COP27 en Egipto: ¿alcanza un fondo para pérdidas y daños?

No se logró un consenso sobre la necesidad de que en 2025 las emisiones tengan que llegar a su pico, ni la eliminación de los combustibles fósiles sin captura de carbono.

¡Hola! ¿Cómo estás?

El domingo terminó la COP27 en Egipto. La próxima será a fin del año 2023 en Emiratos Árabes Unidos (EAU). Con un 5%, es el cuarto país en exportación de petróleo y gas del mundo después de Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita. Un poco más del 30% de su canasta exportadora se compone de derivados de combustibles fósiles.

¿Por qué es relevante esto? El país anfitrión pone una porción importante de la impronta de la COP. La dependencia económica de EAU no augura un escenario de fuerte empuje hacia una mayor ambición en la lucha contra el cambio climático.

Ojalá nos sorprendamos.

Un fondo para pérdidas y daños

El gran logro de esta edición de la cumbre climática fue la aprobación de un fondo especial para pérdidas y daños, una exigencia de hace décadas de los países más vulnerables al cambio climático.

En Cenital nos importa que entiendas. Por eso nos propusimos contar de manera sencilla una realidad compleja. Si te gusta lo que hacemos, ayudanos a seguir. Sumate a nuestro círculo de Mejores amigos.

El concepto de pérdidas y daños hace referencia a que ⎯más allá de las acciones de adaptación que puedan implementar los países⎯ el cambio climático tendrá consecuencias inevitables y los mayores emisores globales deben compensar a los países más vulnerables y que menos han aportado al problema.

Como ejemplo emblemático de este tema se erigió el caso de Pakistán: a mediados de este año se produjeron una serie de inundaciones provocadas por lluvias más intensas de lo habitual que coincidieron temporalmente con el derretimiento de glaciares y así dejaron aproximadamente un tercio del país bajo agua. Los especialistas coinciden en que la intensidad de las lluvias y el momento del derretimiento de los glaciares se debe al cambio climático. Consecuentemente, se entiende que las víctimas (1.700 muertos y 33 millones de personas afectadas) y los daños materiales (2 millones de hogares y 25.000 escuelas destruidas o dañadas, avance de enfermedades y destrucción de las tierras de cultivo) se deben también al calentamiento global. En esta nota de Bloomberg hay visualizaciones copadas si querés entender un poco mejor el escenario pakistaní. En el marco de la lógica de pérdidas y daños, entonces, corresponde compensar a Pakistán (que aporta menos del 1% de emisiones actuales) por estos sufrimientos.

Sin embargo, por ahora sólo existe el compromiso de generación de este fondo, a lo largo del año que viene se trabajará en el detalle de cómo funcionará este mecanismo y se terminará de definir en la COP28. Asimismo, los países ricos no han sido cumplidores en sus compromisos de asistencia financiera en materia de cambio climático. Por lo cual esto constituye recién un primer paso en la compensación a los países más vulnerables.

¿Por qué es un gol pero seguimos perdiendo?

Este reconocimiento de pérdidas y daños es absolutamente clave y responde a una exigencia sostenida de los países más vulnerables. Pero fue casi lo único que se logró. Y si bien las compensaciones son indispensables, no hay nada mejor que detener el avance del calentamiento global y en eso seguimos más o menos igual que el año pasado.

No se logró un consenso sobre la necesidad de que en 2025 las emisiones tengan que llegar a su pico, ni la eliminación de los combustibles fósiles sin captura de carbono (sobre captura hablamos acá). Aunque sí ya son 80 los países que apoyan la moción de incorporar esta exigencia en el texto de la próxima COP.

Esto es muy preocupante dado lo que hablamos en el news pasado sobre el gap de emisiones (la diferencia entre la reducción de emisiones que están llevando adelante los países y la necesaria para cumplir con la meta de 1.5°C). El conjunto de los planes climáticos nacionales sólo lograría reducir las emisiones en un 10% para 2030, cuando se necesita un 45%.

El bloqueo a la mayor ambición en el documento final de consenso se atribuye a la gran participación de lobbistas en el predio de la cumbre y la presión de los países productores de combustibles fósiles, por eso también la preocupación por la sede del encuentro de 2023.

Pequeñas buenas noticias

De todas formas, hay otros pequeños avances que podemos anotarnos como golcitos.

  • METANO. El año pasado, en la COP26 en Glasgow, se firmó un compromiso para la reducción de emisiones de metano en un 30% para fines de la década; con los que se sumaron en esta ocasión ya totalizan 150 naciones comprometidas.
  • TRANSICIÓN JUSTA. Siguiendo el ejemplo de la experiencia sudafricana que negoció un financiamiento internacional para posibilitar la salida de la dependencia del carbón, se lograron dos acuerdos similares para Vietnam e Indonesia.
  • SEGUIMOS. Una cuestión muy importante tiene que ver con que no se esperaba nada de esta COP27 -contexto de guerra y crisis de energía- y algo se logró. Además, no perdió total relevancia sino que, a fuerza de presión política y social, las negociaciones continúan incansablemente.

