reactivación por el lado de la minería y la transición de la producción tabacalera hacia el cannabis, pero todavía no da sus frutos. Morales no está tan sólido como hace un año o seis meses atrás”, ahonda. Hay, también, una apuesta por candidatos no tan conocidos en la provincia y “la cierta unificación del peronismo con dos listas (o tres dependiendo de la suerte de Snopek nieto), además de una izquierda que le ha ido bien, pueden hacer de esta elección una reñida con resultado abierto”, conjetura.

¿Y la conexión nacional? Es todo más fluido y menos claro. Gerardo Morales armó, desarmó y rearmó con total libertad de las relaciones al interior de Juntos por el Cambio. Quiso y pudo, pero es una apuesta. “Está en arenas movedizas. Quiere mantenerse en el nivel provincial al jugar como convencional. Pero también está negociando una fórmula con Horacio Rodríguez Larreta y tiene una interna partidaria fuerte contra una parte del radicalismo nacional que apoya a Patricia Bullrich. Tiene tres frentes en un ejercicio complicadísimo, que le pueden salir muy bien o le pueden salir muy mal”, cierra Penélope.

Por su parte, Ricardo Rivarola está más cerca de Juan Manzur que de otros dirigentes del peronismo nacional, mientras que María Moisés lo está de Sergio Massa. Es, entonces, una elección que tendrá quienes se cuelguen del resultado, pero cuya incidencia en el tablero nacional no será tan determinante.

Bueno, hasta acá llegamos por hoy. Nos encontramos el jueves que viene con un envío excepcional sobre Salta. Se viene un mayo movidito de domingos electorales, los que más me gustan.

Quería agradecer especialmente a los y las lectoras de Neuquén que me marcaron en el envío anterior mi confusión entre Felipe Sapag y Felipe “Pipe” Sapag. Quien fuera cinco veces gobernador de la provincia no fue vicegobernador de Jorge Sobisch, ni éste de Don Felipe.

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Un abrazo electoral y nos leemos pronto.

Facu

Politólogo, consultor e investigador independiente. Hoy me encuentran dando clases en UBA y UTDT. Me encantan las elecciones y me sacan menos canas verdes que Racing. Un hobby que tengo es aprenderme la historia de los partidos políticos. Creo que la política marida muy bien con un tinto.