Máxima velocidad

La reacción de los mercados y de las empresas frente a la renuncia de Guzmán confirma que la economía argentina ingresó en un “régimen de alta inflación”. ¿Qué significa eso?

Hola, ¿cómo andás? Si tenés más de 30, seguro te acordás de la película Máxima Velocidad. Keanu Reeves personifica a un policía de Los Ángeles que persigue a un peligroso terrorista (Dennis Hopper) que está asediando la ciudad. El atentado consiste en un artefacto explosivo puesto en un colectivo de línea que explotará si baja la velocidad a menos de 80 kilómetros por hora o si tratan de bajar a los pasajeros. Keanu Reeves logra subirse al micro, pero por un malentendido uno de los pasajeros le dispara al chofer, lo que lleva a que Sandra Bullock tenga que hacerse cargo del volante. Con el colectivo yendo a máxima velocidad, juntos van a hacer todo lo posible para que no choque. Esa es la imagen que se me viene a la cabeza cuando pienso en la situación actual de la economía argentina. ¿Viste cuando los eventos se precipitan y de repente todo parece acelerarse?

Ingresamos en un régimen de alta inflación

La renuncia de Guzmán fue el más reciente de una concatenación de sucesos políticos que comenzó con la carta de CFK hacia fines de 2020, donde sostuvo que había “funcionarios que no funcionan”, que tomó velocidad tras la dura derrota en las PASO y que aceleró a toda máquina en las últimas semanas con el debate público que se dio entre la vicepresidenta y el Presidente, culminando con las renuncias de los ministros de Desarrollo Productivo y de Economía.

Lo que sucedió el lunes pasado con los precios confirma que la economía ingresó en lo que se conoce como un “régimen de alta inflación”. Como explica Joaquín Waldman, si bien no hay una manera taxativa y unívoca de clasificarlo, la economía argentina cumpliría con todos los indicadores que se encuentran en la literatura sobre el tema: i) Inflación anual por encima del 50%; ii) Inflación mensual superior al 5%; iii) Tener dos o más años de inflación por encima del 40%; iv) Tener el doble de la inflación promedio de los últimos 10 años. En nuestro caso, eso requiere una inflación anual en torno al 64%. Los últimos datos oficiales son de mayo y la ubican en el 60%, pero con los aumentos de estos días casi con seguridad superamos ese nivel.

Más allá de la definición, lo importante es que, al ingresar en un régimen de alta inflación, lo que sucede es que cambia el comportamiento de este fenómeno. Los aumentos de precios se vuelven sumamente sensibles, ya sea al incremento de los precios internacionales, al tipo de cambio o bien a algún evento que genere incertidumbre en la economía. Básicamente, los aumentos de precios se vuelven sensibles a todo.

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Como muestra un relevamiento de precios realizado por la consultora Ecolatina, tras la renuncia de Guzmán se observaron aumentos en casi todos los rubros (solo 5 de más de 60 no mostraron subas de precios). Al desagregar entre los tipos de productos, los bienes durables (electrodomésticos, indumentaria, artículos vinculados con la construcción, electrónicos, muebles, entre otros) fueron los que mostraron incrementos más elevados, con promedio por encima del 10%, mientras que en los de consumo masivo (alimentos, bebidas, limpieza, higiene, etc.) las subas fueron más moderadas, en torno al 5% o menos.

Lamentablemente hoy ya estamos muy acostumbrados a hablar en términos de estas magnitudes, pero el hecho de que se observen subas generalizadas del 10% en un solo día es algo sumamente atípico. Basta con observar que dichos incrementos son similares o incluso superiores a la inflación observada a lo largo de todo el último año en el resto de los países de la región (Chile 13%; Brasil 12%; Uruguay 9%; Colombia 9%; por poner algunos ejemplos)

Fíjense que, entonces, el principal motivo que explica estas remarcaciones en los precios es la propia inflación. Como dijimos, esto lleva a conductas típicas para cubrirse de la elevada incertidumbre que provoca el proceso inflacionario. Y estas conductas abarcan no solo a las empresas, sino también a los consumidores (que vimos cómo salieron rápidamente durante el fin de semana a comprar bienes) o a los ahorristas (que hicieron lo propio con el cupo de los USD 200 para ahorro).

El otro rasgo distintivo de los regímenes de alta inflación es que este problema ya no se mide por su magnitud (qué tan elevada es la inflación) sino por su velocidad (qué tan rápido ajustan los precios). Esto significa que deja de tener relevancia la inflación en términos anuales, porque la información contenida (lo que sucedió con los precios en los últimos 12 meses) queda obsoleta, y los actores relevantes (empresas y sindicatos) pasan a mirar lo que pasó en los meses más recientes para hacer sus actualizaciones.

A modo de ejemplo, el gráfico a continuación muestra cómo las consultoras privadas fueron ajustando al alza la inflación estimada para fines de este año. En tan solo cinco meses, dicha proyección se incrementó más de 20 puntos porcentuales. Si bien el aumento de los precios internacionales provocados por el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania influyeron, no alcanzan para explicar un ajuste de este tamaño (asimismo, estas proyecciones fueron realizadas antes de la renuncia de Guzmán, con lo cual casi con seguridad sean nuevamente revisadas al alza el mes que viene).

Inflación proyectada para diciembre 2022 (en % anual)

Fuente: Relevamiento de expectativas del BCRA.

Por detrás de esto, lo que se observa es que las consultoras están suponiendo que la inflación mensual se va a ubicar en torno al 4,5% mensual de acá a fin de año. Esto significa que la inflación no va a volver a los niveles previos al estallido de la guerra, es decir que sería un shock permanente en el nivel inflacionario (y no transitorio, a pesar de que los precios del petróleo, el trigo o la soja se viene reduciendo de manera significativa).

En consecuencia, esto significa que la inflación argentina ya se encuentra en un escalón superior. Como pueden ver en el gráfico a continuación, los niveles de inflación se incrementaron tras la fuerte devaluación y la crisis de deuda durante la gestión de Cambiemos, luego tras la salida de la pandemia y ahora con el estallido de la guerra. La gran diferencia entre las últimas dos y la primera es que se dieron sin que haya un salto en el tipo de cambio (oficial).

Inflación en % mensual

Nota: Los meses de julio a diciembre de 2022 son las proyecciones que se desprenden de la inflación proyectada por las consultoras del REM.

Fuente: Elaboración propia en base al BCRA.

¿Por qué sucede esto? Como ya explicamos en otra edición, esto se debe al elevado componente inercial que tiene la inflación argentina. Cuando un shock eleva el nivel de la inflación, este luego persiste en el tiempo porque, atrás de eso, se actualizan rápidamente los salarios, los alquileres, las tasas de interés, etc. Y, como dijimos anteriormente, este mecanismo se va perfeccionando a medida que la inflación se incrementa.

Volvemos, entonces, a dónde empezamos. Hoy no hay dudas de que la economía argentina ingresó en un régimen de alta inflación, lo cual se traduce en un desafío mayúsculo para la nueva gestión. En ese sentido, el elemento crucial en lo inmediato es contener las expectativas, atravesadas por la fuerte incertidumbre que percibe toda la sociedad argentina. Un punto importante para destacar acá es que dicha incertidumbre no solo obedece a la situación económica sino también a la política, en particular las tensiones que se observan hacia adentro de la coalición gobernante.

La salida de Kulfas y de Guzmán, ambos apuntados desde hacía meses por Cristina Fernández de Kirchner, debería apaciguar las aguas. Lo que resulta un poco más difícil de descifrar es si pasará lo mismo con Batakis, dado que las medidas anunciadas confirman que mantendrá prácticamente inalterado el programa económico trazado por Guzmán, incluso algunas van todavía un poco más lejos en lo que respecta a la prudencia fiscal. Por ende, resulta difícil que esto alcance para confirmar, de cara a la sociedad y los mercados, que el gobierno finalmente ha conseguido resolver la crisis política interna que implosionó la semana pasada. Comienza a sonar, otra vez, el blues de la credibilidad.

Bonus track

El martes de la semana que viene se viene otro seminario de historia del pensamiento económico organizado por el IIEP (UBA) y el CIDED (UNTREF). En este taller, Roxana Maurizio analizará las nuevas formas de empleo y el mercado de trabajo en América Latina, atravesadas por la transición digital. Más información acá.

La gente de Anfibia Podcast produjo un especial “Malvinas: una batalla en el fondo del mar”, donde se cuenta la guerra, pero desde un enfoque distinto, enfocado en las experiencias de ex combatientes que estuvieron bajo el mar, en el submarino ARA San Luis. Lo pueden escuchar acá.

Por último, quería avisarte que Rollover se toma unas semanas de vacaciones, así que nos volvemos a encontrar en agosto, esperemos que no pasen demasiadas cosas en la economía 😬.

Esto fue todo por hoy. Si no aguantás hasta la semana que viene, la seguimos por acá. Y, si te gustó el newsletter, te invito a que colabores con este proyecto que mantenemos a base de esfuerzo y mucho laburo, siempre con el objetivo de brindar un análisis riguroso pero explicado de una manera lo más clara posible para que se entienda.

Te mando un abrazo grande.

Juanma

Me dedico a estudiar la macroeconomía argentina, algo que en este país debe ser similar a tener un doctorado en física molecular. Soy magister en Desarrollo Económico en la UNSAM y estoy haciendo el Doctorado homónimo en la UNQUI. Padre de gemelas y docente universitario.