Educación literaria: seis abordajes a la docencia

De la formación universitaria a la alternativa, y de la realidad a la ficción.

Hola, ¿qué tal? Espero que estés lo mejor posible. Yo bien, un poco agitada por un septiembre lleno de actividades. Ahora, sin ir más lejos, está sucediendo el Festival Filba en la ciudad de Buenos Aires con invitados e invitadas de primer nivel. Increíble que estemos entrando en el último y definitorio trimestre del año. Se pasó rapidísimo.

Para esta entrega del Hilo me voy a ocupar de un tema que hasta ahora nunca había tocado. Voy a hablar de la enseñanza, de lo que implica la docencia en la educación formal y no formal, especialmente en su expresión más cotidiana: las clases. Es muy único lo que sucede cuando se da o se presencia una buena clase. Hay una energía que te atrapa, una adrenalina muy única en el hecho de pararse ante otros y otras para transmitir un saber que se termina de completar en ese vínculo de aula. Tengo muy buenos recuerdos como docente de talleres y también como alumna, obviamente. Pasé por la facultad de Filosofía y Letras de la UBA y me quedé ahí muchos años. Cuando egresé, me acuerdo de sentirme rara de no tener que ir más a estudiar algo ahí. Pero en verdad creo que siempre seguimos aprendiendo. La vida es como una especie de formación continua.

Hecha esta digresión, recorramos entonces algunas representaciones de clases mayormente literarias en las aulas argentinas. Lo podría haber extendido a otros territorios y abarcar, por ejemplo, las transcripciones de los cursos de Roland Barthes o Michel Foucault. Incluso las clases que dio Vladimir Nabokov en los Estados Unidos. Pero preferí acotar la cuestión a nuestro país porque hay mucho que agradecerle también a los docentes de acá que se ponen esta tarea al hombro en condiciones muy difíciles. Empecemos.

Beatriz Sarlo en su estudio. Foto de Jorge Noro

UNO. Sarlo y sus clases en Puan

Con el título Clases de literatura argentina. Facultad de Filosofía y Letras UBA, 1984-1988 se publicaron el año pasado las lecciones reunidas de Beatriz Sarlo (Siglo XXI). Este es un material valiosísimo, no sólo por lo que implica leer la progresión didáctica del análisis en la voz de una de las críticas más brillantes del país, sino porque son también el registro de una época: la llamada primavera alfonsinista de 1984, en la que muchos intelectuales que habían sostenido la discusión política puertas adentro o en el exilio volvían a la vida pública y a los cursos en las facultades. El desembarco de Sarlo en Filosofía y Letras se dio en el marco de los cambios en el plan de estudios de la carrera (promovidos por docentes y alumnos) y también en plena alteración de los modos de reflexionar y pensar colectivamente la literatura, la crítica y la lingüística. Editado con mucho amor por Sylvia Saítta, una de sus mejores discípulas, en este libro Sarlo profundiza en sus lecturas de Operación Masacre, Respiración artificial, Cicatrices y La traición de Rita Hayworth, entre otros, desplegando sus recursos docentes para trazar senderos críticos originales y provocadores. Si les interesa profundizar un poco en esto, o recordar viejos tiempos si pasaron por esas aulas, les recomiendo mucho darle play a esta charla que tuvieron Sarlo, Saítta e Hinde Pomeraniec (quien se recibió, confiesa, dando el final de su materia), en la última Feria de Editores. Es un hermoso encuentro entre mujeres de Letras que recuerdan y comparten sus saberes y experiencias con el reconocimiento que Sarlo se merece. (La foto que ilustra la tomé de esta extensa entrevista de ArteZeta que recomiendo mucho también).