El rol de América Latina

¿Qué rol tuvimos como región en la COP? ¿Qué nos llevamos como resultado?

Tanto viendo la foto actual como en perspectiva histórica, América Latina se encuentra entre los pequeños contribuyentes a la crisis climática a la vez que ya nos enfrentamos a sus consecuencias.

El texto de la COP27 afirma: “Las soluciones sostenibles y justas a la crisis climática deben basarse en un diálogo social significativo y eficaz y en la participación de todas las partes interesadas y señala que la transición mundial hacia un bajo nivel de emisiones ofrece oportunidades y desafíos para el desarrollo económico sostenible y la erradicación de la pobreza”. Y que la transición justa y equitativa abarca dimensiones como la energía, lo socioeconómico, lo laboral y demás, “todas las cuales deben basarse en las prioridades de desarrollo definidas a nivel nacional e incluir la protección social para mitigar los impactos potenciales asociados con la transición”.

De esta manera, promueve espacios como el gabinete de cambio climático argentino donde se encuentran los diversos actores para discutir y delinear la manera en la que cada país encara la transición a la sostenibilidad de manera justa y eficaz.

Dos países destacaron particularmente en la cumbre. Por un lado, Chile cuya ministra de ambiente Maisa Rojas fue protagonista en la negociación del compromiso de pérdidas y daños. Por el otro, Brasil: Lula fue uno de los asistentes más esperados en Egipto, habló de la importancia de la conservación de la Amazonía (para lo cual negoció financiamiento con Alemania y Noruega) e incluso propuso realizar pronto una COP allí mismo.

En este sentido, me pareció interesante aplicar algo de lo que dice Juan Gabriel Tokatlián en el último episodio de La Revancha (el podcast que hizo Cenital y Congo sobre las elecciones brasileñas, que narró Juan Elman de #MundoPropio) sobre la intención reindustrializadora de Lula, la necesaria integración regional inteligente y la potencialidad de un plan conjunto en materia de producción de alimentos, conservación de la biodiversidad y energía.

Imaginemos, por ejemplo, una estrategia conjunta de transición energética donde se complementan las capacidades brasileñas y argentinas en energía eólica o mismo se coordinan las trayectorias en materia de electromovilidad asociadas también a la fabricación de baterías con litio proveniente del triángulo sudamericano.

Premiaron a una docente argentina en la COP

Una lectora de Cenital me escribió para contarme sobre una docente argentina que fue premiada en la COP por UNICEF en el marco del proyecto Guardianes del Clima. Me emocionó el entusiasmo con el que me contó del proyecto, y como siempre estamos faltos de lindas noticias, te cuento un poco de qué va.

La docente en cuestión es Paula Sapochnik, diseñadora industrial y docente en la especialización diseño y TIC, específicamente en el tema Materiales y Procesos Productivos. En una materia de 4° año de secundario, en la que antes enseñaba exclusivamente sobre plásticos, entonces armó con los estudiantes un proyecto de creación de biomateriales que luego de su uso puedan ser compostados.

Ganó entre 175 proyectos presentados, en la categoría Desarrollo Profesional de Docentes. Y ahora será una de las 12 profesoras que participará de TeachersCOP, un evento internacional para destacar el trabajo de los docentes en materia de concientización del desarrollo sostenible frente a tomadores de decisiones globales.

El desafío de la gestión sostenible del litio

Por último, la semana pasada publicamos “Todo el mundo me habla de vos”, un especial sobre litio, el mineral del momento. Arranca así:

“Hace años se repite que el litio representa una enorme oportunidad productiva y económica para la Argentina. Hay cierto consenso acerca de su potencial por su aporte en materia de exportaciones, divisas, empleo local, desarrollo de proveedores y demás. Tanto que ya parece instalado en el sentido común. Sin embargo, es poco lo que realmente se sabe sobre el mineral en sí mismo. ¿Ya se explota en Argentina? ¿Cuánto deja en el país? ¿Qué normativa regula el litio? ¿Cuáles son los impactos ambientales? ¿Hay conflictos territoriales? ¿Hay riesgo de que esto sea un boom pasajero? ¿Podemos hacer baterías? ¿Qué tenemos que hacer para aumentar la potencialidad del litio?”

Hacer este tipo de proyectos de investigación en profundidad de un tema de relevancia sólo es posible gracias al aporte de los lectores de la comunidad Cenital. ¡Sumate! Si lo viste, contame qué te pareció y sobre qué otros temas te gustaría leer, si no llegaste a verlo, ¡lo encontrás acá!

Te mando un abrazo grande y nos leemos la próxima.

Eli

Soy licenciada en Ciencias Ambientales, magíster en Políticas Públicas y becaria doctoral en Ciencia Política en la UNSAM. En todos los ámbitos que puedo me dedico a sumergirme en los dilemas que nos presenta el desarrollo sustentable, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo.