¿Para qué vuelve Cristina?
La expresidenta reaparece en un acto en Quilmes. Desde su entorno descartan que vaya a mencionar la interna de su espacio. ¿De qué hablará?
El peronismo está sin brújula, paralizado, huérfano. Con ese diagnóstico y tras 217 días desde su último discurso público, Cristina Kirchner reaparecerá este sábado en Quilmes para fijar un norte y, a riesgo de abusar de la metáfora de la orfandad que pronuncia un entornista K, consolidar una conducción, matriarcal; la suya.
En febrero, con un PDF de 33 páginas, anudó críticas a Javier Milei y, semanas atrás, en un audio enviado para un congreso de Nuevo Encuentro, el partido de Martín Sabbatella, habló de los “fracasos” del gobierno. Esa canción la viene cantando, en distintos covers y tonos, todo el peronismo. ¿Qué registro novedoso prepara, para aportar, la expresidenta?
En el Instituto Patria hay una fascinación por las analogías. Se recuerda que en 2016, en pleno boom de la gestión de Mauricio Macri, Cristina reapareció un 13 de abril en Comodoro Py. Y que, ocho años después, lo hará en una fecha parecida. “Aquella vez la trajo Bonadío. Esta vez…”, juegan, a su lado, el suspenso. ¿El “no fue magia” de Milei en la cadena nacional del superávit salchicha? ¿O la interna pírrica del kirchnerismo?
La lectura K es que la oposición está disgregada y que la referente principal, unívoca, es la expresidenta. Que su regreso tiene que ver con la ausencia de una voz ordenadora en el peronismo, que sus mensajes generan debate y conversación. CFK confirmó su presencia en Quilmes en las mismas horas en que Sergio Massa reapareció en la marcha por la educación pública y que Alberto Fernández posteó para, en el fragmento más taquillero, detallar diferencias entre Dylan, su perro, y Conan, el de Milei. El Triángulo de las Bermudas frentetoodista.
Se verificará el sábado, a partir de las 17, pero en el primer anillo de Cristina aseguran que no hará alusión a la disputa doméstica que puso en escena Andrés “Cuervo” Larroque, cuando lanzó un manojo de objeciones a los que quieren tercerizar la conducción de Cristina, misil teledirigido a Máximo Kirchner. Aquello de los “ñatos del WhatsApp”. Y cuando advirtió por el fuego amigo –“en alguna cosa rara está”- contra Axel Kicillof.f
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La exmandataria se enojó por esa exhibición pública y habló con casi todos los protagonistas. ¿Dialogó con Larroque? Con el exsecretario general de La Cámpora tuvo, en el verano, un cruce incómodo por teléfono: el ministro de Kicillof se había sumado a una movida de la CGT, a la que no asistió formalmente el camporismo, y la expresidenta le deslizó un reproche –o así lo entendió el Cuervo– por esa decisión inconsulta y autónoma. La charla fue dura.
En el Patria muestran, como prueba documental de que no atizará la interna bonaerense, el TikTok que Cristina posteó esta semana luego de un encuentro con dos dirigentes de San Juan, uno ligado a José Luis Gioja, y otro a Sergio Uñac, quienes ahora trabajan juntos contra el gobernador Marcelo Orrego. En el mientras tanto, el peronismo perdió la provincia cuyana, agrietado por una tirria feroz, tras un atajo legal que volteó la Corte Suprema y con la postulación, de emergencia, de otro Uñac.
Al final, Kicillof solicitó modificar el cronograma de homenajes en conmemoración a la elección que en 2003 allanó la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia, para poder asistir al acto que liderará Cristina en Quilmes. Este territorio resulta casi hostil para el gobernador, quien compartirá escenario o VIP con el diputado Kirchner.El gobernador barrió con las excusas y gambeteó el ruido sobre los actos solapados. En particular, el de Avellaneda, armado por Jorge Ferraresi, que renunció a la vicepresidencia del Instituto Patria, un dato que parece más que instrumental, porque luego se convirtió en uno de los más fervorosos axelistas o anti maximistas.
“¿Viste quiénes incitan a Axel a romper? Ferraresi, Kato y Juanchi, los mismos que incitaban a Alberto”, enumera un dirigente, puñalada que invoca a Máximo. El paralelismo entre Alberto y Axel se cierne como una amenaza sobre la administración de los chispazos. Cristina, en su TikTok, defendió las razones de aquella pelea a cielo abierto, porque tenían que ver con las diferencias sobre la acción sobre la economía. En paralelo, minimizó los ruidos bonaerenses porque los atribuyó a peleas por las listas. O sea, cosas de casta.
Otras lecturas:
«Sucesión irresuelta. Las razones detrás de la pelea de los hijos de Cristina». Por Gabriel Sued.