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Piglia en sus clases en la TV Pública

DOS. Piglia y las escenas de la novela argentina

En sus últimos años, a Piglia se le dio por dar clases públicas para la televisión, y lo bien que hizo. Ya se había jubilado de Princeton y estaba en Buenos Aires editando sus diarios y reconsiderando la enseñanza de otra manera, ya fuera de los claustros. Así fue como grabó las clases sobre Borges (que ya mencionamos en otro Hilo sobre Jorge Luis) y también estas “Escenas de la novela argentina”, un especial de cuatro programas coproducido por la Biblioteca Nacional y la Televisión Pública en 2012. En estas lecciones aborda las que para él son las principales novelas del país y en cada episodio dialoga también con un interlocutor que le marca algún contrapunto (María Moreno, Juan Sasturain, Ricardo Bartís y Horacio González). Hay, como en toda clase, un momento también para el debate o las preguntas. Es genial contar con este registro de Piglia explicando cosas con una claridad conceptual y crítica apabullante. Era una persona inteligentísima, pero sobre todo un eximio lector. Uno capaz de analizar las dimensiones sociales, políticas y culturales de cada hecho literario de tal forma que sintieras al escucharlo que sus ideas te atravesaban, que gracias a la forma en que explicaba entendías y leías con más sagacidad. Si les da fiaca ver los episodios en YouTube (que están acá y que funcionan genial como podcast también), pueden leer las transcripciones revisadas por él y publicadas por Eterna Cadencia en el libro homónimo Escenas de la novela argentina.

TRES. Las clases de Hebe Uhart 

Otra gran maestra que ya no está, y que formó sigilosamente a escritores y escritoras en el departamento en el que daba taller, por Almagro, fue la gran Hebe Uhart. Y fue una discípula suya la que se encargó de pasar en limpio su legado didáctico. Si fuera por Hebe, quizás la particular manera de transmitir sus lecturas y sus procedimientos para la escritura no hubieran circulado masivamente. Pero Liliana Villanueva, que asistió a sus cursos durante más de diez años, tuvo la feliz idea de transcribir consignas y consejos de sus cuadernos en Las clases de Hebe Uhart, un manual imprescindible editado por Blatt & Ríos. Hay capítulos dedicados a la construcción de personajes, a la importancia de poder reproducir el habla de la gente en los textos, al uso del adjetivo y la metáfora, a cómo convertir en crónica los hechos de la infancia, todo intercalado con citas de diversos autores y una manera muy placentera de explicar el punto. Como si nos estuviera enseñando algo sin que nos demos cuenta. Es muy importante contar con el registro de la discípula. Un acto de amor y a la vez un compromiso hacia el futuro. Y hablando de futuro, Uhart parece seguir estando muy activa entre las nuevas generaciones. Sin ir más lejos, se estrenó este año una obra basada en sus cuentos. Donde cae queda puede verse en el Centro Cultural Morán todos los domingos de octubre, y tiene como eje cuatro de sus relatos breves: “El juego de cartas”, “El budín esponjoso”, “Moreno” y “El recital de piano”, escritos en los setenta y ochenta. Dirigida por Ana Lucía Morón y Paula Schiselman, y protagonizada por Miranda Di Lorenzo, Verónica Jordan y Ana Schmukler, la obra reproduce los climas de sus cuentos en la voz de tres narradoras para multiplicar los sentidos escénicos que había también en su obra.

CUATRO. Susurro y altavoz: ejercitar la poesía con adolescentes

Uno de los mayores desafíos de los docentes de literatura es conseguir que los adolescentes se involucren con el lenguaje poético. Y quien da excelentes herramientas para abordarlo acordes a esa edad en la que nada nos viene del todo bien es la escritora, editora y docente Ruth Kaufman, quien confía en la poesía como experiencia transformadora en su programa Susurro y altavoz. Con disparadores que van desde una canción de Arnaldo Antunes a poemas de Roberta Iannamico, Olga Orozco o Mariano Blatt, y con una perspectiva práctica y lúdica probada con los adolescentes que están en el aula con ella, esta serie de tres temporadas (con ocho capítulos cada una) de Canal Encuentro es ideal como recurso pedagógico para aplicar sus ideas en escuelas secundarias y talleres. Sus consignas salen bien y dan genuinas ganas de escribir. Se puede ver el programa en YouTube o acá. Y hay más: desarrollaron en Encuentro un sitio de poesía interactiva para poner en práctica online algunos ejercicios. Muy recomendable.

CINCO. Las facultades: El flagelo de rendir finales

Si pasaron por alguna carrera universitaria deben saber que rendir final oral es una instancia extrema que forma parte del dispositivo de enseñanza. Por eso la idea de registrar ese momento tan decisivo para todos los estudiantes resulta curiosa en el documental Las facultades (2019), de la directora Eloísa Solaas. Poniendo la cámara en el lugar exacto, a una distancia amable y con el objetivo en las caras de los alumnos con los evaluadores de turno fuera de campo, esta película filma finales de materias de Arquitectura, Derecho, Física, Medicina, Diseño de Imagen y Sonido y Filosofía para buscar en qué se parece y en qué se diferencia cada experiencia. El relato se va construyendo a partir de los recursos que ponen en juego los alumnos mientras rinden: la creatividad para el chamuyo, la desesperación nerviosa, la inseguridad, la aseveración. Cada uno despliega sus armas para zafar. ¿Cómo se constata un saber? ¿cómo se miden las instancias de aprendizaje? parecen ser preguntas que sobrevuelan este documental original que se atreve también a filmar a los alumnos de la población carcelaria de un penal del conurbano. (Y va un reconocimiento especial a todas las personas que permitieron ser filmadas mientras rendían, cosa que me hubiera dado muchos nervios). La película es interesante y por momentos divertida también. Se puede ver gratis en Cine.ar.

Andrea Garrote en Pundonor. Foto de Carlos Furman

SEIS. Pundonor, una clase de ficción

Antes de terminar, hablemos de una clase de ficción. Es que la obra teatral Pundonor, escrita y protagonizada por Andrea Garrote, y dirigida por ella misma y Rafael Spregelburd, toma el escenario como plataforma docente para dictarle una clase a los alumnos (que en este caso son los espectadores). El curso en cuestión se llama Producción y análisis de conceptos de normalización en la sociedad moderna y se basa en las premisas de Michel Foucault. Quien está a cargo del dictado es la profesora Claudia Pérez Espinoza, que no está pasando por un buen momento personal. En la obra, ella regresa a clase luego de una licencia obligada que toma por un hecho vergonzante que le sucedió dentro del aula, y entonces en el monólogo se mezcla lo que quiere transmitir como contenido didáctico con la manera en la que ella pasa por el cuerpo esos conceptos en un contrapunto hilarante. Este unipersonal refleja con histrionismo y humor la fragilidad mental de ciertas personas que están delante de los estudiantes, y genera en los espectadores mucha risa y también bastante emoción, porque expone la vulnerabilidad de una manera bastante profunda. Si en vez de ir al teatro prefieren leer la obra, la experiencia es muy buena también. Pueden conseguir Pundonor con la transcripción completa del texto y un epílogo de Manuel Iglesia en la edición reciente de Blatt & Ríos.

Ahora sí, me despido hasta dentro de quince días.

Espero que este Hilo te haya hecho recordar a algún profesor o profesora clave de tu vida. Entre mis preferidos están Margarita Roncarolo, Américo Cristófalo, Ariel Schettini y Jorge Panesi. Así que va dedicado a ellos.

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Gracias por leer. Y por favor cuidate mucho.

Malena

Es licenciada en Letras por la UBA y trabaja hace muchos años en la industria editorial. Fue editora en las revistas El Interpretador y Los Inrockuptibles. Forma parte del equipo de Caja Negra, una editorial psicoactiva y heterogénea. Tiene un ciclo de entrevistas con escritores y escritoras en el Malba. Si los libros fueran comestibles, podría alimentar a miles de personas con los que acumula en su biblioteca. Lo que más le gusta es viajar.