Proyecto Grabois 2027: ¿delirio o realidad?

El rival interno de Massa en las PASO busca afianzarse como un político del sistema y, parado sobre el millón y medio de votos que obtuvo en 2023, se prepara para capitalizar un fracaso del gobierno de Milei. En 2025 será candidato.

Mientras el kirchnerismo se desangra en internas y el resto del peronismo calcula cuándo y cómo plantarse frente a Javier Milei, Juan Grabois ya lanzó su campaña presidencial para 2027. Parado sobre el millón y medio de votos que obtuvo en las PASO de 2023, recorre el país, pule un plan de gobierno y diversifica sus contactos para acelerar una conversión que lo haga ATP, de piquetero a dirigente político. Quiere estar preparado, por si se alinean los planetas, como le pasó al presidente.

¿Es un delirio? “No, no es un delirio”, responde Grabois, en su oficina de Vicente López, donde llegaron encuestas que lo envalentonan. “Tenemos un programa, una base muy sólida para cuando se abra una ventana de oportunidad. Puede ser una opción real de poder en el marco de una coalición como Unión por la Patria (UP) o, de piso, un condicionamiento muy fuerte para el sistema político”, dice. En un pizarrón borroneado se lee: “Priorizar siempre el propósito”. Debajo, la referencia a las tres T, tierra, techo y trabajo, definidas como “sujeto político y agenda reformista revolucionaria”.

La idea es sencilla: si ante un eventual fracaso del gobierno libertario la sociedad opta por un cambio profundo pero en el sentido contrario, él podría erigirse como un depositario natural de ese giro. “Hay condiciones de oportunidad en el campo nacional y popular frente a un proyecto que niega la justicia social, y nosotros lo podemos representar muy bien, porque entendimos que para conducir la bronca y construir una alternativa había que ir de entrada a una confrontación con el proyecto de Milei”, dice. El camino al poder que imagina Grabois es, de todos modos, mucho más complejo que el que siguió el libertario, reconocen en su entorno. “Existen puntos de contacto con Milei, como la sinceridad brutal y el rechazo a los privilegios de la política, pero eso no significa que después de esto venga algo en espejo. Además, nuestro camino es por dentro de Unión por la Patria. Al peronismo, un outsider no les va a copar el electorado como hizo Milei con Juntos por el Cambio”, se ataja un dirigente que trabaja bajo su ala.

El proyecto Grabois 2027 tiene una estación intermedia que operará como bisagra: será precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en 2025. El espacio que lidera, Argentina Humana, llevará candidatos en todo el país, con lista propia en las PASO de UP o por fuera, en caso de que no les habiliten la competencia interna. “¿Qué pasa si gano esas PASO o si pierdo pero crezco mucho respecto de 2023?”, pregunta Grabois, levantando las cejas. Buenos Aires fue el distrito donde mejor le fue en agosto pasado. De los 1.440.000 votos que sacó y que le dieron el 5,9% en todo el país, más de la mitad los juntó en la provincia, donde llegó al 9,3% contra el 25,3% de Massa. “Hoy ya no hay gobernadores o intendentes que no se quieran juntar conmigo cuando voy a sus distritos”, se entusiasma, y pone en esa lista de contactos a los mandatarios provinciales Axel Kicillof, Ricardo Quintela, Gerardo Zamora, Raúl Jalil y Gustavo Melella.

Su estructura política sigue siendo, de todos modos, un punto flojo: no hay dirigentes de peso que abracen su jefatura. El triunvirato piquetero, que conforman el Movimiento Evita, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie, lo mira de reojo. Además, sus planes siguen supeditados a lo que haga el kirchnerismo, como el año pasado, cuando confirmó su postulación solo después de que Eduardo De Pedro quedó fuera de carrera. “Si Axel [Kicillof] es candidato, yo no soy, salvo que mida mejor que él. Vamos a apoyar al candidato mejor posicionado de nuestro cuadrante ideológico”, dice.

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El vínculo de Grabois con el kirchnerismo es difícil de descifrar. Es como si ejerciera una autonomía consentida. No responde a la conducción de Cristina Kirchner, pero nunca se paró en la vereda de enfrente. Ella le abrió la primaria con Massa y le habilitó listas espejo, todo un gesto. Pero él hoy recuerda que ella participó en campaña de tres actos con el entonces ministro de Economía. Hasta ayer, Grabois no había confirmado si iba a participar del acto de reaparición de la expresidenta, en Quilmes. “Estoy en contra de eso de ‘con Cristina no alcanza, sin Cristina no se puede’. Podemos ganar una elección sin Cristina”, dice, y agrega: “Se debe reivindicar a Cristina, pero no se debe acatar acríticamente lo que diga”.

La opción Grabois también se alimenta en encuestas que marcan que su imagen mejoró sensiblemente desde las PASO, cuando se transformó en una figura con un nivel de conocimiento de casi 90 por ciento en todo el país, un club del que solo forman parte una decena de políticos. “Lo que está pasando es que el que habla crece y él nunca se guardó, habló desde el primer día”, analiza Shila Vilker, directora de Trespuntozero. “Crecen los maximalistas, como él o Moreno [Guillermo]. La pregunta es si el mundo que viene va a elegir moderación o un maximalismo de sentido contrario al de Milei”, agrega. 

La mencionada consultora tiene a Grabois con una imagen negativa del 54,9% (13 puntos menos que en agosto) y una positiva del 33,9% (13 puntos más), un umbral levemente inferior al de Cristina Kirchner y Axel Kicillof. Contracara de Milei, Grabois alcanza su mayor nivel de popularidad (47,1%) entre quienes cursaron estudios universitarios. Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, ve un cuadro similar: “Hoy está en la pole position de imagen de los dirigentes del kirchnerismo, junto con Cristina, Massa y Kicillof, todos con 30% o 35% de imagen positiva y una negativa alta. Si no lo contienen en un armado electoral, hoy tiene más capacidad de daño que en 2023”.

Para dar la pelea, Grabois sabe que tiene que dejar definitivamente el traje de dirigente social y calzarse el de político. Con ese objetivo, organizó un ciclo de charlas sobre federalismo, para hablar mano a mano con los gobernadores, por donde ya pasó Quintela (La Rioja); mantiene encuentros reservados con empresarios, incluidos algunos de la Mesa de Enlace, a los que prefiere no mencionar; habla seguido con opositores, como Emilio Monzó, Nicolás Massot, Facundo Manes, Maximiliano Abad y Martín Lousteau, y visitó al expresidente de Uruguay José Mujica y al mandatario chileno, Gabriel Boric, hace dos semanas, en un encuentro del que no se difundieron fotos. Grabois está particularmente interesado en la estrategia nacional para la explotación del litio que desarrolla el país vecino. También entabló una buena relación con el exministro de Economía Martín Guzmán, después de hacer una autocrítica pública sobre el trato que le había dedicado durante su gestión en el Palacio de Hacienda. Hablan de economía y de política. “Arrastro una personalidad más confrontativa, vinculada a la lucha social. La tarea de un dirigente político es otra. Se trata de resolver de manera sustentable la puja distributiva”, dice, y se fija un norte: “Lo único importante son los pobres. Si no se resuelven los problemas de los pobres, no se resuelve nada”. ¿Para cuánto le dará esta vez?

Otras lecturas:

Es periodista y politólogo. Conduce el noticiero central del canal IP y el programa ¿Cómo la ves?, en Futurock. Es autor de Los secretos del Congreso (Ediciones B, 2019).